Juan Carlos I abandona España. Zarzuela emite un comunicado escueto sobre su destino. El Gobierno no le retirará el título de rey

Ni medios de comunicación ni democracia
CRISTINA FALLARÁS

1596608613554.png


Una democracia se basa en la comunicación. Lo llaman "el cuarto poder" y, sin embargo, debería ser el primero, ya que sin ella todo el resto serían poderes ABSOLUTOS. Sí, voy a hablar del rey Juan Carlos I y del silencio, de la responsabilidad de los medios de comunicación y su progresiva y sostenida podredumbre. De cómo nada de esto merece el nombre que le damos.

Empecemos por el principio, que la cosa es fácil. Se llama Democracia. Por un lado, usted elige a sus dirigentes. Por otro, paga una parte de lo que gana (también de lo que no gana) para que las cosas funcionen, las cosas de todos y todas, desde los semáforos a la Sanidad, desde la recogida de basuras a los cuerpos policiales o la Enseñanza, y así miles y miles de asuntos públicos a los que llamamos "esta vida". O sea que usted paga a cambio de vivir como vive. A lo que paga lo llamamos impuestos. Es muy básico todo. Usted elige a sus políticos basándose en lo que ellos dicen que van a hacer con lo que paga (impuestos), o sea según la forma en que proponen distribuir y gastar su dinero, el de usted. ¿Y cómo conoce usted esa "forma de gastar" que le permite elegir a uno u otro dirigente? Gracias a los medios de comunicación de masas. Ahí se entera. O no.



El siguiente papel de los medios consiste en fiscalizar a los poderes públicos para que cumplan con aquello a lo que se han comprometido y para lo que usted los ha elegido. A ellos, y no a otros. Los medios también deben vigilar que la Justicia y las demás instituciones del Estado funcionen tal y como hemos pactado y exigimos. Y además, para ir retratando la sociedad en la que usted vive, de forma que conozca su entorno, las carencias, los éxitos y los fracasos, etc. Así, usted puede volver a elegir cada cierto tiempo y cambiar su opción. O no cambiarla.

Que la monarquía rompe con todo lo anterior, a lo que denominamos Democracia (así con mayúsculas), es evidente desde el momento en que nadie puede elegir a dichos dirigentes, nada menos que la Jefatura del Estado. A eso hay que sumarle que no tienen los mismos derechos y deberes que el resto de la ciudadanía, además del detalle de que el rey que ostenta hoy dicho relevantísimo cargo lo hace por haber nacido de la coyunda entre su padre y su madre. Si me quedara humor hoy podría llamarlo Jefatura copulativa. La guinda se llama inviolabilidad, por la que el Jefe del Estado, en este caso un rey, no solo no puede ser sustituido si comete alguna tropelía, sino que ni siquiera puede ser juzgado, sea esa fechoría la que sea.

Ah, pero en cualquier democracia sana, ahí intervendrían los medios de comunicación, cuya función consiste en todo lo anterior, que podríamos resumir en INFORMAR.

El DEBER de los medios de comunicación consiste en informar sobre las actividades del Jefe del Estado, incluso siendo este un rey, incluso habiéndolo declarado "inviolable" nada menos que en la Constitución. No se trata de que puedan o no informar. No se trata de que existan opciones, de cómo contaralo. Se trata de su RAZÓN DE SER. Está en su definición. Y si no lo hacen, no pueden considerarse medios de comunicación por la misma razón que si los gobiernos no se eligieran por votación, no podríamos llamarlo Democracia. Hasta tal punto. Si un instrumento con la forma de un lápiz, la madera de un lápiz etc no tiene una barra de grafito en su interior o cualquier otra sustancia que permita escribir, no es un lápiz. Porque, POR DEFINICIÓN, un lápiz sirve para escribir, dibujar, etc. O sea que si no pinta porque carece del material que lo permite, no es lápiz. De la misma forma, si lo que tiene usted delante le parece un periódico o una televisión, si lo que escucha le parece una radio, pero no informan, no son medios de comunicación.

Exactamente eso es lo que ha sucedido en España durante más de cuatro décadas en las que consideramos haber vivido en democracia. Sin embargo, los medios de comunicación no han sido tales, ya que no han informado (entre otras cosas) sobre las actividades del Jefe del Estado, en este caso, ay, un rey. O sea, no se pueden llamar medios de comunicación. Como he empezado diciendo en este artículo, sin medios de comunicación no hay Democracia. Solo PARECE que hay Democracia porque PARECE que hay medios de comunicación.

