Introvertidos

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B06DC147-C142-4F48-8267-A0037BDA74EB.jpeg 73259597-BB19-4401-9DB8-F3C83DB3436E.jpeg Hola Cotillas! A propósito del hilo que habla de que cada vez es más difícil ampliar el círculo de amigos, quise abrir este hilo para hablar sobre la introversión, solo aquellos que tenemos este rasgo de personalidad entendemos el trasfondo, quiero compartir un poco de esta naturaleza y saber si alguno de ustedes pasa por lo mismo o conoce a alguien así.
 
Un joven extrovertido y otro introvertido entran en un bar. (No, esto no es un chiste.) Es sábado por la noche, y el lugar está lleno. Un grupo toca en el escenario, docenas de personas hablan en voz alta entre jarras de cerveza, y todo el ambiente es ruidoso.


El extrovertido entra en escena y se excita. Ve oportunidades en todas partes: alguien atractivo y desconocido en el bar, amigos con los que puede hablar, y la oportunidad de relajarse y divertirse. Se acerca directamente a su grupo de amigos, choca sus cinco a uno de ellos y pide una cerveza.

El introvertido ve la situación de manera diferente. Se queda un momento mirando a su alrededor, captando todo. Luego, camina silenciosamente hacia su grupo de amigos y espera a que alguien lo reconozca antes de hablar. Se siente un poco abrumado, agobiándose con todo el ruido y la actividad, pero se dice a sí mismo que se relaje: Se supone que esto es divertido.

Y el introvertido se divierte, por un tiempo. Bebe una cerveza y se encuentra con un amigo que no ha visto desde la universidad. Incluso baila cuando la banda toca su canción favorita. Pero no dura mucho. Pronto, el introvertido se cansa. No sólo está cansado, sino muy cansado. Su cerebro se ha vuelto lento. Tiene problemas para decir oraciones. Todo su cuerpo se siente físicamente fatigado.

Está teniendo una resaca de introversión.

Mira al extrovertido, que está tomando fotos con un par de mujeres que aparentemente acaba de conocer. El extrovertido no muestra signos de ralentización; de hecho, parece aún más enérgico que cuando llegó.


¿Por qué los introvertidos se agotan más al socializar que los extrovertidos?

Por supuesto, este ejemplo es una generalización. No todos los extrovertidos pasan el fin de semana de fiesta, y a veces los introvertidos sí lo hacen. Todos actuamos introvertidos a veces y extrovertidos en otras; según Carl Jung, el fundador de la psicología analítica, no existe tal cosa como un introvertido o extrovertido “puro”. Todos nos “movemos” en alguna parte en una escala móvil entre ambos términos.

Y socializar es realmente agotador para todos, según un estudio reciente. Los investigadores encontraron que después de tres horas de socializar, los participantes reportaron niveles más altos de fatiga. Sorprendentemente, se encontró que estos efectos se mantenían tanto para introvertidos como para extrovertidos. Esto tiene sentido, porque socializar gasta energía: hay que hablar, escuchar y procesar lo que se dice, entre otras cosas.

Sin embargo, hay algunas diferencias muy reales entre introvertidos y extrovertidos, y estas diferencias se reducen a cómo responden a las recompensas. Las recompensas son cosas como conseguir el número de teléfono de un atractivo desconocido, ser ascendido en el trabajo, o incluso comer una comida deliciosa.

Según los expertos con los que hablé cuando escribí mi libro, The Secret Lives of Introverts, los extrovertidos tienen un sistema de recompensa de dopamina más activo que los introvertidos. La dopamina es un neurotransmisor que ayuda a controlar los centros de placer y recompensa del cerebro. Tener un sistema más activo de la recompensa de la dopamina significa que los extrovertidos consiguen más energía y excitación por la posibilidad de recompensa que los introvertidos. Así que los extrovertidos están más motivados a entablar una conversación con un extraño o pasar el rato en el bar hasta la hora del cierre.


Por supuesto, los introvertidos también se preocupan por tener relaciones, comer y salir adelante en el trabajo. Pero, en pocas palabras, los introvertidos no están tan interesados en perseguir las cosas que los extrovertidos persiguen.

