CRIMEN DE LOS GALINDOS, 1975

Confieso que en mi reconstrucción particular ese viaje no es tan relevante, y aquí en este punto tiendo a pensar lo mismo que se apunta en el libro de Juan Mateo como explicación. La perspectiva de que ese viaje implica más, en cualesquiera otros sentidos, empezaría a introducir otros escenarios de complicidades y cronologías más inquietantes.
A mí ese punto me parece algo rocambolesco y basado en pura especulación.En principio no parece que José tenga que estar implicado;no parece que haya indicios de ningún tipo.
 
A mí ese punto me parece algo rocambolesco y basado en pura especulación.En principio no parece que José tenga que estar implicado;no parece que haya indicios de ningún tipo.

Yo distinguiría diversos tipos de implicación.

Una cosa es ser cómplice, de alguna manera, de un delito de fraude fiscal o de otro tipo análogo, y otra de un delito de homicidio y/o asesinato.

El inspector de policía que investigó la reapertura del caso, y a tenor de lo que se dice por aquí en Sevilla, una de las personas que mejor conoce el caso, afirma directamente que Pepe González intervenía en el esquema del fraude fiscal de desvío del trigo, puesto que era la persona que llevaba físicamente el trigo desde el cortijo a Utrera, presuntamente, y su cooperación era necesaria para llevar a cabo cualquier tipo de presunto fraude que implicara movimiento de cosechas.

Entrevista Inspector Los Galindos

Afirma también el inspector, sr Vidal, de una manera más bien meridiana, el convencimiento de que hubo algún tipo de conversación entre Pepe González y su esposa, y coincide con el juez Asensio en la importancia de esa conversación, que, según ambos y debido a la configuración de la casa, hubo de ser escuchada por la madre de Pepe González, si bien ésta nunca quiso desvelar su contenido.

Entrevista Juez Heriberto Asensio

Ahora bien, ¿en el caso de que hubiera existido esa complicidad en un presunto delito de fraude...se hace extensible a otros delitos? Pues ni idea. Creo sinceramente que es una cuestión de tiempos y horarios, y por eso siempre me ha parecido tan importante en este caso una corroboración lo más exacta posible de los tiempos de los acontecimientos, y de hecho me ha sorprendido siempre lo poco que ha trascendido de la cronología exacta de los hechos.

Si la investigación judicial ha podido determinar con certeza que alguno de los asesinatos tuvo lugar antes aproximadamente de las 15 horas, o bien antes de que Pepe González abandonará el cortijo en su coche, bueno...entonces se explica esa aparente insistencia que nos comentan los instructores, de manera subliminal a veces y más directa en otras, por esa conversación que hubo en la casa de Paradas, con la madre probablemente escuchando al otro lado de la pared. Esa determinación colocaría a la figura de Pepe González en una posición algo más delicada, en mi opinión.

Por supuesto, menciono aquí que esta insistencia en dicha conversación no ha lugar en el libro de Juan Manuel, donde se exonera por completo a todas las victimas de cualquier presunto delito, con argumentos que se podrían discutir, tal vez en otro momento, puesto que la naturaleza del fraude a la que alude implica el funcionamiento de la sección de crédito de una antigua cooperativa, y desarrollar eso requeriría más tiempo.
 
Afirma también el inspector, sr Vidal, de una manera más bien meridiana, el convencimiento de que hubo algún tipo de conversación entre Pepe González y su esposa, y coincide con el juez Asensio en la importancia de esa conversación, que, según ambos y debido a la configuración de la casa, hubo de ser escuchada por la madre de Pepe González, si bien ésta nunca quiso desvelar su contenido

sobre esta conversacion
¿no se ha dicho,auqnue no se si es cierto que versaba sobre la conveniencia de que la mujer de Pepe fuera al cortijo a hacer companyia a la mujer del capataz pues éste iba a ir a sevilla?

