El otro día vino mi hija del colegio con un documento del ayuntamiento, que yo tenía que firmar, y corregí las faltas de ortografía que tenía. No sé que pensaría de mí su tutor al ver el papel, firmado y corregido...
Pero es que no pude resistirme. Por cierto, estaba escrito en valenciano.
Y no te resistas nunca.