Tener un sistema de recompensa de dopamina menos activo también significa que los introvertidos pueden encontrar ciertos niveles de estimulación – como el ruido y la actividad – que les castigan y les cansa. Esto explica por qué el introvertido en nuestro ejemplo de bar se divirtió un rato, pero se sintió agotado a medida que se sobreestimulaba.

¿Es malo preocuparse menos por las recompensas?

Los introvertidos no buscan recompensas en el mismo grado que los extrovertidos. ¿Esto es algo malo? No necesariamente. Todos tenemos esa amiga que se ha enfocado tanto en salir adelante que se convirtió en una adicta al trabajo, comprometiendo su salud y sus relaciones. Estas son personas que persiguen recompensas duramente.

En lugar de buscar el estatus externo, los introvertidos tienden a volverse hacia adentro. Investigan un tema simplemente por el placer de aprender algo nuevo. En cuanto al trabajo, buscan una vocación que es más que un simple cheque de pago. Desean profundidad e intimidad en las relaciones, una conexión que es mente a mente y de corazón a corazón.

Esto no quiere decir que todos los extrovertidos sean superficiales y todos los introvertidos profundos. No es blanco y negro. A veces los extrovertidos persiguen actividades tranquilas e intrínsecamente gratificantes, y a veces los introvertidos buscan estatus, dinero, popularidad y otras recompensas. Yo diría que una vida sana y exitosa para cualquiera incluye una mezcla de introversión y extroversión.

Cuando les pedí a los introvertidos que me contaran acerca de las cosas que los motivaban y energizaban, todos mencionaron actividades de bajo perfil, como ir de compras en solitario, una conversación significativa con un amigo, terminar un buen libro o expresarse a través del arte. Si no fuera por el sistema de recompensa de dopamina menos activo de los introvertidos, probablemente no se estarían enfocando en este tipo de actividades. El introvertido no busca recompensas, sino busca sentido.

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Me agota hablar con la gente. Y no soy un bicho raro | BuenaVida | EL PAÍS
4 MAR 2016 - 09:43 CET



La introversión es una predisposición genética. Quienes la presentan gozan de un sinfín de virtudes. Presuma de mundo interior
Los neurólogos lo confirman. Los introvertidos sufren un mayor cansancio neuronal a la hora de comunicarse. Para solucionarlo, es crucial aceptar nuestro patrón de personalidad y beneficiarnos de sus ventajas, además de conocer y poner en práctica las estrategias sociales que nos ayudarán a sentirnos más cómodos (y menos cansados) en nuestro día a día.

La vida está pensada para beneficiar a los extrovertidos
En 1921, se publica Tipos psicológicos, un ensayo en el que el psicólogo suizo Carl Gustav Jung divide por primera vez a los seres humanos en dos grandes bloques atendiendo a su patrón de personalidad: introvertidos y extrovertidos. Para Jung, las personas introvertidas pondrían el foco en los procesos subjetivos y psicológicos, y para ellos tendría más valor el sujeto que el objeto. Por el contrario, los extrovertidos situarían el objeto en su centro de interés y el sujeto se vería subordinado a este. O lo que es lo mismo, para los introvertidos lo importante sería el yo, mientras que para los extrovertidos lo que primaría sería el yo con respecto a los otros. No es inusual que estos sean sujetos con una gran energía, que centran su atención en el mundo exterior; a diferencia de sus contrarios, que disfrutan más del tiempo que pasan a solas. Normalmente, los psicólogos consideran que la principal diferencia entre ellos radica en la forma en la que "llenan su barra de energía": mientras que los extrovertidos lo hacen mediante las interacciones sociales, los introvertidos necesitan situaciones que supongan un menor nivel de estímulo para sentirse más enérgicos.

Test de Personalidad de Eysenck (EPQ), que llevó a cabo el alemán Hans Jürgen Eysenck—, en la actualidad, es recomendable no categorizar a los seres humanos en términos absolutos. Lo explica el psicólogo Alberto Soler Sarrió: "Al hablar de introversión o extroversión, no estamos hablando de dos categorías estancas sino de dos extremos de un continuo; cada persona se ubica en un lugar diferente de una gráfica que parte de una gran introversión hasta una gran extroversión. La mayoría de la gente se sitúa en puntos intermedios". Además, también debemos tener en cuenta el momento personal que estamos viviendo o las circunstancias vitales que nos acompañan.