Ah, pero puede ser aún más grave. Tendríamos un problema serio si los medios de comunicación no le hubieran informado a usted por negligencia, por desconocimiento, por haber hecho dejación de sus funciones a la hora de fiscalizar el ejercicio de la Jefatura del Estado. Sin embargo, su función ha sido otra. De eso se trata. No es que durante cuatro décadas TODOS los grandes medios de comunicación españoles hayan fallado en su deber a este respecto. Es que durante cuatro décadas, el PAPEL de todos los medios de comunicación de este país ha consistido en SILENCIAR las actuaciones de Jefe del Estado, nada menos que del Jefe del Estado. "Todos lo sabíamos" es la frase más oída entre los periodistas en los últimos meses. Se refieren a la fortuna del rey Juan Carlos I, a sus comisiones, al uso de su cargo para enriquecerse, a las actividades impropias de su cargo realizadas con la reverencia del resto de poderes del Estado.

O sea, que todos los grandes medios de comunicación de España han silenciado durante cuarenta años toda información relativa al Jefe del Estado.

Vamos allá, pues, que una cosa lleva a la otra:

  1. La función de los medios de comunicación es informar.
  2. Silenciar es lo contrario de informar.
  3. Si los medios de comunicación se dedican a silenciar no pueden considerarse como tales. Es más, podrían considerarse cosas más terribles para las que necesitaría otro artículo entero.
  4. La Democracia no existe sin los medios de comunicación y la estricta función que les corresponde.
Ahora pónganle ustedes nombre a esto en lo que vivimos.

Y yo, Cristina Fallarás, llevo más de 30 años trabajando en esos medios de lo que les hablo.

 
¿La tercera restauración borbónica?
04/08/2020

El pueblo destierra Borbones y las élites los restauran

Después de la huida de España de Isabel II tras la Revolución Gloriosa de 1868, y tras el intento fallido de la I República en 1873, Cánovas del Castillo restauró la monarquía borbónica de una manera permanente. Tan es así, que la Restauración pasó al ADN del conservadurismo español con tanta fuerza que incluso alcanzó al PSOE, donde se descubren trazas de esa manera de entender España.

Esa Restauración vino, por supuesto, con Rey, al que se le otorgó el mando supremo de las fuerzas armadas en la Constitución de 1874 -garantía última de su pervivencia-. Vino también con Visigodos y su simbología, que trenzó la unión de los borbones con Don Pelayo y la Reconquista. En esa misma dirección, vino católica –ahí rescataron a Recaredo, primer Rey visigodo que abrazó el catolicismo-. Vino con turnismo bipartidista –liberales y conservadores- y vino con clientelismo, caciquismo, oligarquía y capitalismo rentista vinculado no a la innovación y la competetitividad sino a los favores de la corte. Basta echar una ojeada a nuestro alrededor para ver la permanencia.

Tras la huida de Alfonso XIII de España, por ladrón y por haber perdido las elecciones en las principales capitales españolas, la II República volvió a desterrar a los Borbones. Y otra vez las élites dieron un golpe de Estado, en esta ocasión ayudados por Hitler y Mussolini, para acabar con la República, fusilar a 200.000 españoles, encarcelar a 350.000 y exiliar a 500.000. En 1947, Franco restauró la monarquía en España, que volvía a ser un reino para poder gestionarse la entrada en Naciones Unidas, algo cuestionado internacionalmente en un país que había ayudado al fascismo y al nazismo. En 1969, en otro momento de crisis del régimen franquista, Juan Carlos de Borbón fue nombrado sucesor de Franco a título de Rey.

A la muerte del dictador, la última ley franquista, la Ley para la Reforma Política de 1976, marcó la apertura hacia un régimen democrático. Fue, en expresión de Alfonso Ortí, "la segunda Restauración borbónica". El problema es que la Constitución republicana de 1931 había sido interrumpida por un golpe de Estado, de manera que lo lógico era recuperar la forma republicana o, en el peor de los casos, someter la monarquía a un Referéndum. Suárez metió tres veces la palabra "rey" en la ley para la Reforma Política y los españoles, ante el "todo o nada", aceptaron esa democracia que venía, otra vez, con Restauración borbónica. Sin embargo, nunca se sometió al criterio de los españoles si querían una monarquía o una república.