Pepe González intervenía en el esquema del fraude fiscal de desvío del trigo, puesto que era la persona que llevaba físicamente el trigo desde el cortijo a Utrera, presuntamente, y su cooperación era necesaria para llevar a cabo cualquier tipo de presunto fraude que implicara movimiento de cosechas.

si, lo que pasa que no saebmos si el movil del crimen es algo relacionado con silenciar ese traslado fraudulento de trigo o,como dices, otros tejemanejes, de los que Pepe, poco podria saber
 
sobre esta conversacion
¿no se ha dicho,auqnue no se si es cierto que versaba sobre la conveniencia de que la mujer de Pepe fuera al cortijo a hacer companyia a la mujer del capataz pues éste iba a ir a sevilla?


si, lo que pasa que no saebmos si el movil del crimen es algo relacionado con silenciar ese traslado fraudulento de trigo o,como dices, otros tejemanejes, de los que Pepe, poco podria saber

Esa es la versión que aparece en el libro del hijo del marqués, y es ciertamente coherente, en el sentido de ser posible. Lo que a mí personalmente me extraña, y esto es una mera conjetura, es que fuentes muy próximas al caso (juez e investigadores) insistan en esa conversación como en una explicación relevante, algo que no cuadra con el hecho de que fuera simplemente una conversación en relación con pasar la tarde acompañando a la mujer de Zapata. Es decir, creo, y esto es una apreciación personal, que la investigación sabe algo que la opinión pública no, que determina que esa conversación pueda ser relevante, e intuyo que puede ser algo relacionado con la cronología de los acontecimientos.

Parece que el móvil es económico, aunque las versiones difieren si sobre desvíos de fondos en la cooperativa o bien desvío directo de trigo. El libro de Juan Manual se inclina por lo primero, lo que liberaría de responsabilidad en principio a Pepe, aunque en realidad no lo explica o lo hace de manera muy confusa, algo normal porque el funcionamiento de las secciones de crédito (una especie de bancos informales existentes en el ámbito de algunas cooperativas) es un tema técnico difícil de explicar a alguien profano. No es éste el momento de hacerlo. De cualquier manera, el autor ha afirmado que habrá una segunda parte acerca del móvil, aunque no estoy yo muy seguro del recorrido de esa línea de investigación.

Yo si tuviera que quedarme con un móvil me quedaría desde luego con la teoría del desvío de trigo, cuantificado en unos 50.000 kilos al año, que podría ser el equivalente de unos 100.000 euros al año, actualizando por el IPC. Estaríamos hablando de una sisa de unos 250 kilogramos por hectárea, creo, algo que se puede más o menos disimular en el contexto de unas producciones medias de trigo de unos 2.500 kg/ha.
 
Yo distinguiría diversos tipos de implicación.

Una cosa es ser cómplice, de alguna manera, de un delito de fraude fiscal o de otro tipo análogo, y otra de un delito de homicidio y/o asesinato.

El inspector de policía que investigó la reapertura del caso, y a tenor de lo que se dice por aquí en Sevilla, una de las personas que mejor conoce el caso, afirma directamente que Pepe González intervenía en el esquema del fraude fiscal de desvío del trigo, puesto que era la persona que llevaba físicamente el trigo desde el cortijo a Utrera, presuntamente, y su cooperación era necesaria para llevar a cabo cualquier tipo de presunto fraude que implicara movimiento de cosechas.

Entrevista Inspector Los Galindos

Afirma también el inspector, sr Vidal, de una manera más bien meridiana, el convencimiento de que hubo algún tipo de conversación entre Pepe González y su esposa, y coincide con el juez Asensio en la importancia de esa conversación, que, según ambos y debido a la configuración de la casa, hubo de ser escuchada por la madre de Pepe González, si bien ésta nunca quiso desvelar su contenido.

Entrevista Juez Heriberto Asensio

Ahora bien, ¿en el caso de que hubiera existido esa complicidad en un presunto delito de fraude...se hace extensible a otros delitos? Pues ni idea. Creo sinceramente que es una cuestión de tiempos y horarios, y por eso siempre me ha parecido tan importante en este caso una corroboración lo más exacta posible de los tiempos de los acontecimientos, y de hecho me ha sorprendido siempre lo poco que ha trascendido de la cronología exacta de los hechos.

