Familia Coquetes/Coquetelandia

50 SOMBRAS MÁS OCURAS DE SKY



  • Javivi, nos vamos.


El grito de mi hermano, llegó audible desde algún punto de la vivienda, contrariándome.

Termino de atusar mi cabello, mirándome por última vez en el espejo. Lo que veo reflejado en él, me parece aceptable.

Visto mi acostumbrado look a modo de uniforme, consistente en camiseta, sobre camisa y pantalones pitillos ajustados. Tal vez mi estilo a los demás, les puede parecer soso y aburrido... Pero a mí, me produce una profunda paz espiritual no tener que pasar horas y horas teniendo que decidir que vestir. Además de facilitar con ello la tarea de comprarme la ropa a mi madre.
  • ¡Javivi, que te quedas! - insiste Paco.
Tomando mis cosas de encima del escritorio (teléfono, cartera y llaves básicamente) , abandono la habitación.
Me encuentro con Paco, esperándome en el pasillo, al salir de ella. Me contempla con una mala disimulada mueca de fastidio e impaciencia.
  • ¿De verdad era necesario que gritases como un verdulero?- le reprocho, al llegar a su lado.
  • ¿Era necesario que tardases tanto?- contraataca hosco.
Sin responderle o esperar que me siga, salgo de casa. Paco no tarda en unirse a mí, y juntos, nos dirigimos a la fiesta a la que un amigo de un amigo, de otro amigo, nos ha invitado.



...................................................................................................................................


La fiesta en cuestión, se celebra en uno de esos chalets lujosos, que los nuevos ricos han construido al calor de la especulación urbanística.

Los anfitriones, nos van a agasajar con una barbacoa junto a la piscina, según puedo vislumbrar a nuestra llegada.

El esplendor del lugar, sobrecoge.

Nuestros amigos se acercon a nosotros al vernos llegar, recibiéndonos y presentándonos a varias personas que les acompañan, a las que no presto mucha atención en ese momento.

Nuestros grupos se entremezclan, charlando despreocupadamente, mientras se conocen mejor. Decido mantenerme un poco al margen de todos, e ir a por un trago de la mejor bebida que tengan.

Tanto parloteo, cuando no soy yo quien lleva la voz cantante, me produce un molesto dolor de cabeza.

Mientras camino en dirección a la improvisada barra donde se sirven las bebidas, contemplo que la fiesta está en pleno apogeo, con varias personas dispersas por aquí y por allá, dándolo todo al ritmo de la música que suena.

Tomo el vaso con la bebida, una vez me lo entregan, girándome. Es entonces cuando la veo por primera vez.

Aprieto con fuerza el vaso de plástico, al punto que el contenido del mismo, está a punto de desbordarse y derramarse a través de mi mano. El corazón me late con fuerza, sintiendo como me golpea el esternón, mientas mis ojos se niegan a apartarse de ella.

Es preciosa.

<<¿Quién es?>> Me cuestiono.

  • ¿De quién hablas?- me preguntan.
Me sobresalto ligeramente. No me había dado cuenta de que mis amigos se habían acercado también a por algo de beber, o que he formulado mi pregunta en voz alta. Suspiro, tomando aliento.

  • La morena de cabello rizado. La de la diadema que está en esa esquina con sus amigos.
<<La diosa de cuerpo de infarto.>> Añade la voz de mi mente.

Señalo con la cabeza, el lugar concreto en el que se encuentran.

  • ¡¿Esa?! Tíoooo, es Velcro Trumpete. Hija del magnate de la construcción Andrew Trumpete. Ni te molestes. No te hará caso. Se te quitará de encima cómo a un mosquito impertinente.
Entonces... ¿Por qué desde nuestra llegada no ha dejado de lanzar miradas de soslayo a nuestro grupo? Sin duda, su interés está puesto en nosotros.

  • Ya lo veremos- murmuro.
No soy alguien que se rinda fácilmente.

Nuestras miradas se encuentran, y las sostenemos un instante. La retira unos segundos después, azorada. Sí; a pesar de la distancia, puedo percibir como su piel besada por el sol, se ruboriza.