Pero, si así nos lo propusiésemos, ¿podríamos ejercer algún tipo de control o modificación sobre nuestra tendencia personal? Cada vez más científicos parecen indicar lo contrario. Los ingleses Kathryn Asbury y Robert Plomin así lo mantienen en su libro Genética y aprendizaje (Paidós), en el que intentan demostrar, a partir de un seguimiento realizado a miles de niños gemelos y mellizos durante dos años, que los genes sí influyen en el aprendizaje. Sin ánimo de caer en el "reduccionismo genético", los neurólogos coinciden en que los procesos cerebrales de una persona introvertida y otra extrovertida son diferentes y que, por lo tanto, nuestra personalidad vendrá determinada por el predominio de la actividad que muestren unas regiones cerebrales sobre otras. "El ser humano es genética por aprendizaje. No puedes ser nada que no esté en tus genes ser, y estos genes no se activarán si no te sometes a las experiencias adecuadas para activarlos", explica Javier Tirapu Ustárroz, neuropsicólogo clínico y miembro del Grupo de Estudio de Neuropsicología de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

¿Qué ocurre si nos encontramos entre los introvertidos? Es un hecho que la vida está pensada para beneficiar a los extrovertidos, lo apreciamos en nuestro día a día pero también en la esfera pública. La gente que cumple este patrón busca vivir emociones fuertes que les reporten placer; está más centrada en el mundo exterior y es más sociable. Por el contrario, los introvertidos no tienen un gran peso en la vida social, y es muy difícil verlos ocupando un papel importante en los medios de comunicación o en las juntas directivas de las grandes empresas. Tienen también más dificultades a la hora de expresarse y, como consecuencia, su voz no llega tan lejos como la de la gente que no comparte este patrón. Además, los introvertidos tienen una mayor tendencia a refugiarse en sí mismos porque son más autoconscientes, lo que podría llegar a entenderse como algo negativo. "La sociedad asocia la introversión con rasgos antisociales, timidez o pocas habilidades sociales, lo cual no puede estar más lejos de la realidad", aclara Soler. La extroversión se asocia con el éxito social, y esto se percibe en los estereotipos que la publicidad o el cine perpetúan. "No obstante, muchas personas que han conseguido un gran éxito han tenido un patrón de personalidad mucho más cercano a la introversión: Albert Einstein, Bill Gates, Steve Jobs, Mark Zuckerberg, etc.", sentencia. Es decir: toca derribar los tópicos.

Conviene entender que las personas introvertidas no son antisociales, sino que disfrutan de las relaciones de un modo diferente. En vez de salir a una discoteca o de estar entre multitudes, prefieren ir a tomar una copa tranquilamente o quedar con un par de amigos. Lo explica Soler: "La introversión es un patrón de personalidad caracterizado por una preferencia hacia situaciones poco complejas y estimulantes; esto es, contextos más tranquilos, menos ruidosos, con menos personas".

Y no se trata de una cuestión cualitativa, sino genética: "La capacidad de introspección, de narrar nuestra vida en primera persona y de definirnos en términos 'objetivos', pero manteniendo un sentido único de identidad y de experiencia subjetiva, requiere de un gran desarrollo del córtex prefrontal orbital y ventromediano", señala Ustárroz. Los introvertidos procesan de una manera diferente sus vivencias y actúan normalmente de una manera menos superficial. Son más autoanalíticos y tienen más claro cuáles son sus necesidades psicológicas; a diferencia de los extrovertidos, que son menos conscientes de sus problemas.

Otro de los factores fundamentales a tener en cuenta si hablamos de personas extrovertidas es que su cerebro libera mayores dosis de dopamina —un neurotransmisor del que depende nuestra sensación bienestar— cuando se encuentran realizando actividades sociales o al aire libre, según apunta un estudio de los investigadores de Cornell University. El doctor Ustárroz suscribe esta teoría: "La dopamina ejerce una acción estimulante y actúa creando una sensación de que algo interesante está sucediendo. Además, esta sustancia otorga una cierta sensación de euforia al manifestarse como un impulso de búsqueda con la certeza de una recompensa. Este sistema nos motiva a movernos para buscar aquello que nos produzca placer". La dopamina, además, promueve lo que en psicología se conoce como "aprendizaje asociativo", un proceso cerebral que contribuye a que los extrovertidos muestren una mayor disposición a asociar determinadas memorias con el factor de contexto-recompensa. "Cuando este se pone a funcionar, se consigue una acción estimulante, creando la sensación de que algo interesante está sucediendo. Por ello, los extrovertidos son más propensos a vivir experiencias de todo tipo", explica Ustárroz.

