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Tenía menos descaro que la actual, que se casó igual sin entender dónde se metia, pero estaba demasiado hambrienta como para perder la oportunidad.
Bueno, no es que Eva Sannum no estuviese "hambrienta" por ser princesa. Estaba dispuesta a casarse y se llevó un enorme disgusto cuando vió que su príncipe la sacrificaba, aunque fuese a la fuerza y con toda amargura dijo a sus amigos "nunca entenderé por qué no me aceptaron". Para que jamás dijese una palabra, la dejaron bien "situada" en su país.
Jamás podreís saber cómo habría resultado como consorte en un ambiente tan diferente al de su nivel social en su propio país. Muy bien podría haber acabado como la Charlene de Monaco o la Masako de Japón. Porque una muchacha noruega, sin estudios superiores, modelo de lencería, criada en una sociedad tan libre como la noruega, verse en la jaula de oro de los rancios Peñafieles de la Zarzuela y corte decimonónica y apolillada, y esa familia disfuncional y tarados con ínfulas podría haber terminado con ella. Y con una prensa que es cruel si te enfila en tus defectos por mucho que intentes ser perfecta, de por sí tarea imposible.
Si a la Letizia, a la que ser española e incluso periodista, no le ha servido de nada el conocimiento previo de la sociedad española, porque ésta no tiene nada que ver con la "alta sociedad española" que vive en otro siglo y se ha encontrado atrapada solo sostenida al pie del cañón por el futuro de sus hijas, ya veríamos que le habría pasado a la pobre noruega, que Dios la hubiese pillado confesada.
No vale decir, para denigrar a la que lo consiguió, que la Sannum hubiese sido mejor. No tenía capacidades para afrontar lo que se le venía encima y se libró de una buena. No le deseemos tal castigo, menos mal que se le hizo el favor de decir no al caprichoso de su novio. Ni Eva ni Letizia han sido adecuadas, pero al menos la Ortiz tiene tragaderas para soportar lo que sea por ambición sin dejarse amedrentar por sus críticos. La lucha por mantener alta su autoestima está haciendo rico a su cirujano estético, pero todo sea por mantenerse al pié del cañón en el trono que arrebató a tantas otras que hubiesen estado en su lugar.
No recuerdo al Felipito, desde su adolescencia con la Sartorius, ninguna novia que no tuviese pinta de escort. Desde luego que este Flip las deja marcadas con el sueño incumplido: la Sartorius, siempre eterna ex, la Sannum... ¡qué les dará este sinsorgo, más que la ambición del titulito!