Pedro Sánchez y su equipo de gobierno.

CUBA​

Fraga, Aznar, Rajoy... cuando el PP gobernaba y no se refería a Cuba como una dictadura​

Las protestas en Cuba, las más importantes en el país en los últimos treinta años, han provocado un rifirrafe político en España entre la oposición y el Gobierno a cuenta de la semántica.​



El expresidente cubano, Fidel Castro, y el expresidente del Gobierno español, José María Aznar, durante el encuentro que mantuvieron en la VIII Cumbre Iberoamericana, en octubre de 1998.
El expresidente cubano, Fidel Castro, y el expresidente del Gobierno español, José María Aznar, durante el encuentro que mantuvieron en la VIII Cumbre Iberoamericana, en octubre de 1998. — EFE

14/07/2021 21:44
MARTA MONFORTE JAÉN@MARTAMONFORTEJ
Lo que sucede a más de 7.000 kilómetros de España vuelve a acaparar portadas, discursos e iniciativas políticas. Las protestas en Cuba, las más importantes en el país en los últimos treinta años, han provocado un rifirrafe político en España entre la oposición y el Gobierno a cuenta de la semántica. El Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez está evitando, deliberadamente, pronunciar la palabra "dictadura" para referirse al país centroamericano. "Es evidente que Cuba no es una democracia", fue lo máximo que dijo el jefe del Ejecutivo.

Una actitud que desde el Partido Popular califican de "ambigua y cobarde". El líder del PP, Pablo Casado, quiere que Sánchez se pronuncie claramente y denuncie sin matices que el Gobierno que preside Miguel Díaz-Canel es dictatorial. "Repita conmigo, Cuba es una dictadura. No pasa nada por decirlo. Es lo mismo que haría cualquier demócrata", ha sido la petición de Casado desde la ciudad autónoma de Melilla este miércoles.

Para el conservador, la posición de Sánchez está condicionada por "el apoyo de Podemos para seguir en la Moncloa". "Podemos no acepta que los regímenes dictatoriales que les han financiado como partido, Cuba, Venezuela y Nicaragua, sean definidos como tal por el gobierno que ocupa, por el Gobierno más radical de toda Europa". Unas acusaciones que no están comprobadas ni respaldadas por ningún documento ni tribunal.

"Querría que el futuro fuese de democracia y reconciliación"​

Las contundentes declaraciones de la plana mayor del PP contrastan con la actitud de ese propio partido cuando estaba en el Gobierno. Los expresidentes Mariano Rajoy y José María Aznar evitaron calificar a Cuba como una dictadura durante sus mandatos y, al igual que Sánchez, se limitaron a hacer vagas declaraciones a propósito de la democracia. Aznar se reunió en tres ocasiones con Fidel Castro en su país natal. Rajoy visitó el país centroamericano otras dos.


Thank you for watching
"El futuro de Cuba será el que los cubanos quieran, pero yo querría que fuese de democracia y reconciliación para todos, porque lo que deseo para España lo deseo para Cuba y es así, porque España es Cuba y Cuba es España", fueron las palabras de Aznar durante una cumbre iberoamericana celebrada en el año 1999. Sin embargo, el mismo Aznar impulsó endurecer la política de la UE hacia Cuba mediante una Posición Común Europea, que en la práctica impedía cualquier contacto e influencia con el país.

Desde los inicios del mandato de Rajoy se trataron de reconducir las relaciones entre el PP y el gobierno cubano, deterioradas durante la etapa de Aznar. El entonces ministro de asuntos exteriores, José Manuel García-Margallo recibió al viceministro de Exteriores cubano en Madrid y más tarde realizó su primera visita oficial a la isla. La política del PP se basó en exigir "avances democráticos" en el país, sin referencia alguna a la palabra "dictadura".



En el año 2016, con Rajoy en el Gobierno, Bruselas y La Habana iniciaron las negociaciones para firmar un acuerdo bilateral que derogara esa posición común. Los 28 países miembros de la UE firmaron el acuerdo, lo que supuso un duro golpe para el 'aznarismo'. En esa línea, el antecesor de Pablo Casado envió un telegrama a Raúl Castro, para trasladar sus condolencias tras la muerte de su hermano destacando el "calado histórico" de Fidel. Un mensaje que Rajoy compartió en sus redes sociales y que ahora se ha vuelto en contra del actual presidente del PP.





Lo que sucede a más de 7.000 kilómetros de España vuelve a acaparar portadas, discursos e iniciativas políticas. Las protestas en Cuba, las más importantes en el país en los últimos treinta años, han provocado un rifirrafe político en España entre la oposición y el Gobierno a cuenta de la semántica. El Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez está evitando, deliberadamente, pronunciar la palabra "dictadura" para referirse al país centroamericano. "Es evidente que Cuba no es una democracia", fue lo máximo que dijo el jefe del Ejecutivo.

