Todo sobre la boda de Cayetana de Alba aqui por favor PARTE III

LAS CARAS DE ÉL EN LAS TELES Y EN EL HOLA..........

A NADIE LE PARECE LÓGICO NI DIVERTIDO, NI GRACIOSO, NI NADA QUE DESPRENDA ALGO POSITIVO LA DEMOSTRACIÓN DELIRANTE DE ESTA MUJER. Y SUPONGO QUE AÚN MENOS A QUIÉN SE CREE EL PRÍNCIPE DE GALES.

NI DE HABER GOZADO DE UNA BUENA CONDICIÓN FÍSICA. NI DE HABER SABIDO BAILAR.
PERO ES QUE NO ES EL CASO

O ES QUE LO QUE INTERPRETÓ LA DUQUESA FUE UN BAILE? Y DE SER ASÍ ¿QUE FUÉ LO QUE BAILÓ?
 
SI, ES EL TRAJE DEL EMPERADOR. LO RESUME MUY BIEN LA IMAGEN DE LA DUQUESA A LA PUERTA DE SU CASA, TOMADA DESDE ARRIBA,SUPONGO QUE DESDE UN BALCÓN, Y LOS LOCUTORES DICIENDO QUE LA BULERIA QUE BAILA ES UN REGALO QUE HACE LA DUQUESA A ESPAÑA.

LO PRIMERO INDEPENDIENTEMENTE DE LA BODA Y BLABLABLA. ESO NO PUEDE SER UNA BULERIA. NO ENTIENDO DEL TEMA, PERO ESOS GESTOS QUE HACE NO SON NADA. SON MOVIMIENTOS TIPO JAPONÉS EN EL CAFÉ DE CHINITAS MIENTRAS VEN UNO DE SUS ESPECTÁCULOS. NADA MAS.

Y ESO SE SUPONE QUE ES UN REGALO A ESPAÑA.

DE VERDAD, SI A ALGUIEN LE EXTRAÑA QUE ESTE PAÍS SEA EL QUE MENOS LEE, EL QUE MAS SE GASTA EN OPERACIONES DE ESTÉTICA, EL QUE ROMPE TODOS LOS RATIOS NÚMERO DE HABITANTES/CONSUMO DE DROGAS, EL DEL PARO, LA GENTE QUE DICE QUE MATAR A UN TORO ES ARTE,EL DE LA DESOLACIÓN, LAS FAMILIAS QUE EN MASA VUELVEN AL HOGAR DE SUS PADRES PA ALQUILAR SU CASA Y PAGAR LA HIPOTECA.
PUES NO SE.
LA BODA DE ESTA MUJER ES COMO LA APORTACIÓN DE ESO QUE LLAMAN "LA NOBLEZA" (QUE SUENA A DESCOJONE) AL CAÓTICO DEVENIR DEL MUNDO, Y A LA MAS QUE COMPLICADA SITUACIÓN DE ESPAÑA , SUS CINCO MILLONES DE PERSONAS SIN EMPLEO Y SUS CORRESPONDIENTES FAMILIAS.

ESTA MUJER ES LA CABEZA VISIBLE DE LA ESPAÑA QUE ALGÚN DÍA DESAPARECERÁ, AFORTUNADAMENTE, Y QUE A DÍA DE HOY LO QUE ESPERARÍAMOS ES LA SENSATEZ DE QUE NADIE HICIERA POR PERPETUARLA.


Estupendo.
Tus palabras las hago mías, Helen. Y me sumo a tus deseos de desaparición de "esa" España.
Aunque, con lo que se nos avecina, lo veo difícil.

--- Unir Mensajes Automaticamente ---

Sólo alguien tan necio puede osar desafiar a Dios, qué lastima de persona...


¡Madre del amor hermoso!
Lo que te decía, Helena.
 
Estupendo.
Tus palabras las hago mías, Helen. Y me sumo a tus deseos de desaparición de "esa" España.
Aunque, con lo que se nos avecina, lo veo difícil.

--- Unir Mensajes Automaticamente ---




¡Madre del amor hermoso!
Lo que te decía, Helena.


