Pablo Casado, Presidente del PP

El PP no aprende. Veto total a la ultraderecha alemana.


La Unión Cristianodemócrata (CDU) alemana, el partido de la canciller Ángela Merkel, insistió este martes en su rechazo a toda cooperación con la ultraderecha ante los comicios regionales del próximo domingo en el este, donde la radical Alternativa para Alemania (AfD) es especialmente fuerte.
“No queremos ningún tipo de cooperación con la AfD, a ninguna escala”, afirmó el líder de la CDU y candidato del bloque conservador a las elecciones generales del 26 de septiembre, el centrista Armin Laschet. La AfD es «un problema para todos los demócratas»y por tanto no se debe “hablar, ni cooperar ni menos aún coaligarse” con esa formación, añadió Laschet, en declaraciones a la radio pública.


La CDU es una derecha democrática. El PP es un grupo de ultraderecha peligroso sin principios. No hay más que oír a Casado y a Iturgaiz.
 

Casi a palos y con el rey malparado​

Si la concentración de 2019 en Colón ya les salió mal, esta vez les ha salido aún peor.

Por
Javier Lezaola.

14 de junio de 2021 14:00

Casi a palos y con el rey malparado

Imagen de la concentración de este domingo en la madrileña plaza de Colón

Casi a palos y con el jefe del Estado, el rey Felipe VI, comprometido y prácticamente malparado por quienes dicen defenderlo con ahínco. Así acabó este domingo una protesta que iba a protagonizar Rosa Díez en la madrileña plaza de Colón pero que acabó protagonizando Isabel Díaz Ayuso unos metros más arriba.

Según los datos oficiales, la concentración de este domingo en Colón registró menos de la mitad de asistentes que la del 10 de febrero de 2019, cuando el PP, su escisión blanda de Cs y su escisión dura de Vox se fotografiaron juntos para pedir elecciones generales al no haber digerido la moción de censura que en junio de 2018 desalojó a Mariano Rajoy de la Presidencia del Gobierno; no hubo una convocatoria electoral sino dos –la primera en abril y la segunda en noviembre de aquel 2019–, y el trío de Colón perdió ambas. PP, Cs y Vox tampoco han logrado digerir el actual Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos –surgido precisamente de la segunda de esas convocatorias electorales–, y por eso volvieron este domingo a Colón para protestar contra los indultos a los líderes del procés de Catalunya que el Ejecutivo concederá en el ejercicio de sus competencias.

Si la concentración de 2019 en Colón ya les salió mal –tanto en el PP como en Cs saben que aquella foto junto a Santiago Abascal y el resto de los líderes de Vox fue un error político con graves consecuencias, por eso Pablo Casado e Inés Arrimadas no han querido fotografiarse este domingo junto al partido ultraderechista–, esta vez les ha salido aún peor.

Colón volvió a teñirse de rojigualda –en unos casos de rojigualda constitucional y en otros de rojigualda franquista, aunque desde lejos, y muchas veces también desde cerca, cuesta distinguirlos–, pero esta vez la jornada arrancó con problemas técnicos seguidos de cánticos de “que empiece ya, que el público se va, la gente se marea…” y la buena sintonía de 2019 se tornó en conflictos e incluso en enfrentamientos entre seguidores del PP y seguidores de Vox que ni siquiera la pantalla utilizada para hacer como que esta vez quien convocaba la protesta era “la sociedad civil” y no la derecha y la ultraderecha logró contener.

Esa pantalla ha sido la plataforma Unión 78, impulsada por Rosa Díez y que tras el fracaso de este domingo ha quedado ya tan amortizada como el club de opinión La España que reúne, impulsado por Nicolás Redondo Terreros. ¿Es casualidad que tanto Díez como Redondo Terreros sean exdirigentes del PSOE? No. De hecho, el principal objetivo de Unión 78 o de La España que reúne es que el PSOE renuncie a sus pactos –de gobierno– con Unidas Podemos y –de investidura– con formaciones de izquierda soberanista como ERC o EH Bildu y pacte precisamente con la derecha y la ultraderecha que este domingo volvieron a darse cita en Colón, donde pese a todos esos intentos apenas hubo “socialistas desencantados” con ganas de pasearse entre franquistas y entre banderas franquistas. Y ese, la práctica ausencia de “socialistas desencantados”, es no el único pero sí el principal fracaso de la convocatoria.