Una actitud que desde el Partido Popular califican de "ambigua y cobarde". El líder del PP, Pablo Casado, quiere que Sánchez se pronuncie claramente y denuncie sin matices que el Gobierno que preside Miguel Díaz-Canel es dictatorial. "Repita conmigo, Cuba es una dictadura. No pasa nada por decirlo. Es lo mismo que haría cualquier demócrata", ha sido la petición de Casado desde la ciudad autónoma de Melilla este miércoles.

Para el conservador, la posición de Sánchez está condicionada por "el apoyo de Podemos para seguir en la Moncloa". "Podemos no acepta que los regímenes dictatoriales que les han financiado como partido, Cuba, Venezuela y Nicaragua, sean definidos como tal por el gobierno que ocupa, por el Gobierno más radical de toda Europa". Unas acusaciones que no están comprobadas ni respaldadas por ningún documento ni tribunal.



"Querría que el futuro fuese de democracia y reconciliación"​

Las contundentes declaraciones de la plana mayor del PP contrastan con la actitud de ese propio partido cuando estaba en el Gobierno. Los expresidentes Mariano Rajoy y José María Aznar evitaron calificar a Cuba como una dictadura durante sus mandatos y, al igual que Sánchez, se limitaron a hacer vagas declaraciones a propósito de la democracia. Aznar se reunió en tres ocasiones con Fidel Castro en su país natal. Rajoy visitó el país centroamericano otras dos.


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"El futuro de Cuba será el que los cubanos quieran, pero yo querría que fuese de democracia y reconciliación para todos, porque lo que deseo para España lo deseo para Cuba y es así, porque España es Cuba y Cuba es España", fueron las palabras de Aznar durante una cumbre iberoamericana celebrada en el año 1999. Sin embargo, el mismo Aznar impulsó endurecer la política de la UE hacia Cuba mediante una Posición Común Europea, que en la práctica impedía cualquier contacto e influencia con el país.

Desde los inicios del mandato de Rajoy se trataron de reconducir las relaciones entre el PP y el gobierno cubano, deterioradas durante la etapa de Aznar. El entonces ministro de asuntos exteriores, José Manuel García-Margallo recibió al viceministro de Exteriores cubano en Madrid y más tarde realizó su primera visita oficial a la isla. La política del PP se basó en exigir "avances democráticos" en el país, sin referencia alguna a la palabra "dictadura".



En el año 2016, con Rajoy en el Gobierno, Bruselas y La Habana iniciaron las negociaciones para firmar un acuerdo bilateral que derogara esa posición común. Los 28 países miembros de la UE firmaron el acuerdo, lo que supuso un duro golpe para el 'aznarismo'. En esa línea, el antecesor de Pablo Casado envió un telegrama a Raúl Castro, para trasladar sus condolencias tras la muerte de su hermano destacando el "calado histórico" de Fidel. Un mensaje que Rajoy compartió en sus redes sociales y que ahora se ha vuelto en contra del actual presidente del PP.


La eterna amistad de Castro y Fraga​

Sobre la relación entre Castro y Manuel Fraga, el exministro franquista y fundador de Alianza Nacional antes de refundarse en el PP, se podría escribir un libro. Así lo hizo Alfredo Conde, un galleguista independiente dentro del PSOE, que preparó con Fraga su viaje a La Habana. Conde recoge en su relato que siempre tuvo la sospecha de que Fraga llegó a ofrecerle asilo político en Galicia a Fidel a cambio de "iniciar la transición hacia la democracia".

Los padres de ambos habían salido de un pueblo gallego para hacer fortuna en la isla. Fraga viajó dos veces la isla. Una vez le devolvió Castro la visita. El expresidente cubano llegó a decir sobre Fraga que era "más de izquierdas que mucha gente de izquierdas". Conocida era su animadversión hacia el expresidente Felipe González. El fundador de Alianza Popular llegó a brindar por "la independencia y progreso de Cuba". Su declarada defensa del exmandatario cubano le granjeó sonadas críticas en el PP hasta sus últimos en política.


Como ya he puesto en otro hilo me parece mas repugnante y escandaloso el poco protagonismo en la prensa que se la ha dado al tema de los negocios de Juan -Carlos I en el tráfico de armas junto a Khasoggi.

