Sanchez e Iglesias hablan sobre posible acuerdo para los presupuestos

Los intangibles del acuerdo de presupuestos


Si se aprueban los PGE 2019, aparecen compromisos que tienen la gran virtud de potenciar la acción de otros agentes públicos y sociales

Pronto tendremos la oportunidad de saber quién quiere que las cosas cambien en beneficio de las personas y quién prefiere que todo continúe empantanado y bloqueado

Joan Coscubiela
11/10/2018 - 21:25h
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Firma del acuerdo de presupuestos por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias EFE

En la política, también en la concertación social, no son infrecuentes los acuerdos que tienen como principal objetivo legitimar a sus firmantes. Dicho de otra manera, el medio se convierte en un fin en sí mismo y el acuerdo sirve para poner en valor a sus protagonistas. En ocasiones el hábito si hace al monje –en contra de lo que dice el refranero popular– y sobre todo la función al órgano.

No parece que estemos ante este tipo de pacto. El acuerdo alcanzado entre el gobierno español y la Galaxia de Unidos Podemos para los Presupuestos Generales del Estado del 2019 contiene mucha chicha, sus contenidos son ambiciosos y sus enunciados incluyen compromisos que, si se cumplen, tienen una gran potencialidad en el terreno social y democrático.

En general, los medios tienen tendencia a destacar todo aquello que se pueda cuantificar y quepa en un titular. Y en este caso, la subida en 2019 del Salario Mínimo Interprofesional hasta 900€ (por doce pagas) se lleva la palma. No es para menos. Se trata de una medida que se sitúa en la senda de dignificación de los salarios más bajos, largamente reivindicada por los sindicatos que ven así cómo se refuerza su objetivo de llegar a los 1000€ (por catorce pagas) en el año 2020. Es una medida que puede dinamizar la negociación colectiva y que va a obligar a elevar las base mínimas de cotización a la Seguridad Social con el consiguiente aumento de sus ingresos contributivos, una de las medidas imprescindibles para hacer que el sistema sea sostenible social y económicamente.

Entre las muchas medidas de aplicación directa, si se aprueban los PGE 2019, aparecen compromisos que tienen la gran virtud de potenciar la acción de otros agentes públicos y sociales. La ampliación de las competencias de las administraciones locales para que puedan intervenir en la limitación de la subida de los alquileres, además de disponer de más margen para inversiones sociales es una buena noticia para los ayuntamientos, en muchas ocasiones atrapados entre el drama social de sus ciudadanos y la imposibilidad de actuar.

Muy significativos me parecen los compromisos para revertir, aunque sea parcialmente, la Reforma Laboral de PP y CIU del 2012, en terrenos como el reforzamiento de la negociación colectiva, la lucha contra los falsos autónomos y la precariedad canalizada a través de la cadena de subcontrataciones. Sin olvidar las medidas comprometidas para impedir las prolongaciones fraudulentas de jornada en los contratos a tiempo parcial y las horas extras no declaradas.

En resumen, se trata de un acuerdo muy ambicioso en el terreno social. Su contenido, ya de por si valioso, no debiera pero tapar los muchos intangibles que su firma aporta a la política y la sociedad española, porque estos intangibles también comportan una fuerte discontinuidad en relación al pasado.

De entrada, supone un punto de inflexión significativo en las políticas llevadas a cabo desde el inicio de la Gran Recesión. Son una enmienda a la totalidad a las políticas aprobadas durante la mayoría absoluta del PP. En este sentido apuntan a la existencia de alternativas políticas al hasta ahora “único camino” de la mal llamada austeridad.

El pacto, aunque se presenta como un acuerdo presupuestario es más bien un pacto de legislatura. De lo que queda de legislatura. Algunos de sus contenidos dependen de que se aprueben los presupuestos del 2019, pero otros tienen vida propia, son reformas legislativas que van más allá de los presupuestos y no dependen de su aprobación.

