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Martes 28 de Agosto 2018.
Contenido:
1. El consejo del día
2. Las Lecturas de Hoy
3. Reflexión de las Lecturas
4. El Santo del Día.
El consejo de hoy, para nuestro crecimiento personal.
El Secreto de Hellen Keller.
Kate notó que su pequeña hija de 19 meses no cerraba sus ojos al bañarla. Se dio cuenta que tampoco reaccionaba a los ruidos que ocurrían a su alrededor. Acababa de pasar una congestión estomacal con mucha temperatura y quizá fue esta la razón por la que quedó ciega y sorda. Las pocas palabras que había aprendido, las olvidó muy pronto. No había manera de comunicarse con ella, y siendo muy inquieta comenzó a tocar todo, a olerlo, a probarlo con su lengua. Cuando quería algo y no se le entendía, montaba en cólera y se volvió una niña incontrolable.
Eran los últimos años del siglo diecinueve, y en Tacumbia, una pequeña ciudad rural de Alabama, la familia buscó ayuda. El Capitán Arthur H. Keller, su padre, consiguió que el Instituto Perkins para Ciegos, de Massachusetts, le asignara a la profesora Anne Sullivan, de solo 20 años. Ahí comenzó una larga y maravillosa amistad. Claro que al principio fue drástica disciplinando a la niña. Logrado esto, le ayudó a pensar inteligiblemente y a hablar, usando el método Tadoma, tocando los labios de otros mientras hablaban. Así pudo asistir a la Escuela Wright Humason para Sordos en Nueva York y cuando tenía 24 años se graduó c.um laude de Radcliffe College, donde Anne Sulivan había traducido cada palabra en su mano.
Fue la primera persona sorda en graduarse en una universidad.
Esa niña sorda y muda se convirtió en una notable oradora y autora mundialmente famosa. Sus libros, como “Luz en mi Obscuridad” fueron un tremendo éxito editorial. Uno de ellos fue un homenaje a su profesora: “El Milagro de Anne Sullivan”. Estableció una lucha titánica por los discapacitados. Hellen y Anne viajaron a más de 39 países dando conferencias, y conoció personalmente a cada presidente norteamericano desde Grover Cleveland. Lyndon B. Johnson la recompensó con la Medalla Presidencial de Libertad, el mayor honor estadunidense para ciudadanos.
¿Cuál fue el secreto de Hellen Keller? Lo resumió diciendo que consistentemente se marcó, fijó y alcanzó sus metas en la vida.
Un día se le preguntó si había algo peor que ser ciega. “Sí, respondió, es tener vista, pero no visión”.
Por EmilioSantamaría Sale Carnegie Training Honduras<noticias@dalecarnegiehn.com>
Que nadie los engañe de ninguna forma. … Hermanos, manténganse firmes y conserven la doctrina que les hemos enseñado…2 Tesalonicenses 2
Porque el pecado no tendrá ya dominio sobre vosotros, pues que no estaís bajo la Ley, sino bajo la gracia." Rom 13, 13-14
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EVANGELIO DE HOY
Santos:
Primera Lectura: 2 Tesalonicenses 2, 1-3. 14-17
Hermanos: Por lo que toca a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestro encuentro con ÉL, les rogamos, que no se dejen perturbar tan fácilmente. No se alarmen ni por supuestas revelaciones, ni por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que los induzcan a pensar que el día del Señor es inminente. Que nadie los engañe de ninguna forma. Dios los ha llamado, para que por medio del Evangelio que les hemos predicado, alcancen la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos, manténganse firmes y conserven la doctrina que les hemos enseñado sea de viva voz o por carta. Que el mismo Señor nuestro, Jesucristo, y nuestro Padre Dios quien nos ha amado y nos ha dado gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, conforten los corazones de ustedes y los disponga a toda clase de obras buenas y de buenas palabras.
Salmo responsorial: Salmo 96:10-13
Decid entre las gentes: «¡Yahveh es rey!» El orbe está seguro, no vacila; él gobierna a los pueblos rectamente.