Como el Rey Juan Carlos venía de la formación al lado de Franco y no sabía de valores democráticos, organizó o dejó organizar el 23-F. Por esas ironías del destino, un golpe que nacía para cambiar el rumbo de la democracia española –las élites pensaban que se estaba yendo muy lejos- sirvió para apuntalar al Rey Juan Carlos. El arrebato de Tejero echó por tierra el gobierno de concentración nacional –otro clásico de la derecha española- que iba a dirigir el General Armada. La intervención esa noche de Juan Carlos I detuvo el golpe gracias a la obediencia debida de los militares (como dijo Quintana Lacaci, "si el Rey me pide esa noche bombardear el Parlamento, lo bombardeo"). Juan Carlos pasó a ser reconocido como un Rey democrático y los socialistas empezaron a decir que eran republicanos pero juan carlistas. La prensa, esa que se enfada cuando la critican, apuntaló ese marco.
"un gran acuerdo con la prensa que salía de la dictadura, con el diario El país como mascarón de proa, acordaron silenciar cualquier escándalo de la monarquía, de manera que la legitimidad de ejercicio vino dada por la tarea servil de unos medios de comunicación que no hicieron durante cuarenta años, los del reinado de Juan Carlos I, su trabajo"
Las tres legitimidades de un régimen

Cualquier gobierno tiene una legitimidad de origen, una legitimidad de ejercicio y una legitimidad de resultados. En el caso de Juan Carlos I, la legitimidad de origen venía viciada, porque su Restauración venía de la mano de Franco –el Borbón legítimo, en cualquier caso, hubiera sido su padre, Juan de Borbón-. En cuanto a la legitimidad de ejercicio, como buen monarca el Rey Juan Carlos dedicaba su tiempo a hacer deporte y a empiernarse con cierta ligereza. Sin embargo, un gran acuerdo con la prensa que salía de la dictadura, con el diario El país como mascarón de proa, acordaron silenciar cualquier escándalo de la monarquía, de manera que la legitimidad de ejercicio vino dada por la tarea servil de unos medios de comunicación que no hicieron durante cuarenta años, los del reinado de Juan Carlos I, su trabajo.

La legitimidad de resultados del reinado de Juan Carlos I coincide con el salto enorme de España a la modernidad a la salida de la dictadura.
El retraso en la puesta en marcha del Estado social se palió, en parte con ayuda europea aunque al precio de desindustrializar España. El éxodo del campo a la ciudad en los sesenta y setenta sentó las bases para el desarrollo económico que venía de la apertura que marcó el Plan de Estabilización de 1959. El turismo hizo otro tanto. El impulso de la sociedad española se tradujo en el mayor avance económico y las demandas de mayor avance social. El golpe del 23F frenó esa carrera y el régimen político emanado de la Constitución de 1978 brindó avances económicos a cambio de refrenar avances políticos, tanto en términos de participación popular y lucha contra las desigualdades –seguimos siendo el país más desigual de la UE-15 y con el mercado laboral más deteriorado- como de avance en la condición plurinacional de España.


En el caso de Juan Carlos I, el olvido de la ausencia de legitimidad de origen, la construcción mediática de la legitimidad de ejercicio –con el gran fraude del 23F, que hizo mediáticamente –serie de televisión posterior incluida- el "salvador del golpe" a quien había sido el factor principal de ese golpe, y los resultados evidentes de avance económico respecto del franquismo, esto es, la legitimidad de resultados, explican esa lectura pueril que hace la derecha y sus medios de lo que el magistrado Martín Pallín ha llamado, después de los cuarenta años de dictadura, los "cuarenta de convalecencia".
"Tienen razón los que le echan la culpa a Pablo Iglesias y a Podemos de la salida del Rey emérito de España. De no existir Podemos, Juan Carlos I habría vuelto a decir: "lo siento mucho, me he vuelto a equivocar, no volverá a pasar" y santas Pascuas"
España se acostó franquista y se levantó democrática. Los jueces del franquismo pasaron a ser los jueces de la democracia. De los 16 jueces del Tribunal de Orden Público, el juzgado político encargado en encarcelar a los demócratas, diez pasaron a la Audiencia Nacional y seis al Tribunal Supremo. Se quedaron igualmente los policías –de ahí vendría el Batallón Vasco Español, la Triple A, Conesa, Billy El niño, los GAL o Villarejo-, se quedaron los catedráticos –ahí está la universidad que tenemos- y los periodistas –Juan Luis Cebrián, que dirigiría El país, venía de ser el Jefe de Informativos de la RTVE franquista-.