“Cómplice de esto”​

Rosa Díez había trabajado duro para que esta vez PP, Cs y Vox no tuvieran que fotografiarse juntos en Colón, pero debió de írsele la mano porque la imagen de este domingo ni siquiera estuvo en la plaza sino unos metros más arriba, en el número 13 de la calle Génova, donde aún tiene su sede el PP. “Queremos reivindicar también el papel del rey. ¿Qué va a hacer el rey de España a partir de ahora, va a firmar esos indultos, le van a hacer cómplice de esto?”. Así se expresó Ayuso ante los medios de comunicación y en presencia de los números uno –el presidente, Pablo Casado– y tres –el portavoz, José Luis Martínez-Almeida– de su partido, arrebatando el protagonismo del día a Díez, a Santiago Abascal y por supuesto a Casado.


La Constitución establece que es el jefe del Estado quien debe firmar los indultos que, en el ejercicio de sus competencias, concede el Ejecutivo, por lo que –fueran pronunciadas a conciencia o fruto de un desliz– las palabras de Ayuso comprometen a Felipe VI sí o sí: si no firmara los indultos estaría incumpliendo la Constitución, y si los firmara estaría convirtiéndose en “cómplice de esto”, sea lo que sea “esto”, que habría que preguntárselo a Ayuso o a su jefe de Gabinete, el aznarista Miguel Ángel Rodríguez.

Unos metros más abajo –y mientras Alberto Núñez Feijóo, Juan Manuel Moreno y Alfonso Fernández Mañueco observaban la escena desde Galicia, Andalucía y Castilla y León, respectivamente–, ultraderechistas coreaban “Pablo Casado, nos has abandonado” entre banderas rojigualdas y a los sones de aquel “Gutiérrez Mellado, estás acojonado” que bramaban los seguidores de Blas Piñar en los años de una Transición “pacífica” y “modélica” que permitió decirse demócratas sin dejar de ser franquistas a quienes ahora enarbolan banderas franquistas sin dejar de decirse demócratas. Con dos diferencias importantes: el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado –uno de aquellos franquistas reconvertidos en demócratas de la noche a la mañana– no compartía espacios con Fuerza Nueva y además estaba en el Gobierno.

 

La derecha suma en la calle para recoger el clamor social contra los indultos​

PP, Vox y Cs unen fuerzas en Colón, aunque mantienen la puja por capitalizar el rechazo al Gobierno por sus pactos con los independentistas. Ayuso apeló al Rey y Cs se lo reprochó

Foto: Pablo Casado, José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso. (EFE)
Pablo Casado, José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso. (EFE)

