Hilo lingüístico de Cotilleando

ADJETIVO ADJUNTO AL SUSTANTIVO

Teorías sobre la posición del adjetivo atributivo

© Justo Fernández López


Advertencia preliminar



«Los comportamientos de los adjetivos en lo referente a su posición respecto del sustantivo no siguen una fórmula fija. En esta cuestión “no se trata de leyes, sino de tendencias”, como dice Gili Gaya (1970: 216); la inmensa mayoría de los adjetivos del español son susceptibles de ser colocados antes o después del sustantivo al que sirvan de adjunto. Las formulaciones sobre el orden SA o el orden AS, por muy genéricas que sean, sufren excepciones, porque son muchos los fasolectos, y aún más las preferencias contextualizadas, que determinan dicha colocación. Esto hace que, pese a los argumentos que fundamentan cualquier planteamiento teórico, persista la duda y se origine una inquietud por intentar un esquema “más” conveniente.

La posición de los adjetivos no está condicionada por un solo tipo de causas. Ninguna función ni clase explica por sí sola el orden SA o el AS. Lo que se da, más bien, es un entrecruzamiento de diversas clases y funciones de adjetivos, que da lugar a un conjunto variado de causas de la colocación del adjetivo antes o después del sustantivo. Sin embargo, y pese a la variedad de motivaciones, no estamos ante una casuística inordenable: hay unas pocas orientaciones claras –aunque contengan excepciones– que permiten conocer cuáles son las pautas de la colocación del adjetivo adjunto.» [Almela 2000: 293]



Citas y opiniones



«Suele preceder el adjetivo cuando significa una calidad propia o esencial del objeto:

Amarga adelga, duro hierro.

Por el contrario, se posterga comúnmente el adjetivo si denota alguna circunstancia accidental o que no es esencia de la cosa, como

Vino agrio, música instrumantal.» [Salvá (1831) 1988: 326]

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«De dos maneras puede modificar el adjetivo al sustantivo: o agregando a la significación del sustantivo algo que necesaria o naturalmente no está comprendido en ella, o desenvolviendo, sacando de su significación algo de lo que en ella se comprende, según la idea que nos hemos formado del objeto. En el primer caso, el adjetivo particulariza, especifica, en el segundo, desenvuelve, explica.» [Bello 1847: § 47]

Según Bello, los adjetivos antepuestos desenvuelven la significación del sustantivo, y los pospuestos agregan la suya a la del sustantivo.

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«La diferencia entre el adjetivo antepuesto y el adjetivo pospuesto es la siguiente: el primero encierra un atributo afectivo; el segundo, una distinción lógica. Estamos, pues, plenamente autorizados a decir que el adjetivo antepuesto representa la intervención del elemento humano, del sentimiento, en el mundo de valores objetivos representado por los sustantivos. Los adjetivos antepuestos representan nuestra manera de sentir las realidades del mundo.» [Pedro Salinas:Ensayos de literatura hispánica. Madrid: Aguilar, ³1967, p. 189 + 190]

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«Se advierte una oposición entre las lenguas germánicas, que anteponen normalmente el adjetivo, y las lenguas románicas, que tienden a posponerlo, pero permitiendo una gran libertad en esta colocación.

El francés ocupa una posición intermedia. Por una parte ha fijado en una gran mayoría de casos el lugar de los adjetivos, con clara tendencia a posponerlos; en otros varía grandemente el significado de éstos al cambiarlos de posición: neuf, nouveau, mientras que en número más restringido de ocasiones, y casi siempre con fines literarios o de expresión afectiva, permite una cierta libertad en la colocación.

En español, como en portugués y en italiano, es más libre, aunque no caprichosa, la colocación de los adjetivos, y su variación permite una cierta libertad en la colocación.

El adjetivo antepuesto hace que se fijen el interés y la atención en la cualidad a que se refiere:

bonita casa. También es indudable que la anteposición da al adjetivo una significación más afectiva y poética: un viejo jardín indica un juicio mucho más personal y subjetivo que un jardín viejo, que nos enfrenta con una observación objetiva y realista.

El adjetivo pospuesto especializa el objeto y lo opone a otros; caballo blanco, por oposición a caballo negro. Esta colocación es la normal en los adjetivos predicativos: el caballo es blanco, si bien no es tan rigurosa esta norma en español como en francés y en las lenguas germánicas.

Otros factores que influyen en el distinto significado y grado de libertad en la colocación del adjetivo son: si se trata de uno solo o varios: una persona alta, delgada y morena; si tradicionalmente se refieren a un sustantivo en posición fija: edad media, nuevo mundo, sentido común, o si al cambiar de colocación varía radicalmente el sentido: un santo triste y un triste santo, un hombre grande y un gran hombre, una viuda pobre y una pobre viuda.

Como regla general, puede decirse que la colocación habitual es neutra, mientras que la desacostumbrada es expresiva. Un caso especial, ya que sólo afecta a la colocación de muy contados adjetivos, es el de las formas apocopadas, es decir, de aquellos adjetivos que contraen su terminación al anteponerse a la palabra que califican: buen, gran, san, etc. Estas formas apocopadas sólo pueden ir antepuestas al término que acompañan: un buen soldado, un gran santo.» [Criado del Val 1972: 40]

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«La colocación del adjetivo calificativo atributivo responde básicamente a dos oposiciones que forman parte del sistema lingüístico español: una de ellas enfrenta las funciones especificativa y explicativa, haciendo que la primera esté representada por un adjetivo pospuesto al nombre, mientras el representante de la segunda tiene mayor libertad. La otra es una oposición de relevancia expresiva cuyo término marcado corresponde al adjetivo antepuesto y el no marcado al pospuesto. La índole semántica de cada adjetivo facilita o dificulta el ejercicio de cada función, y es factor importante para que pueda entrar en juego la expresividad. De aquí la existencia de normas relativamente firmes que favorecen la secuencia

buen amigo, mala señal, gran negocio, ¡feliz viaje!, laborioso empleado catalán,

admiten blanca pared, pinos altos

junto a pared blanca, altos pinos

y rechazan administrativo cargo, sindical casa, catalán empleado laborioso.

Actúan además factores contextuales importantes, sobre todo la resistencia a que el sustantivo vaya precedido por más de un elemento dependiente de él o por uno seguido de complementos propios:

la inhóspita y destartalada habitación

sólo es posible a nivel literario; pero ni siquiera en él puede admitirse

un encuadernado en pasta libro

las llenas de ilusión muchachas.»

[Lapesa, R.: "La colocación del calificativo atributivo en español". En: Homenaje a la memoria de Don Antonio Rodríguez-Moñino. Madrid, 1975, p. 345]

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«Posición del adjetivo. Cuando el adjetivo va junto al sustantivo puede ir inmediatamente antes o inmediatamente después, con matices expresivos ligeramente distintos.

Cuando va después del sustantivo, el adjetivo constituye generalmente una información nueva con respecto al sustantivo. Esto hace que en esta posición tenga un relieve mayor.

Acabo de leer una novela muy interesante.

Vive en una casa modernísima.

Por el contrario, cuando va antes del sustantivo el adjetivo ya no es nuevo con respecto al sustantivo, y juntos forman un bloque. Se presupone la relación adjetivo – sustantivo.

¿Estáis ya en la nueva casa o todavía no os habéis mudado?

El hablante usa el adjetivo nueva antes del sustantivo casa porque ya sabe que su interlocutor tiene una casa nueva, es decir que se va a mudar de casa. Al contrario, en

Acabo de leer una novela muy interesante,

Vive en una casa modernísima,

muy interesante y modernísima son informaciones nuevas que da el hablante a su interlocutor. Con frecuencia ocurre que el enunciador se salta la etapa en que presenta la información como remática (nueva) y pasa directamente a decir otra cosa actuando, con datos que para él son un presupuesto, un elemento ya adquirido en el contexto.

Cuando el adjetivo va después del sustantivo, generalmente se está hablando del sustantivo y se quiere añadir un elemento nuevo, de especificación. Por eso resulta prácticamente imposible, por ejemplo, hablar de una redonda mesa: lo normal es que se esté hablando de mesas, y que el elemento redonda venga a ser una caracterización ulterior, que sirve para distinguir entre distintos tipos de mesas.

