- Registrado
- 1 Jun 2017
- Mensajes
- 15.996
- Calificaciones
- 129.478
interesante entrevista:
destaco...
P. Se hablaba entonces de un brote entre feligreses evangélicos.
R. Al principio no sabíamos qué había pasado, porque Simón había dicho lo de los evangélicos, otra gente decía que por estar Torrejón cerca de la base aérea había habido movidas… nunca lo sabremos realmente. El otro foco era también Valdemoro, ambos éramos hospitales pequeños, probablemente si hubiera pasado en un gran hospital como La Paz o en el 12 de Octubre la gente se habría alertado más, pero cuando tose un hospital pequeño… al principio estuvimos muy frustrados porque tratamos de trasladar pacientes cuando teníamos mucha presión asistencial y nos decían, primero, que no fuéramos exagerados y segundo, que a ver si les íbamos a mandar algún caso y les íbamos a contagiar.
Es muy ‘heavy’, porque además, a los pacientes con insuficiencia respiratoria se les conecta al respirador, luego se les pone boca abajo —decúbito prono— y luego si esas dos cosas no funcionan, ante una insuficiencia grave, grave, hay una tercera opción que es conectarles a una membrana de circulación extracorpórea que se llama ECMO para oxigenarles. Eso no lo hay en todos los hospitales, solo en grandes hospitales públicos. Entonces si ese recurso no lo tengo en Torrejón necesito que alguno de estos centros se lo ofrezca a los pacientes. Intentamos trasladar a varios pacientes para ECMO y nos dijeron que no. Al principio nos asombró y luego sentimos indignación, porque ningún jefe de servicio es nadie para decir "no, porque no me quiero contagiar". Va contra toda ética.
P. ¿Cómo han vivido la falta de EPI y todo eso? Bueno, usted de hecho se contagió y estuvo de baja por covid-19.
R. Nosotros, al empezar los primeros, inicialmente teníamos materiales. Estábamos superorgullosos el primer mes porque, pese a llevar más tiempo que nadie trabajando, no caímos ninguno de los profesionales. Porque claro, si los equipos son efectivos y se cumplen las recomendaciones... de hecho, somos uno de los pocos sitios que ha dejado pasar a las familias a la UCI desde el minuto uno. Porque lo hacíamos no desde las recomendaciones de terror del Ministerio sino desde la ciencia. Si yo tenía la certeza de que no me estaba infectando, ¿por qué tengo que prohibir que pase la familia?
P. Bueno, la idea detrás de la prohibición también es proteger a los visitantes, ¿no?
R. Pero si la gente entra con su mascarilla, se lava las manos y no va a estar a menos de dos metros de distancia, ¿qué problema hay? Nosotros les dejábamos entrar a la puerta del box donde estaba el paciente, que había un cristal de separación, y ya está. No es la misma visita que poder verle de cerca y tocarle, pero bueno.
"No hay derecho a que el virus nos robe humanidad, uno se despide de su padre o de su madre una vez en la vida y ese momento es sagrado"
Y cuando ese paciente estaba en proceso de morir les dábamos un EPI, entonces pasaban y se despedían de sus familiares, así le podían coger la mano mientras se estaba muriendo. Porque nosotros pensamos que no hay derecho a que el coronavirus nos robe la humanidad. Uno se despide de su padre o de su madre una vez en la vida y ese momento es sagrado. Y además pienso que si, como profesionales, no somos capaces de exigir un EPI o de guardárnoslo en lugar de cedérselo a las familias, tenemos que hacer una profunda reflexión sobre qué clase de sociedad queremos ser. O somos.
P. Muchísima gente se va a quedar con eso para el resto de sus vidas, no haber podido decirles adiós.
R. Si tú eres personal sanitario y estás haciendo una cosa en contra de lo que sientes... al final te va a hacer un infeliz. Nosotros eso lo teníamos muy claro. ¿Qué pasó? Que cuando empezó a haber presión asistencial, cuando ya todo el mundo tenía el bicho en su casa y entonces se acabaron los materiales, el Ministerio cambió las recomendaciones de los usos del EPI. Se empezó a flexibilizar. Si antes usabas un EPI para cada acto, ahora tenías que guardarte un traje para todo el día. Si antes usabas una mascarilla para cada paciente, ahora guárdate una para todo el día. Ahí nosotros nos enfadamos mucho porque... ¿qué pasaba, es que antes nos habíamos pasado de protección o ahora no estábamos llegando?