SI MADAME CAROLINE JEJEEJEJ QUE DIOS NOS AMPARE¡

A VER QUIÉN PUEDE MAS EL DIOS DEAMPARÁNDOME O EL DECASTIGÁNDOME

:a29:
 
[QUOTE=SOYHELENA;1352715]SI, ES EL TRAJE DEL EMPERADOR. LO RESUME MUY BIEN LA IMAGEN DE LA DUQUESA A LA PUERTA DE SU CASA, TOMADA DESDE ARRIBA,SUPONGO QUE DESDE UN BALCÓN, Y LOS LOCUTORES DICIENDO QUE LA BULERIA QUE BAILA ES UN REGALO QUE HACE LA DUQUESA A ESPAÑA.
LO PRIMERO INDEPENDIENTEMENTE DE LA BODA Y BLABLABLA. ESO NO PUEDE SER UNA BULERIA. NO ENTIENDO DEL TEMA, PERO ESOS GESTOS QUE HACE NO SON NADA. SON MOVIMIENTOS TIPO JAPONÉS EN EL CAFÉ DE CHINITAS MIENTRAS VEN UNO DE SUS ESPECTÁCULOS. NADA MAS.
Y ESO SE SUPONE QUE ES UN REGALO A ESPAÑA.
DE VERDAD, SI A ALGUIEN LE EXTRAÑA QUE ESTE PAÍS SEA EL QUE MENOS LEE, EL QUE MAS SE GASTA EN OPERACIONES DE ESTÉTICA, EL QUE ROMPE TODOS LOS RATIOS NÚMERO DE HABITANTES/CONSUMO DE DROGAS, EL DEL PARO, LA GENTE QUE DICE QUE MATAR A UN TORO ES ARTE,EL DE LA DESOLACIÓN, LAS FAMILIAS QUE EN MASA VUELVEN AL HOGAR DE SUS PADRES PA ALQUILAR SU CASA Y PAGAR LA HIPOTECA.PUES NO SE.
LA BODA DE ESTA MUJER ES COMO LA APORTACIÓN DE ESO QUE LLAMAN "LA NOBLEZA" (QUE SUENA A DESCOJONE) AL CAÓTICO DEVENIR DEL MUNDO, Y A LA MAS QUE COMPLICADA SITUACIÓN DE ESPAÑA , SUS CINCO MILLONES DE PERSONAS SIN EMPLEO Y SUS CORRESPONDIENTES FAMILIAS.
ESTA MUJER ES LA CABEZA VISIBLE DE LA ESPAÑA QUE ALGÚN DÍA DESAPARECERÁ, AFORTUNADAMENTE, Y QUE A DÍA DE HOY LO QUE ESPERARÍAMOS ES LA SENSATEZ DE QUE NADIE HICIERA POR PERPETUARLA.[/QUOTE]

Me saco el sombrero ante tus palabras. Sabias y claras.
 
Lou, no entiendo cuando dices que la mirada del hoy marido de la señá Duquesa es de "venganza y resentimiento"
Serán fingidas, no lo sé, pero si parece que le mira con respeto
y cariño, que no digo AMOR y no sé qué venganza puede esgrimir
contra ella si le ha asegurado una jubilaciòn de oro
y "resentimiento" ¿Por qué si ella ha hecho lo que él le ha pedido o
querido que haga?

La mofa de El Mundo, me parece un poco cruel, dado que se está comentando que Cayetana está senil, por lo tanto, es reirse de una persona anciana que quizá no ha sido consciente de sus decisiones
Para reirse, PJ Ramirez, que es el Director, ya tiene a su mujer, Agatha Ruiz de La Prada, que se supone está cuerda, pero viste de un ridiculo espantoso
El último modelo que ha lucido es como de juzgado de guardia

Si me creo lo que ha dicho la novia de su noche de bodas
"que estaba como en una nube"

hay dos videos de baile: uno interior y otro exterior.
alfonso se le ve muy serio, pero durante los bailes su expresión es cambiante, desde el resentimiento hasta la crueldad, no hay que olvidar que estaban allí personas que sabe no le aceptan.
Un periodista dijo que ya les habia dicho a los hijos que él no iba a ser un viudo pobre, pero someter al ridículo, porque una persona que no puede bailar hacer semejante circo es someterla al ridículo, desde luego es de una frialdad absoluta.

--- Unir Mensajes Automaticamente ---

para que no resulte perjuicio de edad, destacar mujeres bellísimas:

amparo rivelles, esta semana se le ha dado un homenaje que solo ha ocupado un pequeño espacio, tiene actualmente 86 años, bellísima, guapísima, estupenda, toda una vida de trabajo en la actuación. Y además iba estupendamente bien vestida, elegante, y preciosa.

tambien esta semana hemos perdido a otra gran mujer, la de keniata wangari Noticias VINA: MURIÓ WANGARI MAATHAI, “LA MUJER ÁRBOL”
activista, luchadora por el medio ambiente, una mujer formada, culta y trabajadora, un ejemplo de persona, claro, solo ocupan un breve recuadro de dos líneas y ni se habla en las teles, que solo tienen espacios para estos dos engendros b.e y la duquesa de alba.
 