La mayoría de los adjetivos que podríamos llamar de tipo [adjetivos relacionales] (es decir que indican a qué categoría pertenece cierto elemento: político, estudiantil, comercial, editorial, etc.), o de procedencia (es decir que indican de dónde es el elemento al que se refieren: barcelonés, malagueño, romano, milanés, español, americano, francés, etc.) y todos los adjetivos de nacionalidad) tienden a estar en posición remática (nueva) con respecto al sustantivo (y, por tanto, van después), ya que, debido a su naturaleza misma, se emplean más a menudo para especificar. Los mismo ocurre con los adjetivos que se refieren a la forma, que también suelen ir después del sustantivo, por las mismas razones.» [Matte Bon 1992: 185-186]



Adjetivos antepuestos y pospuestos



El adjetivo antepuesto o pospuesto, si va solo, determina directamente al sustantivo que hace de núcleo.

Si un mismo sustantivo lleva un adjetivo antepuesto y otro pospuesto, el antepuesto determina directamente al sustantivo, y ambos son determinados ulteriormente por el adjetivo pospuesto.

El determinante determina no sólo al sustantivo, sino al sustantivo y sus adjetivos antepuestos o pospuestos.

El adjetivo explicativo determina a todo el sintagma compuesto del determinante, el sustantivo y los adjetivos restrictivos que lo acompañen.



Significado de las construcciones con adjetivos

calificativos antepuestos y pospuestos



«Las caracterización del significado de los adjetivos calificativos antepuestos y pospuestos es un tema clásico de la gramática del español, la serie de trabajos que ha suscitado es simplemente inmensa. Proporcional a ese interés es la variedad de interpretaciones propuestas, fundadas grosso modo en razones «lógicas» (semántica), psicológicas, estilísticas o rítmicas que pueden actuar conjuntamente. En efecto, los autores encuentran en el contraste entre anteposición y posposición diferencias entre:



adjetivos calificativos antepuestos y pospuestos

Anteposición >

< Posposición

(A. Bello) “explicación”

“especificación-particularización”

(M. Seco) “no restricción”

“restricción”

(R. Lenz / F. Hanssen) “subjetividad”

“objetividad”

(Gili Gaya) “orden afectivo o valorativo”

“orden analítico, descriptivo, normal”

(F. Ramírez) “orden predicativo”

“orden atributivo”

(A. Bello / G. Rojo) “señalamiento”

“adición de una nota”

(RAE) “explicativo, no definidor / actitud valorativa o afectiva”

“función determinativa, definitoria, restrictiva de la significación del nombre”

(G. Rojo) el adjetivo simplemente destaca una nota contenida en la intensión del sustantivo; la extensión del nombre no se ve reducida (la verde esmeralda)

el adjetivo restrictivo o clasificador (accidente automovilístico) añade notas nuevas al sustantivo, amplía su intensión y, de esta manera, causa una reducción en la extensión del mismo

(D. Bolinger) “adjetivos modificadores de la referencia”

“adjetivos modificadores del referente”

(R. Lapesa) la posición es una “oposición de relavancia expresiva, cuyo término marcado corresponde al adjetivo antepuesto”

el término no marcado de la oposicón corresponde al adjetivo pospuesto

(V. Demonte) “no restrictivo / realce”

“Los adjetivos prenominales son funciones que actúan sobre la referencia o intensión sin que su aplicación afecte a la extensión del término modificado (los adjetivos prenominales son intensionales y modificadores de la referencia)”.

“El adjetivo prenominal induce a la interpretación de objeto que existe, que se presupone: alude a los individuos que son la referencia de la expresión nominal y cierra el paso a la interpreción cuantificacional de referencia a una clase o a una subclase de objetos”.

“Los adjetivos prenominales obligan a la interpretación específica de los sujetos: individuos que existen, individuos específicos”.

“El adjetivo antepuesto deja intacta la referencia y añade nuevas notas para la identificación del referente.“

Especificidad mínima que consiste en la identificación de un individuo ya mencionado.”

“Los adjetivos antepuestos son posibles con nombres propios, expresiones máximamente referenciales que no necesitan complementos o adjetivos pospuestos que realicen una descripción conceptual del sentido (El genial Mozart).”

“Los adjetivos antepuestos tienen una lectura no restrictiva: énfasis de una cualidad intrínseca del nombre (las mansas ovejas), valoración subjetiva, singularidad-exclusividad del individuo (el maravilloso amigo). El adjetivo antepuesto en sintagmas nominales definidos sirve para hacer más claras las particularidades del individuo designado por el nombre, para identificar mejor al referente del objeto (la mejor identificación del referente se debe a la modificación de la referencia.”

“El adjetivo antepuesto obliga a la lectura específica e impide la de variable en situaciones en las que, de otro modo, las dos lecturas serían posibles. Dada su interpretación específica, los sintagmas nominales indefinidos con adjetivos antepuestos son muy frecuentes en posiciones de ‘tema’: las que contienen información compartida por el hablante o el oyente.”

“Las construcciones exclamativas traducen una reacción subjetiva, condensada y valorativa frente a algo que se caba de percibir o entender; tales expresiones no transmiten información sino que presuponen un punto de vista común que el hablante pretende acercar y hacer explícito al interlocutor, no pueden, por tanto ser focales y de ahí la exigencia de adjetivo antepuesto.”

“restrictivo / clasificación”

“Caracterizamos a los adjetivos posnominales como expresiones que se unen a extensiones (nombres comunes) para configurar nuevas extensiones (nuevos nombres comunes);

(los adjetivos posnominales son extensionales y modificadores del referente).”

“El adjetivo posnominal da paso a la interpretación cuantificacional de referencia a una clase o a una subclase de objetos”.


“Los adjetivos posnominales obligan a la interpretación génerica de los sujetos: la interpretación de referencia a clases de cosas”.


“El adjetivo pospuesto desarrolla rasgos del nombre (en esto consiste la identificación de la referencia).“

Especificidad máxima, enriquecida (catafórica), que configura una descripción definida plena.”

“Los nombres propios son expresiones máximamente referenciales que no necesitan complementos o adjetivos pospuestos que realicen una descripción conceptual del sentido (referencia del término).”

“El adjetivo pospuesto sirve para especificar la referencia del objeto (al restringir la referencia se modifica el referente)”.








“El contraste específico – inespecífico con sus efectos en la focalización y la tematización es que sale a la luz también en los sintagmas nominales sin determinante en los que concurren nombres y adjetivos calificativos.”

“Dos contextos con constituyentes típicamente temáticos son los titulares de los periódicos ({Ciudadanos emocionados/Emocionados ciudadanos se manifestaron ayer ...}). En el caso de los titulares están igualmente bien la anteposición y la posposición probablemente porque el medio informativo puede jugar con la posibilidad de que el lector del periódico esté enterado del acontecimiento que el titular resume.”

“La anteposición de adjetivos como pobre, bueno y simple tienen acepción relativa o no intersectiva (una propiedad relativa sólo al nombre modificado): Susana es una buena amiga, lo que no implica que pueda ser una horrorosa hija”.

“Las cualidades asignadas por los nombres se pueden aplicar a un nombre en sentido absoluto: ser una propiedad tanto de ese objeto como de las clases de entidades que él implica; en Susana es una amiga buena aplico la propiedad en sentido absoluto y significa que Susana es buena en general.”



Aunque adoptemos la denominación de ‘restrictivo’ y ‘no restrictivo’ para designar de una manera general a los adjetivos pospuestos y antepuestos, respectivamente, somos conscientes de que una caracterización justa de los valores de la posición del adjetivo requiere muchos más elementos que una semántica, digamos, de la clasificación o restricción frente al realce o no restricción. Una descripción novedosa de esta distinción ha de tener en cuenta dos aspectos: la semántica de la relación adjetivo-nombre, esto es, de qué manera puede relacionarse un adjetivo con el nombre al que modifica, y la naturaleza de la frase nominal en la que se sitúa la relación de modificación, más específicamente, si el sintagma nominal en que concurre el adjetivo es definido o indefinido.» [Demonte 1999, p. 190-191]



Ser - Estar y el adjetivo atributivo



El verbo estar cuando expresa estado tiene un enorme valor expresivo, además de su función copulativa.

