El negacionismo del Holocausto, por desgracia, es una realidad en los temas de conspiraciones. A mi esos temas me apasionan pero jamás estaré de acuerdo (ni comulgo con esa afirmación) con quienes proclaman que el Holocausto no existió, que no sufrieron tanto los judíos, que exageraron, que se aprovecharon de la culpa, etc.
Sufrieron horrores, les hacían cosas indecibles, abominables, monstruosas, tantos perdieron a toda su familia, sus amigos, el mundo como lo conocían.
Miles vieron cómo su gente, su familia eran asesinados con indiferencia como si no fueran personas, como si fueran bichos inmundos...
La maldad en estado puro la sufrieron en carne propia, algunos sobrevivieron y cuentan con pesar que quizá no se lo merecían, que había muchos otros mejores que ellos que no resistieron y fallecieron en los campos, en los ghettos. A mi estos temas me superan, he leído muchas obras de supervivientes y estudiosos del tema, he conocido en persona a algunos, he escuchado su testimonio, las fotos de las atrocidades pero también las fotografías de la vida que se marchó para no volver, los retratos de la cotidianidad, uffff, se te hace un hueco en el corazón...
Por eso jamás comprenderé cómo existe una corriente dentro de las conspiraciones que sostiene que nada de eso fue cierto, que lo planearon ellos mismos.
Claro, vas a colaborar con un montaje y obligarás a tu bisabuelo a comerse sus propias heces en público y azotarás contra la pared a un bebé de 7 meses.
Perdón por la crudeza, primas, pero es inmoral e inhumano pensar que ellos mismos lo orquestaron y participaron gustosos.
Por lo que yo he visto, entre los que creen la teorías de la conspiraciones, los hay de diferentes tipos. Pero lo de no creer en el holocausto viene de no creer nada de lo que la historia oficial dice.
El problema es que, en los últimos años nos están mintiendo tanto que es comprensible que la gente se plantee si esta deriva de imponernos decisiones que nos harán más miserables no está ideada por una élite que persigue sus beneficios a costa de jodernos a los demás. Porque plantearse que nuestros políticos son imbéciles que van de ocurrencia en ocurrencia y no hay nadie al volante es aún más terrorífico.
Es complejo ese tema. En The Guardian aparecieron el otro día unas viñetas antisemíticas. Ahora no tengo tiempo para hablar de ello, pero la situación está peor.