Los Romanov

Arhani !!!

Qué gesto tan generoso !!!!

Tu corazón es grande!!

Qué lucecita te guía para que puedas hallar estas maravillas?

Abrazotes delicadamente voladores!
 
Arhani !!!

Qué gesto tan generoso !!!!

Tu corazón es grande!!

Qué lucecita te guía para que puedas hallar estas maravillas?

Abrazotes delicadamente voladores!

Es darte un gusto a tan buena y simpática amiga y a todos los que nos gustan los Romanov y compartimos sobre ellos

Seguimos con Rasputin

Infancia:




Desde niño, Grígori dio muestras de "poderes curativos" en el sentido de que cuando un animal estaba enfermo, el niño se sentaba a su lado, apoyaba la cabeza o sus manos en la parte afectada del animal, y este a las pocas horas estaba recuperado. Estos sucesos comenzaron cuando cumplió un año, y ocurrieron a menudo durante toda su infancia. Cuando iba a pescar o pasear con su hermano Misha, el pequeño Grisha podía ver peces en el fondo del río que los demás no podían ver, y percibía la naturaleza de forma diferente, el chiquillo nunca comprendió por que su hermano y sus amigos le veían como un bicho raro.

Un día, cuando Rasputín dijo que un aldeano había muerto, cuando nadie más lo sabía aún, su madre no le creyó, cuando preguntó en la aldea y comprobó que era cierto, comenzó a alarmarse, a pesar de que su tía Dunya decía poseer también poderes clarividentes.

Además de estas características, el pequeño Grisha, al igual que el resto de Siberianos, poseía una sinceridad que duró toda su vida, aún sabiendo que a veces la verdad hacía daño a las personas.

Ocurrió un suceso en 1883 que marcaría para siempre a Rasputín. Una mañana su hermano Misha sugirió ir a pasar el día en el campo, la primavera duraba poco, así que aprovecharon el día y finalmente llegaron a una zona del río en el que el agua tenía mucha fuerza a pesar de cubrirles solo hasta la cintura. Misha que ya era adolescente, bastante temerario, se lanzó al agua, Grisha se estaba desvistiendo para bañarse cuando escucho los gritos de su hermano. Éste luchaba en el agua, pero el río lo arrastraba con fuerza, Rasputín se lanzó al agua, que estaba helada, y trato de coger a su hermano, agarrado a un arbusto, pero fue arrastrado junto con Misha por la fuerza del río, doscientos metros más abajo, Arkhip Kaledin, herrero y vecino suyo les vio e inmediatamente se tiró al río para salvarles, agarrándose a la hierba de la orilla estiro el brazo y agarro a Grisha, éste no soltó a su hermano y con dificultades finalmente los tres pudieron salir de aquel infierno.

Los dos chavales estaban muertos de frío, fueron llevados inmediatamente a su casa y llamaron a la comadrona, pues en aquel poblado no había médico, pero ella no poseía conocimientos suficientes para ayudarles.

Por la noche muchachos deliraban, Misha murió dos días más tarde, su débil cuerpo no resistió la pulmonía, Rasputín tuvo más suerte, su cama estaba situada en la cocina, por lo que obtuvo más calor, en cuanto despertó preguntó por su hermano y ya sabía que había muerto, la tristeza lo invadió y tardó tres meses en volver a levantarse de la cama.

Más adelante cuando se recuperó, se produjo el robo de un caballo en la aldea, Rasputín identificó al ladrón si conocer los detalles del robo, registraron la casa de aquel hombre y vieron que el niño no se equivocaba, pero a su madre no le agradaba que se metiera en esos asuntos ni que tuviera aquella reputación.

Al haber muerto su hermano, Grisha era el hombre de la casa, la adolescencia llegó rápido y se distanció de su padre cuando vio que debía ocupar su lugar, no es que fuera un chico poco trabajador, pero pensar en las tareas que le aguardaban le aburrían, siempre que podía se escapaba y meditaba.
 

