MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
27/02/2021
CHSSS...
Descubra Orbyt
Mientras y según Paul Preston, uno de los historiadores que más luz ha arrojado sobre la historia de España en el siglo XX, el Conde de Barcelona, amargado y humillado, necesitaba estar solo. Para ello, cogió su velero y se alejó de Estoril hacia Figueira da Foz, en el Cabo Carvoeiro, adentrándose por el río Mondego hacia Coimbra, para atracar en el pueblo de Montemor-o-Velho, donde entró en un bar, pidió una botella de whisky y que conectaran para a ver, por televisión española, la retransmisión del discurso de su hijo.
Cincuenta y dos años después, aquel muchacho de entonces reconvertido hoy en padre, ha seguido también desde el exilio de Abu Dabi y por televisión el discurso que su hijo leía con cierta emoción –tres golpes de tos tuvo– con motivo del aniversario del 23F, un acontecimiento en que él fue el protagonista. Y al igual que su padre el Conde de Barcelona dijo, después de oír el discurso de su hijo: “Mi Juanito ha leído muy bien, aunque no le mencionó, también Don Juan Carlos le ha reconocido a Carlos Herrera: “Me he sentido reconfortado. El discurso de mi hijo ha sido muy correcto”. No era para menos. Don Felipe, a diferencia de Don Juan Carlos hacía 50 años, si se refirió a su padre como “El Rey Juan Carlos”.
Las palabras que se emplearon en la noche del 23F eran palabras de todos los días y no eran las mismas pero eran palabras bien empleadas aunque algunas mejor el silencio. Palabras que, en algunos casos, eran palabras que lloraban. Aquella noche también se derramaron lágrimas que hablaban. Estoy seguro que esa noche se pronunciaron palabras que sólo deberían servir una vez y que no nos gustaría oír de nuevo, porque el mejor uso que se puede hacer de algunas que se oyeron esa noche es callarse.
Demóstenes prefería las palabras que salvan a las palabras que agradan porque las palabras que no son seguidas de ningún efecto no cuentan para nada. ¿No sabes Prometeo que las palabras bien empleadas curan el mal de la cólera?
He aquí, a continuación, las mejores frases que se pronunciaron esa noche, frases enemigas del recuerdo, enemigas de la pena, enemigas de las lágrimas. Como decía el poeta, el recuerdo del dolor de esa noche es todavía dolor después de... nada menos que 40 años. Este año y con el discurso del Rey Felipe VI, hemos recordado cosas que no sabíamos que supiésemos y que nos han reconciliado con sus protagonistas. Otros recuerdos nos han desagradado como la primera de ellas del teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero:
“¡Quieto todo el mundo! ¡Al suelo! / “¡Hay tiros en el Congreso!” (un ayudante a Gabeiras)/ “¡Militar, por supuesto!”/ “Se sienten, coxx!” / “Al primer movimiento de manos, se mueve esto” / “Jaime, tienes que acabar de una vez (el Rey a Milans)” / “Este Jaime, este Jaime ...!” (el Rey ) / “El Rey se equivoca. Esto es un asunto entre militares” (Armada a Laina)/ “Ni está ni se le espera” (Sabino sobre Armada) / “Adolfo, tenías razón, Armada es un traidor”/ “Mariano, trae a Armada a mi despacho” / “¿Qué es lo que pretendes? Depón tu actitud inmediatamente” (Sabino a Tejero) / Yo no recibo más órdenes que las del general Milans del Boch” (Tejero a Sabino) / “Tengo el apoyo de los socialistas” (Armada a Sabino) / “Ya has cumplido con tu deber. ¡Retírate! (El Jefe del Estado Mayor al comandante Pardo Zancada / “Ya sabes, tú y yo no nos hemos visto ni hablado con anterioridad” (Armada a Milans) / ¡Viva España, coxx! (García Carrés) / “Aguanta Antonio” (García Carrés a Tejero) / Después de este mensaje ya no puedo volverme atrás” (Rey Juan Carlos) / Paco, no sé como agradecerte lo que has hecho por la Monarquía y por mí” (el Rey a Laina) / “Sabino, ¿te habrás equivocado?” (el Rey a Sabino) / “Si me he equivocado, mis compañeros me fusilarán al amanecer” (Sabino al Rey) / Y....¡¡¡Felipe, no te duermas!!!!