Si la investigación judicial ha podido determinar con certeza que alguno de los asesinatos tuvo lugar antes aproximadamente de las 15 horas, o bien antes de que Pepe González abandonará el cortijo en su coche, bueno...entonces se explica esa aparente insistencia que nos comentan los instructores, de manera subliminal a veces y más directa en otras, por esa conversación que hubo en la casa de Paradas, con la madre probablemente escuchando al otro lado de la pared. Esa determinación colocaría a la figura de Pepe González en una posición algo más delicada, en mi opinión.

Por supuesto, menciono aquí que esta insistencia en dicha conversación no ha lugar en el libro de Juan Manuel, donde se exonera por completo a todas las victimas de cualquier presunto delito, con argumentos que se podrían discutir, tal vez en otro momento, puesto que la naturaleza del fraude a la que alude implica el funcionamiento de la sección de crédito de una antigua cooperativa, y desarrollar eso requeriría más tiempo.

No logro saber para qué iban a acudir al Cortijo yendo ella vestida de manera tan formal.
Si lo querían acallar a él bastaba con matarlo allí mismo (dando por hecho que esté implicado) y no hacerlo ir hasta su casa a por su mujer que quizà no sabría nada y por tanto no era necesario matarla,o si lo sabía te expones a que durante el camino de ida y vuelta Pepe se arrepintiera y diera la voz de alarma.
Sinceramente lo que más me cuadra es que aparecieron allí por sorpresa,como Parrila,y hubo que eliminarlos..apenas les dejaron bajar del coche por si mismos.
 
Por otro lado me extraña que de saber algo así y que figurara en el sumario (tipo de conversaciòn que mantuvieron,que bien pudo ser al oído o muy bajo,y la buena señora oírles hablar pero no entenderles) a día de hoy no se haya filtrado cuando el caso está prescrito.Si perdieron el expediente como para multar al que filtre algo de informaciòn.De hecho Frontela lo hizo.
 
No logro saber para qué iban a acudir al Cortijo yendo ella vestida de manera tan formal.
Si lo querían acallar a él bastaba con matarlo allí mismo (dando por hecho que esté implicado) y no hacerlo ir hasta su casa a por su mujer que quizà no sabría nada y por tanto no era necesario matarla,o si lo sabía te expones a que durante el camino de ida y vuelta Pepe se arrepintiera y diera la voz de alarma.
Sinceramente lo que más me cuadra es que aparecieron allí por sorpresa,como Parrila,y hubo que eliminarlos..apenas les dejaron bajar del coche por si mismos.

También me he preguntado a veces...¿Y cómo sabe alguien que ella iba vestida de manera relativamente formal para la hora y el lugar? De él se puede intuir algo porque apareció una chaqueta en el asiento del coche, pero...y de ella? A la vista de los restos carbonizados imposible saberlo. Ergo, si esa filtración del sumario es cierta, alguien en el pueblo, tal vez la misma persona que estaba en la pared contigua, los vio y dijo que iba vestida de una determinada manera.

Por recapitular:

1) Opción que defiende el libro de Juan Manuel: Zapata les ha dicho que pasen la tarde con su esposa mientras él va a Sevilla a contarle algo al padre de la dueña del cortijo, esposa del marqués. Pepe sale del cortijo más o menos a las 15:00-15:15 (el trayecto al pueblo puede ser 15 minutos, aprox.) antes de que haya ocurrido ningún homicidio, pero no necesariamente antes de que estén presentes las dos personas, probablemente, que mantienen una discusión con Zapata, cuyo desenlace conocemos. Puede explicar en parte el hecho de que se cambien de ropa, más en el caso de ella que en de él, porque se supone que Zapata quería que por la tarde Pepe siguiera con la reparación de un tractor, y cambiarse a ropa de "civil" no sería lo más lógico. Bajo esta hipótesis, perfectamente plausible con los datos de que disponemos, lo único que echo en falta es que la presunta conversación entre marido y mujer no parece en principio que fuera muy relevante, tal y como de manera implícita dan a entender los investigadores. Esta hipótesis puede valer tanto si los asesinos los esperaban, como si no eran conscientes de que iban a volver al cortijo.