Por todo eso, es verdad lo que dice el que fue Director efímero de El Mundo, David Jiménez, "Juan Carlos I se exilia. Se queda la prensa que lo encubrió, el empresariado que lo corrompió, la clase política que lo protegió, la judicatura que miró a otro lado y el ejército de cortesanos que lo aplaudió". Lo ha dicho igualmente la directora de Público, Virginia P. Alonso: "para construir un muro así y mantenerlo durante más de 40 años son necesarias muchas manos; las de Gobiernos, empresarios y periodistas, sin ir más lejos; pero también las de la propia familia real, en la que se incluye a su hijo, el actual rey, Felipe VI".

Se abre un momento constituyente

Tienen razón los que le echan la culpa a Pablo Iglesias y a Podemos de la salida del Rey emérito de España. De no existir Podemos, Juan Carlos I habría vuelto a decir: "lo siento mucho, me he vuelto a equivocar, no volverá a pasar" y santas Pascuas. Porque no solamente la derecha, que a diferencia de la derecha europea es monárquica, tradicionalista, reaccionaria y bebe más de los requetés que de los conservadores, sino una parte de la izquierda se ha puesto como misión primordial salvar la monarquía. Fue Pérez Rubalcaba el que hizo las leyes que blindaban al Emérito después de obligarle a abdicar para salvar la institución. Si ahora el PSOE fuera más coherente con los cientos de miles de socialistas que pusieron el cuerpo para defender la democracia en España, otro gallo cantaría. Y sería un gallo rojo.
"Felipe VI prefirió ser el Rey del "a por ellos", y es verdad que los homófobos, xenófobos y violentos de VOX gritan desde que se levantan ¡Viva el Rey!, pero Felipe VI ya no es una persona querida en una parte no pequeña de España"
Felipe VI no tiene legitimidad de origen, pues es Rey exclusivamente porque es el hijo de su padre. Y si su padre obra como un fugado de la justicia –esa es la imagen que tiene hoy España del "piloto del cambio"-, su única legitimidad se va por el retrete.

No tiene Felipe VI legitimidad de resultados. Si el 3 de octubre hubiera salido para reconciliar a las diferentes Españas, hubiera tenido su 23F. Pero prefirió seguir la deriva extremista de VOX y el PP y demonizar a los independentistas catalanes
en vez de abrir vías de negociación, con todos, para que el diálogo fuera el que dirimiera la herida territorial que arrastramos desde hace trescientos años. Felipe VI prefirió ser el Rey del "a por ellos", y es verdad que los homófobos, xenófobos y violentos de VOX gritan desde que se levantan ¡Viva el Rey!, pero Felipe VI ya no es una persona querida en una parte no pequeña de España. Además, Felipe VI se ha beneficiado siempre de los tejemanejes de su padre. ¿No le pagaron entre su padre y un empresario catalán amigo de su padre su luna de miel? ¿Quién le ha pagado sus gastos y caprichos?¿Quién le ha trenzado sus relaciones? ¿Quién le ha hecho Rey?


La legitimidad de resultados no resulta muy prometedora para Felipe VI. La crisis de 2008, con el rescate a los bancos y no a las personas, y la crisis del COVID-19, que va a golpear duramente a la economía española, le hurtan presentarse como el monarca de ningún gran avance económico. Al tiempo que no va a dejar de ser el hijo de la persona que mientras decía "lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a pasar" sacaba 100.000 euros mensuales de su cuenta en Suiza.

La mejor herencia que deja Juan Carlos I a su padre es una Constitución que apenas se puede reformar. Pero eso es un arma de doble filo. Por eso estalló el 15M: cuando no existe la válvula de escape constitucional, las costuras se revientan.

El PSOE, el PP, VOX, Ciudadanos son partidos que defienden la forma de Estado monárquica, que en España tiene el agravante de que es la única monarquía europea vigente que apoyó al fascismo. La forma de Estado que se corresponde con una democracia es la república, porque lleva hasta sus últimas consecuencias que todos los ciudadanos son iguales, algo que no sucede cuando hay una familia que tiene vitalicia la Jefatura del Estado sin someterse a elecciones. Lo que no quita que haya repúblicas abyectas igual que hay monarquías claramente democráticas. Aunque, repetimos, la monarquía noruega peleó contra los nazis, mientras que Juan de Borbón defendió el golpe de Estado franquista contra la República. Edmundo Bal, de Ciudadanos, ha afirmado: "pretenden confundir las decisiones de una persona privada con una institución". Pero es que la única institución donde la persona y la institución se confunden es precisamente la monarquía, y aún más en España donde la institución medieval de la inviolabilidad del monarca le convierte en una suerte de dios inmaculado.
"La mejor herencia que deja Juan Carlos I a su padre es una Constitución que apenas se puede reformar. Pero eso es un arma de doble filo. Porque por eso estalló el 15M: cuando no existe la válvula de escape constitucional, las costuras se revientan"
En la ciudadanía, crece la sensación de que la monarquía borbónica está necrosada. ¿Quién le va a explicar a los niños y niñas de España que la Infanta Leonor tiene privilegios que ellos no tienen? ¿Heredados de su abuelo? ¿Entregados por Franco?¿Nunca sometidos a un referéndum democrático?