Pena de España con duquesa esperpéntica



De no ser por Carmen Rigalt y sus lúcidas e irónicas columnas en la contra del diario El Mundo, la boda de la duquesa de Alba habría concitado un aleluya coral y unánime de la opinión publicada, obviando el esperpento consumado en el Palacio de Dueñas de Sevilla el pasado miércoles y que, más allá del género rosa y el cotilleo, ha servido para reafirmar internacionalmente los peores tópicos sobre España, demostrar que las elites en nuestro país se desploman y que parte de la nobleza es temeraria en su exposición pública cuando la Monarquía no atraviesa por su mejor momento. Más aún: acredita que los medios generalistas compiten en banalidad temática haciendo bueno el diagnóstico de que nuestra prensa tradicional está fuera de sintonía con sus públicos objetivos, que no son los que pagan por productos cardiacos y cuchés.


La duquesa de Alba y Alfonso Díez Carabantes, en el momento de contraer matrimonio
Rigalt parece ser la única periodista que le ha tomado la medida a Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, cuya relación con Alfonso Díez tacha de “impostura” en una mujer que “está para el tinte pero no se rinde” y a la que “siempre le ha gustado el papel cuché”. Nuestra benemérita colega acierta cuando define el enlace matrimonial de la duquesa (escríbase DQS) como “uno más de los gestos publicitarios a los que nos tiene acostumbrados”. En definitiva, “una pedorreta al mundo”. Recomiendo vivamente su crónica del pasado sábado en la que, bajo el título ‘La pesadilla de Goya’, pone este asunto en sus justos términos.

Ramón Pérez-Maura, por su parte, publicó el jueves en ABC una pieza muy consistente que merece ser citada (Pérez-Maura es un auténtico especialista en esta materia y, seguramente, uno de los mejores y más rigurosos expertos en el devenir de las dinastías y sagas aristocráticas europeas, además de biógrafo de Otto de Habsburgo y de Simeón I, destronado Rey de Bulgaria). Se titulaba su artículo ‘Casar libertad y duquesa’, y concluía así: “Y ya se sabe que en estos casos, si tú quieres ser como los demás, los demás pueden querer ser como tú. Muy legítimamente.” O sea, que nuestra duquesa está a sopas y sorber.

La Vanguardia, también el jueves, dedicaba al evento un editorial de corte sociológico (‘La duquesa y el gran vecindario’) en el que sostiene que la noble “se casa con su audiencia” ya que su nuevo marido es “anodino”, sin el abolengo de su primer esposo -coherente con “el franquismo”- y sin la peculiaridad de su segundo, sacerdote secularizado, lo que implicó entonces una “ruptura cultural típica” de la transición. Cayetana de Alba se asemeja a una oportunista: se casa al ritmo de los tiempos. Por su parte, el diario El País, apostillaba en un editorial que “hace ya años Valle Inclán les hizo buscar a sus personajes la verdad de la España de entonces en los reflejos de los espejos cóncavos del callejón del Gato, de Madrid. Ayer fue en el palacio de Dueñas de Sevilla el espejo que retrató de manera diáfana la España del presente”. Aludo a estas citas para que el lector no se despiste: el enlace ducal no es un mero trending-topic ocasional sino síntoma de un mal de fondo.

“La duquesa libertina”

Para entender esta grotesca y desatinada exhibición de la duquesa de Alba -y el esperpento en los mejores perfiles literarios de Ramón María del Valle Inclán se define por lo grotesco y desatinado- habría que remitirse a la fascinación que sobre Cayetana de Alba ejerce su antecesora María del Pilar Teresa Cayetana De Silva-Álvarez de Toledo (1762-1802), retratada por Francisco de Goya y Lucientes (el cuadro cuelga de los muros de Liria) y modelo, seguramente, de la maja desnuda y vestida del pintor aragonés que se exponen en el Museo del Prado. Aquella mujer -tenida, quizás injustamente, por la “duquesa libertina”- escandalizó a su peculiar manera a una corte torpe y moralmente mugrienta. La majeza, el amor a la tauromaquia y a los toreros, la llaneza en el estar con el pueblo y su vida sentimental llena de avatares, consagró la celebridad de aquella dama que ha inspirado a su sucesora hasta en el peinado ensortijado que luce en las últimas décadas.