Garzón ha dado el nivel cultural de los ministros “proponidos”, en su día por Sánchez. Salvo alguna que otra excepción, ¡qué vergüenza! (...) Sólo tres personas sabían la auténtica verdad sobre el 23F: Armada, Sabino y Juan Carlos. Los dos primeros están muertos y el Rey no hablará ¡jamás! (...)Todo se sabría si su viuda hiciera públicos los papeles o memorias de su marido ¿Por qué no lo hace? (...) Qué triste amnesia la de los comentaristas del 23F. Casi nadie ha recordado al general Sabino, a quien le debemos tanto como al Rey (...) Uno de los resultados de las desvergonzadas declaraciones del impresentable hijo es que Hacienda haya decidido investigar a su sufridora madre. ¡Qué miserable eres, tío! (...) El famoso futbolista del Barcelona gana 14 veces más que el ejecutivo mejor pagado de España. ¿Agravio comparativo? (...) Ha reconocido que se ha acostado con... ¡120! mujeres durante su matrimonio y que se retiraba... por un tiempo para poder ir a rehabilitación. ¡No conozco a ninguno que se haya rehabilitado! (...) La batalla judicial del famoso cantante contra su asesor o representante ha recordado la del famosísimo locutor de la radio contra el hombre a quien había confiado la administración de sus dineros. Éste acabó en la cárcel. Del dinero no se volvió a saber (...) Ni pidas a quien pidió ni sirvas a quien sirvió. Consejo a la supuesta niñera de los hijos de la impresentable ‘marquesa’.
JAIME PEÑAFIEL
27/02/2021
CHSSS...
COMO HACE 52 AÑOS...
LAS FRASES DEL 23F
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Mientras y según Paul Preston, uno de los historiadores que más luz ha arrojado sobre la historia de España en el siglo XX, el Conde de Barcelona, amargado y humillado, necesitaba estar solo. Para ello, cogió su velero y se alejó de Estoril hacia Figueira da Foz, en el Cabo Carvoeiro, adentrándose por el río Mondego hacia Coimbra, para atracar en el pueblo de Montemor-o-Velho, donde entró en un bar, pidió una botella de whisky y que conectaran para a ver, por televisión española, la retransmisión del discurso de su hijo.
Cincuenta y dos años después, aquel muchacho de entonces reconvertido hoy en padre, ha seguido también desde el exilio de Abu Dabi y por televisión el discurso que su hijo leía con cierta emoción –tres golpes de tos tuvo– con motivo del aniversario del 23F, un acontecimiento en que él fue el protagonista. Y al igual que su padre el Conde de Barcelona dijo, después de oír el discurso de su hijo: “Mi Juanito ha leído muy bien, aunque no le mencionó, también Don Juan Carlos le ha reconocido a Carlos Herrera: “Me he sentido reconfortado. El discurso de mi hijo ha sido muy correcto”. No era para menos. Don Felipe, a diferencia de Don Juan Carlos hacía 50 años, si se refirió a su padre como “El Rey Juan Carlos”.
Las palabras que se emplearon en la noche del 23F eran palabras de todos los días y no eran las mismas pero eran palabras bien empleadas aunque algunas mejor el silencio. Palabras que, en algunos casos, eran palabras que lloraban. Aquella noche también se derramaron lágrimas que hablaban. Estoy seguro que esa noche se pronunciaron palabras que sólo deberían servir una vez y que no nos gustaría oír de nuevo, porque el mejor uso que se puede hacer de algunas que se oyeron esa noche es callarse.