Durante el resto de la fiesta, mi atención se centra en ella y nada más que en ella. Cada vez que veo a uno de los invitados masculinos acercársele requiriendo su atención, rondándola sin pudor, un instinto asesino se apodera de mí y me cuesta no abalanzarme sobre el idiota en cuestión, tirándole de cabeza a la piscina.

Pero me tranquiliza ver que los despacha con rapidez, sin hacerles mucho caso.

Seguimos con nuestro juego de miradas.

  • Hola, me llamo Elena, ¿y tú?
Una chica mona, pero que no llama mi atención en exceso, me arranca de golpe de mis pensamientos.

Pongo los ojos en blanco, y me giro, pidiendo otro trago. Ignorándola deliberadamente. Mi hermano me propina un codazo, y me fulmina con la mirada.

  • ¿Pero que te pasa imbécil?- me espeta indignado.
Me echo a reír, observando cómo se acerca a ella y despliega sus dotes de seducción.

  • Hola Elena, soy Paco. ¿Quieres algo de beber?
  • ¡Claro!
Veo que ella vuelve a animarse de golpe, dedicando un seductor aleteo de pestañas, que lo derrite de golpe. Intuyo que esos dos no van a separarse en lo que dure la fiesta.

Busco con la mirada a la diosa morena, pero no está. En mi barrido visual, no la encuentro por ningún lado. ¿Estará en el baño retocándose el maquillaje? ¿Se habrá marchado ya? ¿Lo habrá hecho de la mano de uno de esos idiotas?

Aprieto la mandíbula. La idea de ella con otro, me impacta como un golpe que me deja sin aliento. Me enferma imaginarlo.

Decido marcharme. Sea cómo sea, la fiesta ha terminado para mí. Busco a mi hermano, que se encuentra acaramelado bailando con Elena, avisándole con un gesto de que me marcho, cuando su atención se centra en mí.

Mientras abandono el lugar, mi mente no deja de trazar planes con un objetivo en mente: volver a ver a Velcro Trumpete.
ME MUEROOOOO ME ENCANTAAAA

Está muy currado, me encanta. Necesito más ??

Ya en serio, yo no tengo tiempo porque nos están mandando muchísimos trabajos de clase (todo lo que no hemos hecho en todo el año lo quieren hacer ahora, manda narices...) Y estoy pegada al ordenador, haciendo deporte o viendo alguna serie para desconectar de los medios digitales. Mi WhatsApp echa humo por las compañeras preguntándome dudas sobre los trabajos (grupales e individuales), por eso no puedo escribir... Perdonadme, primas, pero la media horita que tengo de descanso la aprovecho para tumbarme y desconectar de la gente ?

Me encanta lo que escribes, de verdad, sigue???? Te cedo los derechos de autor ????
 
Muchas gracias @JovenMaruja intentare seguir con ello.
Por cierto primas... acabo de ver el vídeo de las bromas, ¡y el estropajo está más que usado! No me fastidies, que asco. Y como decís, Gala jugando y llevándose la cuchara con un poco a la boca.
Ostras. Es que si eso es nuevo, es para reclamar al supermercado en el que lo compraron y al fabricante.
 
Pues se me ocurre, por ejemplo, que empaticéis un poco con la gente y la situación y no os dediquéis a vender un libro, ropa, o unas sandalias... Ver el archivo adjunto 1371113
Increíble. No puedo con este ser. NO puedo.
Vale, está bien ayudar. De acuerdo, pero conociéndolo, todo esto es para darse un bañito de ego.
A ver si ahora se pone a investigar en villa Pepino una vacuna y todo ?

Todo para que le digan lo buena persona que es, y lo generoso, y lo cercano, y lo preocupado por el universo...
SKY NO te creo.

Mira, una idea: si tenéis aún a gente trabajando en la obra del troZito de MIndo, no estaría mal que les dejárais ir a sus casas.
No sé, igual han parado las obras. Ojalá. Pero sé que hay trabajadores de la construcción que siguen currando.

Otra idea: dejad de publicitar cosas en rrss. NO hace falta comprar tonterías ahora mismo.

Una idea más: Si tanto empeño tenías, ofrece tu obra de forma GRATUITA.

Un, dos, tres, responda otra vez...
 
50 SOMBRAS MÁS OCURAS DE SKY



  • Javivi, nos vamos.