¡Alégrense los cielos, regocíjese la tierra, retumbe el mar y cuanto encierra; exulte el campo y cuanto en él existe, griten de júbilo todos los árboles del bosque, ante la faz de Yahveh, pues viene ÉL, viene, sí, a juzgar la tierra! El juzgará al orbe con justicia, a los pueblos con su lealtad.
Evangelio: Mateo 23, 23-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera".
http://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
Reflexión
REFLEXION DE LA PRIMERA LECTURA: Esta palabra de Dios, que nos comunica hoy el apóstol san Pablo, es verdaderamente “buena noticia”. En medio de todos los rumores que, con frecuencia, circulan sobre el fin del mundo, la Escritura nos confirma que no nos debemos dejar llevar por todos estos vaticinios, los cuales, en lugar de presentar un mensaje de salvación, presentan un mensaje de perdición, lo que lógicamente, como a los tesalonicences, nos lleva a vivir en un estado de inquietud y de angustia que no es propio del Evangelio y de aquellos que se dejan conducir por el Espíritu de Jesús.
Por el contrario, son frutos inconfundibles de la vida cristiana la alegría y la paz interior. El apóstol nos recuerda que Dios nos ama y que nos ha dado gratuitamente esta paz y esta alegría, no dejemos que nada ni nadie , bajo supuestas apariciones o mensajes, sean capaces de arrebatarnos el regalo que Dios nos ha hecho en Cristo. Es esta paz, esta alegría interior, la que verdaderamente nos dispone a obrar el bien, y es tan notorio que todos lo perciben. Sé hoy el canal por el cual la alegría y la paz de Dios, lleguen a todos y a cada una de las personas que te rodean.
REFLEXION DEL SANTO EVANGELIO: El evangelio de hoy nos enseña que la ley, que es buena cuando uno busca crecer en el amor de Dios, se convierte en un monstruo contra el cual se tiene que estar luchando.
Es importante cumplir la ley, pero este cumplimiento no es un cumplimiento irracional, sino que debe llevarnos a lo que inspiró al legislador, que es amar y tener misericordia de los demás, reconociendo que, el único legislador y juez, es Dios.
Pensemos pues, hoy, ¿cómo estamos viviendo la ley? ¿Vamos a misa el domingo sólo porque está escrito en la ley, o porque realmente queremos amar más al Señor?
Oratio: Señor, te espero ansiosamente, espero tu regreso majestuoso y lleno de poder, pero lo espero en tu paz y con alegría. Sólo te pido que la acción de tu Espíritu Santo siempre me guíe para permanecer firme en tu amor y en tu verdad; que mi vida esté llena de buenas obras y de buenas palabras.
Actio: Hoy repetiré constantemente "Ven, Señor Jesús" y lo haré pensando en que venga a mi día, en que venga al mundo que no lo conoce y que venga en el día grande y glorioso de su revelación.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro.
http://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/evangelio.a
San Agustín
Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia.
"Si queréis recibir la vida del Espíritu Santo, conservad la caridad, amad la verdad y desead la unidad para llegar a la eternidad”.
"Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva...¡Tarde te amé!
Tú estabas dentro de mí y yo fuera..., y por fuera te buscaba...".
"Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón estará insatisfecho hasta que descanse en Tí...".
"La medida del amor es el amor sin medida...".
San Agustín de Hipona (354-430), es el más grande de los Padres de la Iglesia y uno de los más eminentes doctores de la Iglesia occidental, nació en el año 354 en Tagaste (Argelia actual).