Todo lo contrario ocurre con los introvertidos, para los que socializar supone un gasto enorme de energía. "En el cerebro hay menos activación cuando más eficacia hay. Es decir, debido a una falta de eficiencia, nuestro cerebro se ve obligado a ir reclutando diversas áreas cerebrales porque no tiene una estrategia clara de resolución", aclara Ustárroz. De este modo, el cerebro de las personas que tienen un patrón de personalidad más cercano a la introspección debe realizar un mayor esfuerzo, ya que este no dejará de funcionar hasta que consiga resolver el problema, que en este caso es más complejo y requiere más tiempo.

Para evitar un mayor gasto de energía, es necesario que la gente introvertida pase más tiempo a solas e intercale las salidas con momentos de tranquilidad en casa o en contacto con la naturaleza. Lo más importante es aceptar que no hay nada malo en sentirse así. "Al igual que a un extrovertido le genera mucha ansiedad no tener un plan el fin de semana, a ellos les genera una especie de cansancio el hecho de enfrentarse a ciertas situaciones sociales. Para los introvertidos es importante que después del 'esfuerzo' que les ha supuesto una determinada situación social, puedan contar con un tiempo para 'cargar pilas' de nuevo, estando solos o haciendo actividades que les resulten placenteras: lectura, escuchar música, o incluso algo de silencio durante unas horas", explica Soler. Además, tampoco debemos olvidar que los introvertidos tienden a cultivar con más intensidad su mundo interior, y es habitual relacionar su estado con la creatividad y la empatía. "Tienen una gran capacidad para escuchar y son más prudentes y reflexivos. Además, su vida interior es más rica, lo que les lleva a necesitar menos estimulación exterior para lograr su bienestar", remata Ustárroz.



 
Voy a generalizar, no es una ciencia exacta. Hay gente introvertida por naturaleza y gente que se ha hecho introvertida escarmentada por los golpes que le ha dado la gente.

Los introvertidos, en la sociedad occidental, tienen una gran ventaja. Su naturaleza reservada les impide caer en el error de pensar que sus pensamientos y sentimientos le importan a alguien y no se desviven por encontrar a quienes les entiendan. En esta sociedad se cotillea, pero no hay verdadera comunicación, los extrovertidos triunfan como bufones de feria y si de casualidad les da un bajón o una crisis existencial, su entorno enseguida empieza a diluirse, huyendo del llorón en que se ha convertido y de su necesidad de apoyo el tiempo que haga falta. Los introvertidos también pueden pasarlo mal pero si se dan cuenta de cómo es la gente con los que se quejan, se ahorran la decepción en el género humano en sus propias carnes.

Asi que respetemos a los introvertidos, no les compadezcamos, que ellos saben valorar lo que reciben y dan mucho más valor a lo que dan que los extrovertidos, mucho más preocupados por ir de majetes que de ser auténticos. Repito, estoy generalizando.

Es una verdad evidente que nacemos solos y morimos solos. Pero, en realidad, también vivimos solos, nadie puede decir que quien te acompaña es tu otro yo. El yo es un solo ser, una sola conciencia.

Y bastante duro es aprender a vivir consigo mismo, que, en última instancia tiene que ser tu mejor amigo por si te falla el externo, algo que los introvertidos dominan mejor.
 
Voy a generalizar, no es una ciencia exacta. Hay gente introvertida por naturaleza y gente que se ha hecho introvertida escarmentada por los golpes que le ha dado la gente.

Los introvertidos, en la sociedad occidental, tienen una gran ventaja. Su naturaleza reservada les impide caer en el error de pensar que sus pensamientos y sentimientos le importan a alguien y no se desviven por encontrar a quienes les entiendan. En esta sociedad se cotillea, pero no hay verdadera comunicación, los extrovertidos triunfan como bufones de feria y si de casualidad les da un bajón o una crisis existencial, su entorno enseguida empieza a diluirse, huyendo del llorón en que se ha convertido y de su necesidad de apoyo el tiempo que haga falta. Los introvertidos también pueden pasarlo mal pero si se dan cuenta de cómo es la gente con los que se quejan, se ahorran la decepción en el género humano en sus propias carnes.