Algunos han estallado en zalamerías ante este grotesco desatino, fuera de lugar en un país ahogado en la crisis, en el que la nobleza ha de comportarse en coherencia con la delicadeza política y social que acecha a la Corona, sin cuya vigencia no tienen sentido
Cayetana Fitz-James Stuart ha creído que sus títulos con grandeza (16) y sin ella (21), le permiten retrotraerse a la España de aquella época en el ejercicio menos empático, más vulgar y decididamente insolidario de comportamiento anacrónico y reaccionario. Puede casarse la duquesa con quien le pete y como le pete. Ya lo hizo en 1947 con Luis Martínez de Irujo y en 1978 con Jesús Aguirre (extraordinariamente bosquejado por Manuel Vicens en ‘Aguirre, el magnífico’). Pero como mujer privilegiada -en títulos y en fortuna, debida tanto a méritos de sus antepasados como a privilegios otorgados- estaba obligada a atenerse a la discreción evitando el antiestético espectáculo de esos amoríos octogenarios tan poco convincentes; sometiendo a la más estricta intimidad sus peleas de corrala con sus hijos a los que ha castigado moralmente con sus afectos desbordados hacia aquellas personas que fueron sus esposas y el marido de su hija; velando por la privacidad de un reparto hereditario en vida -y por lo tanto, revocable- que somete a obsceno escrutinio público sus palacios, fincas, dehesas, pinacotecas y cartera de valores, y sin el que sus vástagos no habrían consentido el matrimonio, todo ello cuando España atraviesa por un periodo de empobrecimiento y angustia.

Algunos articulistas -y no precisamente ‘del corazón’- han estallado en zalamerías ante este grotesco desatino, fuera de lugar en un país ahogado en la crisis, en el que la nobleza ha de comportarse en coherencia con la delicadeza política y social que acecha a la Corona, sin cuya vigencia no tienen sentido, y en el que, por circunspección, debe aplicarse la modestia en la exhibición de la riqueza y, mucha más todavía, en la desnudez de la permanente holganza. Afirmar que la boda de la duquesa es un “faro en mitad del naufragio de la escala de valores sobre la que navegamos” es un exceso declamatorio, aunque venga de un buen escritor sevillano en un periódico serio y monárquico.

Por lo demás, la tercera boda de la duquesa se ha producido con la escenografía más tópica y ancestral, llena de concesiones al populismo pre-fernandino, el de aquel felón que fue deseado por los españoles y aborrecido luego por la historia. La escenografía de una España que no existe, o que sólo lo hace en las nostalgias de minorías parasitarias. Entre las que, por cierto, no están incluidos los discretos y laboriosos duques de Huescar y de Aliaga -Carlos Fitz-James Stuart, el heredero, y Alfonso Martínez de Irujo, su hermano, que disponen de credenciales de seriedad y rigor-, ni Fernando, apenas conocido, ni tampoco Jacobo, dedicado a la edición cuidadosa de libros y a quién su madre ha zaherido públicamente en la persona de su segunda mujer, Inka Martí, a la que ha tildado de “mala y envidiosa”.

Reformar la vulgaridad

El hecho cierto es que este episodio de sainete esperpéntico ha llegado primero a las páginas de The New York Times, pese a los esfuerzos de Carmen Rigalt para evitarlo, y, después de la boda, a todos los demás medios en los que ha abundado el choteo, especialmente en los británicos. Eso nos hace daño porque nos banaliza y deforma. Buena culpa la tienen los medios españoles y la tenemos los periodistas como ha expuesto el profesor Bernardo Díaz Nosty hace unos días en ‘El libro negro del periodismo’, en el que pide un “rescate” de esta profesión nuestra caída ahora en la ambigüedad de vender la noticia más como espectáculo y entretenimiento que como hecho de incidencia relevante en la sociedad. Porque, ¿se atiende a una demanda de información o son los propios medios los que generan el mercado de este tipo de relatos?