Deja en muy mal lugar a un país en el que existe democracia como es el nuestro. Ahora bien, al lado de democracia le vendría muy bien algunos calificativos de devaluada, imperfecta y cocida, ya que nos preocupa mucho Cuba o Venezuela, y sin embargo no nos ha importado lo que ha pasado hace poco en Colombia, ni en Israel ni...las noticias de nuestro anterior Jefe del Estado.

Opacidad total con lo que nos interesa de verdad a los españoles y amplia cobertura de la carne roja de Garzón o si Cuba es una democracia o no.

¿Qué clase de democracia es la nuestra?

Una democracia liderada por incultos. Una lástima que los que tienen dos dedos de frente no quieran meterse en la politica.
 

POLÍTICA

El Estado español sigue mirando hacia otro lado ante denuncias de graves torturas​

“En cierta manera se reconoce que ha habido tortura pero no se reconoce que ha habido torturadores ni que esa tortura ha tenido un objetivo”, destaca Julen Arzuaga, autor del libro ‘Oso latza izan da. La tortura en Euskal Herria’.

Por
Javier Lezaola.

14 de julio de 2021 23:00

El Estado español sigue mirando hacia otro lado ante denuncias de graves torturas

Naia Zuriarrain y Saioa Agirre, durante su declaración, este martes, en la Audiencia Nacional
“Me empezaron a tocar –me tocaron mis pechos, todo el cuerpo…–, un guardiacivil que estaba atrás se pegó totalmente a mí –sus genitales, a mi parte trasera– y todo el rato haciendo comentarios de índole sexual, humillándome, insultándome…, y después de eso me pusieron otra banda de gomaespuma, que me iba desde debajo de los brazos y me tapaba todo el cuerpo, y me la precintaron y ahí me seguían echando agua fría por la cabeza y me empezaron a poner bolsas de plástico que me tapaban totalmente y no podía respirar porque se me metían en la boca e intentaba romperlo para respirar… Yo me acuerdo de que encima decían que tenían que cambiar de bolsas «porque las bolsas esas son una mierda» –es que me acuerdo de todos los comentarios que hacían–, pero que tenían muchas bolsas, que «tranquila». Yo sentía que me moría –que me ahogaba–, y no sé cuántas veces me pusieron la bolsa; intentaba escaparme pero no podía, estaba totalmente sujeta con la bolsa y no sé quién en qué momento o me tiraron o me caí o no lo sé muy bien, y estando ya sin bolsa y boca arriba me empezaron a echar un montón de agua a la cara y me entraba por la nariz y me ahogaba y todo el rato me preguntaban «¿vas a hablar? ¿Vas a hablar? ¿Vas a hablar?», y ya en ese momento en que estaba en el suelo les dije «sí, voy a hablar», y desde ese momento fue aprenderme de memoria todo lo que me preguntaban y si no contestaba como ellos querían me amenazaban todo el rato con que iba a volver a pasar lo mismo que había pasado. Cuando ya dije que iba a hablar, me levantaron, me pusieron como unas mallas granates súper sucias que estaban ahí y mi camiseta interior que tenía y me pusieron contra una pared y ahí empezaron a preguntarme cosas y a hacerme aprenderme lo que ellos querían que yo declarase en la declaración policial, y me acuerdo de que ahí también oía gritos de otro hombre en el cuarto o en la celda de al lado o no sé muy bien, gritos durante bastante tiempo”.

Es parte de la declaración efectuada este martes en la Audiencia Nacional por la joven vasca Naia Zuriarrain, detenida por la Guardia Civil en abril de 2010 en Bilbo e incomunicada durante cinco días en dependencias del instituto armado, la mayor parte del tiempo en el puesto madrileño de Tres Cantos. Zuriarrain, que está siendo juzgada en la Audiencia Nacional junto a otras siete personas –todas acusadas de integrar el “frente jurídico” de ETA y para cada una de las cuales la Fiscalía pide entre siete y 19 años de cárcel– por el “sumario 13/13”, ha relatado esas torturas primero ante el juez instructor del caso, Fernando Grande-Marlaska –actual ministro del Interior del Gobierno de coalición–, y ahora ante la presidenta del tribunal que la juzga, Ángela Murillo. Zuriarrain también llegó a presentar una denuncia por estos hechos, pero fue archivada.