Asi que respetemos a los introvertidos, no les compadezcamos, que ellos saben valorar lo que reciben y dan mucho más valor a lo que dan que los extrovertidos, mucho más preocupados por ir de majetes que de ser auténticos. Repito, estoy generalizando.

Es una verdad evidente que nacemos solos y morimos solos. Pero, en realidad, también vivimos solos, nadie puede decir que quien te acompaña es tu otro yo. El yo es un solo ser, una sola conciencia.

Y bastante duro es aprender a vivir consigo mismo, que, en última instancia tiene que ser tu mejor amigo por si te falla el externo, algo que los introvertidos dominan mejor.
Me gusta tu observación. Y también a manera general , creo que no hay todo el tiempo ni claros si oscuros, ni todos los introvertidos son los más callados, ni todos los extrovertidos son los más vibrantes, por eso me encanta cuando afirmas qué hay circunstancias que lo hacen cambiar a uno, los golpes de la vida etc. Es bien interesante como uno ya nace con ciertas cosas en el “Chip” pero la personalidad la vamos moldeando poco a poco sin importar la edad... por eso me encanta hablad de estos temas me parecen fascinantes!
 
La mayor parte de las acusaciones con las que tienen que cargar las frágiles almas de los introvertidos, es muy exagerada. Genial.guru quiere destruir algunas creencias extrañas y acabar con algunos clichés. EL PUNTO NÚMERO 6 es uno con el que al menos como introvertida doy fe 100%

  • Mito #1: los introvertidos son callados.
No es así. Simplemente no hablan cuando no tienen nada qué decir. No les gusta hablar en vano. Pero si empiezas una conversación con ellos sobre algo que les interese, será difícil detenerlos.

  • Mito #2: los introvertidos son tímidos.
La timidez no tiene nada que ver con la introversión. Los introvertidos no les temen a las personas pero necesitan un motivo para generar el contacto. No hablan sólo por hablar. Si quieres comunicarte con un introvertido, sólo entabla la conversación. No temas parecer descortés.

  • Mito #3: los introvertidos son groseros.
Los introvertidos muchas veces no ven ningún sentido para ceremonias y cortesía exagerada. Simplemente quieren que todos sean naturales y honestos. Lastimosamente, en la mayoría de casos esto es inaceptable, por lo tanto a los introvertidos a veces les cuesta mucho trabajo adaptarse a las normas de la sociedad, es muy agotador para ellos.

  • Mito #4: a los introvertidos les cae mal la gente.
Al contrario, los introvertidos valoran mucho a sus amigos. Pueden contar a sus seres queridos con la palma de una mano. Si tienes suerte y eres amigo de un introvertido, tienes un gran aliado para toda la vida. En cuanto ganes su respeto como una persona interesante, estará a tu lado.

  • Mito #5: a los introvertidos no les gusta salir.
Es una tontería. A los introvertidos no les gusta pasar mucho tiempo afuera en un ambiente social. Asimilan muy rápido la información por lo tanto no necesitan estar ahí mucho tiempo para estar "en la onda". Mejor se retiran a sus casas para recargar las pilas y reflexionar sobre las impresiones recibidas. Descansar en calma es de vital importancia para un introvertido.

  • Mito #6: los introvertidos siempre quieren estar solos.
Los introvertidos se sienten a gusto con sus pensamientos. Reflexionan mucho. Sueñan. Les gusta cuando hay problemas qué solucionar y tareas qué hacer. Sin embargo, también pueden sentirse solos si no tienen a alguien con quién compartir sus descubrimientos. Requieren una relación sincera sólo con UNA PERSONA a la vez.

  • Mito #7: los introvertidos son extraños.
La mayoría de los introvertidos son individualistas. No siguen a la multitud. Prefieren que los valoren por su estilo de vida poco común. Piensan con la cabeza y por lo tanto muchas veces retan lo que se considera norma para la sociedad. No toman decisiones pensando sólo en la popularidad del asunto.