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Reinado de Nicolás II (1894-1917) hasta 1914

Nicolás II, hijo de Alejandro III, poseía una buena formación cultural, pero en el momento de su entronización carecía de cualquier experiencia de gobierno. El nuevo Zar era débil de carácter y muy influenciable. Su ideología política coincidía plenamente con el absolutismo monárquico. Nicolás II pensaba que, al igual que a sus antepasados, Dios le había coronado como zar de todas las Rusias para que ejerciera el poder de forma absoluta y gobernara a su pueblo con justicia. Sólo ante Dios tendría que dar cuentas de sus actos, no ante ningún parlamento. Nicolás rechazaba todo lo que tuviera que ver con el liberalismo, y pensaba que su pueblo -en especial las capas más humildes como los campesinos- le amaba. Y era cierto, existía un fervor popular tradicional por el “padrecito” zar; así había sido durante generaciones y así continuó en tiempos de Nicolás II, al menos hasta los sucesos del fatídico año de 1905, luego las cosas empezaron poco a poco a cambiar.

Nicolás no eligió a la persona más idónea para acompañarle en el trono. Se había casado con Alix de Hesse, una princesa alemana, nieta de la reina Victoria de Inglaterra, que al entrar en la Iglesia Ortodoxa cambio su nombre por el de Alejandra Feodorovna. Ambos estuvieron siempre muy enamorados. Alejandra era dominanta y con una notable tendencia al histerismo. Era también, al igual que su marido, sinceramente religiosa, pero en su caso la religiosidad se fue desviando hacia lo milagrero e incluso en ocasiones hacia el espiritismo. Alejandra ejercía una gran influencia sobre su marido, al que solía aconsejar para que actuara con más energía y rechazará cualquier política que supusiera compartir el poder con un parlamento.

La situación de la familia imperial empeoró a partir de 1904, cuando, por fin, después de cuatro niñas, llegó el ansiado heredero, el zarevich Alexis (Alejo). El niño nació con una enfermedad hereditaria e incurable, la hemofilia. Cualquier hemorragia podía poner en peligro la vida del pequeño. Fue en esta difícil situación cuando apareció en la vida de los zares la enigmática figura de Gregory Rasputín, un campesino siberiano con fama de místico y curandero milagroso. “Toda la expresión de su personalidad parecía concentrarse en sus ojos. Eran de color azul claro, de brillo, profundidad y atractivo excepcionales. Su mirada era a la vez penetrante y acariciadora, ingenua y astuta, lejana y absorta. Cuando se entregaba a conversaciones serias, sus pupilas parecían irradiar magnetismo. Despedía un fuerte olor animal, como de una cabra"(2). Rasputín acertó a calmar las crisis en la enfermedad del Zarevich y de esta manera se ganó la confianza de la zarina Alejandra, la cual consideró desde entonces a Rasputín como a un santo, enviado por Dios para salvar la vida de su hijo y, con ella, también a la dinastía de los Romanov. Alejandra nunca quiso admitir la doble vida del falso monje, cada vez más entregado a la bebida y las mujeres.
LA REVOLUCIÓN RUSA. 90 AÑOS DE LA INSTAURACIÓN DEL PRIMER RÉGIMEN COMUNISTA
Luis Alonso Somarriba

Alexandra Romanov
YouTube - ‪Alexandra Feodorovna: Empress, Mother, and Wife‬‏
 
Buen día Arh ! O todavía duermes ?

Yo tan cumplidora leí tu último post.
Bravissimo Princesita ! Nos estás preparando para un Master en "La Rusia de los Zares"
:a16::a16::a16::a16:
 
Imaginate sería una tarea titánica, hay información de sobra de esta familia, y de los útlimos miembros es una leyenda querida ale y a la gente nos gusta este tipo de historias no crees? :a19::a19::a19:

LA TRÁGICA HISTORIA DE LA FAMILIA ROMANOV

Ellos fueron las primeras víctimas de la revolución rusa, del comunismo, Sólo hasta que cayó el comunismo y se supo el verdadero destino de los Romanov fue hecha la corrección histórica en torno a lo cometido por los bolcheviques.

AGOSTO, 2005. Cuando se asumen responsabilidades como obligación hereditaria ello trae consigo un desempeño lamentable. Una cosa es engolosinarse con el poder, intoxicarse con el ansia de expedir decretos, y otra, verse obligado a administrar ese poder. La combinación es letal, y ha tenido resultados funestos al curso de la historia.