Ser como cópula es tan inexpresivo que casi se puede suprimir el verbo. Pero estar, expresando estado, ya no se puede suprimir sin quitar aquello que despertó el entusiasmo o la sorpresa en el hablante.

El césped es verde.

> El césped verde.

> ¡Qué verde es el césped!

El césped es muy verde.

> El césped tan verde.

> ¡Qué césped más verde!

El césped está verde.

> El verde césped.

> ¡Mira qué verde está este césped!

Una piedra preciosa

Es una piedra que es preciosa.

¡Qué piedra preciosa más bonita!

Una preciosa piedra

Es una piedra que está preciosa.

¡Qué bonita está esa piedra!

Ser corresponde con el adjetivo en posición posnominal (objetiva/definitoria). Al convertir la frase nominal en verbal, la cópula es es eliminable por no tener fuerza semántica alguna, por estar vacía.

Estar corresponde al adjetivo en posición prenominal (subjetiva / emocional). La conversión a frase verbal no permite la eliminación de estar ya que no es mera cópula, sino que tiene un valor aspectual. [Porroche, 1990]



Relación sustantivo - adjetivo



«En español, como en todos los idiomas, los interlocutores mantienen constantemente una contabilidad precisa de los elementos que ya han aparecido en el mundo que es la comunicación entre ellos y los que aparecen por primera vez. Esto les permite entender en cada momento de qué están hablando, sin necesidad de repetir todos los elementos necesarios para la comprensión del mensaje y ahorrar una cantidad considerable de palabras y de energía.

El orden de las palabras: Es éste un problema estrechamente relacionado con los distintos mecanismos de tematización y rematización de la información.

El principio fundamental que rige el funcionamiento del orden de las palabras en español se basa en el grado de contextualización que ha alcanzado el elemento o la información de la que se trata, o el grado de contextualización que le quiere atribuir el hablante; consiste esencialmente en que los elementos más contextualizados van antes que los elementos nuevos: se parte siempre de lo más conocido, lo más asumido en el contexto dado, los elementos de los que ya se está hablando, para introducir posteriormente la información nueva o los elementos de los que todavía no se había hablado.» [Matte Bon 1992: 308-309]

«En el caso de la relación del sustantivo con el adjetivo, la base del funcionamiento del sistema es el principio fundamental enunciado arriba. Sin embargo, al tratarse de dos elementos que tienen una autonomía menor el uno con respecto al otro, no se puede hablar de uno conocido y uno nuevo, son más bien de uno más o menos integrado en el bloque único e indisoluble con el otro.

Así, pues, cuando el adjetivo va antes del sustantivo, en cierto sentido está formando bloque con él, y ya no es nuevo. Cuando va después, constituye un elemento nuevo con respecto al sustantivo, al que se viene a añadir:

Alrededor de la casa, un campo infinitivo de blanca nieve ...

¿Me acercas la camisa verde, por favor?

Cuando el adjetivo viene a distinguir el elemento al que remite el sustantivo de otros elementos de su grupo, constituye un dato nuevo con respecto al sustantivo y, por lo tanto, va después del sustantivo. En estos casos, se está hablando, por lo general, de la categoría a la que remite el sustantivo, y al añadir el adjetivo se está introduciendo un representante concreto de dicha categoría.

Hay un número considerable de adjetivos que no pueden preceder al sustantivo debido a que, por su misma naturaleza, no llegan nunca a formar un bloque con un sustantivo. Otros adjetivos, a veces, cambian de sentido según la posición que ocupan con respecto al sustantivo.

El comportamiento de los demostrativos y de los posesivos con respecto al sustantivo es paralelo al del adjetivo calificativo: cuando el demostrativo o posesivo antecede al sustantivo, constituye con él un bloque saturado en el que ya no puede entrar ningún elemento más. Cuando lo siguen, constituyen un elemento nuevoque se viene a añadir al sustantivo.» [Matte Bon 1992: 310-311]



Valores semánticos de los adjetivos antepuestos y pospuestos

en los sintagmas nominales definidos e indefinidos



«Los adjetivos prenominales son funciones que actúan sobre la referencia o intensión sin que su aplicación afecte a la extensión del término modificado (los adjetivos prenominales son intensionales y modificadores de la referencia).

El adjetivo prenominal induce a la interpretación de objeto que existe, que se presupone: alude a los individuos que son la referencia de la expresión nominal y cierra el paso a la interpreción cuantificacional de referencia a una clase o a una subclase de objetos.

Los adjetivos prenominales obligan a la interpretación específica de los sujetos: individuos que existen, individuos específicos.

Caracterizamos a los adjetivos posnominales como expresiones que se unen a extensiones (nombres comunes) para configurar nuevas extensiones (nuevos nombres comunes); (los adjetivos posnominales son extensionales y modificadores del referente).

El adjetivo posnominal da paso a la interpretación cuantificacional de referencia a una clase o a una subclase de objetos.

Los adjetivos posnominales obligan a la interpretación génerica de los sujetos: la interpretación de referencia a clases de cosas.

(1) a. Los leones desdentados se alimentan siempre de hierbas.

b. *Los desdentados leones se alimentan siempre de hierbas.

(2) a. Un hombre elocuente seduce siempre con facilidad.

b. *Un elocuente hombre seduce siempre con facilidad.

(1a) y (1b) suenan mal porque los desdentados leones y un elocuente hombre sólo pueden designar individuos que existen, individuos específicos y en estas oraciones concurren diversos factores (el tiempo verbal, el adverbio siempre) que obligan a la interpretación genérica de los sujetos: la interpretación de referencia a clases de cosas. [...]

Nótese que los adjetivos antepuestos plenamente epitéticos no impiden la interpretación genérica. La blanca nieve siempre produce vértigo o Los desdentados osos hormigueros se están extinguiendo. Esta generalización, en suma, se refiere a los adjetivos que pueden efectivamente usarse restrictivamente.

El comportamiento de los adjetivos calificativos atributivos en construcciones genéricas constituye un buen punto de partida para reelaborar la idea tradicional de que los adjetivos pospuestos son restrictivos o clasificadores y los antepuestos son no restrictivos. Tal distinción sólo se verifica en las expresiones definidas, mientras que en las indefinidas las dos posiciones dan lugar a una oposición de especificidad. Esa doble oposición se debe a la naturaleza de los determinantes y no a la relación sintáctica entre el sustantivo y los adjetivos pre y posnominales, aunque esta incida de manera decisiva en la interacción de esos determinantes con los nombres.

Anteposición y posposición en sintagmas nominales definidos

Restricción frente a no restricción (modificación de la referencia frente a modificación del referente).

Cuando en el sintagma nominal definido los nombres están modificados por adjetivos pospuestos, la cuantificación y la actualización de la referencia se realizan entonces sobre la unidad <N + A>, que pasa a designar bien un subconjunto general, bien una clase natural (Me gustan las manzanas doradas), bien un subconjunto contextualmente determinado de la clase designada por el nombre (Me comí las manzanas doradas) o, si el artículo es singular, simplemente un individuo específico, referencialmente considerado (Dame la manzana dorada), o presentado como un conjunto de atributos (Búscame la manzana más grande que haya en el cesto). El adjetivo pospuesto sirve para especificar la referencia del objeto (al restringir la referencia se modifica el referente).

Cuando el adjetivo es prenominal la lectura específica no se disipa, puesto que depende del determinante, pero sí desaparece la lectura de grupo seleccionado de individuos inducida por el adjetivo y surgen varios matices, tal vez pragmáticamente condicionados, de la llamada lectura no restrictiva: énfasis de una cualidad intrínseca (las mansas ovejas), valoración subjetiva, singularidad-exclusividad del individuo (el maravilloso amigo), etc. El adjetivo antepuesto en sintagmas nominales definidos sirve pues, en términos generales, para hacer más claras las particularidades del individuo designado por el nombre, para identificar mejor al referente del objeto (la mejor identificación del referente se debe a la modificación de la referencia).