  • Mito #8: los introvertidos son unos extraños cerrados para el mundo.
Los introvertidos son personas que aún están concentradas en lo interior y le prestan mucha atención a sus pensamientos y emociones. No es que no sean capaces de poner suficiente atención a lo que sucede alrededor, simplemente su mundo interior es mucho más interesante y útil para ellos.

  • Mito #9: los introvertidos no saben divertirse y descansar.
Los introvertidos, por lo general, descansan en casa o en la naturaleza, no en lugares públicos ruidosos. No son adictos a la adrenalina. Si hay demasiado ruido y conversaciones alrededor, se encierran en sí mismos.

  • Mito #10: los introvertidos pueden "mejorar" y convertirse en extrovertidos.
El mundo sin los introvertidos hubiera sido el mundo con poca cantidad de científicos, músicos, artistas, poetas, cineastas, doctores, matemáticos, escritores y filósofos. Los introvertidos no pueden "enderezar su forma de ser" y merecen respeto por su temperamento innato y el beneficio que le han traído a la humanidad. Por cierto, la investigación de Silverman (1986) demostró que una parte de los introvertidos tienen IQ (coeficiente intelectual) mucho mayor que las demás personas.

Traducción y adaptación Genial.guru
https://genial.guru/inspiracion-psicologia/10-mitos-sobre-los-introvertidos-109855/
 


Yo también soy introvertida y me he pasado media vida pensando que era algo malo por culpa de la presión que recibía en casa. Mis padres asociaban que estaba perdiendo mi adolescencia por estar sola mucho tiempo, no querer salir, irme pronto de las fiestas... me decían que era muy preocupante, que a mi edad debería estar todo el día queriendo quedar con amigas, en vez de quedarme en mi cuarto leyendo o navegando por Internet. Sin embargo yo era feliz en este estado, descubrí muchos libros, series y empecé a irme por foros a debatir con otra gente por lo que aprendí un poco de política y problemas sociales. También tenía amigos online que eran como yo, los raritos.

Ahora ya he descubierto que no es nada raro ni malo, que la mitad de la población somos así, que no he perdido el tiempo por estar leyendo en vez de quedando con gente. Y de hecho disfrutar de la soledad es un lujo, la soledad para mí es lo mejor, pero mucha gente la teme o se siente mal cuando está solo. Mi madre me decía que algún día se quedaba sola en casa no le gustaba nada... y yo pensando, pero si es lo mejor del mundo xD ahora lo llevo bien más o menos aunque a mis amigos los costó un poco entender que mis necesidades eran algo especiales, que hay días que no quiero quedar no por que no pueda o me paso algo, es que simplemente estoy demasiado cansada para socializar o he estado todo el día con gente y necesito estar sola para descansar. A veces me dicen "pero en casa de x hay sofá, no nos vamos a mover" y yo "yaaaa es que no es esto exactamente" xD los introvertidos lo entienden, los extrovertidos no.

Lo de saturarme también me pasa, empiezo el día de put* madre siendo una persona aparentemente normal (bueno no lo sé, lo intento) y acabo casi escondiéndome y sin querer hablar con nadie al final. Estar sola es una necesidad casi física, creo que si tuviese que estar todo el día acompañada acabaría mal psicológicamente. Una vez me pasó que pasé dos días con muchos desconocidos (amigos de una amiga) en una casa para una fiesta y estuve escondida todo el segundo día, debí dar una impresión terrible pero estaba híper saturada.
 
A mi no me cuesta hablar y me relacionó bien con la gente.No soy la animación de una fiesta.No me importa estar sola antes de pasar tiempo con gente que ni me va ni me viene.
Además me gustan actividades solitarias leer, escribir pintar, el cine, ver series, pasear o simplemente sentarme y ver el mar.
Aunque soy habladora guardo muchas parcelas de mi privacidad dentro y no explicó a cualquiera ciertas cosas..menos ciertos sentimientos quiza por malas experiencias.
A veces cuando estas con gente y escuchas las conversaciones te das cuenta que es como un partido de frontón .Nadie escucha a nadie y cada uno explica lo suyo.
A todo esto ser así no me hace infeliz, ni amargada ni desgraciada.
Puedo disfrutar un montón de estar sola una tarde de sábado viendo una película, dándome un baño , leyendo....A veces más que en una reunión con gente que ni me va ni me viene.
Mi tiempo es mío, no es infinito y lo gestionó cuando puedo como me place.
 

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