“Uno se me acercó al oído y me preguntó que si quería ser madre, la pregunta me sorprendió pero le contesté que sí y me dijo «pues prepárate porque no lo vas a ser y prepárate porque empiezan los interrogatorios», y se fueron” (…) “Con una bolsa en la cabeza me pusieron contra la pared, ellos estaban enfrente mío, yo estaba contra la pared y me preguntaron «Saioa, ¿sabes por qué estás aquí?», y yo les dije «no», y me pegaron un golpe en la cabeza que me quedé fuera de juego. Me volvieron a preguntar lo mismo, yo contesté otra vez lo mismo y empezaron a pegarme otra vez. Empezaron a quitarme la ropa, me empezaron a soltar el vestido y a bajarme las medias, yo me resistí, y entonces ellos me cogieron de ambos brazos y otro empezó a bajarme las medias, yo me resistí y entonces empezaron a pegarme bofetadas en la cara y llegó un momento en que yo les dejé que me desnudaran y estuve desnuda durante casi todos los interrogatorios”.

Es parte de la declaración efectuada este martes en la Audiencia Nacional por la joven vasca Saioa Agirre, detenida por la Guardia Civil en abril de 2010 en Sopela (Bizkaia) e incomunicada durante cinco días en dependencias del instituto armado, la mayor parte del tiempo en el puesto de Tres Cantos. Como Zuriarrain, Agirre es otra de las personas que están siendo juzgadas la Audiencia Nacional por el “sumario 13/13”, y también ha relatado esas torturas primero ante Marlaska y ahora ante Murillo. Y, como Zuriarrain, Agirre también llegó a presentar una denuncia por estos hechos, pero también fue archivada.

Me obligaban a hacer ejercicios físicos –sobre todo flexiones y muchas sentadillas–, yo estaba desnuda, mientras hacía las sentadillas ellos me pellizcaban los pezones, me tocaron la vagina dos veces, yo hacía flexiones y me metían el humo de su cigarrillo dentro de la bolsa y yo no podía respirar, y me tapaban con la mano mi boca y la nariz y yo no podía respirar, y en esos momentos me hacían preguntas, a ambos lados de los oídos, que a veces no les entendía. Y me hacían preguntas y preguntas y si no contestaba con cierta rapidez, me tiraban contra la pared o me pegaban o incluso a veces me tiraban al suelo y se tumbaban encima mío y yo no podía respirar. Me mareé en un par de ocasiones y la verdad es que lo único que quería era desmayarme, pero no… Y llegó un momento en que yo ya no podía más, yo me caí al suelo, empecé a llorar y yo ya estaba rota, estaba dolorida, estaba humillada y les dije «¿qué queréis de mí?», o sea«¿qué queréis?», y ellos me dijeron que si hacía una declaración policial con ellos, me dejarían tranquila, y eso es lo que yo quería, que me dejasen… Quería terminar con aquello y para mí no había alternativa”, continuó la declaración de Agirre en la Audiencia Nacional.

“Me la tuve que aprender de memoria”​

Zuriarrain y Agirre han insistido en que sus declaraciones policiales fueron obtenidas tras las graves torturas que han denunciado haber sufrido en el puesto de la Guardia Civil de Tres Cantos. “La declaración policial la escribió la Guardia Civil, la escribieron ellos, yo me la tuve que aprender de memoria, hicimos varios ensayos para aprenderlo y para decirlo de forma adecuada. No me acuerdo de lo que dije en la declaración policial porque es que no es cierto; toda mi declaración policial fue mentira, lo escribieron ellos”. Así se lo ha trasladado Agirre primero a Marlaska y ahora a Murillo. Como Zuriarrain.

Las preguntas se agolpan. ¿Por qué los tribunales de justicia archivaron las denuncias de Zuriarrain y Agirre? ¿Por qué ni Marlaska ni Murillo han deducido testimonio de sus relatos y han seguido actuando como si tal cosa? ¿Por qué ninguno de los guardiaciviles que las interrogaron ha tomado medidas o ha salido al paso de sus declaraciones en sede judicial? ¿Por qué los grandes medios de comunicación pasan de puntillas ante hechos como estos, y eso si es que les reservan algún espacio? ¿Por qué, diez años después del cese definitivo de la actividad armada de ETA y tres años después de la disolución de la organización, el Estado sigue mirando hacia otro lado ante denuncias de torturas tan graves?

“En cierta manera se reconoce que ha habido tortura pero no se reconoce que ha habido torturadores ni que esa tortura ha tenido un objetivo, que era arrancar declaraciones como las que ahora se están usando en un juicio para acusar y para sostener condenas que son durísimas”, ha destacado este miércoles, consultado por LUH, el abogado Julen Arzuaga, autor del libro ‘Oso latza izan da. La tortura en Euskal Herria’ (Euskal Memoria Fundazioa, 2012) y parlamentario autonómico de EH Bildu en la CAV. “No se asumen responsabilidades ni se persigue a los torturadores”, insiste Arzuaga, que destaca que “los testimonios de esta semana interpelan a quienes impulsaron y toleraron la tortura, que ha tenido un papel relevantísimo a la hora de imponer condenas”.