2) Opción en la que cuando sale Pepe del cortijo algo ha ocurrido ya: Explicaría más el interés en la conversación entre ambos, pero no explica en absoluto ni el cambio de vestuario, ni por otra parte el hecho de que Pepe no se fuera directamente a la Guardia Civil. Es un supuesto que revelaría presuntamente algún tipo de complicidad en la trama general.

Yo me inclino por la primera, pero reconozco que no tengo elementos para descartar del todo la segunda, y es especialmente por la dichosa insistencia en que hay una conversación que dicen es relevante.
 
Última edición por un moderador:
Por otro lado me extraña que de saber algo así y que figurara en el sumario (tipo de conversaciòn que mantuvieron,que bien pudo ser al oído o muy bajo,y la buena señora oírles hablar pero no entenderles) a día de hoy no se haya filtrado cuando el caso está prescrito.Si perdieron el expediente como para multar al que filtre algo de informaciòn.De hecho Frontela lo hizo.

La constatación por varias fuentes de la existencia de dicha conversación supongo (no tengo ni idea de derecho procesal, ni de ningún otro tipo) que constituye en sí misma una filtración, así como lo será haber identificado a la persona que escuchó la misma, llegando incluso a revelar que nunca quiso desvelar su contenido. Aquí como en muchos otros aspectos del caso, interpreto la semántica de las declaraciones y entiendo de lo anterior que sí hubo una conversación, sí hubo quién la oyó e incluso que esa persona conscientemente no quiso nunca revelar su contenido.

Lo que no puede filtrarse obviamente es de qué trató esa conversación porque, aparentemente, la única persona que lo sabía tras el 22 de julio del 75 se llevó el secreto a la tumba.
 
Yo me inclino por la primera, pero reconozco que no tengo elementos para descartar del todo la segunda, y es especialmente por la dichosa insistencia en que hay una conversación que dicen es relevante.

Yo también me inclino por la primera.
No conozco el caso de manera tan exhaustiva como tú pero no llego a entender porque le dan tanta importancia a esa conversaciòn sin llegar al fondo.Es decir,si saben o intuyen que fue lo que comentò José a su mujer,¿por qué no lo investigaron? Nadie se interesò por saber a fondo los negocios que tenían lugar en el Cortijo? ¿O los negocios que el marqués,como dueño,llevaba a cabo? No puede ser que sea una simple conjetura de los investigadores la importancia que se le da a esa conversaciòn? Es más,creo que aún tratàndose de que José le dice a su mujer: “ vístete que tenemos que ir al Cortijo para echar un cable a Zapata,que se tiene que ausentar hasta Sevilla” o similar, ya podríamos decir que en la conservaciòn también puede estar la clave: la marcha del capataz a un sitio donde no solía acudir a esas horas.
 
En breve se cumplen 45 anyos; articulo conmemorativo en La Vanguardia; poco de nuevo quiza a alguien le interese un resumen



SUCESOSEl crimen de Los Galindos: 45 años de incertidumbres
Este quíntuple asesinato cometido en 1975 en un cortijo de la provincia de Sevilla prescribió hace años sin culpables | Nuevas teorías como la del hijo de los propietarios, los marqueses de Griñana, en la que implica a su padre en los hechos impiden el olvido
El crimen de Los Galindos: 45 años de incertidumbres
Fachada del cortijo Los Galindos en una foto tomada en los días del crimen múltiple (EFE/Archivo) VER GALERÍA
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ENRIQUE FIGUEREDO, BARCELONA
22/07/2020 06:00 | Actualizado a 22/07/2020 17:39
Los termómetros alcanzaban casi los 50 grados en el cortijo Los Galindos el 22 de julio de 1975. Fue ese mismo día de temperatura extrema en el que cinco personas fueron asesinadas en el caserío. Hoy se cumplen 45 años de aquella matanza ocurrida a pocos meses de la muerte del dictador Francisco Franco. Ello no supuso que las viejas usanzas del latifundismo andaluz hubiera caducado. Los marqueses de Grañina eran los dueños de la finca. Hay quien sostiene, como uno de los hijos del matrimonio, que el marqués estuvo implicado en los hechos.
Las cinco personas asesinadas: Manuel Zapata, Juana Martín, José González, Asunción Peralta y Ramón Parrilla
Las cinco personas asesinadas: Manuel Zapata, Juana Martín, José González, Asunción Peralta y Ramón Parrilla (LA VANGUARDIA)AMPLIAR