Su padre, Patricio, un pagano de cierta estación social acomodada, que luego de una larga y virulenta resistencia a la fe, hacia el final de su vida se convierte al cristianismo. Mónica, su madre, natural de África, era una devota cristiana, nacida a padres cristianos. Al enviudar, se consagró totalmente a la conversión de su hijo Agustín. Lo primero que enseñó a su hijo Agustín fue a orar, pero luego de verle gozar de esas santas lecciones sufrió al ver cómo iba apartándose de la Verdad hasta que su espíritu se infectó con los errores maniqueos y, su corazón, con las costumbres de la disoluta Roma. "Noche y día oraba y gemía con más lágrimas que las que otras madres derramarían junto al féretro de sus hijos", escribiría después Agustín en sus admirables Confesiones. Pero Dios no podía consentir se perdiese para siempre un hijo de tantas lágrimas. Mónica murió en Ostia, puerto de Roma, el año de 387, asistida por su hijo.
Juventud y estudios
Agustín se educó como retórico en las ciudades norteafricanas de Tagaste, Madaura y Cartago. Entre los 15 y los 30 años vivió con una mujer cartaginesa cuyo nombre se desconoce, con quien tuvo un hijo en el año 372, llamado Adeodatus, que en latín significa regalo de Dios.
Contienda intelectual
Inspirado por el tratado Hortensius de Cicerón, Agustín se convirtió en un ardiente buscador de la verdad, que le llevó a estudiar varias corrientes filosóficas. Durante nueve años, del 373 al 382, se adhirió al maniqueísmo, filosofía dualista persa, muy extendida en aquella época por el imperio romano. Su principio fundamental es el conflicto entre el bien y el mal, y a Agustín el maniqueísmo le pareció una doctrina que parecía explicar la experiencia y daba respuestas adecuadas sobre las cuales construir un sistema filosófico y ético. Además, su código moral no era muy estricto; Agustín recordaría posteriormente en sus Confesiones: "Concédeme castidad y continencia, pero no ahora mismo". Desilusionado por la imposibilidad de reconciliar ciertos principios maniqueístas contradictorios, Agustín, abandona la doctrina y decide por el escepticismo. En el año 383 se traslada de Cartago a Roma, y un año más tarde se va a Milán como profesor de retórica. Allí se mueve en círculos neoplatónicos.
Allí también conoce al obispo de la ciudad, al gran Ambrosio, la figura eclesial de mayor renombre por santidad y conocimiento de aquel momento en Italia. Ambrosio le recibió con bondad y le ilustró en las ciencias divinas. Y así, poco a poco, renace en Agustín un nuevo interés por el cristianismo. Su mente, tan prodigiosa, inquita y curiolsa, va descubriendo la Verdad que hasta ahora le había eludido, sin embargo, vacilaba en su compromiso por debilidades de la carne, temía comprometerse porque sabía que tendría que reformar su vida disoluta, y dejar atrás muchos gustos y placeres que tanto le atraían. Rezaba a menudo, "Señor, dame castidad, pero no ahora. "Pero un día, según su propio relato, escuchó una voz, como la de un niño, que le decía: Tolle et legge (toma y lee). Pero, al darse cuenta que estaba completamente solo, le pareció inspiración del cielo y una exhortación divina a leer las Santas Escrituras. Abrió y leyó el primer pasaje que apareció al azar: "…no deis vuestros miembros, como armas de iniquidad al pecado, sino ofreceos más bien a Dios como quienes, muertos, han vuelto a la vida, y dad vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Porque el pecado no tendrá ya dominio sobre vosotros, pues que no estaís bajo la Ley, sino bajo la gracia" (Rom 13, 13-14). Es entonces cuando Agustín se decide, y sin reserva, se entrega en alma y cuerpo a Dios, siguiendo su ley y explicándola a otros. A los 33 años de edad recibe el santo bautismo en la Pascua del año 387. Su madre que se había trasladado a Italia para estar cerca de él, se llenó de gran gozo.
Agustín, ya convertido, se dispuso volver con su madre a su tierra en África, y juntos se fueron al puerto de Ostia a esperar el barco. Pero Mónica ya había obtenido de Dios lo que más anhelaba en esta vida y podía morir tranquila. Sucedió que estando ahí en una casa junto al mar, por la noche, mientras ambos platicaban debajo de un cielo estrellado de las alegrías que esperaban en el cielo, Mónica exclamó entusiasmada: "¿Y a mí que más me puede amarrar a la tierra? Ya he obtenido mi gran deseo, el verte cristiano católico. Todo lo que deseaba lo he conseguido de Dios". Pocos días después le invadió una fiebre y murió. Murió pidiendo a su hijo "que se acordara de ella en el altar del Señor". Murió en el año 387, a los 55 años de edad.
