Se tienen por presión familiar. Es respetable.
Pues yo tuve a la mía quedándome embarazada con 21 años sin que haya sido un obstáculo para que mi marido y yo estudiásemos las carreras y ganásemos la oposición. La tuve a los 22, y no hemos querido tener más. La familia de mi marido que es más pueblerina ha estado haciendo presión durante años para que tuviera un hermanito, incluso decían a la niña que nos dijera que quería un hermanito. La niña nunca les hizo caso, solo cuando era pequeña nos preguntó por qué no tenía un hermanito y yo le decía que me pasaba lo que a ella, que me conformaba con mi muñeca favorita y que no necesitaba más. Ahora mi hija , ya mayor, está encantadísima de ser hija única, de vivir en un hogar tranquilo, sin peleas con hermanos, con toda la exclusividad e intimidad del mundo. Un hijo no debe ser un capricho, exige un alto compromiso asistencial, educativo, emocional y económico y mejor uno bien criado que no dos chapuceramente mantenidos.
A mi marido le gusta el vino pero él no puede hacer una cata en condiciones porque como es antifruta nunca la ha probado y no sabe a qué sabe una cereza, ciruela, frutos del bosque,... entonces lo que hace es darme la copa y me dice: Prueba y me dices. Yo pruebo y le digo: amargo, o bien: ácido. Deja un regusto desagradable, está bueno o malo. Y él ya sabe si , en función de mi criterio ( que a mí me gusta la fruta pero no la asocio con el vino) y sus impresiones está el vino bueno o no merece la pena sin tantas chorradas de amaderado, con retrogusto a cítricos y potente en la entrada.