Se abre un proceso de discusión constituyente en España. Y no es extraño que se redoblen los ataques contra Podemos. Porque sin Podemos, los de siempre harían los arreglos de siempre. Apoyados hoy por los requetés de VOX.


¿Afecta la crisis de la monarquía al gobierno de coalicion?

Es claro que el PSOE y Podemos no coinciden con cómo debe ser la Jefatura del Estado y aún menos en la evalución del reinado de Juan Carlos I y la exigencia de rendición de cuentas. El desencuentro protagonizado por Carmen Calvo -que parece respirar constantemente por alguna herida- no tiene por qué afectar al Gobierno de coalición. Es verdad que el Gobierno es un órgano colegiado y que todos los miembros del Gobierno deben aceptar las decisiones que se tomen. No puede ser de otra manera. Pero no todos tienen por qué estar de acuerdo. Ni por qué silenciar el desacuerdo. ¿O no nos acordamos de las desaveniencias en los gobiernos de Rajoy, de González o del propio Sánchez, siendo de un solo signo político? Los puntos de vista divergentes son ya una constante de la política en el siglo XXI que no deben frenar la colaboración. Y aún menos cuando no se consultan determinadas decisiones, como ha sido con la huida de Juan Carlos I de España.


A ver si nos acostumbramos a qué es en verdad un Gobierno de coalición donde reposan sensibilidades diferentes. Para Podemos, la centralidad en el gobierno tiene que ver con los asuntos sociales y la defensa de los derechos humanos. Ahí tiene su límite. El PSOE verá qué hace con su peculiar republicanismo monárquico. Pero es evidente que en España se abre otra vez una fase constituyente. La que abrió el 15M y no se terminó de cerrar con el nacimiento de Podemos. Nadie sabe qué pasara, porque los futuros siempre son construcciones desde el presente. La correlación de fuerzas dictará sus contornos. Pero nadie puede negar que la Constitución española, como la democracia española, necesita una mano de pintura. En un contexto donde Europa necesita una mano de pintura.

Incluso arreglos de chapa y de motor
. Aunque solo sea para que todos y cada uno de los que vivimos aquí sepamos, en la discusión, lo que es una democracia, lo que cuesta defenderla, lo frágil que son estos regímenes, y lo que la ponen en riesgo los que quieren acabar con ella resucitando la violencia, impidiendo cualquier cambio que responsa a los nuevos retos, usando la justicia de manera abusiva, demonizando a las mujeres, a los inmigrantes, a los homosexuales, a los que tienen otra idea de España o defendiendo instituciones ajenas a la voluntad general sobre la base de discursos propios de la Edad Media.

 
La prensa extranjera se hace eco del gran escándalo de la Casa Real
agosto 4, 2020
2883

0





«Abandona España en medio de una crisis de sordidez» o «alimenta el debate político y social de España sobre el futuro de la monarquía», son algunos de los titulares de la prensa extranjera sobre la huída de Juan Carlos I.









En Spanish Revolution, a diferencia de otros medios, mantenemos todos nuestros artículos en abierto y siempre va a ser así porque consideramos que lo que hacemos, informar de forma independiente, es un servicio público. Si puedes permitirte ayudarnos con 2, 5 o 10 euros al mes, contribuirás a que podamos seguir adelante. Rebélate. ¡Suscríbete!
Juan Carlos I anunció el lunes que abandonaba España en medio de una investigación judicial sobre un lucrativo contrato comercial y una investigación separada de lavado de dinero y evasión de impuestos en Suiza.
En una carta publicada por la familia real y dirigida al rey Felipe VI, Juan Carlos señaló que su decisión de irse en medio de las múltiples consultas se tomó «con el mismo afán de servir a España que inspiró mi reinado».
Su partida alimentará el debate político y social sobre la monarquía, con el vicepresidente, Pablo Iglesias, señalando que «un gobierno democrático no puede mirar hacia otro lado ni mucho menos justificar o saludar comportamientos que socavan la dignidad de una institución clave como es la Jefatura del Estado y que son un fraude a la Justicia».