Obispo y teólogo
Agustín regresó al norte de África y fue ordenado sacerdote el año 391, y consagrado obispo de Hipona (ahora Annaba, Argelia) en el 395, a los 41 años, cargo que ocuparía hasta su muerte. Fue un periodo de gran agitación política y teológica; los bárbaros amenazaban el imperio romano llegando incluso a saquear a Roma en el 410, y el cisma y la herejía amenazaban internamente la unidad de la Iglesia. Agustín emprendió con entusiasmo la batalla teológica y refutó brillantemente los argumentos paganos que culpaban al cristianismo por los males que afectaban a Roma. Combatió la herejía maniqueísta y participó en dos grandes conflictos religiosos, el uno contra los donatistas, secta que sostenía que eran inválidos los sacramentos administrados por eclesiásticos en pecado. El otro, contra las creencias pelagianos, seguidores de un monje británico de la época que negaba la doctrina del pecado original.
Durante este conflicto, que duró por mucho tiempo, Agustín desarrolla sus doctrinas sobre el pecado original y la gracia divina, soberanía divina y predestinación. Sus argumentos sobre la gracia divina, le ganaron el título por el cual también se le conoce, Doctor de la Gracia. La doctrina agustiniana se situaba entre los extremos del pelagianismo y el maniqueísmo. Contra la doctrina de Pelagio mantenía que la desobediencia espiritual del hombre se había producido en un estado de pecado que la naturaleza humana era incapaz de cambiar. En su teología, los hombres y las mujeres son salvos por el Don de la Gracia Divina. Contra el maniqueísmo defendió con energía el papel del libre albedrío en unión con la gracia.
Agustín murió en Hipona el 28 de agosto del año 430.
Obras
La importancia de San Agustín entre los Padres y Doctores de la Iglesia es comparable a la de San Pablo entre los Apóstoles. Como prolífico escritor, apologista y brillante estilista. Su obra más conocida es su autobiografía Confesiones (400), donde narra sus primeros años y su conversión. En su gran obra apologética La Ciudad de Dios (413-426), formula una filosofía teológica de la historia, y compara en ella la ciudad de Dios con la ciudad del hombre. De los veintidós libros de esta obra diez están dedicados a polemizar sobre el panteísmo. Los doce libros restantes se ocupan del origen, destino y progreso de la Iglesia, a la que considera como oportuna sucesora del paganismo. Sus otros escritos incluyen las Epístolas, de las que 270 se encuentran en la edición benedictina, fechadas entre el año 386 y el 429; sus tratados De libero arbitrio (389-395), De doctrina Christiana (397-428), De Baptismo, Contra Donatistas (400-401), De Trinitate (400-416), De natura et gratia (415),Retracciones (428) y homilías sobre diversos libros de la Biblia. (información recopilada de varias fuentes)
San Agustín y el niño
La historia de San Agustín con el niño es por muchos conocida. La misma surge del mucho tiempo que dedicó este gran santo y teólogo a reflexionar sobre el misterio de la Santísima Trinidad, de cómo tres personas diferentes podían constituir un único Dios.
Cuenta la historia que mientras Agustín paseaba un día por la playa, pensando en el misterio de la Trinidad, se encontró a un niño que había hecho un hoyo en la arena y con una concha llenaba el agujero con agua de mar. El niño corría hasta la orilla, llenaba la concha con agua de mar y depositaba el agua en el hoyo que había hecho en la arena. Viendo esto, San Agustín se detuvo y preguntó al niño por qué lo hacía, a lo que el pequeño le dijo que intentaba vaciar toda el agua del mar en el agujero en la arena. Al escucharlo, San Agustín le dijo al niño que eso era imposible, a lo que el niño respondió que si aquello era imposible hacer, más imposible aún era el tratar de descifrar el misterio de la Santísima Trinidad.