Esta descripción encaja perfectamente con el Zar Nicolás II, hombre bienintencionado pero un tanto ingenuo, elementos ambos que no ayudan en mucho para gobernar una monarquía. Algo que también disgustaba al soberano era ver gente en harapos, algo que, en una cabeza donde dominara el sentido común, avergonzaría a quien hiciera esa observación y al mismo tiempo gobernara un país. Pero en la mente del Zar --y prácticamente todos los reyes absolutistas europeos-- la pobreza era vista no como reflejo de una situación social sino como una falta de respeto y ética hacia la Corona: dicho de otro modo, los mendigos eran culpables por mostrarse así ante el Zar.

(Aquí cabe una necesaria digresión en torno a las familias reales: exhibir joyas, pieles caras y un boato exacerbado no implicaba que los soberanos fueran limpios; podían ser iguales o peores que los harapientos pues demostrar riqueza material importaba más que el baño, algo que, históricamente está corroborado, eran enemigos jurados, ya no digamos del aseo bucal, el de los pies o el de las axilas. Sus atuendos reales solían albergar chinches, pulgas y aun ratas. Dicho esto, continuemos).

Una mentira ampliamente difundida por los jerarcas soviéticos afirmaba que antes de la revolución Rusia era un país feudal sumido en al miseria. La verdad es que, como en México, Colombia o Brasil actualmente, existía una Rusia intelectual, la que nos dio a Chéjov, a Tchaikovsky, Tolstoi (todas ellas grandes glorias apreciadas hasta hoy) y la Rusia caciquil donde no existían los derechos laborales. Otra falsedad propalada decía que aquella miseria era producto del capitalismo cuando en verdad la revolución industrial estaba a punto de llegar a Rusia al iniciar la revolución rusa.

La Rusia que le tocó gobernar a Nicolás II estaba plagada de estos cacicazgos, producto de décadas en que recibieron tierras como favores políticos o, para mantener apaciguado al pueblo; sin estos caciques, la unidad de tan gigantesco país habría resultado imposible. Ciertamente los latifundios habían empobrecido a un pueblo de por sí menesteroso, de modo que, sin duda, existía un terreno fértil para la propagación de ideas a favor de cambios radicales.

La gran tragedia de Nicolás II prefirió seguir viviendo en su mundo propio. Ante esto debemos ubicarnos y remarcar que ningún monarca pensaría en abdicar ni mucho menos que lo destronaran; después de todo llegaron ahí "por la voluntad divina". Cuando el Zar optó por dejar las cosas como estaban insospechadamente estaban marcando el final de los Romanov pues ya resultaba inevitable el estado de cosas que al estallar iban a inclinarse hacia un lado. Nicolás II optó por la pasividad y perdió.

La pasividad, por supuesto, eran los cambios, pues conforme avanzaban las ideas revolucionarias, al mismo tiempo aumentaba la represión zarista. Pero Nicolás II carecía en lo absoluto de tacto y destreza políticas; prácticamente fue devorado por sus ministros, subalternos e inclusive por el celebérrimo Rasputín, un hechicero semicharlatán quien, según algunos historiadores, llevaba una amistad más que íntima con la Zarina y aun con consentimiento tácito del soberano, quien ya había perdido todo interés en ella.

Durante los años de Nicolás II y dada su inmovilidad, la corrupción y el burocratismo se agudizaron en Rusia, todo esto azuzado por la insensibilidad de la monarquía cuando desestimó el resentimiento y la urgente necesidad de cambiar las estructuras sociales, lo cual equivale a decir que la una inmejorable ayuda que recibieron los bolcheviques provino de la insensibilidad por parte de la monarquía zarista.

A principios de 1917 se multiplicaron los disturbios en San Petesburgo y Moscú, las dos principales ciudades rusas. Hacia poco que el famoso monje Rasputín había sido asesinado y ello parecía haber precipitado la mala suerte de Nicolás II. Rasputín era un protegido de la Zarina de modo que su ausencia le fue mermando el ánimo. Mientras tanto Vladimir Ilich Lenín regresaba de su estancia en Europa Occidental. El Zar planeaba pedir ayuda a sus aliados pero al final nada ocurrió: Alemania, celosa de un país que se perfilaba como potencia mundial, simplemente desoyó al soberano; además la guerra que había iniciado en 1914 tenía al país sumido en la quiebra.

