Esa señora es una abuela decrépita y sus hijas, dos trozos de carne con ojos.
No aportan nada a la televisión porque no tienen el mínimo atractivo físico, ni encanto alguno que sea de interés para ese público del que tanto habla la yaya Campos.
No aportan nada a la televisión porque no tienen el mínimo atractivo físico, ni encanto alguno que sea de interés para ese público del que tanto habla la yaya Campos.