Oración
Renueva, Señor, en tu Iglesia el espíritu que infundiste en San Agustín para que, penetrados de ese mismo espíritu, tengamos sed de Tí, fuente de sabiduría, te busquemos como el único amor verdadero y sigamos los pasos de tan gran santo. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Oración por las Vocaciones
Glorioso Padre San Agustín, que abriste un camino de entrega a Dios
al descubrir la hermosura de la vida religiosa; concédeme a mí, que me creo también llamado por Él, a ver claramente mi camino; ayúdame a ser fiel a esa vocación divina; que la estime en todo su valor, que huya de las personas y cosas que me la pueden arrebatar; que sea desde hoy muy generoso para decir sí el día de mi total entrega. Amén.
https://www.ewtn.com/spanish/Saints/Agustín_8_28.htm
¡JESUS, EN TI CONFIO!
Jesús, María, José, os amo, salvad almas”
¡San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!
¡San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!
¡San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!
BENDICIONES !!!
Contenido:
1. El consejo del día
2. Las Lecturas de Hoy
3. Reflexión de las Lecturas
4. El Santo del Día.
El consejo de hoy, para nuestro crecimiento personal.
El Secreto de Hellen Keller.
Kate notó que su pequeña hija de 19 meses no cerraba sus ojos al bañarla. Se dio cuenta que tampoco reaccionaba a los ruidos que ocurrían a su alrededor. Acababa de pasar una congestión estomacal con mucha temperatura y quizá fue esta la razón por la que quedó ciega y sorda. Las pocas palabras que había aprendido, las olvidó muy pronto. No había manera de comunicarse con ella, y siendo muy inquieta comenzó a tocar todo, a olerlo, a probarlo con su lengua. Cuando quería algo y no se le entendía, montaba en cólera y se volvió una niña incontrolable.
Eran los últimos años del siglo diecinueve, y en Tacumbia, una pequeña ciudad rural de Alabama, la familia buscó ayuda. El Capitán Arthur H. Keller, su padre, consiguió que el Instituto Perkins para Ciegos, de Massachusetts, le asignara a la profesora Anne Sullivan, de solo 20 años. Ahí comenzó una larga y maravillosa amistad. Claro que al principio fue drástica disciplinando a la niña. Logrado esto, le ayudó a pensar inteligiblemente y a hablar, usando el método Tadoma, tocando los labios de otros mientras hablaban. Así pudo asistir a la Escuela Wright Humason para Sordos en Nueva York y cuando tenía 24 años se graduó c.um laude de Radcliffe College, donde Anne Sulivan había traducido cada palabra en su mano.
Fue la primera persona sorda en graduarse en una universidad.
Esa niña sorda y muda se convirtió en una notable oradora y autora mundialmente famosa. Sus libros, como “Luz en mi Obscuridad” fueron un tremendo éxito editorial. Uno de ellos fue un homenaje a su profesora: “El Milagro de Anne Sullivan”. Estableció una lucha titánica por los discapacitados. Hellen y Anne viajaron a más de 39 países dando conferencias, y conoció personalmente a cada presidente norteamericano desde Grover Cleveland. Lyndon B. Johnson la recompensó con la Medalla Presidencial de Libertad, el mayor honor estadunidense para ciudadanos.
¿Cuál fue el secreto de Hellen Keller? Lo resumió diciendo que consistentemente se marcó, fijó y alcanzó sus metas en la vida.
Un día se le preguntó si había algo peor que ser ciega. “Sí, respondió, es tener vista, pero no visión”.