Viene a cuento recordar ahora a Javier Gomá, que escribió en 2010 un ensayo de referencia titulado ‘Ejemplaridad pública’ elaborado con el sano propósito de “reformar la vulgaridad” y a Isabel Burdiel, catedrática de historia, que publicó el año pasado la biografía, definitiva según los expertos, de Isabel II. Escribe la autora que la Reina sufrió “ataques furibundos en los que desempeñó un papel fundamental la utilización de la vida íntima de la familia real”. Para Burdiel, el destronamiento de la Reina tuvo que ver con las formas de vida, nada edificantes, de la realeza y de la aristocracia.

Quizás por esa razón -una expresión de pudor- del único acto del que no se tiene testimonio gráfico es de la visita de la duquesa y Alfonso Díez a Don Juan Carlos para pedirle su venia. Con o sin ella, Cayetana de Alba se hubiese casado, pero su llaneza y sencillez no llegan a renunciar la vanidad de que sea el Jefe del Estado quien acepte su enlace. Y así, el esperpento -un género valleinclanesco que sirvió para zaherirnos- ha regresado. Esperemos que no se instale, pese a tanto nostálgico de la España dieciochesca, corrupta y chabacana. Y que ahora -en lo de corrupta y chabacana- revivimos. Con duquesa incluida. Pena de país malquerido por aquellos que con su supuesto amor le matan: patriotas, como Cayetana, que le abrazan como lo hacen los osos. Amores que matan.

Pena de Espa?a con duquesa esperp?ntica - ElConfidencial.com
 
El "pecado" de Cayetana, no es haberse casado a sus ochenta y pico de años, con un hombre de sesenta, no.
El "pecado" es su exhibición.
La sociedad no comprende y hace objeto de burlas el hecho que una mujer mayor, anciana, se case con un hombre veinte años más joven, como no debería comprender y hacer objeto de burla que un octogenario se case con una mujer sexagenaria (que no sexy :a21: ) y sin embargo, lo admite o lo calla. A un hombre mayor en idéntico caso que Cayetana, no se le sanciona con la sorna del público, antes bien incluso lo felicitarán.
Pero como es una mujer, le cae con todo incluso de mujeres.
Cosas de formación o de pensamientos o cultura.
Lo que yo pienso que Cayetana y su marido Alfonsito, debieron dejarlo todo entre ellos dos y Dios y punto.
Todo lo demás es eso de más!
Que si Alfonso llevará su tajada, igual sería una mujer con relación a un hombre mayor.
Que si Cayetana tomará un estimulante sexual, a lo mejor. Que si Alfonso tomará viagra, qué sé yo, esas son conjeturas que hasta de bromas, son de mal gusto.
Ya lo dijo alguna forera, post antes que el mio, a lo mejor en EL JUEVES se pueden entender ciertas cosas porque es su línea editorial, el humor.
Pero en diarios de línea no humorística, de línea seria......Cayetana y Alfonsito quedan como los leones del circo de la vecina Roma...........
A un hombre en los mismos zapatos de Cayetana, que le suelten los látigos............no, ahí hasta lo felicitan por aquéllo de la virilidad, etc. etc. etc.
A veces demostramos no haber evolucionado.

Totalmente de acuerdo.pero sabés Rosa María.a mí ésto me causó más pena que risa-
Cuando estaba bailando creí que se iba a caer.No sé porque me da lástima que sea el hazmerreír de toda España .
Saludos:a29:
 
LA MUJER ESTA QUISO HACER EL IDIOTA UNA VEZ MAS Y LO HIZO

SUPONGO QUE A LOS HIJOS LES HIZO UNA GRACIA...

UNA COSA ES BAILAR DENTRO DE LA CASA Y QUE SALGA SU IMAGEN CONGELADA EN EL HOLA

Y OTRA EN DIRECTO, EN MOVIMIENTO, EN LA CALLE, DESCALZA, CON MAS ASPECTO QUE NUNCA DE PARECER SERIAMENTE IMPEDIDA FISICA Y MENTALMENTE

NO CREO QUE ALFONSO PUDIERA IMPEDÍRSELO. SU CARA ERA MUY ELOCUENTE: VERGUENZA, APURO, ABSOLUTA INCOMODIDAD.