En cualquier caso, para el abogado lo “llamativo” es que, con ETA desactivada desde hace diez años y disuelta desde hace tres, aún haya gente “que pueda estar sometida a un juicio donde la sospecha de torturas es tan evidente”, y “que esté diciendo «me estáis acusando con una declaración que la Guardia Civil me ha obligado a aprenderme de memoria y que la he soltado delante del juez, precisamente Marlaska, para salvar el culo porque me estaban practicando la bolsa y no sé qué ejercicios extenuantes»”. Y Arzuaga tira aquí de la doctrina del “fruto del árbol envenenado”, esa que advierte de la imposibilidad de sostener “sobre pruebas corruptas” un proceso judicial “justo, legítimo y con todas las garantías”. El abogado se pregunta asimismo “por qué nadie está saliendo a decirles a esas chicas «mira, esas declaraciones son mentira y obedecen a estrategias terroristas»” e insiste: “O lo que dicen es mentira, las dos son unas mentirosas compulsivas y habría que salir a denunciarlas o es que sus denuncias, de unos hechos que además tienen un componente sexual, se asumen y no se puede refutar lo que están diciendo, pero yo creo que desapercibido el tema no puede pasar”. Aunque sí lo está haciendo, una vez más.


Ese es el problema, que los policías y guardias civiles cuando se sobrepasan en sus funciones no son acusados. De eso bien se ha encargado Mzarlaska, que junto con Robles debieran haber salido ya del Gobierno.

Son dos lastres que Pedro Sanchez se ha dejado dentro.

Cualquier prisionero a pesar de que pueda haber cometido delitos no debiera ser torturado en instituciones policiales.

La función de la policía es su custodia y buscar las pruebas que los incriminan, no torturando.

Si lo hacen así dejan el calificativo de país democrático en la basura.

Luego nos permitimos juzgar a Cuba u otros países sobre el particular.
 
Vaya palo le ha dado el constitucional al gobierno.
Seguramente ya sabían la sentencia que iba a haber
y por eso Abalos, Carmen Calvo, etc, se han largado
para que el bofetón se lo llevaran las ministras que
acaban de entrar.
Si se hubiera escogido Estado de Excepción
NO HABRÍA SALIDO ADELANTE
porque no hubieran tenido votos.
Porque NADIE QUERÍA QUE LO ENCERRARAN
NI LO ARRUINARAN.
 

Vox reclamó el estado de alarma que ahora presume de haber anulado en el Constitucional​


El líder de Vox, Santiago Abascal, interviene en una sesión de control al Gobierno en el Congreso
El líder de Vox, Santiago Abascal, interviene en una sesión de control al Gobierno en el Congreso EUROPA PRESS/E. Parra. POOL - Europa Press
Carmen Moraga
14 de julio de 2021 19:09h
28
@carmoraga
Vox ha sacado pecho este miércoles porque el Tribunal Constitucional ha declarado ilegal el confinamiento domiciliario decretado por el Gobierno en marzo de 2020, atendiendo a un recurso que interpuso la formación de extrema derecha. En su escrito, Vox veía en ese instrumento, prorrogado por última vez durante seis meses más, "la punta del iceberg" de una deriva "totalitaria y dictatorial" del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y alegó que la decisión del Ejecutivo vulneraba "los derechos de circulación, reunión y libertad de los ciudadanos".

Este miércoles, tras conocer el fallo del Constitucional, Abascal ha afirmado en Twitter que su formación fue "la única que se opuso a un Gobierno que vulneró la Constitución". "Solo Vox votó en contra" y "recurrió ante el Tribunal Constitucional". Además, también ha recordado que su formación presentó una moción de censura contra Sánchez en el Congreso. Pero la realidad –y la hemeroteca– le desmiente.



Y es que Abascal no dice la verdad porque Vox votó en el Congreso a favor de ese decreto del 14 de marzo sobre la instauración del estado de alarma, que fue aprobado en la Cámara baja el 25 de marzo de 2020. Un estado de emergencia que el propio Abascal había pedido aplicar previamente ante el descontrol de la pandemia.



Era el 12 de marzo de 2020 y Abascal pedía al presidente que "decretara ya el estado de alarma" en España ante el nuevo brote de coronavirus y dejara "de dar consejos a las Comunidades Autónomas". Además, Abascal censuró la estrategia de Sánchez de recomendar a las regiones el cierre de los centros escolares y le acusó de "no actuar". "El presidente sigue sin entender nada, no es cuestión de dar consejos a las comunidades autónomas sino de tomar medidas. ¡Asuma responsabilidades en toda la Nación!", le exigía en su cuenta de Twitter.

