Naruhito se convierte en emperador de Japón, comienza la nueva era 'Reiwa'

En Tokio, en una recepción en honor la Infanta Elena. Masako fue intencionalmente invitada porque fue una de las tres mujeres en aprobar un difícil exámen de servicio exterior en el país.
Por cierto que ese año 800 jóvenes aplicaron el exámen, sólo 28 pasaron y como dije arriba, sólo tres mujeres entre ellas la brillante estudiante Masako.
Masako debe odiar profundamente a Elena:LOL:
 
Machismo imperial en Japón.

El mayor reto para el Emperador Naruhito será abrir el trono a las mujeres. Su hija no podrá sucederlo por la ley sálica.

SeguirPablo M. Díez@PabloDiez_ABC

Enviado especial TokioActualizado:03/05/2019 11:01h

Naruhito, el nuevo Emperador de Japón, acaba de heredar el trono de su padre, Akihito, pero no podrá cedérselo a su única hija, la princesa Aiko. Como en Japón rige la ley sálica, las mujeres tienen vetado el acceso al Trono del Crisantemo, al que solo pueden subir los siguientes varones en la línea de sucesión. Estos son el hermano menor del actual Emperador, el ahora Príncipe Heredero Akishino, y su hijo Hisahito, que nació en 2006 y fue el primer varón de la Familia Imperial japonesa en cuatro décadas.

Como metáfora del descenso de población que sufre este país, la falta de varones amenaza la continuidad de la monarquía nipona, que presume de ser la más antigua del mundo con 1.300 años. Aunque se ha abierto el debate sobre la apertura al trono de las mujeres, los tradicionalistas se oponen. De fondo subyace el machismo que impera en Japón, el país desarrollado con menor integración laboral femenina. Un claro ejemplo se vio el miércoles, cuando las mujeres de la Familia Imperial se quedaron fuera de la ceremonia de ascenso al trono de Naruhito. Solo pudo asistir, y por formar parte del Gobierno, su única ministra, Satsuki Katayama, quien se convirtió en la primera mujer en acudir a un acto de este tipo en la historia moderna de Japón.

Cruelmente criticados
Para Naruhito, uno de los mayores retos de su reinado será abrir el Trono del Crisantemo a las mujeres. Por experiencia propia, sabe que será difícil. Tanto él como su esposa, la Emperatriz Masako, han sido cruelmente criticados por no poder engendrar un varón que herede el trono nipón. Sobre todo ella, tan presionada por la Agencia de la Casa Imperial que acabó sufriendo una profunda depresión que arrastra desde hace casi dos décadas.

Primero, la Casa Imperial nipona se opuso a Masako Owada, una brillante diplomática a la que Naruhito conoció en una recepción ofrecida en Tokio a la Infanta Elena en 1986, porque era una plebeya. Y luego, tras la boda, todos los ojos se posaron sobre ella cuando no pudo darle un hijo varón a su marido.

Para que la princesa Aiko, nacida en 2001, pudiera entrar en la línea sucesoria, el Gobierno del entonces primer ministro Junichiro Koizumi estudió reformar la Constitución y abolir la ley sálica. Pero el príncipe Akishino, segundo hijo del Emperador Akihito, y su esposa, Kiko, tuvieron en septiembre de 2006 a Hisahito, quien apartó a su prima de la línea sucesoria. Como sus padres ya habían tenido dos niñas doce años antes, las malas lenguas aseguran que recibieron la ayuda de la fecundación «in vitro» y, por orden de la Casa Imperial, se decidió genéticamente traer al mundo un varón.

El nacimiento de Hisahito cerró el debate, pero estos días se ha vuelto a reabrir pensando en la estabilidad de futuras sucesiones. El problema no es que «solo los varones descendientes por línea masculina heredarán el trono», como establece el artículo 1 de la Ley de la Casa Imperial, sino que tampoco puede haber regentes femeninas («josei miyake»). Una ruptura con el pasado porque, desde el siglo VI con Suiko, en Japón ha habido ocho emperatrices regentes. Además, las mujeres de la Familia Imperial que se casan con plebeyos «deben renunciar a su estatus como princesas», según manda el artículo 12. Esta salida de la Familia Imperial conlleva que sus hijos, aunque sean varones, tampoco podrán entrar en la línea de sucesión porque su padre es un plebeyo.

Así lo hizo Sayako, hermana del actual Emperador, cuando se casó con un funcionario del Departamento de Urbanismo de Tokio en 2005. Y así lo planea también su sobrina Mako, hermana del príncipe Hisahito, tercero en la línea al trono. En el futuro, será el único heredero, con los riesgos que eso entraña para la continuidad de la monarquía nipona, si no se cambia la ley para abrir el trono a las mujeres.