El acuerdo significa recuperar el valor del diálogo, de la negociación y el acuerdo como elemento sustancial de la democracia. Durante años y aún hoy se ha instalado en el imaginario colectivo una visión restrictiva de la democracia, limitada al hecho de votar y contarse. Que ha ido acompañada de la mala fama que en algunos sectores, a babor y a estribor, tiene la cultura de los pactos y los consensos y la mistificación del conflicto por el conflicto. Obviando que, si bien la vida avanza a base de conflictos, cuando la conflictividad no consigue canalizarse hacia acuerdos deviene en esterilidad.

Este pacto parece indicar que las izquierdas han entendido la necesidad vital de entenderse si se quieren hacer viables políticas progresistas y procesos de transformación social. Que ya ningún partido ni en España ni en ningún otro país va a poder gobernar las instituciones sin acuerdos amplios. Y que es perfectamente posible mantener la identidad de cada fuerza política al tiempo que se coopera. La competitividad cooperadora debiera ser la divisa de las izquierdas.

Este acuerdo comporta asumir que la política son principios, valores, proyectos, pero también capacidad de renuncia, imprescindible para poder pactar.

Con el pacto firmado se da un paso más en la dirección de recuperar el eje izquierda derecha como elemento vertebrador del debate político y las políticas. No es una condición suficiente pero si imprescindible para impedir que los debates identitarios continúen actuando como bosques de eucaliptus que ocupan todo el terreno de los debates sociales y políticos, absorben todos los nutrientes que aporta la sociedad y desecan el terreno del conflicto social. En este sentido el acuerdo puede contribuir a un cambio de escenario.

Por último el pacto permite entrar –mejor sería decir recuperar– la política de la cotidianeidad, en las micropolíticas, la política de las cosas pequeñas en el terreno de los discursos, pero grandes e imprescindibles en relación a la vida de las personas.

Con este acuerdo, los tiempos de las grandes soluciones únicas, totales y simplistas ceden el relevo al tiempo de las respuestas parciales, limitadas, complejas y de difícil concreción. La independencia o el asalto a los cielos como grandes soluciones han cedido paso a la política en mayúscula, la modesta política de las personas.

Este pacto entre Gobierno y Unidos Podemos emplaza al resto de fuerzas políticas que dieron apoyo a la moción de censura y el cambio de gobierno, muy especialmente a ERC y PDeCAT, a pronunciarse sobre el mismo. Pronto tendremos la oportunidad de saber quién quiere que las cosas cambien en beneficio de las personas y quién prefiere que todo continúe empantanado y bloqueado.

https://www.eldiario.es/zonacritica/intangibles-acuerdo-presupuestos_6_823877632.html
 
La mayoría de edad de Podemos


La formación morada ha alcanzado la mayoría de edad y se ha puesto el traje de socio responsable del PSOE aun a riesgo de decepcionar a sectores no pequeños de sus bases

Los presupuestos para 2019 quedan ahora en manos de los grupos nacionalistas e independentistas catalanes que tendrán la última palabra

Rodolfo Irago
11/10/2018 - 21:25h
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El presidente del Gobierno Pedro Sánchez junto al líder de Podemos, Pablo Iglesias EFE

El acuerdo de presupuestos alcanzado esta semana por el gobierno y Unidos Podemos hubiera sido imposible hace solo 3 años cuando Pablo Iglesias quería tomar el cielo al asalto y consideraba a los socialistas parte de la casta con la que había que acabar.

Bien es cierto que tampoco el PSOE de entonces que ya dirigía Pedro Sánchez tenía ni mucho menos en sus previsiones alcanzar acuerdos con aquel grupo antisistema que provocaba más bien pánico y rechazo a partes iguales en Ferraz.

Eran aquellos, tiempos de guerra civil en la izquierda entre un partido histórico que no era capaz de frenar su declive y una formación joven e insolente con toda la fuerza derivada del 15M.