A MI LO QUE ME PARECE EN LAS FOTOS DEL HOLA ES QUE ÉL TIENE CARA DE TRISTEZA Y ANGUSTIA.
LA FAMILIA DE ÉL ESTÁ EXCEPCIONALMENTE SERIA, EN ESPECIAL SU HERMANO PABLO. CUANDO SE FELICITAN, EL TAL PABLO PARECE QUE LE ESTÁ DANDO EL PÉSAME CON CARA TRISTE, SERIA Y DE DISGUSTO

SU SOBRINA ROCÍO, CASADA CON FELIPE ZULETA EL ENTRENADOR DE LALENA, CON LA MISMA CARA. COMO DE ESTAR EN UN FUNERAL. NI UN ESBOZO DE SONRISA, CERO ESPONTANEIDAD, Y CARAS DE DISGUSTO E INCOMODIDAD
 
Pena de España con duquesa esperpéntica



De no ser por Carmen Rigalt y sus lúcidas e irónicas columnas en la contra del diario El Mundo, la boda de la duquesa de Alba habría concitado un aleluya coral y unánime de la opinión publicada, obviando el esperpento consumado en el Palacio de Dueñas de Sevilla el pasado miércoles y que, más allá del género rosa y el cotilleo, ha servido para reafirmar internacionalmente los peores tópicos sobre España, demostrar que las elites en nuestro país se desploman y que parte de la nobleza es temeraria en su exposición pública cuando la Monarquía no atraviesa por su mejor momento. Más aún: acredita que los medios generalistas compiten en banalidad temática haciendo bueno el diagnóstico de que nuestra prensa tradicional está fuera de sintonía con sus públicos objetivos, que no son los que pagan por productos cardiacos y cuchés.


La duquesa de Alba y Alfonso Díez Carabantes, en el momento de contraer matrimonio
Rigalt parece ser la única periodista que le ha tomado la medida a Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, cuya relación con Alfonso Díez tacha de “impostura” en una mujer que “está para el tinte pero no se rinde” y a la que “siempre le ha gustado el papel cuché”. Nuestra benemérita colega acierta cuando define el enlace matrimonial de la duquesa (escríbase DQS) como “uno más de los gestos publicitarios a los que nos tiene acostumbrados”. En definitiva, “una pedorreta al mundo”. Recomiendo vivamente su crónica del pasado sábado en la que, bajo el título ‘La pesadilla de Goya’, pone este asunto en sus justos términos.

Ramón Pérez-Maura, por su parte, publicó el jueves en ABC una pieza muy consistente que merece ser citada (Pérez-Maura es un auténtico especialista en esta materia y, seguramente, uno de los mejores y más rigurosos expertos en el devenir de las dinastías y sagas aristocráticas europeas, además de biógrafo de Otto de Habsburgo y de Simeón I, destronado Rey de Bulgaria). Se titulaba su artículo ‘Casar libertad y duquesa’, y concluía así: “Y ya se sabe que en estos casos, si tú quieres ser como los demás, los demás pueden querer ser como tú. Muy legítimamente.” O sea, que nuestra duquesa está a sopas y sorber.

La Vanguardia, también el jueves, dedicaba al evento un editorial de corte sociológico (‘La duquesa y el gran vecindario’) en el que sostiene que la noble “se casa con su audiencia” ya que su nuevo marido es “anodino”, sin el abolengo de su primer esposo -coherente con “el franquismo”- y sin la peculiaridad de su segundo, sacerdote secularizado, lo que implicó entonces una “ruptura cultural típica” de la transición. Cayetana de Alba se asemeja a una oportunista: se casa al ritmo de los tiempos. Por su parte, el diario El País, apostillaba en un editorial que “hace ya años Valle Inclán les hizo buscar a sus personajes la verdad de la España de entonces en los reflejos de los espejos cóncavos del callejón del Gato, de Madrid. Ayer fue en el palacio de Dueñas de Sevilla el espejo que retrató de manera diáfana la España del presente”. Aludo a estas citas para que el lector no se despiste: el enlace ducal no es un mero trending-topic ocasional sino síntoma de un mal de fondo.

“La duquesa libertina”

Para entender esta grotesca y desatinada exhibición de la duquesa de Alba -y el esperpento en los mejores perfiles literarios de Ramón María del Valle Inclán se define por lo grotesco y desatinado- habría que remitirse a la fascinación que sobre Cayetana de Alba ejerce su antecesora María del Pilar Teresa Cayetana De Silva-Álvarez de Toledo (1762-1802), retratada por Francisco de Goya y Lucientes (el cuadro cuelga de los muros de Liria) y modelo, seguramente, de la maja desnuda y vestida del pintor aragonés que se exponen en el Museo del Prado. Aquella mujer -tenida, quizás injustamente, por la “duquesa libertina”- escandalizó a su peculiar manera a una corte torpe y moralmente mugrienta. La majeza, el amor a la tauromaquia y a los toreros, la llaneza en el estar con el pueblo y su vida sentimental llena de avatares, consagró la celebridad de aquella dama que ha inspirado a su sucesora hasta en el peinado ensortijado que luce en las últimas décadas.