Por
Paloma Esteban
Javier Bocanegra
14/06/2021 - 05:00
La madrileña plaza de Colón volvió ayer a ser un hervidero en contra de las cesiones de Pedro Sánchez al independentismo catalán. Decenas de miles de ciudadanos acudieron a la convocatoria de la plataforma cívica Unión 78, y entre ellos los representantes del PP, Vox y Ciudadanos, que evitaron una fotografía de familia, pero dejaron una panorámica de suma de fuerzas. El objetivo: visibilizar el rechazo de una gran mayoría de españoles —dos tercios, según las encuestas— a los indultos que Moncloa concederá pronto a los líderes del 'procés'. Los líderes políticos cedieron ayer el protagonismo a la sociedad civil, aunque quedó bien claro que los tres partidos de la derecha mantienen una intensa pugna por capitalizar ese voto de rechazo a los pactos de Sánchez con ERC.
Con cientos de banderas nacionales como mar de fondo, PP, Vox y Ciudadanos se manifestaron esta vez cada uno por su cuenta. La convocatoria a la prensa de los tres líderes en puntos completamente distanciados entre sí confirmó que de ninguna manera se harían una nueva fotografía juntos, como sí hicieron en febrero de 2019. De hecho, afloraron sus diferencias. Mientras Vox criticaba la 'cobardía' de sus rivales —“nosotros no tenemos vergüenza de hacernos ninguna foto”, aseguraron sus dirigentes—, PP y Ciudadanos acabaron enfrentados por la implicación del Rey en la polémica de los indultos provocada por Isabel Díaz Ayuso.
La presidenta de la Comunidad de Madrid quiso marcar un discurso duro contra el presidente del Gobierno, pero sus palabras acabaron generando un debate muy sensible. “Lo que está sucediendo en España es que nos están robando la soberanía al pueblo para trocear una parte del país”. Y, de ahí, pasó al Rey: “¿Qué va a hacer, va a firmar esos indultos?”, se preguntó después de decir que Sánchez había pasado “de inspector a cómplice”. Ni Pablo Casado ni José Luis Martínez-Almeida, que estuvieron en todo momento con Ayuso, hicieron esas palabras suyas. Más bien, al contrario.
Y quienes estallaron fueron varios dirigentes de la cúpula de Ciudadanos, que acusaron a la presidenta madrileña de “populista” y consideraron una “barbaridad” sus palabras. El partido de Arrimadas defiende que el papel del Rey ha sido “ejemplar” en todo momento frente al separatismo, e insisten en que el discurso del 3 de octubre de 2017 (tan criminalizado desde el independentismo) fue “decisivo”.
“Señalar al Rey por la firma del indulto a la que le obligará el Gobierno es un error. Sánchez es el responsable de la humillación y Ayuso debería retractarse”, llegó a decir Edmundo Bal, portavoz adjunto en el Congreso y candidato a las elecciones del 4-M. Otro dirigente de la cúpula, el diputado malagueño Guillermo Díaz, envió una dura advertencia a la presidenta regional: “Ayuso, aparta tu populismo del Rey. Juega con lo tuyo y no con lo de todos”. Fuentes de la formación naranja insisten a este diario en que “no se puede permitir” que en un asunto tan delicado como los indultos el PP implique a Felipe VI.
En realidad, no es la primera vez. En otras ocasiones, dirigentes populares han mencionado el hecho de que el Rey tuviera que firmar los indultos como si de una complicidad se tratara, a pesar de que insisten en que defienden al monarca. Hace unas semanas, cuando apareció publicada en el BOE la nueva ley que despenaliza la acción de los piquetes en el Código Penal, hubo otra polémica similar. El preámbulo de la norma arremetía contra las políticas del anterior Gobierno, presidido por Mariano Rajoy, en vez de mantener la neutralidad legislativa que marca la tradición. Casado también señaló entonces que Sánchez “utilizaba al Rey” para ratificar una ley “que ataca a la oposición”, como si el jefe del Estado tuviera margen para incumplir sus obligaciones constitucionales.
Foto: Manifestación contra los indultos en Colón. (Reuters)

La derecha evita la foto conjunta en Colón ante miles de personas que piden no indultar
Paloma EstebanJavier Bocanegra
El artículo 62 de la Carta Magna establece que corresponde al Rey “sancionar y promulgar las leyes”, así como, entre otras cosas, “ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales”. Este último supuesto responde a la situación actual: Felipe VI firmará los indultos a los líderes independentistas si lo aprueba el Consejo de Ministros.
A las nuevas diferencias entre PP y Ciudadanos (que llevan aireando otras toda la semana pasada) se suman también las que los populares mantienen con Vox. El ambiente en el electorado de la derecha está agitado y en Colón hubo más de una prueba de ello. Los gritos de los militantes del partido ultra, con vítores a Abascal y afeando a Casado el comportamiento de su partido en la anterior etapa, fueron una muestra de ello. También un joven que portaba una pancarta a las puertas de Génova y que acabó enfrentado con simpatizantes del PP mientras reprochaba a Casado “haber sido blando” y “haber abandonado a la sociedad”. Inés Arrimadas también se llevó algún grito de “traidora” mientras lanzaba críticas a Sánchez.
Vista general de la calle Génova durante la concentración convocada en Colón. (EFE)

Vista general de la calle Génova durante la concentración convocada en Colón. (EFE)
La realidad es que Abascal y los suyos llegaron a Colón sabiendo que, al contrario que PP y Cs, tenían poco que perder y mucho que ganar. La manifestación supuso un espaldarazo a Vox, que vio cómo sus bases poblaban los grupos más activos del acto y cómo se convirtieron en uno de los grandes atractivos para los presentes. "Sin miedo ni vergüenza a ningún tipo de foto", según dijo el propio líder de la formación, afrontaron la multitudinaria convocatoria sabiendo que era una oportunidad para hacer gala de su músculo frente a un Casado y una Arrimadas forzados a un perfil más bajo. La prueba fue que ninguno de los dos pisó Colón. El líder del PP se quedó en el cruce de la calle Génova con el paseo de Recoletos, y la líder naranja también se quedó a las puertas de la plaza.
La concentración ratifica a Vox que sigue siendo percibido como el azote contra el independentismo, pero no solo. En un momento en que las encuestas apuntan a la subida del PP y tras la contundente victoria de Ayuso el pasado 4 de mayo, el partido salió reforzado este domingo confirmándose como esa derecha dura "sin complejos" que tiene una fuerte capacidad de movilización. Mientras que los votantes de PP y Ciudadanos no mostraron los símbolos de estas siglas, los de Vox presumieron de las suyas con carteles, pulseras, banderas y todo tipo de 'merchandising'.
El presidente de Vox, Santiago Abascal. (EFE)