Los fallecidos fueron el capataz de Los Galindos, Manuel Zapata, de 59 años; su esposa, Juana Martín, de 53 (ambos moraban en una vivienda del cortijo); otro empleado de la finca, José González, de 27; su esposa, de 33, Asunción Peralta, la única que no estaba laboralmente vinculada a la explotación agropecuaria; y el tractorista Ramón Parrilla, de 39. Esas fueron las cinco personas asesinadas por motivos nunca esclarecidos oficialmente. El caso prescribió en 1995 sin castigo alguno.











Los Galindos se encuentra en la localidad de Paradas, en la provincia de Sevilla. La concejal de Cultura de dicho municipio, Alba García, pide que el “pueblo no sea recordado solo por eso”, aunque es consciente que un suceso tan macabro y que ha sido durante décadas origen de muchos rumores y teorías, fundamentadas muchas veces en leyendas o mentiras, ha calado muy hondo.
Vista panorámica del cortijo de Los Galindos, en Pradas, Sevilla
Vista panorámica del cortijo de Los Galindos, en Pradas, Sevilla (Almuzara)AMPLIAR
“Cuando en el colegio nos pedían que hiciéramos un trabajo, se acababa haciendo muchas veces sobre esos hechos, recuerdo que recortábamos diarios viejos y muchas veces nos pasábamos después una semana sin dormir”, confiesa la concejal a la que ese episodio de muerte y violencia le queda biológicamente lejos. Tiene 30 años.

Excepto en el caso el tractorista Ramón Parrilla, cuyo cadáver apareció con impactos de bala de escopeta, las otras cuatro víctimas murieron básicamente a golpes propinados con una pieza de hierro de una empacadora, de forma irregular, con aspecto de antena antigua de televisión, conocida como pajarito. Alguna de las víctimas también recibió culatazos.
El criminal o criminales trataron de quemar dos de los cadáveres en un cobertizo del cortijo rociándolos con combustible

Los cadáveres del matrimonio formado por José González y Asunción Peralta trataron de ser quemados por el autor o autores en una especie de cobertizo e incluso hay quien sostiene, como el profesor Luis Frontela, que hizo una segunda autopsia 10 años después del suceso, que eso ocurrió después de un intento de desmembramiento de los cuerpos.

Uno de los patios del Cortijo de los Galindos donde se cometió un quíntuple crimen el 22 de julio de 1975
Uno de los patios del Cortijo de los Galindos donde se cometió un quíntuple crimen el 22 de julio de 1975 (Almuzara)AMPLIAR
El cadáver de Juana Martín quedó escondido en una de las habitaciones de su casa, en la vivienda del capataz, aunque fue atacada en el pasillo, cerca de la puerta. El reguero de sangre en el suelo lo confirma, así como que tuvo que ser desplazada por dos personas que la sujetaron a peso muerto de brazos y piernas.

El cuerpo de su marido, Manuel Zapata, el capataz, apreció tres días después cubierto de Paj* en área de la finca que supuestamente se había revisado ya, pero que nadie alcanzó a ver en aquellos primeros momentos. Hay quien sostiene que alguien lo puso allí más tarde.
Durante esos tres días de ausencia, recayeron sobre Zapata todas las sospechas injustamente. Cuando apareció su cuerpo fue entonces cuando los investigadores -la Guardia Civil, primero, y después la Policía- se centraron en la personas de José González al que, en un relato inverosímil, le atribuyeron una matanza por celos o resentimiento y que después habría tratado de suicidarse cayendo sobre el fuego tras sufrir un desvanecimiento.
Cartel anunciador de la misa que se celebró en memoria de las cinco personas asesinadas en el cortijo.
Cartel anunciador de la misa que se celebró en memoria de las cinco personas asesinadas en el cortijo. (EFE / Archivo)AMPLIAR
“Los primeros momentos tras descubrirse los cuerpos fueron un desastre. Se destruyeron todas las pruebas”, explica a La Vanguardia el doctor Ildefonso Arcenegui, entonces un estudiante de medicina que acompañó a su padre, médico forense ya retirado aquellos días, pero que tuvo que hacerse cargo de los levantamientos porque los titulares del juzgado no estaban o estaban de vacaciones, como el propio instructor.