Antes incluso de esa fecha, el 10 de marzo, ya se dedicó a atacar al Gobierno por no tomar medidas, recordando que Vox lo estaba denunciando desde principios de año y las numerosas iniciativas que habían presentado en el Congreso. "La crisis a la que nos enfrentamos es un problema que venimos denunciando en Vox desde el 31 de enero". "Hemos hecho 38 preguntas parlamentarias y hemos presentado 3 proposiciones no de ley en el Congreso de los Diputados", señalaba, de nuevo, en Twitter, mientras en un vídeo acusaba la presidente del Gobierno de "mentir" sobre la gravedad de la pandemia.



El 14 de marzo Abascal volvía a la carga y abundaba: "Si Sánchez necesita los votos de Vox para decretar el estado de alarma, unificar gestión de la crisis y poner todos los servicios del Estado a combatir la pandemia y sus efectos económicos y sociales, puede contar con ello y escapar del miserable chantaje comunista y separatista".



En un hilo acusaba a Sánchez de "no haber tomado las medidas de contención en nuestras fronteras como se lo requerimos hace ya 3 semanas". "El Gobierno tampoco restringió cuando debía la entrada de viajeros procedentes de China, Corea del Sur e Italia".

El día que el Gobierno decidió aprobar el decreto con la primera prórroga, Abascal se felicitaba: "Más vale tarde que nunca", decía. "Celebro que Pedro Sánchez haya excluido aparentemente a separatistas y comunistas de la gestión de esta emergencia. Han demostrado que trataban de utilizar esta tragedia para sus criminales objetivos políticos", fue otro de sus mensajes publicados en otro de sus 'hilos', entre otros muchos comentarios.



A partir de ese momento Abascal no volvió a apoyar ningún otro decreto de prórroga de los estados de alarma y comenzó a criticar con suma dureza al Gobierno por considerar que el confinamiento domiciliario era una especia de "secuestro" o "arresto" y que con las restricciones, Sánchez estaba "condenando a la ruina" a los españoles. A principios de noviembre de 2020 incluso pidió "cárcel" contra los políticos que defendieran esa medida.

https://twitter.com/Santi_ABASCAL/s...e-haber-anulado-constitucional_1_8136043.html

Lo contradictorio, ademas, es que el partido de Abascal jalee las sentencias del Constitucional solo cuando le son favorables y lo ataque cuando no le gustan. Como cuando en diciembre del año pasado la Sección Primera de la Sala Primera del Tribunal inadmitió a trámite el recurso de amparo que presentó la diputada Macarena Olona contra la prórroga por seis meses del estado de alarma declarada por decreto por el Gobierno el pasado 25 de octubre, que le permitió extender esa situación hasta el 9 de mayo. Entonces Olona aseguró que el Constitucional era "cómplice del golpe de Estado del Gobierno" y del "estado de excepción encubierto" que había decidido contra los ciudadanos y pidió a sus miembros que "rompieran sus cadenas y se liberaran del secuestro bajo el que les tienen confinados los partidos políticos".

Además, entre las 100 medidas del programa con el que se presentó la formación de extrema derecha a las elecciones de Andalucía, a finales de 2018, proponían, entre otras cosas, la supresión del Constitucional y que sus funciones las asumiera el Tribunal Supremo. "Vox propone la supresión del Tribunal Constitucional, un órgano político que se ha convertido en la correa de transmisión de los partidos", aseguró el secretario general de la formación, Javier Ortega Smith, en un vídeo de 2015, una idea de la que no se les ha oído renegar.

 
Vaya palo le ha dado el constitucional al gobierno.
Seguramente ya sabían la sentencia que iba a haber
y por eso Abalos, Carmen Calvo, etc, se han largado
para que el bofetón se lo llevaran las ministras que
acaban de entrar.
Si se hubiera escogido Estado de Excepción
NO HABRÍA SALIDO ADELANTE
porque no hubieran tenido votos.
Porque NADIE QUERÍA QUE LO ENCERRARAN
NI LO ARRUINARAN.
Dudo que alguno de los MENISTROS /MENISTRAS que "han salido" del actual gobierno quisieran marcharse. Creo firmemente que les han dado PUERTA.
 