El grito de mi hermano, llegó audible desde algún punto de la vivienda, contrariándome.

Termino de atusar mi cabello, mirándome por última vez en el espejo. Lo que veo reflejado en él, me parece aceptable.

Visto mi acostumbrado look a modo de uniforme, consistente en camiseta, sobre camisa y pantalones pitillos ajustados. Tal vez mi estilo a los demás, les puede parecer soso y aburrido... Pero a mí, me produce una profunda paz espiritual no tener que pasar horas y horas teniendo que decidir que vestir. Además de facilitar con ello la tarea de comprarme la ropa a mi madre.
  • ¡Javivi, que te quedas! - insiste Paco.
Tomando mis cosas de encima del escritorio (teléfono, cartera y llaves básicamente) , abandono la habitación.
Me encuentro con Paco, esperándome en el pasillo, al salir de ella. Me contempla con una mala disimulada mueca de fastidio e impaciencia.
  • ¿De verdad era necesario que gritases como un verdulero?- le reprocho, al llegar a su lado.
  • ¿Era necesario que tardases tanto?- contraataca hosco.
Sin responderle o esperar que me siga, salgo de casa. Paco no tarda en unirse a mí, y juntos, nos dirigimos a la fiesta a la que un amigo de un amigo, de otro amigo, nos ha invitado.



...................................................................................................................................


La fiesta en cuestión, se celebra en uno de esos chalets lujosos, que los nuevos ricos han construido al calor de la especulación urbanística.

Los anfitriones, nos van a agasajar con una barbacoa junto a la piscina, según puedo vislumbrar a nuestra llegada.

El esplendor del lugar, sobrecoge.

Nuestros amigos se acercon a nosotros al vernos llegar, recibiéndonos y presentándonos a varias personas que les acompañan, a las que no presto mucha atención en ese momento.

Nuestros grupos se entremezclan, charlando despreocupadamente, mientras se conocen mejor. Decido mantenerme un poco al margen de todos, e ir a por un trago de la mejor bebida que tengan.

Tanto parloteo, cuando no soy yo quien lleva la voz cantante, me produce un molesto dolor de cabeza.

Mientras camino en dirección a la improvisada barra donde se sirven las bebidas, contemplo que la fiesta está en pleno apogeo, con varias personas dispersas por aquí y por allá, dándolo todo al ritmo de la música que suena.

Tomo el vaso con la bebida, una vez me lo entregan, girándome. Es entonces cuando la veo por primera vez.

Aprieto con fuerza el vaso de plástico, al punto que el contenido del mismo, está a punto de desbordarse y derramarse a través de mi mano. El corazón me late con fuerza, sintiendo como me golpea el esternón, mientas mis ojos se niegan a apartarse de ella.

Es preciosa.

<<¿Quién es?>> Me cuestiono.

  • ¿De quién hablas?- me preguntan.
Me sobresalto ligeramente. No me había dado cuenta de que mis amigos se habían acercado también a por algo de beber, o que he formulado mi pregunta en voz alta. Suspiro, tomando aliento.

  • La morena de cabello rizado. La de la diadema que está en esa esquina con sus amigos.
<<La diosa de cuerpo de infarto.>> Añade la voz de mi mente.

Señalo con la cabeza, el lugar concreto en el que se encuentran.

  • ¡¿Esa?! Tíoooo, es Velcro Trumpete. Hija del magnate de la construcción Andrew Trumpete. Ni te molestes. No te hará caso. Se te quitará de encima cómo a un mosquito impertinente.
Entonces... ¿Por qué desde nuestra llegada no ha dejado de lanzar miradas de soslayo a nuestro grupo? Sin duda, su interés está puesto en nosotros.

  • Ya lo veremos- murmuro.
No soy alguien que se rinda fácilmente.

Nuestras miradas se encuentran, y las sostenemos un instante. La retira unos segundos después, azorada. Sí; a pesar de la distancia, puedo percibir como su piel besada por el sol, se ruboriza.

Durante el resto de la fiesta, mi atención se centra en ella y nada más que en ella. Cada vez que veo a uno de los invitados masculinos acercársele requiriendo su atención, rondándola sin pudor, un instinto asesino se apodera de mí y me cuesta no abalanzarme sobre el idiota en cuestión, tirándole de cabeza a la piscina.