Tampoco de Inglaterra había buenas noticias: durante el reinado de la reina Victoria las relaciones con Rusia habían sido inmejorables, no sólo por los lazos sanguíneos --Victoria y la Zarina eran primas-- sino también por los incipientes intercambios comerciales. Pero la muerte de Victoria había enfriado los lazos entre ambos países. Ante tal situación, carente de experiencia militar y capaz de creer cualquier cosa que le dijeran sus subalternos, Nicolás II se quedó solo hasta que en noviembre (octubre en el antiguo calendario ruso) los bolcheviques obtuvieron la victoria.

El Zar y su familia trataron de huir cuando ya era muy tarde. Fueron apresados por los revolucionarios y aunque al principio se pensaba que al Zar le sería permitido exiliarse, todo indica que Lenín no pensó siquiera en esa posibilidad; fueron enviados a una casa de campo en Ekaterimburgo mientras "se decidía" su destino. Finalmente, en la noche del 18 de julio de 1918 se selló la suerte de los Romanov.

Alrededor de la una de la mañana el Zar y sus hijos fueron despertados y llevados al sótano de la casa. Ahí, un general de aspecto tenebroso apellidado Yurovsky entró al recinto mientras afuera un auto encendía el motor a toda marcha. Yurovsky leyó un documento pero el ruido no permitía oír nada. Cuando Nicolás II le pidió que hablara en voz más alta el militar sacó un arma y disparó a quemarropa contra el Zar quien cayó fulminado. Enseguida los demás miembros de la tropa vaciaron sus cartuchos contra el resto de la familia, el doctor de la familia y una especie de inseparable valet.

¿Por qué razón Lenín rompió el acuerdo de respetar la vida del Zar? Durante los años en que existió al URSS se especulaba que, en el exilio, los Romanov ganarían gran simpatía mientras que, muertos, ayudarían a "la causa" pues refrendarían la necesidad de aniquilar a las monarquías para sustituirlas por dictaduras del proletariado. Con todo y lo macabro de ese razonamiento, funcionó: al conocerse la muerte de los zares la comunidad intelectual de Europa apantallada por los bolcheviques estalló en júbilo ¿No significaba aquello el inicio de un mundo más justo, más libre y donde todos tenían el derecho a ser escuchados?

La historia de la revolución rusa está llena de asombrosas ironías. Centrémonos sólo en dos por el momento: que los bolcheviques odiaban a los zares pero no tanto a sus riquezas. Lenín se quedó con un Rolls Royce que había pertenecido al Zar, y si bien en los primeros años los palacios fueron utilizados para alojar a miles de desposeídos, a los pocos años aquellos hermosos ideales quedaron sepultados por el terror del estalinismo; y otra ironía fue que Stalin "el Padrecito de todos los Pueblos" y quien había borrado al zarismo de la tierra, admiraba sombremanera a Pedro el Grande (algo que, curiosamente, sólo se supo tras la muerte del dictador, en 1953).

Y si bien el asesinato de los Romanov había servido para apuntalar la influencia de la Unión Soviética entre los intelectuales y los sindicatos de Occidente, lo cierto es que la memoria de la familia real y su horrenda suerte crecían entre los adversarios del gobierno soviético. Durante varias décadas persistió el rumor de que Anastasia, una hija del Zar, había sobrevivido a la masacre de Ekaterinburgo (hasta su muerte, en 1984, una tal Ana Anderson aseguraba ser Anastasia) mientras en Moscú los jerarcas aseguraban que de la familia real y sus cuerpos "no quedaba nada".

La caída del Muro de Berlín en 1989 y la posterior desaparición de la URSS demostrarían lo contrario al ser abiertos los archivos de la KGB y su antecesora NKVD e inclusive la Policía Zarista. Durante todo ese tiempo el gobierno soviético había acumulado cerros de información en torno a los Romanov, una obsesión que inició en tiempos de Stalin (y pobre de aquél que desoyera los deseos del "Hombre de la Georgia Soviética") y continuó con Brezhnev hasta que el mismo Gorbachov alguna vez consideró rehabilitar la memoria del Zar como forma de armar un muy soviético "pan y circo".