CUBA​

Fraga, Aznar, Rajoy... cuando el PP gobernaba y no se refería a Cuba como una dictadura​

Las protestas en Cuba, las más importantes en el país en los últimos treinta años, han provocado un rifirrafe político en España entre la oposición y el Gobierno a cuenta de la semántica.​



El expresidente cubano, Fidel Castro, y el expresidente del Gobierno español, José María Aznar, durante el encuentro que mantuvieron en la VIII Cumbre Iberoamericana, en octubre de 1998.
El expresidente cubano, Fidel Castro, y el expresidente del Gobierno español, José María Aznar, durante el encuentro que mantuvieron en la VIII Cumbre Iberoamericana, en octubre de 1998. — EFE

14/07/2021 21:44
MARTA MONFORTE JAÉN@MARTAMONFORTEJ
Lo que sucede a más de 7.000 kilómetros de España vuelve a acaparar portadas, discursos e iniciativas políticas. Las protestas en Cuba, las más importantes en el país en los últimos treinta años, han provocado un rifirrafe político en España entre la oposición y el Gobierno a cuenta de la semántica. El Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez está evitando, deliberadamente, pronunciar la palabra "dictadura" para referirse al país centroamericano. "Es evidente que Cuba no es una democracia", fue lo máximo que dijo el jefe del Ejecutivo.

Una actitud que desde el Partido Popular califican de "ambigua y cobarde". El líder del PP, Pablo Casado, quiere que Sánchez se pronuncie claramente y denuncie sin matices que el Gobierno que preside Miguel Díaz-Canel es dictatorial. "Repita conmigo, Cuba es una dictadura. No pasa nada por decirlo. Es lo mismo que haría cualquier demócrata", ha sido la petición de Casado desde la ciudad autónoma de Melilla este miércoles.

Para el conservador, la posición de Sánchez está condicionada por "el apoyo de Podemos para seguir en la Moncloa". "Podemos no acepta que los regímenes dictatoriales que les han financiado como partido, Cuba, Venezuela y Nicaragua, sean definidos como tal por el gobierno que ocupa, por el Gobierno más radical de toda Europa". Unas acusaciones que no están comprobadas ni respaldadas por ningún documento ni tribunal.

"Querría que el futuro fuese de democracia y reconciliación"​

Las contundentes declaraciones de la plana mayor del PP contrastan con la actitud de ese propio partido cuando estaba en el Gobierno. Los expresidentes Mariano Rajoy y José María Aznar evitaron calificar a Cuba como una dictadura durante sus mandatos y, al igual que Sánchez, se limitaron a hacer vagas declaraciones a propósito de la democracia. Aznar se reunió en tres ocasiones con Fidel Castro en su país natal. Rajoy visitó el país centroamericano otras dos.


Thank you for watching
"El futuro de Cuba será el que los cubanos quieran, pero yo querría que fuese de democracia y reconciliación para todos, porque lo que deseo para España lo deseo para Cuba y es así, porque España es Cuba y Cuba es España", fueron las palabras de Aznar durante una cumbre iberoamericana celebrada en el año 1999. Sin embargo, el mismo Aznar impulsó endurecer la política de la UE hacia Cuba mediante una Posición Común Europea, que en la práctica impedía cualquier contacto e influencia con el país.

Desde los inicios del mandato de Rajoy se trataron de reconducir las relaciones entre el PP y el gobierno cubano, deterioradas durante la etapa de Aznar. El entonces ministro de asuntos exteriores, José Manuel García-Margallo recibió al viceministro de Exteriores cubano en Madrid y más tarde realizó su primera visita oficial a la isla. La política del PP se basó en exigir "avances democráticos" en el país, sin referencia alguna a la palabra "dictadura".



En el año 2016, con Rajoy en el Gobierno, Bruselas y La Habana iniciaron las negociaciones para firmar un acuerdo bilateral que derogara esa posición común. Los 28 países miembros de la UE firmaron el acuerdo, lo que supuso un duro golpe para el 'aznarismo'. En esa línea, el antecesor de Pablo Casado envió un telegrama a Raúl Castro, para trasladar sus condolencias tras la muerte de su hermano destacando el "calado histórico" de Fidel. Un mensaje que Rajoy compartió en sus redes sociales y que ahora se ha vuelto en contra del actual presidente del PP.





Lo que sucede a más de 7.000 kilómetros de España vuelve a acaparar portadas, discursos e iniciativas políticas. Las protestas en Cuba, las más importantes en el país en los últimos treinta años, han provocado un rifirrafe político en España entre la oposición y el Gobierno a cuenta de la semántica. El Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez está evitando, deliberadamente, pronunciar la palabra "dictadura" para referirse al país centroamericano. "Es evidente que Cuba no es una democracia", fue lo máximo que dijo el jefe del Ejecutivo.

Una actitud que desde el Partido Popular califican de "ambigua y cobarde". El líder del PP, Pablo Casado, quiere que Sánchez se pronuncie claramente y denuncie sin matices que el Gobierno que preside Miguel Díaz-Canel es dictatorial. "Repita conmigo, Cuba es una dictadura. No pasa nada por decirlo. Es lo mismo que haría cualquier demócrata", ha sido la petición de Casado desde la ciudad autónoma de Melilla este miércoles.