Pero me tranquiliza ver que los despacha con rapidez, sin hacerles mucho caso.

Seguimos con nuestro juego de miradas.

  • Hola, me llamo Elena, ¿y tú?
Una chica mona, pero que no llama mi atención en exceso, me arranca de golpe de mis pensamientos.

Pongo los ojos en blanco, y me giro, pidiendo otro trago. Ignorándola deliberadamente. Mi hermano me propina un codazo, y me fulmina con la mirada.

  • ¿Pero que te pasa imbécil?- me espeta indignado.
Me echo a reír, observando cómo se acerca a ella y despliega sus dotes de seducción.

  • Hola Elena, soy Paco. ¿Quieres algo de beber?
  • ¡Claro!
Veo que ella vuelve a animarse de golpe, dedicando un seductor aleteo de pestañas, que lo derrite de golpe. Intuyo que esos dos no van a separarse en lo que dure la fiesta.

Busco con la mirada a la diosa morena, pero no está. En mi barrido visual, no la encuentro por ningún lado. ¿Estará en el baño retocándose el maquillaje? ¿Se habrá marchado ya? ¿Lo habrá hecho de la mano de uno de esos idiotas?

Aprieto la mandíbula. La idea de ella con otro, me impacta como un golpe que me deja sin aliento. Me enferma imaginarlo.

Decido marcharme. Sea cómo sea, la fiesta ha terminado para mí. Busco a mi hermano, que se encuentra acaramelado bailando con Elena, avisándole con un gesto de que me marcho, cuando su atención se centra en mí.

Mientras abandono el lugar, mi mente no deja de trazar planes con un objetivo en mente: volver a ver a Velcro Trumpete.
JajaJAJAJjAJajAJjaJAJa... BRUTAL. ??????
Todavía me estoy riendo, prima. Lo has bordaO!
JaJAJajAJAjJAAJajaaa....
Te lo has currao PeChá!

?????

Digno de un Premio de ORO en el cRoque Fest!

CroqueFEstLOGO.jpg
 
Uuuuh...
Los LoCosFeLIces tienen que estar very PreOcUpeIchON. A ver, todos lo estamos, pero ellos, con esa hipoteca FaChon para el resto de sus vidas, la casa a medio hacer y las ActuAcciones que se les están yendo al garete, se les va a complicar la cosa.
Más bien, Trumpete estará sudando ya. Como no puedan hacer frente al pago hipotecario, y les haya avalado, va a ser unas risas.

Sin juegos olímpicos fuera viajeIcHOns y pagos.
El coche ToyotAToTAtoTOATYatO aparcaO sin darle uso. OuNOu.
Todos estos días en los que ella tenía previsto hacer ActuAcciones (creo que tenía algo en Madrid) es dinero perdido.
Tampoco está siendo bien visto que ActuAccione con la que nos está cayendo encima (algunas fLanes la han criticado por lo de vendernos sandalias veraniegas ahora justamente).
La presentación ÚNICA por PRIMERA VEZ en el MUNDO de la nueva novela caída (con la de ventas perdidas que supone eso).
La gira de firmas tampoco va a poder ser (menos ventas todavía).
Ahora depende de ventas online y hay mucha gente que por empatía y respeto NO están comprando por internet cosas NO vitales.
Tampoco va a poder ser por ahora la ansiada operación de vista de Velcro (presumiblemente ActuAcción como el padre Verdelisso).
Ya no puede seguir con su tratamiento de PeeLing MoLonGUi ActuAccionado ni hacer publicidad a la clínica (dinero que pierde).

D R A M A.

Suma y sigue.

Malos tiempos para ser InFluenSser. ?
 
Uuuuh...
Los LoCosFeLIces tienen que estar very PreOcUpeIchON. A ver, todos lo estamos, pero ellos, con esa hipoteca FaChon para el resto de sus vidas, la casa a medio hacer y las ActuAcciones que se les están yendo al garete, se les va a complicar la cosa.
Más bien, Trumpete estará sudando ya. Como no puedan hacer frente al pago hipotecario, y les haya avalado, va a ser unas risas.