Marx había hablado del fantasma del comunismo que recorría Europa; pero desde su ejecución hasta 1991, el fantasma del zar había recorrido los pasillos del Kremlin. No se duda que ello haya tenido algo --o mucho-- que ver con la paranoia de Stalin (otros documentos de la KGB indicaban que el dictador "creía haber visto al Zar" en los pasillos del Kremlin, algo que indudablemente llevó su desconfianza hasta el paroxismo).

En 1992 inició una serie de excavaciones para hallar los restos de Nicolás II y su familia. Finalmente fueron encontrados y sometidos a pruebas de ADN para certificar su origen. Todos fueron positivos, incluidos el de la princesa Anastasia y el doctor Botkin, quien acompañó a los Romanov al matadero. Con ello empezaba a rectificarse la injusticia histórica con la familia real rusa.

El gobierno de Boris Yeltsin y la Iglesia Ortodoxa acordaron inhumar los restos con los debidos honores mientras afuera de la catedral algunos manifestantes con banderas de la hoz y el martillo protestaban silenciosamente.

Colofón
La indolencia del Zar Nicolás II fue un importante catalizador para que estallara la revolución rusa. es evidente que nadie pudo prever los horrores del estalinismo y la vigilancia sistemática de la NKVD Y KGB que convertirían en meros párvulos a los elementos de la Policía Secreta del Zar. Al igual que el absolutismo de los Luises, el soberano veía en las protestas callejeras y la agitación desafíos fáciles de apagar con un poco de represión. Su escasa pericia política le impidió interpretar las señales de descontento: después de todo ¿no eran los Romanov los representantes de Dios en la tierra y se les debía obediencia ciega

FUENTE: ALAS Y POEMAS FORO
 

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No añora el pueblo ruso a sus Zares?

Existirán movimientos de reinstauración de una monarquía ?

Es posible una Monarquía constitucional, en la Rusia de hoy ?

...
 
Ale en la página 22 hay puse información sobre que Nicolás es mas popular que Puttin

De tu segunda pregunta aquí de dejo un enlace que encontré del 2008 :a30:
Reclaman la vuelta de la monarquía a Rusia

Y de que vuelva la monarquía rusa primero se tendrían que poner de acuerdo en quien quedaría por que la supuesta heredera maria vladimirovna tiene sus detractores hay muchos que no estan de acuerdo sobre si ella es realmente la jefa de la casa ya que hay otros miembros que se conglomeraron en la asociación de la familia Romanov

Asociación de la Familia Románov - Wikipedia, la enciclopedia libre

La Familia Imperial de Rusia Hoy :: Foros Realeza
 
Arhani, me pondré cómoda para leer -y asimilar- tanta información !!!!!!!

Me interesa mucho saber la opinión del pueblo ruso. Y vos lo encontraste !!!

Abrazos pequeña princesita !:a16:
 
Gracias, arhani, por toda la información que estás poniendo :a29:.

Rasputin es un personaje histórico que siempre me ha dado escalofríos. Nunca he terminado de comprender la obsesión que la zarina sentía por él, e incluso pongo en tela de juicio que tal obsesión en verdad existiera. En esa época se sabía que la hemofilia en absoluto es curable. ¿Dominaba ella tanto al zar como para hacerle ceder en asuntos políticos?...es complicado dar respuesta. Y nunca falta quien está interesado en 'culpar' a las mujeres :a16::a16::a16:.

Besos, alej :a29:
 
Rasputín ¿un vidente de Dios o un demonio?

Publicado el 20 mayo, 2011 por arcangelo
Tal vez hayas oído la historia de Grigori Yefímovich Rasputín, una mezcla entre monje y demonio cuyos asombrosos poderes y atracción que ejercía entre las gentes le permitió ser el gobernante detrás de los zares de Rusia. Adentrémonos en su fascinante y oscura historia.