El escándalo está siendo sonado, y la prensa extranjera se está haciendo eco de la inverosímil situación:
Portada de The Times (Reino Unido)

El periódico inglés The Times dedica su foto de portada al ex monarca español y habla de que «acepta abandonar España en medio de una crisis de sordidez».
Asegura que «el ex rey de España se vio obligado a exiliarse por un escándalo de lavado de dinero que desprestigió a la monarquía».
Captura-de-pantalla-2020-08-04-a-las-6.48.17-1-1024x950.png

El estadounidense The New York Times señala que «Juan Carlos, el ex rey de España, abandona el país en medio de múltiples investigaciones». Subtitula con que «la partida del ex rey, que se produce cuando enfrenta consultas financieras, puede alimentar el debate político y social de España sobre el futuro de la monarquía».
Frankfurter-Allgemeine-1-1024x721.jpg

Frankfurter Allgemeine, el periódico más leído de Alemania, titula: «SOSPECHOSO DE CORRUPCIÓN: El ex rey Juan Carlos deja España» y señala que «Juan Carlos está atrapado en un escándalo financiero. Con el paso salva a Felipe VI. Una decisión difícil».
Captura-de-pantalla-2020-08-04-a-las-6.55.01-1-1024x457.png

El francés Le Monde informa de que «Juan Carlos, ex monarca español sospechoso de corrupción, se exilia». Detalla que «no se dieron detalles sobre el país donde se asentará el ex rey, que había abdicado en 2014 en un contexto de escándalos».
Captura-de-pantalla-2020-08-04-a-las-6.57.46-1024x814.png

Il Messaggero italiano señala que «El rey Juan Carlos deja el trono y se va al extranjero por la investigación de fondos en paraísos fiscales».
Añade que «abandonará el país para evitar que el alboroto provocado por las investigaciones en su contra por evasión fiscal afecte el reinado de su hijo Felipe VI». Asegura que «el heredero agradece y acoge con beneplácito la decisión, aunque el rey anciano aún no ha sido investigado oficialmente. La monarquía ahora siente el aliento en el cuello de los investigadores y la opinión pública».
Captura-de-pantalla-2020-08-04-a-las-7.13.12-1-1024x676.png

El portugués Diário de Notícias señala que: «El rey Emérito está siendo investigado por las autoridades debido a fondos en paraísos fiscales y se había vuelto incómodo para su hijo, el Rey Felipe VI».

https://spanishrevolution.org/la-prensa-extranjera-se-hace-eco-del-gran-escandalo-de-la-casa-real/?fbclid=IwAR2w5YVSNsiI4N0ZQJVVDPCrqiL8sFxrtbDw-8v5NU1ddYkI5d6Wy78b4mA
 
Por cierto se sabe donde está el hombre que según este periodico no está en RD,se nos habrá perdio:rolleyes:

Solo faltaba que se marchara a una RFPÚBLICA. Sería el colmo de los colmos. :facepalm:
 
Que dice Teresa Rodríguez (Podemos), en relación a Campechano, que la presunción de inocencia hay que demostrarla en un juicio. Es decir, que todo el mundo es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Primas, ha sido un placer conoceros, creo que ya he visto todo lo que me quedaba por ver, me bajo de la vida ? ?????

Bueno, yo creo que cuando hay sospechas y acusaciones la presunción de inocencia se defiende y demuestra en un juicio, donde uno se defiende de esas acusaciones y pruebas en contra
El sistema funciona así
Un es inocente, le acusan de algo y aun siendo presunto inocente va a un juicio para demostrar esa inocencia sobre las acusaciones o sospechas puestas sobre la persona
Los juzgados están llenos de gente presunta inocente que va a juicio para demostrarlo y que el juez dictamine

Y es lo que se ha venido a decir, y es cierto, todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario, y cuando hay acusaciones pues se pasa por un juicio para demostrarla, y que un juez dictamine si se ha demostrado lo contrario o no

Es que sacáis punta por nada, no lo veo tan extraño eso de decir que cuando existen acusaciones o pruebas o dudas fundamdas como las que hay contra jc, entonces se pasa por un juicio para demostrar la inocencia que el defiende
 
Back