Sin juegos olímpicos fuera viajeIcHOns y pagos.
El coche ToyotAToTAtoTOATYatO aparcaO sin darle uso. OuNOu.
Todos estos días en los que ella tenía previsto hacer ActuAcciones (creo que tenía algo en Madrid) es dinero perdido.
Tampoco está siendo bien visto que ActuAccione con la que nos está cayendo encima (algunas fLanes la han criticado por lo de vendernos sandalias veraniegas ahora justamente).
La presentación ÚNICA por PRIMERA VEZ en el MUNDO de la nueva novela caída (con la de ventas perdidas que supone eso).
La gira de firmas tampoco va a poder ser (menos ventas todavía).
Ahora depende de ventas online y hay mucha gente que por empatía y respeto NO están comprando por internet cosas NO vitales.
Tampoco va a poder ser por ahora la ansiada operación de vista de Velcro (presumiblemente ActuAcción como el padre Verdelisso).
Ya no puede seguir con su tratamiento de PeeLing MoLonGUi ActuAccionado ni hacer publicidad a la clínica (dinero que pierde).

D R A M A.

Suma y sigue.

Malos tiempos para ser InFluenSser. ?
Prima, no olvides que no depende sólo de ellos. Compra, compra... que ya te lo llevarán cuando sea. Correos, para empezar, aquí en Zaragoza al menos, ha paralizado la paquetería, porque en el CTA hay positivos. Tampoco se entregan ordinarios o certificados. Y según me he enterado, a nivel de España, se han paralizado las entregas hasta el fin de la cuarentena.
Así que...
 
Pues se me ocurre, por ejemplo, que empaticéis un poco con la gente y la situación y no os dediquéis a vender un libro, ropa, o unas sandalias... Ver el archivo adjunto 1371113
Jajajajajajajaja qué tío, macho
Lo de recaudar fondos ya lo están haciendo, bajo el hashtag #yomecorono.
No se había enterado??

Da vergüenza que pregunte eso.

Pues mira, javi, yo te lo digo. Andan faltos de mascarillas, están aceptando de tela donadas por gente normal que las cose en su casa.
Hale, a coser familia!!! Son muy fáciles de hacer.
Que tengan bolsillito, si no, no sirven.
 
50 SOMBRAS MÁS OCURAS DE SKY



  • Javivi, nos vamos.


El grito de mi hermano, llegó audible desde algún punto de la vivienda, contrariándome.

Termino de atusar mi cabello, mirándome por última vez en el espejo. Lo que veo reflejado en él, me parece aceptable.

Visto mi acostumbrado look a modo de uniforme, consistente en camiseta, sobre camisa y pantalones pitillos ajustados. Tal vez mi estilo a los demás, les puede parecer soso y aburrido... Pero a mí, me produce una profunda paz espiritual no tener que pasar horas y horas teniendo que decidir que vestir. Además de facilitar con ello la tarea de comprarme la ropa a mi madre.
  • ¡Javivi, que te quedas! - insiste Paco.
Tomando mis cosas de encima del escritorio (teléfono, cartera y llaves básicamente) , abandono la habitación.
Me encuentro con Paco, esperándome en el pasillo, al salir de ella. Me contempla con una mala disimulada mueca de fastidio e impaciencia.
  • ¿De verdad era necesario que gritases como un verdulero?- le reprocho, al llegar a su lado.
  • ¿Era necesario que tardases tanto?- contraataca hosco.
Sin responderle o esperar que me siga, salgo de casa. Paco no tarda en unirse a mí, y juntos, nos dirigimos a la fiesta a la que un amigo de un amigo, de otro amigo, nos ha invitado.



...................................................................................................................................


La fiesta en cuestión, se celebra en uno de esos chalets lujosos, que los nuevos ricos han construido al calor de la especulación urbanística.

Los anfitriones, nos van a agasajar con una barbacoa junto a la piscina, según puedo vislumbrar a nuestra llegada.

El esplendor del lugar, sobrecoge.

Nuestros amigos se acercon a nosotros al vernos llegar, recibiéndonos y presentándonos a varias personas que les acompañan, a las que no presto mucha atención en ese momento.

Nuestros grupos se entremezclan, charlando despreocupadamente, mientras se conocen mejor. Decido mantenerme un poco al margen de todos, e ir a por un trago de la mejor bebida que tengan.