Hombre de su tiempo
Lo vaticina el periodista Katsuhisa Saito, experto en la Casa Imperial, en sus artículos de estos días en el portal de noticias Nippon.com, donde analiza estos problemas. «Políticamente, es complicado abrir el trono a las mujeres porque ya hay un heredero varón y a ningún partido le daría réditos electorales, pero con el nuevo Emperador surgirán preguntas sobre un sistema de sucesión tan rígido como el japonés», explica a ABC Saito. En su opinión, todo dependerá de Naruhito, que «es un hombre de su tiempo y ha visto mundo», y de la conservadora sociedad nipona, donde poco a poco van calando los mensajes sobre la igualdad de género que tan fuerte están sonando en Occidente gracias a movimientos como el «MeToo».

«A las mujeres se les debería permitir también heredar el trono porque hemos entrado en una nueva era y debemos ser iguales que los hombres», reclama Mana Tamamura, una joven de Tokio que acudía esta semana con su marido, Hitoshi, a ver el Palacio Imperial. A las puertas de este enorme parque amurallado, que se levanta sobre el antiguo castillo de Edo (siglo XV), decenas de miles de japoneses celebran el inicio de una nueva era bajo el reinado de Naruhito. Denominada «Reiwa», significa «Bella armonía», lo que no podría ser más apropiado para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres y acabar así con el machismo imperial de Japón.

Noticia original, incluyendo video inicio:
https://www.abc.es/internacional/abci-machismo-imperial-japon-201905030246_noticia.html
 

REALEZA
PELEA FAMILIAR, AHORA TAMBIÉN EN JAPÓN: CRECE LA TENSIÓN ENTRE EL NUEVO EMPERADOR Y SU HERMANO AKISHINO
Dada la falta de un hijo varón por parte de los emperadores Naruhito y Masako, el príncipe Akishino ocupa desde el miércoles el primer puesto en la línea de sucesión.
D. P.
3 DE MAYO DE 2019 · 11:26


TIEMPO DE LECTURA:2 MINUTOS


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Los nuevo empeadores Naruhito y Masako seguidos de los príncipes Akishino y KikoGTRES ONLINE
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REALEZA
La era inaugurada este miércoles con el reinado del nuevo Emperador de Japón ha sido bautizada con el nombre de Reiwa, “armonía” en japonés, pero no es esta la palabra que sería correcto emplear para describir las relaciones en el seno de la familia imperial japonesa. En la ceremonia de entronización del emperador Naruhito del pasado 1 de mayo, le vimos acompañado de su hermano, el príncipe Akishino, que le siguió respetuosamente caminando unos pasos detrás de él. Sin embargo, entre los dos hermanos existe una rivalidad que se ponía de manifiesto hace solo unos meses, después de que el príncipe Akishino criticara abiertamente a su propia familia al defender que debía ser esta la que corriera con parte de los gastos del acto de entronización, en lugar del gobierno japonés.

“El príncipe Akishino no está cooperando con su hermano”, citaba este mismo miércoles el diario The Telegraph a una profesora de la Universidad Doshisha de Kyoto, Noriko Hama. “Da la impresión de ser una fuerza desestabilizadora y de blandir un hacha contra su hermano. También parece hacerse querer notar. Podríamos estar ante el clásico caso de una pelea familiar en el seno de la casa imperial, casi Shakespeariana”.

Al parecer, el príncipe Akishino siente que su opinión debería contar más en lo conciernente al futuro de la casa imperial, ya que, dada la ausencia de un descendiente varón por parte de los nuevos emperadores, Naruhito y Masako de Japón, es él quien actualmente ocupa el primer peusto en la línea de suceisón del trono y será su hijo Hisahito quien presumiblemente suceda a su tío. Tanto el príncipe Akishino como su esposa, la princesa Kiko, estarían igualmente molestos por haber tenido que curbir del hueco dejado en la agenda imperial por la ahora emperadora Nasako, ausente en la vida pública por la depresión que sufre. Sin embargo, la mala relación entre el emperador Naruhito y su hermano viene de más lejos.


Según ha podido averiguar el diario The Telegraph a partir de unos telegramas de la diplomacia británica en Japón, el rifirrafe imperial entre Naruhito e Hisahito se remonta por lo menos a los años 80 y empezó a cuenta de la diferente educación que recibiría uno y otro hijo del entonces emperador Akihito. El príncipe heredero Naruhito estudió durante tres años en Oxford, una época en la que se empapó de las costumbres occidentales y estrechó sus relaciones con la familia real británica, mientras que al príncipe Akishino, parece ser que menos privilegiado intelectualmente que su hermano mayor, se le negó esta oportunidad.

Finalmente, la casa imperial accedió a sus deseos, pero los celos del príncipe Akishino ya estaban sembrados. En 1990, hizo su primer desplante al protocolo imperial al comprometerse repentinamente con su actual esposa. Según informó este lunes el New York Times, el anunció de la boda no sentó bien en la corte, ya que lo adecuado era que fuera el entonces príncipe Naruhito quien, como heredero del trono, fuera el primero en casarse.
 
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