Para el conservador, la posición de Sánchez está condicionada por "el apoyo de Podemos para seguir en la Moncloa". "Podemos no acepta que los regímenes dictatoriales que les han financiado como partido, Cuba, Venezuela y Nicaragua, sean definidos como tal por el gobierno que ocupa, por el Gobierno más radical de toda Europa". Unas acusaciones que no están comprobadas ni respaldadas por ningún documento ni tribunal.



"Querría que el futuro fuese de democracia y reconciliación"​

Las contundentes declaraciones de la plana mayor del PP contrastan con la actitud de ese propio partido cuando estaba en el Gobierno. Los expresidentes Mariano Rajoy y José María Aznar evitaron calificar a Cuba como una dictadura durante sus mandatos y, al igual que Sánchez, se limitaron a hacer vagas declaraciones a propósito de la democracia. Aznar se reunió en tres ocasiones con Fidel Castro en su país natal. Rajoy visitó el país centroamericano otras dos.


Thank you for watching
"El futuro de Cuba será el que los cubanos quieran, pero yo querría que fuese de democracia y reconciliación para todos, porque lo que deseo para España lo deseo para Cuba y es así, porque España es Cuba y Cuba es España", fueron las palabras de Aznar durante una cumbre iberoamericana celebrada en el año 1999. Sin embargo, el mismo Aznar impulsó endurecer la política de la UE hacia Cuba mediante una Posición Común Europea, que en la práctica impedía cualquier contacto e influencia con el país.

Desde los inicios del mandato de Rajoy se trataron de reconducir las relaciones entre el PP y el gobierno cubano, deterioradas durante la etapa de Aznar. El entonces ministro de asuntos exteriores, José Manuel García-Margallo recibió al viceministro de Exteriores cubano en Madrid y más tarde realizó su primera visita oficial a la isla. La política del PP se basó en exigir "avances democráticos" en el país, sin referencia alguna a la palabra "dictadura".



En el año 2016, con Rajoy en el Gobierno, Bruselas y La Habana iniciaron las negociaciones para firmar un acuerdo bilateral que derogara esa posición común. Los 28 países miembros de la UE firmaron el acuerdo, lo que supuso un duro golpe para el 'aznarismo'. En esa línea, el antecesor de Pablo Casado envió un telegrama a Raúl Castro, para trasladar sus condolencias tras la muerte de su hermano destacando el "calado histórico" de Fidel. Un mensaje que Rajoy compartió en sus redes sociales y que ahora se ha vuelto en contra del actual presidente del PP.


La eterna amistad de Castro y Fraga​

Sobre la relación entre Castro y Manuel Fraga, el exministro franquista y fundador de Alianza Nacional antes de refundarse en el PP, se podría escribir un libro. Así lo hizo Alfredo Conde, un galleguista independiente dentro del PSOE, que preparó con Fraga su viaje a La Habana. Conde recoge en su relato que siempre tuvo la sospecha de que Fraga llegó a ofrecerle asilo político en Galicia a Fidel a cambio de "iniciar la transición hacia la democracia".

Los padres de ambos habían salido de un pueblo gallego para hacer fortuna en la isla. Fraga viajó dos veces la isla. Una vez le devolvió Castro la visita. El expresidente cubano llegó a decir sobre Fraga que era "más de izquierdas que mucha gente de izquierdas". Conocida era su animadversión hacia el expresidente Felipe González. El fundador de Alianza Popular llegó a brindar por "la independencia y progreso de Cuba". Su declarada defensa del exmandatario cubano le granjeó sonadas críticas en el PP hasta sus últimos en política.


Como ya he puesto en otro hilo me parece mas repugnante y escandaloso el poco protagonismo en la prensa que se la ha dado al tema de los negocios de Juan -Carlos I en el tráfico de armas junto a Khasoggi.

Deja en muy mal lugar a un país en el que existe democracia como es el nuestro. Ahora bien, al lado de democracia le vendría muy bien algunos calificativos de devaluada, imperfecta y cocida, ya que nos preocupa mucho Cuba o Venezuela, y sin embargo no nos ha importado lo que ha pasado hace poco en Colombia, ni en Israel ni...las noticias de nuestro anterior Jefe del Estado.

Opacidad total con lo que nos interesa de verdad a los españoles y amplia cobertura de la carne roja de Garzón o si Cuba es una democracia o no.

¿Qué clase de democracia es la nuestra?

 
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