Tres años después, el PSOE está en el gobierno tras una moción de censura y con una situación de debilidad máxima en el Congreso son solo 84 diputados y Unidos Podemos se ha convertido en su socio preferente para intentar prolongar la legislatura todo lo que sea posible.

Ahora se necesitan. Pedro Sánchez intenta romper la imagen de un gobierno débil al borde cada semana de tirar la toalla y convocar elecciones y Pablo Iglesias, siguiendo las tesis de Iñigo Errejón pretende demostrar la madurez de Podemos apostando por ser el sostén del gobierno de izquierdas en España. En ningún caso Podemos quiere ser visto como el responsable del fracaso de la mayoría de la moción de censura que echó a Rajoy.

El acuerdo de presupuestos es claramente socialdemócrata, muy en línea con lo que había ido anunciado el gobierno. No hay impuesto a la banca, pero sí novedades relevantes en materia fiscal como la tasa Tobin o la tasa Google y medidas para recaudar más a los grandes patrimonios y a las rentas más altas; también a las grandes empresas y a las eléctricas, aunque para esto último habrá que esperar a la letra pequeña para conocer realmente el impacto.

Pablo Iglesias puede apuntarse algunos tantos como la mayor subida del salario mínimo, las ayudas a la dependencia o el todavía difuso control de los precios del alquiler de la vivienda, pero debe ser consciente de que se queda muy lejos de los planteamientos económicos iniciales de Podemos.

La formación morada ha alcanzado la mayoría de edad y se ha puesto el traje de socio responsable del PSOE aun a riesgo de decepcionar a sectores no pequeños de sus bases como el de los anticapitalistas que llevan semanas denunciando la nueva estrategia política de la dirección.

Los presupuestos para 2019 quedan ahora en manos de los grupos nacionalistas e independentistas catalanes que tendrán la última palabra.

El PNV también quiere darle continuidad a la legislatura, aunque nunca ha sido partidario de las subidas de impuestos a las empresas y el apoyo del PDeCAT y de Esquerra va a depender sobre todo de la volcánica situación política que se vive en Cataluña en vísperas del juicio a los dirigentes del procés.

Se aprueben o no finalmente los presupuestos, el acuerdo de esta semana da oxígeno a los dos, al gobierno y a Podemos que ya han demostrado su voluntad de entenderse y sirve prácticamente de programa electoral para ambos con vistas a las próximas elecciones generales.
https://www.eldiario.es/zonacritica/mayoria-edad-Podemos_6_823877618.html
 
Yo quiero la clase media trabajadora que fuma Albert Rivera


Sánchez e Iglesias han decidido incrementar en un 1% el Impuesto de Patrimonio a las fortunas de más de 10 millones de euros

A primera vista, 10 millones de euros de patrimonio parecen mucho dinero pero como tengas una casa en el pueblo y una colección de sellos antiguos, se te dispara la fortuna en un titá

Iker Armentia
12/10/2018 - 20:00h


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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias durante la firma del acuerdo de presupuestos EFE



La clase media trabajadora está en peligro. El Gobierno sociochavistaindepengolpista -¿se me olvida alguien? ¿Bin Laden? ¿la Estrella de la Muerte?- ha metido sus manos en los bolsillos de la España que madruga. Sánchez e Iglesias han decidido subir los impuestos a los españoles, ni rojos ni azules, sólo españoles y mucho españoles. Una catástrofe se avecina. ¿Cómo llegará a finales de mes la clase media trabajadora con esta confiscación fiscal?



"Sánchez-Iglesias pactan subir los impuestos a la clase media trabajadora", ha denunciado el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, tras conocerse el acuerdo presupuestario para podemizar España. Habrá quien se tome estas advertencias a la ligera, e incluso piense que Rivera vive en un país imaginario donde todos se llaman Cayetano. Pero nada más lejos de la realidad. Lo que ha ocurrido es muy grave. Si usted está leyendo esto, sepa que este sablazo fiscal le afecta. Vayamos a los datos.