Algunos han estallado en zalamerías ante este grotesco desatino, fuera de lugar en un país ahogado en la crisis, en el que la nobleza ha de comportarse en coherencia con la delicadeza política y social que acecha a la Corona, sin cuya vigencia no tienen sentido
Cayetana Fitz-James Stuart ha creído que sus títulos con grandeza (16) y sin ella (21), le permiten retrotraerse a la España de aquella época en el ejercicio menos empático, más vulgar y decididamente insolidario de comportamiento anacrónico y reaccionario. Puede casarse la duquesa con quien le pete y como le pete. Ya lo hizo en 1947 con Luis Martínez de Irujo y en 1978 con Jesús Aguirre (extraordinariamente bosquejado por Manuel Vicens en ‘Aguirre, el magnífico’). Pero como mujer privilegiada -en títulos y en fortuna, debida tanto a méritos de sus antepasados como a privilegios otorgados- estaba obligada a atenerse a la discreción evitando el antiestético espectáculo de esos amoríos octogenarios tan poco convincentes; sometiendo a la más estricta intimidad sus peleas de corrala con sus hijos a los que ha castigado moralmente con sus afectos desbordados hacia aquellas personas que fueron sus esposas y el marido de su hija; velando por la privacidad de un reparto hereditario en vida -y por lo tanto, revocable- que somete a obsceno escrutinio público sus palacios, fincas, dehesas, pinacotecas y cartera de valores, y sin el que sus vástagos no habrían consentido el matrimonio, todo ello cuando España atraviesa por un periodo de empobrecimiento y angustia.

Algunos articulistas -y no precisamente ‘del corazón’- han estallado en zalamerías ante este grotesco desatino, fuera de lugar en un país ahogado en la crisis, en el que la nobleza ha de comportarse en coherencia con la delicadeza política y social que acecha a la Corona, sin cuya vigencia no tienen sentido, y en el que, por circunspección, debe aplicarse la modestia en la exhibición de la riqueza y, mucha más todavía, en la desnudez de la permanente holganza. Afirmar que la boda de la duquesa es un “faro en mitad del naufragio de la escala de valores sobre la que navegamos” es un exceso declamatorio, aunque venga de un buen escritor sevillano en un periódico serio y monárquico.

Por lo demás, la tercera boda de la duquesa se ha producido con la escenografía más tópica y ancestral, llena de concesiones al populismo pre-fernandino, el de aquel felón que fue deseado por los españoles y aborrecido luego por la historia. La escenografía de una España que no existe, o que sólo lo hace en las nostalgias de minorías parasitarias. Entre las que, por cierto, no están incluidos los discretos y laboriosos duques de Huescar y de Aliaga -Carlos Fitz-James Stuart, el heredero, y Alfonso Martínez de Irujo, su hermano, que disponen de credenciales de seriedad y rigor-, ni Fernando, apenas conocido, ni tampoco Jacobo, dedicado a la edición cuidadosa de libros y a quién su madre ha zaherido públicamente en la persona de su segunda mujer, Inka Martí, a la que ha tildado de “mala y envidiosa”.

Reformar la vulgaridad

El hecho cierto es que este episodio de sainete esperpéntico ha llegado primero a las páginas de The New York Times, pese a los esfuerzos de Carmen Rigalt para evitarlo, y, después de la boda, a todos los demás medios en los que ha abundado el choteo, especialmente en los británicos. Eso nos hace daño porque nos banaliza y deforma. Buena culpa la tienen los medios españoles y la tenemos los periodistas como ha expuesto el profesor Bernardo Díaz Nosty hace unos días en ‘El libro negro del periodismo’, en el que pide un “rescate” de esta profesión nuestra caída ahora en la ambigüedad de vender la noticia más como espectáculo y entretenimiento que como hecho de incidencia relevante en la sociedad. Porque, ¿se atiende a una demanda de información o son los propios medios los que generan el mercado de este tipo de relatos?