Por EmilioSantamaría Sale Carnegie Training Honduras<noticias@dalecarnegiehn.com>
Que nadie los engañe de ninguna forma. … Hermanos, manténganse firmes y conserven la doctrina que les hemos enseñado…2 Tesalonicenses 2
Porque el pecado no tendrá ya dominio sobre vosotros, pues que no estaís bajo la Ley, sino bajo la gracia." Rom 13, 13-14
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EVANGELIO DE HOY
Santos:
Primera Lectura: 2 Tesalonicenses 2, 1-3. 14-17
Hermanos: Por lo que toca a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestro encuentro con ÉL, les rogamos, que no se dejen perturbar tan fácilmente. No se alarmen ni por supuestas revelaciones, ni por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que los induzcan a pensar que el día del Señor es inminente. Que nadie los engañe de ninguna forma. Dios los ha llamado, para que por medio del Evangelio que les hemos predicado, alcancen la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos, manténganse firmes y conserven la doctrina que les hemos enseñado sea de viva voz o por carta. Que el mismo Señor nuestro, Jesucristo, y nuestro Padre Dios quien nos ha amado y nos ha dado gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, conforten los corazones de ustedes y los disponga a toda clase de obras buenas y de buenas palabras.
Salmo responsorial: Salmo 96:10-13
Decid entre las gentes: «¡Yahveh es rey!» El orbe está seguro, no vacila; él gobierna a los pueblos rectamente.
¡Alégrense los cielos, regocíjese la tierra, retumbe el mar y cuanto encierra; exulte el campo y cuanto en él existe, griten de júbilo todos los árboles del bosque, ante la faz de Yahveh, pues viene ÉL, viene, sí, a juzgar la tierra! El juzgará al orbe con justicia, a los pueblos con su lealtad.
Evangelio: Mateo 23, 23-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: "¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera".
http://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/
Reflexión
REFLEXION DE LA PRIMERA LECTURA: Esta palabra de Dios, que nos comunica hoy el apóstol san Pablo, es verdaderamente “buena noticia”. En medio de todos los rumores que, con frecuencia, circulan sobre el fin del mundo, la Escritura nos confirma que no nos debemos dejar llevar por todos estos vaticinios, los cuales, en lugar de presentar un mensaje de salvación, presentan un mensaje de perdición, lo que lógicamente, como a los tesalonicences, nos lleva a vivir en un estado de inquietud y de angustia que no es propio del Evangelio y de aquellos que se dejan conducir por el Espíritu de Jesús.
Por el contrario, son frutos inconfundibles de la vida cristiana la alegría y la paz interior. El apóstol nos recuerda que Dios nos ama y que nos ha dado gratuitamente esta paz y esta alegría, no dejemos que nada ni nadie , bajo supuestas apariciones o mensajes, sean capaces de arrebatarnos el regalo que Dios nos ha hecho en Cristo. Es esta paz, esta alegría interior, la que verdaderamente nos dispone a obrar el bien, y es tan notorio que todos lo perciben. Sé hoy el canal por el cual la alegría y la paz de Dios, lleguen a todos y a cada una de las personas que te rodean.
REFLEXION DEL SANTO EVANGELIO: El evangelio de hoy nos enseña que la ley, que es buena cuando uno busca crecer en el amor de Dios, se convierte en un monstruo contra el cual se tiene que estar luchando.
Es importante cumplir la ley, pero este cumplimiento no es un cumplimiento irracional, sino que debe llevarnos a lo que inspiró al legislador, que es amar y tener misericordia de los demás, reconociendo que, el único legislador y juez, es Dios.
Pensemos pues, hoy, ¿cómo estamos viviendo la ley? ¿Vamos a misa el domingo sólo porque está escrito en la ley, o porque realmente queremos amar más al Señor?
Oratio: Señor, te espero ansiosamente, espero tu regreso majestuoso y lleno de poder, pero lo espero en tu paz y con alegría. Sólo te pido que la acción de tu Espíritu Santo siempre me guíe para permanecer firme en tu amor y en tu verdad; que mi vida esté llena de buenas obras y de buenas palabras.
Actio: Hoy repetiré constantemente "Ven, Señor Jesús" y lo haré pensando en que venga a mi día, en que venga al mundo que no lo conoce y que venga en el día grande y glorioso de su revelación.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro.
http://www.evangelizacion.org.mx/liturgia/evangelio.a
San Agustín
Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia.
