Sobrevalorados:
Las bloggers de moda y sus trastos y estilo de vida que es un calco total unas de otras: Silla Eames, lámpara Bourgie, bolsa Le sac en papier, mochila Kanken, velita Dyptique y trastitos MUYMOLONES de cierta sobrevaloradísima marca que está muy de moda y que comercializa miles de cachivaches con eslóganes muy happy, happy.
Por partes, por partes, por partes. Las sillas Eames (supongo que te estás refiriendo a la DWS o la que tiene forma de sillón) no sólo no están sobrevaloradas, están infravaloradísimas porque esta gente las tiene sólo porque son altamente reconocibles por las patas). Las tiene es mucho decir, que la inmensa mayoría lo que tienen son réplicas baratísimas y se les nota. Una auténtica cuesta entre 350-450 euros, y se pueden personalizar mucho, empezando por la madera de las patas. Sólo son auténticas las que llevan el sello de Vitra. Estos ojitos han visto como se fabrican. Es una silla sensacional, tiene 70 años a las espaldas y la puedes seguir mezclando con estilos actuales. Yo la he visto en salones con muebles de finales del siglo XIX, con muebles de los 70, siempre se adapta.
Es una maravilla porque si miras un catálogo hay muebles preciosos que después en casa ni fu ni fa, no lucen. Esta silla es lo contrario, en el catálogo no dice nada, la pones en casa y realza el resto del mobiliario.
En noviembre estuve en una exposición que tenían muebles art deco y estas sillas, pero las originales de fiberglass en un color cobrizo que ya no se fabrican por motivos ecológicos, quedaban impresionantes. Y eso te lo dice una que no es Eames, más bien otro estilo.
Para todos los que se han comprado "eames" porque están de moda (ignorantes, nunca pasó de moda) se avecinan malos tiempos, la silla que viene pegando fuerte y que veo imponiendose es la de Verner Panton, otra silla increible, era de diseño futurista, la he visto hace poco en naranja combinada con una mesa de marmol de los años 20, una genialidad.
La lámpara Bourgie si que está sobrevalorada, como todas las otras lámparas de Kartell, aunque a mí la Fly en su simplicidad me hace gracia. Estas lámparas por su material nunca pueden ser una solución de luz. No hay forma de mantenerlas límpias, se rayan a la primera y la luz no es realmente bonita. Desde aquí os aviso, los muebles de Kartell no son para vivirlos, os van a dar más disgustos que otra cosa.
Me he pasado en mi defensa, lo sé, pero hay cosas que no puedo dejar pasar