- Registrado
- 16 Jul 2020
- Mensajes
- 151
- Calificaciones
- 1.534
Aún no nos hemos recompuesto del desaguisado de la visita del presidente de Corea y nos encontramos de nuevo a la Familia Real toda junta en un nuevo evento. La Consorte sigue en su línea y parece que el protocolo de la Casa Real se lo pasa por el Arco del Triunfo y prosigue con sus malos modales. Va a los actos oficiales y empieza a cuchichear acerca de los premiados después de mirarlos de forma descarada y para más inri, se dedica a sabotear el trabajo de su regio marido llamando la atención y relegándolo a un segundo plano con el fin de minusvalorar su trabajo. Mientras se marido está hablando, la Consorte ni lo escucha moviéndose de manera reiterada reclamando la atención para no perder protagonismo. Su actitud de pasotismo, su continuo movimiento del cuerpo y levantar las piernas demuestra que esta mujer no se halla equilibrada ni física ni psiquícamente siendo una rémora para la Institución y no sé cómo a estas alturas el gabinete de protocolo de Casa Real no se da cuenta que su presencia perturba la labor de la Institución Monárquica siendo un elemento negativo para la imagen un tanto pertrecha de la Casa Real. Cada día va a peor y solo desea torpedear a sus integrantes.
En cuanto a la Heredera, más de lo mismo. La visten como si fuera una mujer mayor y en varias ocasiones, cuando su regio padre está hablando, se la observa desconectando y mirando a otro lugar. Se la observa como una adolescente apagada y sin espíritu que está controlada por una madre desquiciada que la retrae y no la deja mostrarse como ella es.
En resumen, un cromo de familia que se encuentra sola y apartada de los demás donde la empatía y la comunicación brillan por su ausencia.
En cuanto a la Heredera, más de lo mismo. La visten como si fuera una mujer mayor y en varias ocasiones, cuando su regio padre está hablando, se la observa desconectando y mirando a otro lugar. Se la observa como una adolescente apagada y sin espíritu que está controlada por una madre desquiciada que la retrae y no la deja mostrarse como ella es.
En resumen, un cromo de familia que se encuentra sola y apartada de los demás donde la empatía y la comunicación brillan por su ausencia.