“El asesinato de una mujer era una cosa rarísima, después descubrí dos cadáveres más”

ILDEFONSO ARCENEGUI Médico, estudiante entonces, que participó en los levantamientos
“Cuando fuimos para allá parecía una cosa de rutina. Pero no, el asesinato de una mujer era una cosa rarísima. La mayoría de los levantamientos eran por accidente de tráfico o por su***dio, por ahorcamiento. Después descubrí personalmente los dos cadáveres que se habían intentado quemar y más tarde, con mi padre, descubrimos otro cuerpo”, explica el doctor Arcenegui. Fue él quien hizo parte de las fotos de la escena del crimen.
En aquellas labores, le acompañó en muchos momentos José Zapico, un oficial jubilado del juzgado de Écija, de 78 años, que por aquel entonces se encontraba de vacaciones en la zona y que se vio envuelto en la improvisada comisión judicial que se organizó para el más trascendental caso criminal de la provincia de Sevilla. El oficial acabó visitando la finca cada día durante más de un mes y medio tras aquel primero jornada que ha marcado parte de su vida. Hizo inspecciones oculares y tomó nota de todo.
Imagen histórica del cortijo Los Galindos, tomada en días posteriores al quíntuple crimen
Imagen histórica del cortijo Los Galindos, tomada en días posteriores al quíntuple crimen (EFE / Archivo)AMPLIAR

“Aquello parecía un mercadillo”, comenta Zapico a este diario al referirse a los curiosos y periodistas que estuvieron visitando el cortijo tras el descubrimiento de los cuatro primeros cadáveres.
“No hubo nada de crimen pasional, ni crimen rural. De hecho, no querían matar a nadie porque los autores no llevaban arma alguna. No creo que hubiera intención de matar”, recalca este empleado del aparato judicial jubilado, quien reconoce que el suceso le ha llegado a interesar hasta casi la obsesión. Conoce el sumario al dedillo.
Considera que el móvil que desencadenó la muerte no planificada del capataz –primero en fallecer y último en ser localizado– fue netamente económico. En eso coincide con Juan Mateo Fernández de Córdova Delgado, hijo de los marqueses, que tenía 15 años cuando ocurrieron los hechos. El año pasado, este empresario publicó un libro El crimen de los Galindos, la verdad (Almuzara) en el que implica a su padre el marqués en los hechos.

El marqués de Grañina, Gonzalo Fernández de Córdova y Topete, en una foto familiar, junto a una cuñada
El marqués de Grañina, Gonzalo Fernández de Córdova y Topete, en una foto familiar, junto a una cuñada (Almuzara)AMPLIAR

Según el autor en conversación con La Vanguardia, el marqués estaría implicado en un desfalco en una cooperativa de Utrera y el capataz, siendo hombre de una gran rectitud, al descubrirlo, habría decidido contárselo a la marquesa y al padre de ella. González de Córdova padre habría contactado con un hombre de gran corpulencia y de imagen intimidatoria, al que el firmante del libro llama Curro, y de imagen para que entre ambos convencieran a Zapata de guardar silencio. El administrador, Antonio Gutiérrez, habría asistido al marqués en esta operación.
Antonio Gutiérrez Martín, administrador de las propiedades de la familia y mano derecha del marqués de Grañina
Antonio Gutiérrez Martín, administrador de las propiedades de la familia y mano derecha del marqués de Grañina (Almuzara)AMPLIAR
Como en el relato del agente judicial Zapico, en la reconstrucción de los hechos que hace el hijo de los marqueses no cabe la premeditación. “Fue algo casual. Quisieron convencerle y hasta es posible que quisieran darle unos guantazos, pero luego todo se enturbió”, afirma Juan Mateo Fernández de Cordova. Tras la muerte del capataz, las otras muertes fueron llegando supuestamente fruto de la casualidad y de la impericia del criminal. “Mi padre vio dos de las muertes, pero no participó en ninguna”, remarca el descendiente de los marqueses.