P. Y la respuesta estaba clara.
R. Estaba clara, no estábamos llegando. Y en el momento que empezó a toser el primer compañero...
"La semana en la que el ministerio cambió la recomendación de los EPI, de nueve miembros del equipo caímos cinco"
La última semana de marzo. El lunes llamó el jefe de Anestesia, que decía que no olía, le habían hecho el test y había dado positivo. Ese mismo día, otros dos se hicieron la prueba y el martes les notificaron positivo. El martes fue otra compañera, cuyo marido había dado positivo. El jueves salí de una guardia horrible, me hice el test y di positivo. Esa semana en la que el ministerio cambió la recomendación, de nueve miembros del equipo caímos cinco. Y hasta ese momento ninguno habíamos caído, por lo que claramente hubo una causa-efecto. Cambiaron las reglas del juego, nos lanzaron sin escudos a la guerra y caímos. Creo que van como 80 sanitarios muertos y más de 50.000 contagiados.
P. Aquellos días de los que habla, finales de marzo y principios de abril, fue cuando se produjo un mayor colapso. ¿Cómo vivió aquellos momentos de triaje que ahora están otra vez de actualidad por el drama de las residencias?
R. A nosotros nos ha llamado mucho la atención esto porque, a los profesionales de cuidados intensivos, toda la vida lo primero que hacemos cuando nos llaman es decidir si un paciente tiene criterio de ingreso o no. Y eso no es en función de la edad, sino de los criterios de proporcionalidad y los principios de la bioética: justicia, autonomía del paciente, beneficencia y no maleficencia. Por ejemplo, si un abuelo de 80 años está bien, tienes que darle la oportunidad de ingresar en la UCI, aunque tienes que saber que en este planeta, cuando uno llega a mayor, lo normal es que cierre su biografía. Por otro lado, los cuerpos no responden igual cuando tienes 40 que 80. Por ejemplo, hace muy poco ha muerto Pau Donés con 53 años. Él no hubiera tenido ingreso en UCI, porque tenía una enfermedad oncológica terminal y no controlada. Criterio de UCI significa poner a las personas que tienen una enfermedad potencialmente mortal en su situación previa. Si tu situación previa es que estás en proceso de morir no tengo que conectarte a aparatos.
Por otro lado, es verdad que la distribución de la crisis ha sido superasimétrica. Madrid, Cataluña y las dos Castillas en Cuidados Intensivos las hemos pasado putas, y eso es una mierda, porque realmente, si tienes recursos o espacios en otras CCAA una de dos: o trasladas a pacientes —cosa que no parecía difícil cuando Italia estaban mandando gente a Alemania— o pides que movilicen profesionales y recursos técnicos. Esa reivindicación yo la hice el 20 de marzo y no contestó nadie. Luego, el 28 de marzo, las sociedades científicas de medicina y enfermería intensiva replicaron esta petición y nadie contestó. Ahí estábamos a una ratio de casi 1.000 muertos al día. Yo no sé qué habría pasado si nos hubieran hecho caso, lo que sí que sabemos es lo que ha pasado cuando no nos han hecho caso. Los que estábamos en primera línea estábamos saturados, y encima proponiendo soluciones.
En resumen, que es una putada que mucha gente haya tenido que tomar la decisión de "¿a quién ingreso, a uno de 60 o a otro de 70?" cuando en otras CCAA había gente de brazos cruzados. Y le digo más, hay jefes de servicio y cuadros directivos de hospitales que han dicho "estamos de acuerdo, vamos a mandar gente para ayudaros" y las consejerías no les han dejado.
También pensaba el día que Fernando Simón dijo que a todo el personal sanitario se le hacían test cuando se infectaban... Eso nos generó un encabronamiento brutal a los sanitarios porque era mentira, y pensaba que al día siguiente iba a dimitir. Para mí, ese día Simón dejó de ser médico para convertirse en político. Algún día me encantaría tomarme un café con él y preguntarle "tío, ¿y esto por qué? ¿Te salió a ti o te dijeron que lo tenías que decir?". Porque joder, ver a un epidemiólogo tan respetado como él mentir tan impunemente nos sentó fatal
En esta UCI empezó la historia del covid-19 en España: "Pedimos ayuda y nadie contestó"
El 15 de febrero, el doctor Gabriel Heras vio entrar a un hombre de 77 años en la UCI del hospital de Torrejón. A partir de aquel día, se acabó la normalidad para todos
www.elconfidencial.com
destaco...