Hay construcciones de adjetivos antepuestos como las siguientes que suenan raras a menos que se explicite el complemento del nombre (entre paréntesis en (1a), o el adjetivo en cuestión se coordine con otro adjetivo (1b).

(1) a. Cómprame los ricos chocolates?? (que nos recomendó mi hermana).

-Cómprame los chocolates ricos.

b. Concedió una entrevista al tonto *(y grandilocuente) abogado.

Esto muestra que si bien la frase nominal se refiere en ambos casos a una entidad específica, a objetos individuales cuya existencia se presupone, hay una especificidad enriquecida, máxima, que configura una descripción definida plena (el adjetivo pospuesto desarrolla rasgos del nombre, y en esto consiste la identificación de la referencia), y una especificidad mínima que consiste en la identificación del individuo ya mencionado. El adjetivo antepuesto deja intacta la referencia y añade nuevas notas para la identificación del referente.

Anteposición y posposición en sintagmas nominales indefinidos

Especificidad e inespecificidad. Foco y tema.

Picallo (1994) describe varios contextos que muestran inequívocamente que los sintagmas nominales indefinidos difieren en interpretación según que el adjetivo modificador sea pre o posnominal.

(1) a. Ana cree que una periodista importante le solicitará una entrevista.

b. Ana cree que una importante periodista le solicitará una entrevista.

Así, mientras que una oración como (1a) no presupone necesariamente la existencia del individuo denotado por la expresión nominal y es ambigua entre una interpretación específica y una inespecífica, (1b) tiene una única interpretación que es la de presuposición de existencia o especificidad de la entidad designada por el sustantivo. Como muestra Picallo, las secuencias AN son imposibles cuando se encuentran bajo el alcance de modales deónticos como tener que o deber (2a), o de verbos de actitud proposicional como creer, (2b), ya que los contextos intensionales no suscitan interpretaciones específicas.

a. *Tiene que haben un amable profesor por alguna parte.

(Tiene que haber un profesor amable por alguna parte).

b. *Creo que tienen un experto abogado en ese bufete.

(Creo que tienen un abogado experto en este bufete.)

Bosque (1996) hace ver que la preposición a de los objetos directos, preposición marcadora de la especificidad, no puede estar ausente en contextos intensionales cuando el nombre va precedido de un adjetivo calificativo. Lo que se ve aquí es que el adjetivo antepuesto obliga a la lectura específica e impide la de variable en situaciones en las que, de otro modo, las dos lecturas serían posibles. Dada su interpretación específica, los sintagmas nominales indefinidos con adjetivos antepuestos son muy frecuentes en posiciones de ‚tema’: las que contienen información compartida por el hablante o el oyente.

-¿Me comprarás esa moto?

-{Una peligrosísima moto /?Una moto peligrosísima} no te la compraré ni aunque ...

Por el contrario, los sintagmas nominales indefinidos con adjetivos antepuestos suenan extraños en las posiciones de foco que introducen información sobre tipos de cosas en vez de sobre ejemplares:

-¿Qué se necesita para esa fiesta?

–Se necesita un {??sencillo vestido/vestido sencillo}.

Dos contextos con constituyentes típicamente temáticos son los titulares de los periódicos ({Ciudadanos emocionados/Emocionados ciudadanos se manifestaron ayer ...}). En el caso de los titulares están igualmente bien la anteposición y la posposición probablemente porque el medio informativo puede jugar con la posibilidad de que el lector del periódico esté enterado del acontecimiento que el titular resume.

Conviene advertir que estos contrastes de significado y esas variaciones de aceptabilidad tienen lugar tan sólo con los adjetivos calificativos; con los adjetivos intensionales como posible y los adverbiales circunstanciales como futuro o lento, la anteposición y posposición no llevan consigo ningún cambio de interpretación. Loa adjetivos antepuestos no calificativos son posibles en oraciones genéricas o habituales como:

El largo viaje me agotó. – El viaje largo me agotó.

Saludé a mi futuro jefe. – Saludé a mi jefe futuro.

{un/El} {posible/presunto} ratero siempre provoca miedo.»

[Demonte 1999: 192-198]



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Lapesa, R.: "La colocación del calificativo atributivo en español". En: Homenaje a la memoria de Don Antonio Rodríguez-Moñino. Madrid, 1975, pp. 329-345.

Luján, M.: Sintaxis y semántica del adjetivo. Madrid, 1980, p. 84 sig.

Matte Bon, F.: Gramática comunicativa del español. Madrid: Difusión, 1992.

Millán Chivite, A.: "Sintaxis del adjetivo español: orientación didáctica". En: Cauce, Revista de Filología y su Didáctica, 10, 1987, pp. 201-231.

Pelzing, Ernst: Das attributibe Adjektiv des Spanischen: Stellenwert und Stellung. Frankfurt/Main: Lang, 1981.

Porroche Ballesteros, Margarita: Aspectos de la atribución en español. (Las construcciones con un atributo adjetivo que se refiere al sujeto). Zaragoza: Libros Pórtico, 1990.

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Spitzová, E.: "Una vez más sobre la colocación del adjetivo atributivo en español". En: Études Romanes de Brno, XVI, 1985, pp. 35-39.
 
ADJETIVO ADJUNTO AL SUSTANTIVO

Pautas para la posición del adjetivo respecto al sustantivo

© Justo Fernández López


Colocación del adjetivo respecto al sustantivo


“desenvuelven la significación del sustantivo” (Bello)

“agregan su significación a la del sustantivo” (Bello)

“término marcado” (Lapesa)

“término no marcado” (Lapesa)

perspectiva subjetiva

perspectiva objetiva

énfasis emocional o realce expresivo - epíteto

función diferenciadora y especificadora

pone el acento en una cualidad del nombre

restricción del significado del sustantivo

descripción

definición

cualidad vaga, inmaterial

significado concreto y preciso

valoración por parte del hablante

delimitación conceptual y objetiva del sustantivo

comentario

diferencia lógica

formas sintéticas del superlativo relativo: mejor...

formas analíticas del superlativo relativo: el más + adjetivo

artículo, numeral, indefinidos, posesivos

cuando se pueden sustituir por el artículo

adverbio intensificador + adjetivo:

bastante + adjetivo, muy + adjetivo, etc.






complementos con preposición

participios del pasado

coordinación y aposición

complementos: gerundio o una oración de relativo

adjetivos relacionales



Los adjetivos relacionales o clasificadores tienen un carácter obligatoriamente objetivo. “Estos adjetivos no expresan propiamente cualidad, sino situación, nacionalidad, materia, origen, clase, pertenencia, etc. Su significación los hace refractarios a usos que no sean puramente conceptuales y objetivos, por lo que se posponen de ordinario al nombre” (Lapesa 1975: 333).

«Lo que algunos autores sostienen como “recategorización” de calificativos y de relacionales debe considerarse más bien como “refuncionalización”; ésta afecta más frecuentemente a los relacionales. Es decir, los adjetivos relacionales son susceptibles de una interpretación calificativa que les habilita para la función explicativa, para admitir su cuantificación, su empleo predicativo, su transformación en adverbio mediante el sufijo -mente, su posición libre respecto al sustantivo, etc.» [Almela 2000: 303]

Cuando un adjetivo relacional funciona como calificativo, la anteposición es posible:

un fraternal saludo

una dramática situación

«En otros casos, una misma pieza léxica admite un doble juego sintáctico:

asma infantil / *infantil asma

actitud infantil / infantil actitud

arquitectura religiosa / *religiosa arquitectura

una mujer religiosa / una religiosa mujer.»

[Hernanz/Brucart 1987: 181-182]

El último adjetivo atributivo de una serie es el de más amplio significado.




3

2

1

La situación

política

española

actual.



Hermoso vestido llevas hoy.

[= ¡qué bonita estás con ese vestido!]

Hoy llevas un vestido hermoso.

[= ¡qué bonito es el vestido que llevas hoy!

Los caballos blancos se llaman en alemán Schimmel.

[= los caballos negros tienen en alemán otro nombre]

Hermosos caballos tiene la Escuela de Equitación de Viena.