El presidente de Vox, Santiago Abascal. (EFE)
Con sus principales líderes presentes, y con decenas de cargos entre el público, la formación fue a Colón con todo pese a estar en un segundo plano, por detrás de los organizadores. Tras haber amagado durante la semana con convertir el acto en un momento para "recordar" al PP su errante gestión en Cataluña, finalmente se limitaron a clamar contra Sánchez para transmitir un mensaje de "unidad" que hace unos días abogaban por romper. "Un momento ideal para recordar que durante los años 2015, 2016 y 2017 se preparó la perpetración de un golpe de Estado y el Gobierno de Rajoy no hizo nada", aseguró el pasado lunes Jorge Buxadé. Entre el público, muchos compartían el reclamo del portavoz de Vox, aunque los gritos fueron masivamente contra el PSOE. Es lo único que une a la derecha. En lo demás, parecen estar completamente enfrentados.
 

El PP indultó al conductor ‘kamikaze’ familiar de un consejero de Cospedal que mató a un joven​

Ramón Jorge Ríos Salgado fue condenado a 13 años de prisión por conducir en dirección contraria por la AP-7 y matar a un joven de 25 años

Por
Alba González.

14 de junio de 2021 16:00

Indulto Partido Popular conductor kamikaze familiar Cospedal

El Partido Popular ha sido la formación política que más ha utilizado la figura del indulto en la historia de la democracia española. Un total de 6.436 entre los gobiernos de José María Aznar y de Mariano Rajoy, la gran mayoría de ellos, concedidos a personas involucradas en casos de corrupción.

No dudaron tampoco en otorgarlos a pesar de la existencia de informes desfavorables emitidos por Fiscalía, la sala del tribunal u otras instancias judiciales. De facto, han llegado a beneficiar a familiares de miembros de su propio partido.

Fue el caso de Ramón Jorge Ríos Salgado que, en el año 2003, condujo en dirección contraria por la AP-7 durante cinco minutos, provocando la muerte de José Alfredo Dolz España, un joven de 25 años. Tras un largo proceso judicial, el Tribunal Supremo ratificó en 2011 la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia y le condenó por los hechos a 13 años de prisión por un delito grave de conducción temeraria “con desprecio para la vida de los demás” y por homicidio.

Sin embargo, tras el cumplimiento de tan solo 10 meses de condena, el ‘kamikaze’, ante la sorpresa de los familiares de la víctima y asociaciones de perjudicados por accidentes, salía en libertad. Se había aprobado en el Consejo de Ministros, a propuesta de Alberto Ruiz-Gallardón, su indulto.

Pagó una multa de poco más de 4.000 euros y quedó libre, en lo que se consideró un acontecimiento insólito que llegó a ser recurrido en el Tribunal Supremo. ¿Quién era Ríos Salgado para poder habérsele suspendido la condena? El ‘kamikaze’ resultó ser familiar del consejero de Sanidad de María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz Salgado.

Pero sus vínculos con los populares no acababan ahí. Además, el bufete de abogados que enarboló su defensa fue en el que trabajaba el hijo del político que propuso el indulto, José Ruiz-Gallardón que, aunque no se encargó personalmente del caso, sí lo hizo su compañero, el letrado Esteban Astarloa, hermano de Ignacio Astarloa, secretario de Estado de Seguridad durante el Gobierno de Aznar.

El polémico indulto se aprobó a pesar de la valoración negativa de jueces, fiscales y víctimas de accidentes de tráfico. Sin embargo, la resolución fue recurrida ante la Justicia. Reabierto el caso, la validez del indulto tan solo fue apoyada por el actual presidente en funciones del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, quien también fuera alto cargo del Ministerio de Justicia con Aznar durante ocho años.

Finalmente, Ríos regresó a prisión en 2014, fallando el alto tribunal a favor de la familia de la víctima por no hallar “lógica jurídica, excluyente de la arbitrariedad”, señalando el “trato de favor” por sus vinculaciones con la cúpula popular.

 
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Es lo que ocurre cuando a uno le regalan la licenciatura en Derecho. :ROFLMAO:
 
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