María de las Mercedes Delgado y Durán, dueña del cortijo y esposa del Marqués de Grañina, con su hijo Juan Mateo Fernández de Córdova Delgado, autor del libro 'El crimen de los Galindos, toda la verdad', en una imagen del archivo familiar
María de las Mercedes Delgado y Durán, dueña del cortijo y esposa del Marqués de Grañina, con su hijo Juan Mateo Fernández de Córdova Delgado, autor del libro 'El crimen de los Galindos, toda la verdad', en una imagen del archivo familiar (Almuzara)AMPLIAR
“Con este libro he querido establecer definitivamente la inocencia de nuestros trabajadores y sus mujeres, aunque ello me ha causado problemas con mi familia. Me ha traído muchas complicaciones, pero estoy satisfecho del trabajo hecho”, remarca el autor del último libro sobre el crimen de Los Galindos.
“Si lo que cuenta el libro es verdad -dice la concejal de Cultura de Paradas, Alba García–, se ha hecho justicia con las víctimas y el pueblo vive tranquilo y sigue tranquilo, aunque aquí ha habido mucho miedo”.
El oficial de juzgado Zapico cree que el relato de los hechos de González de Cordova no se ajusta para nada a lo que él cree que ocurrió y lo considera un texto novelado. “Sí que creo que el móvil fue económico, pero no el que cuenta el hijo del marqués sino más bien con el hecho de que la marquesa, la dueña de las propiedades, iba a separarse (como efectivamente ocurrió al año siguiente del crimen) y a dejar al marqués lejos de la administración de aquella inmensa fortuna”, comenta el hombre que redactó las primeras inspecciones oculares.
Visión del patio del cortijo, desde el interior de una de las alas de la casa
Visión del patio del cortijo, desde el interior de una de las alas de la casa (Almuzara)AMPLIAR
Tenga quien tenga razón, los interrogatorios a los que se sometió al entonces marqués estuvieron contaminados por los viejos usos tardofranquistas. Él, comandante retirado del Ejército, interrogado por un cabo jefe de puesto que, al parecer, tuvo que cuadrarse ante él varias veces, no iba a doblegarse fácilmente. Dijo que aquella primera noche tras el descubrimiento de los cuatro primeros cadáveres dormiría en el cortijo y no hubo quien se lo impidiera.
Su hijo cuenta en el libro que había escondido el cadáver del capataz con ayuda del administrador en un armario de la casa para días más tarde recolocarlo fuera de la casa donde finalmente se encontró. Eso, Zapico tampoco se lo cree. Pero otros, sí. Son 45 años de incertidumbres con nuevos desafíos. El hijo del marqués no descarta una segunda entrega con datos facilitados por supuestos conocedores de los hechos que han reaccionado tras leer su libro
 
Para ser una efeméride "redonda" (45 años, múltiplo de lustro) este 22 de julio ha pasado relativamente desapercibido en prensa y medios. Supongo que los últimos 12 meses más intensos, tras la publicación del libro de uno de los hijos de los marqueses y la consiguiente reacción pública, tendrá algo que ver.

Lo irónico del asunto es que, en mi opinión, el libro en muchos aspectos supone una involución de la investigación, o, para ser más precisos, de lo que la opinión publica puede llegar a conocer del caso.

Un móvil mal explicado y difícil de creer, promesas de volver a las librerías con un segundo volumen de material incierto y no necesariamente relacionado con el caso, nulos datos fehacientes y verificables, pasajes novelados en los que no se aportan pruebas...Conforme más lo releo, más tiendo a pensar que, como en la serie, "la verdad está ahí fuera"; del libro en este caso.

Con el expediente oficial perdido por la Administración de Justicia, las casi nulas esperanzas se centran en una improbable confesión (uno de los autores materiales podría estar vivo todavía) y, desde el punto de vista documental, en el "expediente paralelo" en poder del Sr. Zapico, que conoce más del caso de lo que afirma.
 
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