Demóstenes prefería las palabras que salvan a las palabras que agradan porque las palabras que no son seguidas de ningún efecto no cuentan para nada. ¿No sabes Prometeo que las palabras bien empleadas curan el mal de la cólera?
He aquí, a continuación, las mejores frases que se pronunciaron esa noche, frases enemigas del recuerdo, enemigas de la pena, enemigas de las lágrimas. Como decía el poeta, el recuerdo del dolor de esa noche es todavía dolor después de... nada menos que 40 años. Este año y con el discurso del Rey Felipe VI, hemos recordado cosas que no sabíamos que supiésemos y que nos han reconciliado con sus protagonistas. Otros recuerdos nos han desagradado como la primera de ellas del teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero:
“¡Quieto todo el mundo! ¡Al suelo! / “¡Hay tiros en el Congreso!” (un ayudante a Gabeiras)/ “¡Militar, por supuesto!”/ “Se sienten, coxx!” / “Al primer movimiento de manos, se mueve esto” / “Jaime, tienes que acabar de una vez (el Rey a Milans)” / “Este Jaime, este Jaime ...!” (el Rey ) / “El Rey se equivoca. Esto es un asunto entre militares” (Armada a Laina)/ “Ni está ni se le espera” (Sabino sobre Armada) / “Adolfo, tenías razón, Armada es un traidor”/ “Mariano, trae a Armada a mi despacho” / “¿Qué es lo que pretendes? Depón tu actitud inmediatamente” (Sabino a Tejero) / Yo no recibo más órdenes que las del general Milans del Boch” (Tejero a Sabino) / “Tengo el apoyo de los socialistas” (Armada a Sabino) / “Ya has cumplido con tu deber. ¡Retírate! (El Jefe del Estado Mayor al comandante Pardo Zancada / “Ya sabes, tú y yo no nos hemos visto ni hablado con anterioridad” (Armada a Milans) / ¡Viva España, coxx! (García Carrés) / “Aguanta Antonio” (García Carrés a Tejero) / Después de este mensaje ya no puedo volverme atrás” (Rey Juan Carlos) / Paco, no sé como agradecerte lo que has hecho por la Monarquía y por mí” (el Rey a Laina) / “Sabino, ¿te habrás equivocado?” (el Rey a Sabino) / “Si me he equivocado, mis compañeros me fusilarán al amanecer” (Sabino al Rey) / Y....¡¡¡Felipe, no te duermas!!!!
Garzón ha dado el nivel cultural de los ministros “proponidos”, en su día por Sánchez. Salvo alguna que otra excepción, ¡qué vergüenza! (...) Sólo tres personas sabían la auténtica verdad sobre el 23F: Armada, Sabino y Juan Carlos. Los dos primeros están muertos y el Rey no hablará ¡jamás! (...)Todo se sabría si su viuda hiciera públicos los papeles o memorias de su marido ¿Por qué no lo hace? (...) Qué triste amnesia la de los comentaristas del 23F. Casi nadie ha recordado al general Sabino, a quien le debemos tanto como al Rey (...) Uno de los resultados de las desvergonzadas declaraciones del impresentable hijo es que Hacienda haya decidido investigar a su sufridora madre. ¡Qué miserable eres, tío! (...) El famoso futbolista del Barcelona gana 14 veces más que el ejecutivo mejor pagado de España. ¿Agravio comparativo? (...) Ha reconocido que se ha acostado con... ¡120! mujeres durante su matrimonio y que se retiraba... por un tiempo para poder ir a rehabilitación. ¡No conozco a ninguno que se haya rehabilitado! (...) La batalla judicial del famoso cantante contra su asesor o representante ha recordado la del famosísimo locutor de la radio contra el hombre a quien había confiado la administración de sus dineros. Éste acabó en la cárcel. Del dinero no se volvió a saber (...) Ni pidas a quien pidió ni sirvas a quien sirvió. Consejo a la supuesta niñera de los hijos de la impresentable ‘marquesa’.