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La diferencia y la clave de la cuestión es que en bastantes casos, un ataque hacia un delgado suele venir de gente pasada de peso a quienes les encantaría en el fondo estar más delgados. Y por tanto quien recibe el ataque, si tiene un mínimo de sentido común, debería ser capaz de ver perfectamente de qué pie cojea el atacante y distinguir eso del nivel del acoso y derribo que en ocasiones recibe la gente gorda. En el fondo, de hecho, la mayoría lo saben de sobra, al igual que saben que su peso es perfectamente normativo y aceptado por la sociedad, y de ahí que suelan acompañar su declaración con algún comentario velado de que a su interlocutor le sobran kilos, o algo similar.Bueno, una conocida cada vez que había alguien delgado de más decía que le daba asco.
Más de un follón he tenido yo con ella por culpa de esos comentarios.
Ahora, si decías que daba asco una con 15 kilos de más, pues no le sentaba bien
En cambio cuando se ataca a alguien por estar obeso, todavía está por verse un sólo caso en el que se haga desde la envidia. Lo que motiva ambos ataques es muy distinto en un caso y en otro. Nadie dice que alguien delgado tenga que aguantar malas contestaciones de nadie, en absoluto. Lo único que se está diciendo es que comparar ese ataque con el que recibe la gente gorda no tiene sentido.