[= los caballos de la Escuela de Equitación de Viena son hermosos]

Blancos caballos corrían por el prado.

[= ¡qué bonitos y qué blancos eran los caballos que corrían...]

Excepciones

  • La posición del adjetivo está consagrada por el uso en las frases hechas o modismos.

  • Adjetivos cuyo significado varía si van antepuestos o pospuestos.

  • Recurso estilístico, énfasis, estilo, clase de texto, evolución del gusto literario...
Observación



De paso, no sobra anotar que el sentido de una unidad compuesta regular no se define exactamente como la "suma de sus componentes" sino a partir de los significados de los componentes y del valor de la relación establecida entre ellos: en

las malagueñas salerosas

[especificación: de entre las mujeres malagueñas aquellas que son salerosas] y

las salerosas malagueñas

[descripción y apreciación subjetivo-valorativa: ¡qué salerosas son las malagueñas!]

la diferencia de sentido radica en las funciones diferentes de especificación y de descripción, expresadas, en este caso, mediante los procedimientos de anteposición y de posposición del adjetivo. (Así como en mil doscientos y doscientos mil tenemos, con los mismos componentes, dos operaciones distintas, una suma y una multiplicación.



Colocación de los adjetivos relacionales



«A diferencia de los adjetivos calificativos, los relacionales se posponen siempre:

La zona industrial. - *La industrial zona.

La ciudad universitaria. - *La universitaria ciudad.

Ahora bien, en numerosas ocasiones, adjetivos que se emplean comúnmente como relacionales pueden encontrarse antepuestos sin merma de la gramaticalidad de la construcción. Se suele afirmar que en estos casos los adjetivos relacionales se han recategorizado como calificativos. Lo que sucede, en efecto, es que estos adjetivos pasan a significar sólo una propiedad, singularizada frente a las otras, del conjunto de propiedades que definen a la entidad con la que se relaciona el nombre a través del adjetivo:

Los usos amorosos (de la España isabelina).

Los amorosos arrullos (de los enamorados).

El espectáculo teatral. - Mi teatral amiga.

Una novela histórica. - Un histórico pacto.

Naturalmente, cuando estos adjetivos recategorizables aparecen a la derecha del nombre es posible que den lugar a ambigüedades entre la interpretación relacional y la calificativa:

Una actuación teatral. (contrapuesta a una actuación cinematográfica)

Una actuación teatral. (actuación exagerada y aparatosa) [...]

Los adjetivos relacionales no se coordinan con los calificativos:

*Una persona católica y simpática.

Los adjetivos relacionales no admiten complementos:

*Las fuerzas productivas para la nación.» [Demonte 1999: § 3.3.1.1]



Resumen de la relación entre clase de adjetivo y posición sintáctica posible



Posposición obligatoria:

adjetivos relacionales siguen inmediatamente al sustantivo que modifican: el batallón español de Toledo*el batallón de Toledo español

participios adjetivales y adjetivos perfectivos (aunque no son extrañas construcciones como las cerradas puertas que ponen de manifiesto la ambigüedad morfológica de estas formas que se comportan aquí como verdaderos calificativos)

adjetivos de color y forma (su anteposición tiene un significado marcado)

Anteposición obligatoria:

adjetivos intensionales: modales, orientados al hablante, etc.

Pueden anteponerse o posponerse:

adjetivos adverbiales que denotan circunstancias de tiempo, manera o lugar, así como los

adjetivos calificativos relativos o sincategoremáticos (en los adjetivos calificativos las dos posiciones se relacionan con dos interpretaciones semánticas diversas, salvo en el caso de los de extrema valoración)

adjetivos valorativos elativos, en efecto, pueden anteponerse o posponerse sin que se modifique su relación semántica con el nombre (los elativos antepuestos bien van solos o se reinterpretan como adverbiales modificadores de un calificativo; y cuando se posponen, deben ir siempre al final de la secuencia nombre + adjetivos relacionales o calificativos)

Iteración de adjetivos:

norma general: los adjetivos no suelen acumularse

lo característico del español es que, tanto en la anteposición como en la posposición, si aparecen varios calificativos, estén coordinados o se sitúen en construcción asindética

Iterados antepuestos:

en la anteposición es posible que se sucedan iterados los adjetivos intensionales, los de valoración y sólo uno de los restantes calificativos: el supuesto magnífico (alto) novio de mi hija

Iterados pospuestos:

pueden sucederse iterados los calificativos de forma y color y los participios adjetivales y perfectivos (dando lugar a relaciones de alcance como sucedía con los adjetivos relacionales) [Demonte 1999: § 3.5.1.2]

Admiten intensificadores:

La posición prenominal y la posnominal son relativamente simétricas en cuanto a la admisión de intensificadores: el muy estúpido profesor extraordinariamente gordo

Admiten complementos:

Sólo los adjetivos pospuestos admiten ir acompañados de complementos: el examen similar al de Pedro – *el similar al de Pedro examen. [Demonte 1999: § 3.5.1.1]



El papel de los factores estilísticos y rítmicos en la posición del adjetivo



Las razones que determinan la posición del adjetivo son en buena medida semánticas: el hecho de que expresen una propiedad absoluta o relativa, que se refieran al concepto o al objeto designado, que tengan un significado valorativo o intensional o que sean predicados de estadio son algunos de los factores que intervienen.


Adjetivo antepuesto

Adjetivo pospuesto

se refiere al objeto designado

se refiere al concepto / a la clase en la que se incluye el individuo

sentido relativo / no-intersectivo

sentido absoluto / intersectivo

significado valorativo / intensional

significado extensional


Pero lo que en realidad muestra la posición del adjetivo es una estrecha interacción entre sintaxis y semántica: las relaciones semánticas se expresan dentro de unos límites formales.

En pocas ocasiones la presencia de los adjetivos en una determinada posición dentro del sintagma nominal se debe a razones exclusivamente sintácticas.

A veces el factor que mueve determinada disposición es la estructura rítmica y prosódica de la frase:

  • preferible anteposición de ciertos adjetivos cuando el nombre al que modifica lleva a su vez un complemento: Ordenó que le abriesen el inmenso escritorio de Don Trinatario. Según Fernández Ramírez «el atributo se retrae porque la posición final o posterior, en el ritmo acentual ascendente que rige el orden de palabras en español, es la posición dominante. Anclado entre el determinante y el sustantivo ... el atributo no interrumpe el contacto entre el sustantivo y los otros elementos de la organización»

  • «cuando se pospone al nombre sustantivo, suele constituir un grupo fónico, mientras que en la anteposición se incorpora generalmente a la unidad melódica del nombre sustantivo» (Fernández Ramírez).
Esta razón es la que subyace al desplazamiento de los sintagmas pesados que naturalmente constituyen un grupo fónico y por ello necesitan posponerse a diferencia de los adjetivos sin complemento ni modificador alguno, que no constituyen por sí solos un grupo melódico. Seguramente hay también factores melódicos de simetría, que hacen preferible el libro azul alargado a el libro alargado azul.

Esta tendencia a posponer el componente más largo explica también que los adjetivos antepuestos sean generalmente iguales o más cortos que el nombre con el que forman unidad fónica y, paralelamente, que el adjetivo solo que siga a un nombre tienda a ser más largo que este.

Todas estas consideraciones, aunque plausibles, necesitan una mayor elaboración. Habría que ver sobre todo qué grado de autonomía tienen estos condicionamientos prosódicos frente a las leyes semántico-sintácticas que parecen constreñir más fuertemente la colocación de los adjetivos.

[Demonte 1999: § 3.5.3]
http://hispanoteca.eu/gramáticas/Gramática española/Adjetivo-posición-pautas.htm
 
@Carolino: Me ha surgido una duda en un escrito que he tenido que hacer ésta mañana.

He redactado una autorización para que me la firmen e ir en su nombre a un organismo público.

No sabía si poner para "gestiones y trámites" relacionados o relacionadas con ...Gestión es femenino (la gestión) y trámite (el trámite) masculino. Por eso no sabía si terminar con relacionados o relacionadas...