Viene a cuento recordar ahora a Javier Gomá, que escribió en 2010 un ensayo de referencia titulado ‘Ejemplaridad pública’ elaborado con el sano propósito de “reformar la vulgaridad” y a Isabel Burdiel, catedrática de historia, que publicó el año pasado la biografía, definitiva según los expertos, de Isabel II. Escribe la autora que la Reina sufrió “ataques furibundos en los que desempeñó un papel fundamental la utilización de la vida íntima de la familia real”. Para Burdiel, el destronamiento de la Reina tuvo que ver con las formas de vida, nada edificantes, de la realeza y de la aristocracia.

Quizás por esa razón -una expresión de pudor- del único acto del que no se tiene testimonio gráfico es de la visita de la duquesa y Alfonso Díez a Don Juan Carlos para pedirle su venia. Con o sin ella, Cayetana de Alba se hubiese casado, pero su llaneza y sencillez no llegan a renunciar la vanidad de que sea el Jefe del Estado quien acepte su enlace. Y así, el esperpento -un género valleinclanesco que sirvió para zaherirnos- ha regresado. Esperemos que no se instale, pese a tanto nostálgico de la España dieciochesca, corrupta y chabacana. Y que ahora -en lo de corrupta y chabacana- revivimos. Con duquesa incluida. Pena de país malquerido por aquellos que con su supuesto amor le matan: patriotas, como Cayetana, que le abrazan como lo hacen los osos. Amores que matan.


Pena de Espa?a con duquesa esperp?ntica - ElConfidencial.com
 
¿Cuando ha sido independiente a Señora Duquesa? ¿En que ha trabajado?.
Es millonaria porque nació hija del duque de Alba nº el que sea, ella no se ha ganado ni 30 céntimos de toda esa fortuna.
Que no es su dinero! que lo ha heredado, sus hijos son tan útiles o inútiles como ella misma.

Perdona , si lo ha heredado , es que es suyo .
Y , además goza del USUFRUCTO de todos sus bienes inmuebles ( palacios , pisos , fincas ) hasta que fallezca .
Por lo tanto los hijos , tendrán que esperar ...:a10:
 
2011100741alba_int.jpg


A las pruebas me remito, mirad esta fotografia (desconozco si alguien la ha publicado anteriormente), la mandibula inferior caida, es evidente no la controla, salvo que intente controlar a la vez todos sus ictus descontrolados por su enfermedad y ese es un trabajo muy laborioso, ella ha tenido una gran ayuda de terapeutas en su conducta motriz, pero solo puede hacer una sola cosa a la vez, mientras pone el anillo, su mente no se da cuenta de su mandibula caida y el logico babeo, sinceramente, a pesar de todos los post pro-Duquesa, por mucho que se quiera defender que esta en su derecho de contraer matrimonio con un hombre 25 años mas joven que ella, es evidente que no es capaz de controlar su propio cuerpo, todos sus movimientos estan calibrados y los pone en marcha cuando su mente ya los ha estudiado despues de un gran esfuerzo.

Por lo tanto me reafirmo en lo que ya expuse, esta mujer lamentablemente, teniendo en cuenta lo que ha sido, actualmente esta totalmente imposibilitada de tomar decisiones por si misma, a no ser de una en una y con gran preparacion, es evidente su deterioro, en consecuencia tambien es evidente, mas que evidente el "gran amor" que le profesa su ya Duque ha sido fraguado en su mente con "ayuda" y por sus furores (que todavia son muchos, os asombrariais si leyerais la gran actividad sexual que mantienen muchos octogenarios), esta ha sido seguramente su ultima pataleta, anteponiendo su voluntad (realmente fraguada por ella o con "ayuda"), a intereses mucho mas importantes como la estirpe a la que representa (casposa y rancia, pero una estirpe con una historia a fin de cuentas), por mucho que haya "repartido" sus bienes (afortunadamente Jesus Aguirre puso las cosas en orden y la "fundacion de la Casa de Alba" esta a buen seguro, eso creo), pronto veremos como se masacran entre ellos, incluido el "Duque", aunque seguro que lo intentaran difuminar, pero solo nos cabe esperar a ver que pasa cuando la Duquesa diga adios y abandone este mundo, no prentendo ser agorera, pero yo lo tengo mas que claro.

Muchos estudios geriatricos coinciden en asegurar que el apetito sexual despues de decrecer en cierta etapa vuelve a aflorar en edades muy avanzadas, es interesante leer estos estudios, pero esa es otra historia.

Muxu
 
pues yo veo genial que se case, por qué ha levantado tanta polvareda esto?? ni mi madre ni yo lo entendemos.
 
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