P. Se hablaba entonces de un brote entre feligreses evangélicos.
R. Al principio no sabíamos qué había pasado, porque Simón había dicho lo de los evangélicos, otra gente decía que por estar Torrejón cerca de la base aérea había habido movidas… nunca lo sabremos realmente. El otro foco era también Valdemoro, ambos éramos hospitales pequeños, probablemente si hubiera pasado en un gran hospital como La Paz o en el 12 de Octubre la gente se habría alertado más, pero cuando tose un hospital pequeño… al principio estuvimos muy frustrados porque tratamos de trasladar pacientes cuando teníamos mucha presión asistencial y nos decían, primero, que no fuéramos exagerados y segundo, que a ver si les íbamos a mandar algún caso y les íbamos a contagiar.
Es muy ‘heavy’, porque además, a los pacientes con insuficiencia respiratoria se les conecta al respirador, luego se les pone boca abajo —decúbito prono— y luego si esas dos cosas no funcionan, ante una insuficiencia grave, grave, hay una tercera opción que es conectarles a una membrana de circulación extracorpórea que se llama ECMO para oxigenarles. Eso no lo hay en todos los hospitales, solo en grandes hospitales públicos. Entonces si ese recurso no lo tengo en Torrejón necesito que alguno de estos centros se lo ofrezca a los pacientes. Intentamos trasladar a varios pacientes para ECMO y nos dijeron que no. Al principio nos asombró y luego sentimos indignación, porque ningún jefe de servicio es nadie para decir "no, porque no me quiero contagiar". Va contra toda ética.
P. ¿Cómo han vivido la falta de EPI y todo eso? Bueno, usted de hecho se contagió y estuvo de baja por covid-19.
R. Nosotros, al empezar los primeros, inicialmente teníamos materiales. Estábamos superorgullosos el primer mes porque, pese a llevar más tiempo que nadie trabajando, no caímos ninguno de los profesionales. Porque claro, si los equipos son efectivos y se cumplen las recomendaciones... de hecho, somos uno de los pocos sitios que ha dejado pasar a las familias a la UCI desde el minuto uno. Porque lo hacíamos no desde las recomendaciones de terror del Ministerio sino desde la ciencia. Si yo tenía la certeza de que no me estaba infectando, ¿por qué tengo que prohibir que pase la familia?
P. Bueno, la idea detrás de la prohibición también es proteger a los visitantes, ¿no?
R. Pero si la gente entra con su mascarilla, se lava las manos y no va a estar a menos de dos metros de distancia, ¿qué problema hay? Nosotros les dejábamos entrar a la puerta del box donde estaba el paciente, que había un cristal de separación, y ya está. No es la misma visita que poder verle de cerca y tocarle, pero bueno.
"No hay derecho a que el virus nos robe humanidad, uno se despide de su padre o de su madre una vez en la vida y ese momento es sagrado"
Y cuando ese paciente estaba en proceso de morir les dábamos un EPI, entonces pasaban y se despedían de sus familiares, así le podían coger la mano mientras se estaba muriendo. Porque nosotros pensamos que no hay derecho a que el coronavirus nos robe la humanidad. Uno se despide de su padre o de su madre una vez en la vida y ese momento es sagrado. Y además pienso que si, como profesionales, no somos capaces de exigir un EPI o de guardárnoslo en lugar de cedérselo a las familias, tenemos que hacer una profunda reflexión sobre qué clase de sociedad queremos ser. O somos.
P. Muchísima gente se va a quedar con eso para el resto de sus vidas, no haber podido decirles adiós.
R. Si tú eres personal sanitario y estás haciendo una cosa en contra de lo que sientes... al final te va a hacer un infeliz. Nosotros eso lo teníamos muy claro. ¿Qué pasó? Que cuando empezó a haber presión asistencial, cuando ya todo el mundo tenía el bicho en su casa y entonces se acabaron los materiales, el Ministerio cambió las recomendaciones de los usos del EPI. Se empezó a flexibilizar. Si antes usabas un EPI para cada acto, ahora tenías que guardarte un traje para todo el día. Si antes usabas una mascarilla para cada paciente, ahora guárdate una para todo el día. Ahí nosotros nos enfadamos mucho porque... ¿qué pasaba, es que antes nos habíamos pasado de protección o ahora no estábamos llegando?
