Durante los Juegos Olímpicos de Barcelona, una compañera estaba de voluntaria en la entrada del Estadio. Va un responsable y le dice: "Ahora vienen los reyes con sus hijos. No les pidas que te muestren la acreditación porque queda muy mal". Al momento, llegan los reyes con Cristina y Felipe, y entran como si nada. Cuando ya había pasado un buen rato, llega una chica con gorra, gafas de sol y una larga cola de caballo, andando suelta, sin compañía. Como es normal, cumpliendo con su trabajo y obligación, mi compañera le pide que le muestre la acreditación. Y, la chica contesta toda airada, ofendida y en un tono altivo: "Soy la hija del Rey!". Era la Infanta Elena.