Yo lo he toreado poniendo gestiones y trámites en relación con....pero me he quedado con la duda...Cuando se pone un masculino y un femenino ¿Como se termina para aunar en un plural?. ¿Con "os" de masculino o con "as" de femenino?

Gracias de antemano.:cautious:
 
@Carolino: Me ha surgido una duda en un escrito que he tenido que hacer ésta mañana.

He redactado una autorización para que me la firmen e ir en su nombre a un organismo público.

No sabía si poner para "gestiones y trámites" relacionados o relacionadas con ...Gestión es femenino (la gestión) y trámite (el trámite) masculino. Por eso no sabía si terminar con relacionados o relacionadas...

Yo lo he toreado poniendo gestiones y trámites en relación con....pero me he quedado con la duda...Cuando se pone un masculino y un femenino ¿Como se termina para aunar en un plural?. ¿Con "os" de masculino o con "as" de femenino?

Gracias de antemano.:cautious:
En este caso prima el masculino, IDOLO. Habrás de poner "relacionados".
 
En este caso prima el masculino, IDOLO. Habrás de poner "relacionados".

@Carolino: Si te leen l@s amig@s de la arroba y enemig@s de la gramática te puede caer la del pulpo por falócrata... que no sé de dónde se sacaron, pobres, que género es igual a s*x*. Y menos mal que no se han enterado que la culpa es del latín y no de Soros.
 
@Carolino: Si te leen l@s amig@s de la arroba y enemig@s de la gramática te puede caer la del pulpo por falócrata... que no sé de dónde se sacaron, pobres, que género es igual a s*x*. Y menos mal que no se han enterado que la culpa es del latín y no de Soros.
Querida ConnieS, como licenciada en Filología que soy, tengo clarísimo lo del género. Pero no te creas que todos mis colegas piensan lo mismo, no...
 
Querida ConnieS, como licenciada en Filología que soy, tengo clarísimo lo del género. Pero no te creas que todos mis colegas piensan lo mismo, no...

Me consta que todos los filólogos no piensan lo mismo, aunque lo de pensar no casa demasiado con la ensalada de dislates que pergeñan cuando les da por desdoblar masculino y femenino, y largan unos textos más pesados e indigestos que una fabada con picatostes.
 
Los fallos del razonamiento: Algunos tipos de sofismas.

Este artículo, basado en un trabajo de Cristiandad, nos señala algunos de los métodos para pensar así como de los sofismas que se usan para confundir.

El hombre fue constituido como un ser dotado de cuerpo y de alma. La razón lo distinge del resto de los seres. Y en consecuencia, desde el comienzo de la actividad intelectual organizada, los hombres han trabajado en métodos que les permitan guiar el razonamiento evitando los errores y engaños durante el procedimiento.

Para interés de nuestros lectores, enumeraremos muy resumidamente los métodos actualmente en uso.

La matemática y la lógica pura utilizan, por ejemplo, el Método Axiomático. Consiste en establecer una serie de enunciados y aplicarles un conjunto de reglas (aritméticas, lógicas o la que convenga según la materia de estudio). Dichos enunciados pueden ser evidentes o simplemente aceptados para los fines del razonamiento.

Aristóteles, por otra parte, nos legó el Método Deductivo. Este método es el propio de la Lógica. Se basa en 16 premisas lógicas y las aplica siguiendo un razonamiento de lo general a lo particular. Las conclusiones se obtienen siempre sin necesidad de comprobar.

Existe otro método que si bien es anterior a Aristóteles se atribuye a su propulsor: John Stuart Mill. El método inductivo es un procedimiento ante todo empírico, esto es, basado en la observación. Mill observa una gran concentración de cuervos. Todos los que ve son negros y recuerda haber visto siempre cuervos negros. Concluye, por lo tanto que los cuervos son negros aunque no afirma que siempre y en todo lugar son negros. Contrario al método anterior, este dirige el proceso desde lo particular a lo general. Tiene el grave peligro de la generalización y es el mecanismo habitual del prejuicio.

El método deductivo es el propio de las ciencias empíricas. Todas ellas trabajan con objetos reales. Se dan ciertas premisas (hipótesis) y se aplican las reglas de procedimiento científico. Estas hipótesis son aceptadas bajo la condición de ser luego comprobadas

Desde pequeños utilizamos el método experimental, es decir, de ensayo y error. Aquí se procede de manera tal que se pueda verificar, contrastar y comprobar como cierta una hipótesis. En astronomía, por ejemplo, se utiliza la observación. En las ciencias sociales se utiliza, en la medida de lo posible, la inducción. Un buen ejemplo de esto es el trabajo de investigación y análisis social en que se formula una hipótesis y se somete a prueba en un grupo de personas o en una encuesta.

En cambio, las ciencias formales (que trabajan con cosas del pensamiento) trabajan con el método de la demostración. Tiene sus reglas propias y son muy conocidas por todos. Por ejemplo, el recurso de reducción al absurdo o el mecanismo por el cual comprobamos como cierta una resta o una división matemática.

Hacemos un alto en este punto ya que podríamos hacer una larguísima lista de métodos posibles. Sabemos que con la breve enunciación el lector comprenderá que para cada objeto teórico de estudio se corresponde un método particular.

Con lo arriba expuesto queremos demostrar dos cosas: en primer lugar que en materia de pensamiento y análisis existen métodos fiables para concluir cosas verdaderas y disminuir al máximo el error si se actúa con buena voluntad. Segundo, recordar que un principio clásico - el lema de la Crítica de la Razón Pura kantiana - aconseja omitir lo que a sí mismo concierne: DE NOBIS IPSIS SILEMUS. Es decir, dejar fuera del análisis lo que a nosotros corresponde como 'sujetos', es decir, sentimientos, impresiones, deseos, anhelos, prejuicios etc. Así trabajaremos desde la honestidad intelectual, no tratando de demostrar que tenemos razón sino analizando objetivamente las cosas.

Quienes somos para hablar de algo, por ejemplo, poco importa si lo que decimos es verdadero y correcto. El poder no interesa para determinar la veracidad o el error de algo. Pretender desautorizar una afirmación desautorizando al sujeto es un error que más abajo trabajaremos. Es un sofisma. Lo que importa no es quien lo dice sino lo que se dice.

Por parecernos de interés de muchos, desarrollamos muy resumidamente una 'caja de herramientas lógicas' imprescindible para cualquier persona que desee pensar correctamente, desmontar un error o analizar con seguridad lo que desee (incluso sus propios pensamientos)

Decíamos arriba que la lógica es la ciencia por la cual conocemos las leyes que deben cumplirse para que los razonamientos sean correctos. Todos los procesos discursivos que contrarían tales leyes constituyen razonamientos inválidos, algunos de los cuales, sin embargo, exhiben un aspecto de un raciocinio correcto, y en tal caso se denominan falacias. El estudio de la Lógica, entonces, para ser completo, debe incluir la teoría sobre las falacias, o sea una teoría acerca de cómo los hombres se equivocan cuando discurren, y también de cómo los hombres pueden confundir a los demás cuando quieren persuadir.

Algunas veces se expresan argumentos con plena consciencia de la falencia lógica, pero también suele incurrirse en ellos involuntariamente. Al respecto, es usual la distinción terminológica entre el paralogismo, que ocurre cuando alguien emite una falsa inferencia obrando de buena fe - es decir sin la intención de engañar a otro - y el sofisma o argucia, que es el argumento incorrecto empleado con el deliberado propósito de engañar a otro.

Un razonamiento puede fallar:

a. Porque se parte de afirmaciones falsas o inciertas, como si fuesen afirmaciones verdaderas y ciertas (falla en las premisas), o

b. Porque el procedimiento es inferencia es incorrecto (falla en el procedimiento). Claro está que pueden ocurrir las dos clases de defectos en una misma argumentación.

Es necesario aclarar que no todos los razonamientos inválidos se llaman falacias, sino solamente aquellos que tienen cierta apariencia de razonamiento válido, y que precisamente por ello son capaces de producir engaño. Las falacias son entonces los argumentos inválidos que están revestidos de una apariencia capciosa.

