Otra anécdota simpática, esta vez de un chef.
El comenta:
Tras bambalinas, cuando ella estaba relajada con su pañuelo en la cabeza y caminando a sus corgis era su momento feliz, ya fuese en Windsor, o Balmoral, o Sandringham.
La primera vez que la conocí ella estaba caminando a sus corgis y yo pensé "¡Si! ¡Voy a conocer a La Queen!" y repentinamente todos los corgis me vieron, 12 de ellos en esa época, y comenzaron a ladrar y a correr hacia mí y me dí vuelta y corrí.
Y todo lo que podía escuchar era a La Queen riendo. Ella tenía un gran sentido del humor.
El comenta:
Tras bambalinas, cuando ella estaba relajada con su pañuelo en la cabeza y caminando a sus corgis era su momento feliz, ya fuese en Windsor, o Balmoral, o Sandringham.
La primera vez que la conocí ella estaba caminando a sus corgis y yo pensé "¡Si! ¡Voy a conocer a La Queen!" y repentinamente todos los corgis me vieron, 12 de ellos en esa época, y comenzaron a ladrar y a correr hacia mí y me dí vuelta y corrí.
Y todo lo que podía escuchar era a La Queen riendo. Ella tenía un gran sentido del humor.
