Ayer vimos el concierto de la Filarmónica de Viena con los maravillosos trajes diseñados por casa Westwood.
Cuando, endlicht!, aceptaron mujeres, les plantificaron el mismo uniforme que a los hombres. No todas somos Marlene Dietrich para que nos siente bien un traje masculino...y que sea cómodo para tocar un chaleco.
Luego un diseñador ganó un concurso para la indumentaria y puso a la pocas , escasisimas, músicos de la orquestra un uniforme con un chaleco que parecian camareras de cervecerias tradicionales.
Vivien y su equipo, tan "transgresores" lograron hacer unos uniformes clásiquisimos , con clase, fáciles de llevar, cómodos...para la orquestra mas retrograda de la primera División musical.