Sus primeros años

Rasputín en la región del Tobolsk en la Siberia, sin educación se dedicó al pillaje. Sin embargo pronto abrazaría la fe de una secta repudiada en ese entonces: los flagelantes o khlysty. Ellos se sometían a fuertes tormentos físicos en su creencia de que así alcanzarían la fe, pero también a fiestas descomunales y orgías, lo que volvería a Rasputín un ser desordenado.

Rasputín y la monarquía rusa

Su ingreso a la monarquía rusa se dio cuando los médicos reales no podían curar las secuelas de la hemofilia que sufría el zarevich Alexei, el príncipe heredero de la dinastía Romanov. Introduciéndose a través de una amiga de la zarina llamada Anna Výrubova, dio a conocer sus poderes ofreciendo curar al niño que en ese momento era azotado por una terrible fiebre. Se dice que Rasputín puso sus manos sobre la cabeza del niño absorbiendo todo su mal.

Cuando luego las introdujo en un cuenco con agua, esta comenzó a hervir frenéticamente. Con ello, el niño quedó sano por el momento y Rasputín se llevó a los bolsillos a la familia real, sobre todo a la Zarina, quien lo hizo su confidente y consejero por encima de todos.

Se dice que tenía un poder en su mirada que literalmente podía matar. Se cuenta que un día, una mujer empezó a burlarse de él acusándolo de charlatán. Con tan solo mirarla, convirtió a la mujer en un ser demente.

Sin embargo, su poder también podía curar. Rasputín prefería a las mujeres por ser más vulnerables y además proclives a ceder a sus favores sexuales. Sus escándalos con mujeres de todas las clases sociales y su intromisión en la vida política rusa le granjearon finalmente su final.



El final y las cartas

El príncipe Félix Yusupov y otros aristócratas planearon su muerte cansados de su influencia sobre los zares, pero Rasputín lo había presentido y escribió unas cartas a la zarina lanzando lo que se considera su predicción más extraordinaria:

“Si soy muerto por gente del pueblo de Rusia, entonces la dinastía del zar previvirá, pero si me matan miembros de la aristocrácia, el reinado del zar morirá y se teñirá de sangre”.

Con engaños, Rasputín fue invitado a una cena en donde lo envenenaron con una pócima capaz de matar a un regimiento, pero increíblemente él estaba sano. Aterrados, y tras dispararle y golpearlo, no moríría, sino hasta ser acribillado y arrojado atado al río Neva. Se dice que su muerte se dio por ahogamiento y no por ninguno de esos tormentos.

Luego de ello se cumpliría la profecía: surgiría la revolución bolchevique y se terminaría el reinado de los zares. La familia real moriría asesinada. Increíble, ¿no?
 

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Hola Arhani y ETON !!!

Leyendo sobre el "innombrable" siento mucho más miedito que antes ...

Quien de este mundo, podría predecir de tal manera.Realmente escalofriante !!!

Felicitaciones Arh esto es atrapanteeeeeeeee!!!!!!!!
 
¿Qué hicieron los Romanov?
5 de julio de 2010
Anna Arutunián, The Moscow News


La reciente muerte del último Romanov, nacido antes de 1917, ha llevado a la sociedad rusa a ejercer una mayor introspección acerca de esta familia y de su influenci

John Cleese, el comediante del grupo humorístico Monty Python, en su papel de líder revolucionario en la película La vida de Brian, se asombraba al recibir una catarata de respuestas positivas a su pregunta retórica—“¿Qué es lo que han hecho los Romanos por nosotros?”.

Los estudiosos rusos han sido menos halagüeños respecto de la historia de los Romanov.

Tras la reciente muerte de la Gran Duquesa Leonida Georgievna, la última Romanov nacida antes de la revolución de 1917, los historiadores rusos se encuentran una vez más en la tarea de indagar el pasado y tratar de responder a la siguiente pregunta: "¿Qué ha hecho la familia Romanov por nosotros?"

La dinastía alcanzó la cresta del poder europeo tras la derrota de Napoleón en 1815. Sin embargo, casi un siglo después—después de varios intentos fallidos de aplicar reformas económicas, políticas y militares—el último zar, Nicolás II, dejó tras de sí un país feudal muy atrasado con respecto a sus pares europeos.