Sánchez e Iglesias han decidido incrementar en un 1% el Impuesto de Patrimonio a las fortunas más de 10 millones de euros. A primera vista, 10 millones de euros de patrimonio parecen mucho dinero pero como tengas una casa en el pueblo y una colección de sellos antiguos, se te dispara la fortuna en un titá. Y, en todo caso, ¿quién quiere tener a un rico cabreado? Los ricos cuando se enfadan montan golpes de Estado o te mandan un comisario con un micrófono pegado al pecho.

Como bien dice Ignacio Marco-Gardoqui en su columna de El Correo, "nunca, ningún Gobierno, en ningún lugar, consiguió hacer más ricos a los pobres por el socorrido sistema de hacer más pobres a los ricos". Bueno, más bien hacerlos un poquito menos ricos. Así que lo mejor va a ser dejar las cosas como estaban y ya verás como no te pitan en el desfile del día de la Hispanidad.

Otra de las medidas populistas consiste en incrementar los tipos impositivos del IRPF para los contribuyentes que tienen rentas superiores a los 130.000 euros al año (dos puntos más para los que ingresan más de 130.000 y cuatro para los que se pasan de los 300.000 euros). Y por si no fuera suficiente con este hachazo fiscal, también se aumentan los impuestos a las rentas de capital de más de 140.000 euros. La clase media trabajadora.

Reconozcamos que 130.000 euros al año es dinero cuando el salario más frecuente en España es de 16.497 euros y el salario medio está en 23.156 euros. Pero, a final de mes, 130.000 euros se quedan en nada: en muchos restaurantes Michelín no hay menús del día. Y aunque te regalen un máster, hay que pagarlo como todo quisqui. Por no hablar del servicio, que ya no es lo que era. No sé si lo saben pero vivir en La Moraleja no es barato. Además, ¿por qué todo el mundo tiene que veranear en Benidorm? ¿O es que las empresas que alquilan yates no tienen que vivir de algo? Bastante hacen los ricos entregando donativos en galas benéficas en Marbella para que ahora se tengan que meter los comunistas a hablar de la "redistribución de la riqueza".

Estas medidas supondrán "una grave discriminación" para los contribuyentes con rentas más altas, que "son, precisamente, los que más aportan en porcentaje a las arcas públicas", denuncia Expansión en su editorial. Verdades como puños.

Los soviets también quieren que los mercados pongan algo más de pasta sobre la mesa del bienestar común. Si los presupuestos salen adelante, se establecerá un impuesto del 0,2% sobre las transacciones financieras -"la compra de acciones españolas ejecutadas por operadores del sector financiero"- en empresas cotizadas con un valor bursátil superior a los 1.000 millones de euros. Según afirman los expertos, es una especie de tasa Tobin inspirada en la que puso en marcha Francia en 2012. Malditos gabachos. Todo el mundo sabe que, desde 1789, de Francia sólo llegan malas noticias.

Yo no sé ustedes pero si fuera de esa clase media trabajadora que fuma Albert Rivera, estaría muy preocupado. Ánimo. Saldremos de esta.
https://www.eldiario.es/norte/almargen/quiero-clase-trabajadora-Albert-Rivera_6_824227577.html

No estoy en mi zona así que ayer tuve que mover el dial de mi pequeño transistor para encontrar alguna cadena. Tropecé con una de la derecha, no voy a darle publicidad gratuita por supuesto. Tuve curiosidad en escucharla y es que a ratos me indignaba y a ratos me hacía reír.

Se habló de los presupuestos diciendo casi que iba a venir el apocalipsis con una crisis incluida. Como si todos tendríamos a nuestra disposición una forotuna de 10 millones de euros para que nos suban 1% el impuesto por decir algo...
 
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