P. Y la respuesta estaba clara.
R. Estaba clara, no estábamos llegando. Y en el momento que empezó a toser el primer compañero...
"La semana en la que el ministerio cambió la recomendación de los EPI, de nueve miembros del equipo caímos cinco"
La última semana de marzo. El lunes llamó el jefe de Anestesia, que decía que no olía, le habían hecho el test y había dado positivo. Ese mismo día, otros dos se hicieron la prueba y el martes les notificaron positivo. El martes fue otra compañera, cuyo marido había dado positivo. El jueves salí de una guardia horrible, me hice el test y di positivo. Esa semana en la que el ministerio cambió la recomendación, de nueve miembros del equipo caímos cinco. Y hasta ese momento ninguno habíamos caído, por lo que claramente hubo una causa-efecto. Cambiaron las reglas del juego, nos lanzaron sin escudos a la guerra y caímos. Creo que van como 80 sanitarios muertos y más de 50.000 contagiados.
P. Aquellos días de los que habla, finales de marzo y principios de abril, fue cuando se produjo un mayor colapso. ¿Cómo vivió aquellos momentos de triaje que ahora están otra vez de actualidad por el drama de las residencias?
R. A nosotros nos ha llamado mucho la atención esto porque, a los profesionales de cuidados intensivos, toda la vida lo primero que hacemos cuando nos llaman es decidir si un paciente tiene criterio de ingreso o no. Y eso no es en función de la edad, sino de los criterios de proporcionalidad y los principios de la bioética: justicia, autonomía del paciente, beneficencia y no maleficencia. Por ejemplo, si un abuelo de 80 años está bien, tienes que darle la oportunidad de ingresar en la UCI, aunque tienes que saber que en este planeta, cuando uno llega a mayor, lo normal es que cierre su biografía. Por otro lado, los cuerpos no responden igual cuando tienes 40 que 80. Por ejemplo, hace muy poco ha muerto Pau Donés con 53 años. Él no hubiera tenido ingreso en UCI, porque tenía una enfermedad oncológica terminal y no controlada. Criterio de UCI significa poner a las personas que tienen una enfermedad potencialmente mortal en su situación previa. Si tu situación previa es que estás en proceso de morir no tengo que conectarte a aparatos.
Por otro lado, es verdad que la distribución de la crisis ha sido superasimétrica. Madrid, Cataluña y las dos Castillas en Cuidados Intensivos las hemos pasado putas, y eso es una mierda, porque realmente, si tienes recursos o espacios en otras CCAA una de dos: o trasladas a pacientes —cosa que no parecía difícil cuando Italia estaban mandando gente a Alemania— o pides que movilicen profesionales y recursos técnicos. Esa reivindicación yo la hice el 20 de marzo y no contestó nadie. Luego, el 28 de marzo, las sociedades científicas de medicina y enfermería intensiva replicaron esta petición y nadie contestó. Ahí estábamos a una ratio de casi 1.000 muertos al día. Yo no sé qué habría pasado si nos hubieran hecho caso, lo que sí que sabemos es lo que ha pasado cuando no nos han hecho caso. Los que estábamos en primera línea estábamos saturados, y encima proponiendo soluciones.
En resumen, que es una putada que mucha gente haya tenido que tomar la decisión de "¿a quién ingreso, a uno de 60 o a otro de 70?" cuando en otras CCAA había gente de brazos cruzados. Y le digo más, hay jefes de servicio y cuadros directivos de hospitales que han dicho "estamos de acuerdo, vamos a mandar gente para ayudaros" y las consejerías no les han dejado.
También pensaba el día que Fernando Simón dijo que a todo el personal sanitario se le hacían test cuando se infectaban... Eso nos generó un encabronamiento brutal a los sanitarios porque era mentira, y pensaba que al día siguiente iba a dimitir. Para mí, ese día Simón dejó de ser médico para convertirse en político. Algún día me encantaría tomarme un café con él y preguntarle "tío, ¿y esto por qué? ¿Te salió a ti o te dijeron que lo tenías que decir?". Porque joder, ver a un epidemiólogo tan respetado como él mentir tan impunemente nos sentó fatal