Si el final fue de todo menos glorioso, el comienzo de la dinastía había sido más que prometedor.

Los Romanov descendían de la primera esposa de Iván el Terrible, Anastasia Románovna, cuya muerte, en 1560, se cree que empujó al zar al borde de la locura.

La familia tuvo la oportunidad de llegar al poder medio siglo después, cuando los boyardos votaron a Mikhail Romanov, de 16 años, tras una época anárquica conocida como el Período Tumultuoso.

“Necesitaban elegir a alguien joven, tranquilo y confiable", afirma el novelista histórico Vladimir Sharov. Los boyardos sentían que podían manipular fácilmente a Mikhail, pero éste terminó gobernando con su padre, más poderoso que él mismo.

Pedro el Grande fue el Romanov que más aportó al país. Además de construir San Petersburgo, expulsó a los turcos de Azov, construyó una flota y promovió una severa forma de capitalismo de Estado y libre comercio.

Pero, si bien los Romanov hicieron mucho por su país, también le infligieron mucho daño.

Durante tres siglos, intentaron imponer un sistema de modernización de arriba hacia abajo que fue, como mínimo, impopular, y hasta violento en muchas ocasiones.

Un claro ejemplo puede verse en el intercambio entre el ultraconservador Zar Nicolás I y el jefe de la policía secreta, el Conde Alexander Benkendorf, en la época posterior a la Revolución Francesa de 1830.

“Rusia se encuentra protegida de las calamidades de la revolución porque, desde Pedro el Grande, los monarcas siempre fueron superiores a las naciones”, le dijo Benkendorf a Nicolás.

Benkendorf sostenía que el secreto para retener el poder era, en primer lugar, no ilustrar al pueblo, “así el pueblo no adquiere el mismo nivel de entendimiento que los monarcas”.

Nicolás I, o Nikolai Palkin ("El Duro”, como lo llamaban popularmente), dirigió una brutal militarización de la sociedad, por la que campesinos desafortunados eran reclutados en el ejército de por vida y, con mucha frecuencia, molidos a golpes por delitos menores.

Pero Nicolás también era el “único europeo” de Rusia, según Alexander Pushkin, cuyo afecto por el monarca aparentemente no se veía perturbado por la aventura amorosa que su esposa, Natalya Goncharova, se cree que tenía con Nicolás.

Los Romanov tenían sangre europea, debido a las numerosas bodas que celebraron con miembros de la realeza de este continente. Tras Catalina la Grande, los Romanov mantuvieron sólo unas gotas de sangre rusa.

Aparentemente, la escisión con el pueblo comenzó con Pedro el Grande, quien escandalizó a los boyardos con sus formas modernizadoras—y su sorprendente orden de prohibir las barbas. "Se entendía a la sociedad como un objeto pasivo que debía manejarse; de ninguna manera era un socio con quien negociar", ha escrito el historiador ruso Semyon Ekshkut. “El gobierno veía el diálogo como un peligro, no sólo para sus propias prerrogativas, sino para toda la sociedad”.

Los zares, sin embargo, permitían ser contactados directamente en una variedad de temas. En la actualidad, dicha práctica continúa vigente mediante los espectáculos televisivos en los que se reciben llamadas telefónicas, presentados por Vladímir Putin, primero como presidente y ahora como primer ministro.

“No podemos afirmar que existiese una completa alienación entre el monarca y la sociedad”, afirma Sharov, el novelista. “Había un culto alrededor del monarca, y casi siempre se culpaba de muchas cosas a las personas que lo rodeaban”.

“La idea de que sólo el jefe de estado puede solucionar nuestros problemas personales se encuentra genéticamente arraigada”, sostuvo Dmitry Babich, analista político de RIA Novosti.

Dicha accesibilidad resultó fatal para el zar reformista Alejandro II, quien abolió la servidumbre en 1861. En 1866, Alejandro sobrevivió al primer intento de asesinato en el Jardín de Verano de San Petersburgo. Sin embargo, años más tarde el zar aún mantenía esa accesibilidad ante los ciudadanos descontentos, cuando uno de ellos finalmente logró matarlo en una calle de la ciudad, en 1881
 

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