Se llama refutación al razonamiento que intenta destruir la tesis del adversario, o que se propone poner al descubierto la falacia o falacias presentes en el argumento del adversario.
Pasemos a dar unos cuantos ejemplos:

Sofismas de homonimia

Sofismas de equivocidad:
Cuando dentro de un mismo razonamiento un término se toma una vez con un significado y otra vez con otro significado, puede resultar un paralogismo.
Ej: El fin de las cosas es su perfección
La muerte es el fin de la vida
La muerte es la perfección de la vida

Sofismas de distinta suposición:
Dentro de los sofismas por homonimia están aquellos que provienen de distinta "suposición" que en cada premisa tiene un término común. La falla consiste en razonar como si el término mantuviese contante su suposición, cuando en realidad ella varía.
Ej: Mozart es músico
Músico es palabra esdrújula
Mozart es palabra esdrújula

Sofismas de anfibología:
Cuando la ambigüedad no está encerrada en un término determinado, sino que afecta a toda una proposición, el paralogismo que de allí puede resultar se llama "falacia de anfibología".
Ej: Puedo caminar y no caminar
Pero caminar y no caminar es imposible
Puedo lo imposible

Sofismas del asunto o extralingüísticos:


Se puede llegar al error de varios modos: raciocinando mal desde premisas ciertas, o raciocinando bien, pero a partir de premisas falsas, o también partiendo de una premisa que nada tiene que ver con la conclusión a la cual se pretende llegar, o también poniendo directamente como premisa aquello que se pretende obtener como conclusión. De aquí resulta la primera gran subdivisión de los sofismas extralingüísticos:
a. Sofismas de premisa falsa o dudosa
b. Sofismas con premisa no atinente a la conclusión
c. Sofismas que fallan en el procedimiento
d. Sofismas en los cuales la supuesta conclusión ya se admitió en la premisa ("petición de principio")

Sofismas de premisa falsa o dudosa:
Consisten en tomar como premisa cierta para un razonamiento una proposición que en realidad es falsa, o que no ha sido suficientemente demostrada.
Se denominan también "sofismas a priori", porque el defecto está en el comienzo, antes de empezar a razonar.
Ej: Sólo las ciencias útiles deben ser estudiadas por los jóvenes
La historia, la filosofía y las humanidades no son ciencias útiles
La historia, la filosofía y las humanidades no deben ser estudiadas por los jóvenes

Sofismas de observación:
Son aquellos en que la premisa consiste en un hecho empírico, y el error se ha producido en la interpretación del hecho cuando se lo hubo observado. Los sentidos (vista, oído, etc.) nunca yerran, pero sí suele errar la inteligencia del hombre cuando emite un juicio con respecto al hecho percibido por los sentidos. Así, por ejemplo, si alguno está muy convencido de la existencia de seres extraterrestres puede ocurrir que juzgue que es un plato volador, con la forma de tal cosa, algo que en realidad es nada más que una luz ordinaria y que no tiene precisamente tal forma.
La más frecuente causa del error en esta etapa de la observación es la opinión preconcebida, es decir, el prejuicio.

Sofisma de antecedente incompleto:
Consiste en reducir una cosa a solamente un aspecto o algunos aspectos de ella, omitiendo otro aspecto relevante que puede ser decisivo para el asunto.
Ej: Si una decisión atañe al cuerpo de una persona, esta persona tiene el derecho de tomar esa decisión.
La interrupción del embarazo es una decisión que atañe al cuerpo de la mujer.
La mujer tiene derecho de decidir la interrupción del embarazo
La segunda premisa, en este caso, tiene el antecedente incompleto, pues la interrupción de la gestación es algo que atañe al cuerpo de la mujer, pero también y principalmente atañe a la vida de la persona por nacer.

Sofisma de falsa disyunción:
Es el argumento en que se toma como premisa una disyunción excluyente que se presupone completa, cuando en realidad es incompleta y por ello mismo, falsa. Es una sub-especie del sofisma anterior.
Ej: O el maestro es autoritario, o debe permitir la mayor libertad de los niños en la escuela
El maestro no debe ser autoritario
El maestro debe permitir la mayor libertad a sus alumnos
Como puede advertirse, la primera premisa afirma una disyunción excluyente que no es verdadera, porque cabe una tercera alternativa entre las dos mencionadas.

Falacia de petición de principio:
Es el paralogismo que consiste en admitir ya en la premisa aquello que está precisamente en cuestión, aquello que hay que demostrar.
Ej: Todo efecto tiene una causa
El Universo es un efecto
El Universo tiene una causa
El argumento prima facie parece correcto, pero podemos ver que al poner la segunda premisa se comete petición de principio, pues allí ya se afirma la conclusión que se pretende demostrar, porque decir "el Universo es un efecto", se está afirmando que "el Universo ha sido causado".

El razonamiento en círculo:
El argumento circular es una especie de falacia de petición de principio. Se denomina también círculo vicioso o "dialeto", y se comete cuando hay dos proposiciones que se pretenden demostrar recíprocamente, es decir, se pretende demostrar cada una de ellas a partir de otra.
Ej: Sabemos que Dios existe porque los Textos Sagrados nos lo dicen.
Y sabemos que los Textos Sagrados son verdad porque son la palabra de Dios.

Sofismas de cambio del asunto:
Consiste en desarrollar la argumentación que en sí misma puede ser correcta, pero que no trata sobre el punto que se está discutiendo y acerca del cual se pretende producir una conclusión, sino que habla de otra cosa. Se denomina también "sofisma de suplantación de tesis"
Ej.: Cuando se está discutiendo la autoría y culpabilidad de una persona en relación a un delito, el abogado prueba con testigos las condiciones personales del reo y sus calidades de buen esposo, buen padre de familia, laborioso en su empleo, muy querido por sus amigos, etc., y en base a estas pruebas solicita la absolución de su defendido.
Es frecuente en los juicios que los defensores aleguen razones sobre un punto que no es el que se cuestiona, para desorientar a los jueces e inclinarlos hacia la inocencia del reo.

Sofismas de lo antiguo y sofismas de lo nuevo:
Es la afirmación o rechazo de algo porque antes fue de una forma, o porque es nuevo.
Ej: El vino, en cantidades moderadas, es un sano estimulante y favorece la digestión.
Es una bebida saludable, pues así fue reconocido por todos los pueblos antiguos.

Argumentos "ad hominen" (acerca del hombre):
Una manera muy usual del sofisma por cambio de asunto es el denominado "sofisma ad hominem". Consiste en dirigir la discusión, no sobre la cosa en cuestión ("ad rem") sino sobre el hombre que la sostiene, de manera que el juicio positivo o negativo que recaiga sobre la persona, afecte a la proposición en cuestión.
Ej: La teoría moral del filósofo francés Rousseau es falsa porque Rousseau abandonó a sus hijos en un orfanato.

Sofisma "ad ignorantiam" (argumento de la ignorancia ajena):
Un modo del "argumento extraño a la cuestión" ocurre cuando se pretende dar por probada una tesis a partir del hecho de que no se ha podido probar la tesis contraria.
Ej: Nadie ha demostrado que no existan los seres extraterrestres. Por lo tanto, hay vida en otros planetas.

Falacias de procedimiento

Sofismas de deducción:

En inferencias inmediatas:

Realizar una conversión ilegítima:
Todos los marxistas son ateos.
Luego, todos los ateos son marxistas.

Tomar un juicio contrario como contradictorio:
La afirmación "Todos los políticos son honestos" es falsa.
Luego, todos los políticos son deshonestos.

En inferencias mediatas:

La falacia por afirmación del consecuente:
Si ha llovido, entonces la tierra está mojada.
La tierra está mojada.
Ha llovido.

La falacia por negación del antecedente:
Si ha llovido, entonces la tierra está mojada.
No ha llovido.
La tierra no está mojada.

Sofismas de inducción

Sofisma de falsa generalización:
Se parte de la afirmación de que una propiedad es poseída por varios individuos de un conjunto, y a partir de allí se concluye que todos los elementos de ese conjunto poseen tal propiedad, cuando en realidad no puede tenerse esa certeza sin poseer la información acerca de los grupos restantes.
Ej: El hierro se combina con el oxígeno.
El níquel se combina con el oxígeno.
El cobre se combina con el oxígeno.
El mercurio se combina con el oxígeno.
El manganeso se combina con el oxígeno.
El hierro, el níquel, el cobre, el plomo, el mercurio y el manganeso son metales.
Todos los metales se combinan con el oxígeno.