Tanto parloteo, cuando no soy yo quien lleva la voz cantante, me produce un molesto dolor de cabeza.

Mientras camino en dirección a la improvisada barra donde se sirven las bebidas, contemplo que la fiesta está en pleno apogeo, con varias personas dispersas por aquí y por allá, dándolo todo al ritmo de la música que suena.

Tomo el vaso con la bebida, una vez me lo entregan, girándome. Es entonces cuando la veo por primera vez.

Aprieto con fuerza el vaso de plástico, al punto que el contenido del mismo, está a punto de desbordarse y derramarse a través de mi mano. El corazón me late con fuerza, sintiendo como me golpea el esternón, mientas mis ojos se niegan a apartarse de ella.

Es preciosa.

<<¿Quién es?>> Me cuestiono.

  • ¿De quién hablas?- me preguntan.
Me sobresalto ligeramente. No me había dado cuenta de que mis amigos se habían acercado también a por algo de beber, o que he formulado mi pregunta en voz alta. Suspiro, tomando aliento.

  • La morena de cabello rizado. La de la diadema que está en esa esquina con sus amigos.
<<La diosa de cuerpo de infarto.>> Añade la voz de mi mente.

Señalo con la cabeza, el lugar concreto en el que se encuentran.

  • ¡¿Esa?! Tíoooo, es Velcro Trumpete. Hija del magnate de la construcción Andrew Trumpete. Ni te molestes. No te hará caso. Se te quitará de encima cómo a un mosquito impertinente.
Entonces... ¿Por qué desde nuestra llegada no ha dejado de lanzar miradas de soslayo a nuestro grupo? Sin duda, su interés está puesto en nosotros.

  • Ya lo veremos- murmuro.
No soy alguien que se rinda fácilmente.

Nuestras miradas se encuentran, y las sostenemos un instante. La retira unos segundos después, azorada. Sí; a pesar de la distancia, puedo percibir como su piel besada por el sol, se ruboriza.

Durante el resto de la fiesta, mi atención se centra en ella y nada más que en ella. Cada vez que veo a uno de los invitados masculinos acercársele requiriendo su atención, rondándola sin pudor, un instinto asesino se apodera de mí y me cuesta no abalanzarme sobre el idiota en cuestión, tirándole de cabeza a la piscina.

Pero me tranquiliza ver que los despacha con rapidez, sin hacerles mucho caso.

Seguimos con nuestro juego de miradas.

  • Hola, me llamo Elena, ¿y tú?
Una chica mona, pero que no llama mi atención en exceso, me arranca de golpe de mis pensamientos.

Pongo los ojos en blanco, y me giro, pidiendo otro trago. Ignorándola deliberadamente. Mi hermano me propina un codazo, y me fulmina con la mirada.

  • ¿Pero que te pasa imbécil?- me espeta indignado.
Me echo a reír, observando cómo se acerca a ella y despliega sus dotes de seducción.

  • Hola Elena, soy Paco. ¿Quieres algo de beber?
  • ¡Claro!
Veo que ella vuelve a animarse de golpe, dedicando un seductor aleteo de pestañas, que lo derrite de golpe. Intuyo que esos dos no van a separarse en lo que dure la fiesta.

Busco con la mirada a la diosa morena, pero no está. En mi barrido visual, no la encuentro por ningún lado. ¿Estará en el baño retocándose el maquillaje? ¿Se habrá marchado ya? ¿Lo habrá hecho de la mano de uno de esos idiotas?

Aprieto la mandíbula. La idea de ella con otro, me impacta como un golpe que me deja sin aliento. Me enferma imaginarlo.

Decido marcharme. Sea cómo sea, la fiesta ha terminado para mí. Busco a mi hermano, que se encuentra acaramelado bailando con Elena, avisándole con un gesto de que me marcho, cuando su atención se centra en mí.

Mientras abandono el lugar, mi mente no deja de trazar planes con un objetivo en mente: volver a ver a Velcro Trumpete.
Jajajajajajajajajajajajjajaa

Necesito más pri!!!
 
Una noche más, aquí está mi aplauso para vosotras, primas:

????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????????
 
Back