La falacia "de accidente":
Es una forma muy común de sofisma de falsa generalización. Consiste en confundir lo que es accidental con aquello que es esencial, o también lo que es verdadero relativamente con aquello que es verdadero absolutamente.
Ej: La técnica pedagógica "T" ha sido exitosa en tal experiencia de enseñanza en la historia.
La técnica pedagógica "T" ha sido exitosa en tal otra experiencia de enseñanza de la historia.
Las técnicas pedagógicas que son exitosas deben adoptarse.
La técnica pedagógica "T" es la que debe adoptarse para la enseñanza de la historia.

Sofisma de analogía:
A partir del dato de que dos cosas coinciden en algunos aspectos comprobados, se concluye que cierto aspecto comprobado en sólo una de ellas, también se da seguramente en la otra. Esta clase de razonamiento se denomina "razonamiento por analogía" y es válido cuando la conclusión se postula como probable; pero si se pretende como cierta, tenemos un sofisma.
Ej: Marte tiene un movimiento de rotación sobre su eje, como la Tierra.
Marte tiene atmósfera, como la Tierra.
Marte tiene agua en su superficie, como la Tierra.
Marte tiene estaciones, como la Tierra.
Marte tiene seres vivos, como la Tierra.

Sofisma de falsa causa:
Este paralogismo se produce cuando de la anterioridad de un suceso con respecto a otro se concluye que el suceso primero es la causa del otro, o cuando de la mera coincidencia temporal de dos hechos, se concluye que uno de ellos es la causa del otro.
Ej: "Dado que coincidieron en Francia una época de continuo aumento de la criminalidad juvenil con la época en que la educación primaria se extendió a todo el pueblo, se concluyó que la educación primaria había sido causa del aumento de la delincuencia juvenil en Francia. (Ejemplo que trae Desiré Mercier).

Sofismas retóricos

Sofisma "ad misericordiam":
Se apela al sentimiento de misericordia. Esta especie de falacia es muy común en la oratoria forense, cuando en vez de argumentarse acerca de la inocencia del reo, el abogado defensor busca provocar sentimiento de lástima de los jueces, de los jurados o del público.

Sofisma "ad odium":
Se explota el odio del oyente hacia una persona o cosa.

Sofisma "ad iram":
Se aprovecha la ira que el receptor siente hacia alguien. Así, por ejemplo, la ira que provoca en el hombre honesto la conducta del delincuente, suele aprovecharse para persuadirlo de la tesis de que los delincuentes capturados no merecen ninguna garantía, como por ejemplo la garantía de que se realice el debido juicio, que se les permita defenderse, etc.

Sofisma "ad delectationem" (del deleite o del placer):
Se aprovecha del goce que procuran a la sensibilidad ciertos objetos o ciertas palabras. Como ejemplo, un aviso comercial de este tenor:
"Los comprimidos M-2 son excelentes para calmar la acidez estomacal: para saberlo basta comprobar su delicado sabor, en sus tres variedades: menta, etc..."

Sofismas "del fulgor":
Dentro de los sofismas "ad delectationem" podemos ubicar el llamado "sofisma del fulgor" que es aquel en que se usan palabras que producen deleite porque son resonantes o fascinantes. Así por ejemplo, en el discurso que se emite para apoyar un proyecto económico se habla de la "grandeza de la Nación".

Sofisma "ad concupiscentiam" (del deseo):
Se recurre a este sofisma cuando se aprovechan o despiertan apetitos sensuales o ambiciones materiales (de dinero, poder, etc.).
Esto aparece a menudo en publicidad de muchas clases de productos, en los cuales se apela al extendido deseo de tener un automóvil, vacaciones exquisitas, una mujer bella, etc.

Sofisma "ad verecundiam":
Se explota el sentimiento de respeto que se guarda hacia una persona o hacia una cosa que es venerable o digna. Por ejemplo, cuando después de afirmar una proposición como verdadera, se añade: "... y así lo piensa XX" (XX puede ser un escritor famoso, un científico prestigiado, etc.).

Sofisma "ad superbiam":
Se apela al orgullo, por ejemplo, cuando se alaba al país del otro, o a su profesión, o a sus cualidades - reales o inexistentes -, etc.

Sofisma "ad invidiam":
También suele ser eficaz la persuasión cuando se recurre al sentimiento de envidia, es decir, a la tristeza que algunos sienten por el bien ajeno.

Sofisma "ad metum" (argumento que recurre al miedo):
Aquí están los usuales sofismas de peligro, tan empleados en los parlamentos y asambleas. Se despierta el temor de una guerra, o de perder una ayuda económica extranjera, o de perder la estabilidad monetaria, o de perjudicar las relaciones exteriores del país, etc., si no se adopta una medida determinada.

Recurso a la mofa:
Mediante una oportuna observación o réplica burlona se hace caer el ridículo sobre el adversario o sobre una afirmación suya. Suele utilizarse por quienes quieren refutar a otro pero carecen de todo argumento.

Argumentos "ad populum":
Estos son argumentos dirigidos al pueblo. No son en rigor una especie distinta, sino que se atribuye esa designación a todos los recursos retóricos que buscan ganar el consenso popular a favor o en contra de cierta conclusión - que no está sustentada en pruebas valederas - por medio de la exaltación de los sentimientos que predominan en esa multitud.

Argumento "ad baculum":
El denominado "argumento ad baculum" o de apelación a la amenaza de la fuerza, suele incluirse en la lista de los sofismas retóricos. Pero en realidad no es un argumento pues no busca convencer ni persuadir, sino que es lisa y llanamente una amenaza más o menos disimulada de hacer uso de la fuerza en el caso de que el receptor no realice lo que se le pide. Ejemplo: "No es conveniente para el futuro de su periódico que usted publique eso... si quiere seguir gozando del crédito de nuestros bancos amigos".
http://www.arbil.org/(32)sofi.htm
 
Buenas tardes. Ya aviso que lo mío va a traer cola jajajaja porque tengo muchas, pero que muchas dudas. Actualmente me he propuesto escribir una historia para distraerme un poco, pero el uso de los guiones me trae de cabeza,
Creo, y digo creo porque realmente no lo sé con certeza, que tengo más o menos claro el tema de los guiones con los verbos dicendi y no dicendi, pero ahora lo veremos. Por ejemplo:
—Creo que ese es el camino. —Dijo Joe señalando su lado derecho—.
—Yo pienso lo mismo —Sus temblores al hablar delataban el miedo que trataba de ocultar— . Creo que Joe tiene razón.

Estos ejemplos los pongo porque no solo tengo dudas a la hora de usarlos sino de si debo dejar espacio en los sitios en los que lo dejo. Por ejemplo, cuando pongo "— .Creo que Joe tiene razón —Añadió segundos después para reafirmar su postura—
¿Está bien el espacio entre el primer guión y el punto?

Luego otra cosa, ¿El punto en una frase puede ir dónde le plazca (en el sentido de empleado correctamente pero en diferentes lugares sin ser uno más válido que los demás)? Por ejemplo.

—No es oportuno—dijo el director, levantándose—. Mañana terminaremos este asunto.

—No es oportuno. —El director se levantó y añadió—: Mañana terminaremos este asunto.

—No es oportuno —dijo el director. Se levantó y añadió—: Mañana terminaremos este asunto.

—No es oportuno. Mañana terminaremos este asunto —dijo el director, y se levantó.

—No es oportuno —dijo el director—. Mañana terminaremos este asunto.— Y se levantó.

—No es oportuno. —El director se levantó—. Mañana terminaremos este asunto —añadió.

—Esto es un diálogo y por ello he colocado el sangrado —expliqué.

En todas ellas y en la última también creo que podría haber sido correcto también decir:

—Esto es un diálogo y por ello he colocado el sangrado. —expliqué.

¿Otra cosa, las intervenciones del narrador se cierran con puntos alguna vez o van sin signos?
 
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