"Si queréis recibir la vida del Espíritu Santo, conservad la caridad, amad la verdad y desead la unidad para llegar a la eternidad”.
"Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva...¡Tarde te amé!
Tú estabas dentro de mí y yo fuera..., y por fuera te buscaba...".
"Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón estará insatisfecho hasta que descanse en Tí...".
"La medida del amor es el amor sin medida...".
San Agustín de Hipona (354-430), es el más grande de los Padres de la Iglesia y uno de los más eminentes doctores de la Iglesia occidental, nació en el año 354 en Tagaste (Argelia actual).
Su padre, Patricio, un pagano de cierta estación social acomodada, que luego de una larga y virulenta resistencia a la fe, hacia el final de su vida se convierte al cristianismo. Mónica, su madre, natural de África, era una devota cristiana, nacida a padres cristianos. Al enviudar, se consagró totalmente a la conversión de su hijo Agustín. Lo primero que enseñó a su hijo Agustín fue a orar, pero luego de verle gozar de esas santas lecciones sufrió al ver cómo iba apartándose de la Verdad hasta que su espíritu se infectó con los errores maniqueos y, su corazón, con las costumbres de la disoluta Roma. "Noche y día oraba y gemía con más lágrimas que las que otras madres derramarían junto al féretro de sus hijos", escribiría después Agustín en sus admirables Confesiones. Pero Dios no podía consentir se perdiese para siempre un hijo de tantas lágrimas. Mónica murió en Ostia, puerto de Roma, el año de 387, asistida por su hijo.
Juventud y estudios
Agustín se educó como retórico en las ciudades norteafricanas de Tagaste, Madaura y Cartago. Entre los 15 y los 30 años vivió con una mujer cartaginesa cuyo nombre se desconoce, con quien tuvo un hijo en el año 372, llamado Adeodatus, que en latín significa regalo de Dios.
Contienda intelectual
Inspirado por el tratado Hortensius de Cicerón, Agustín se convirtió en un ardiente buscador de la verdad, que le llevó a estudiar varias corrientes filosóficas. Durante nueve años, del 373 al 382, se adhirió al maniqueísmo, filosofía dualista persa, muy extendida en aquella época por el imperio romano. Su principio fundamental es el conflicto entre el bien y el mal, y a Agustín el maniqueísmo le pareció una doctrina que parecía explicar la experiencia y daba respuestas adecuadas sobre las cuales construir un sistema filosófico y ético. Además, su código moral no era muy estricto; Agustín recordaría posteriormente en sus Confesiones: "Concédeme castidad y continencia, pero no ahora mismo". Desilusionado por la imposibilidad de reconciliar ciertos principios maniqueístas contradictorios, Agustín, abandona la doctrina y decide por el escepticismo. En el año 383 se traslada de Cartago a Roma, y un año más tarde se va a Milán como profesor de retórica. Allí se mueve en círculos neoplatónicos.
Allí también conoce al obispo de la ciudad, al gran Ambrosio, la figura eclesial de mayor renombre por santidad y conocimiento de aquel momento en Italia. Ambrosio le recibió con bondad y le ilustró en las ciencias divinas. Y así, poco a poco, renace en Agustín un nuevo interés por el cristianismo. Su mente, tan prodigiosa, inquita y curiolsa, va descubriendo la Verdad que hasta ahora le había eludido, sin embargo, vacilaba en su compromiso por debilidades de la carne, temía comprometerse porque sabía que tendría que reformar su vida disoluta, y dejar atrás muchos gustos y placeres que tanto le atraían. Rezaba a menudo, "Señor, dame castidad, pero no ahora. "Pero un día, según su propio relato, escuchó una voz, como la de un niño, que le decía: Tolle et legge (toma y lee). Pero, al darse cuenta que estaba completamente solo, le pareció inspiración del cielo y una exhortación divina a leer las Santas Escrituras. Abrió y leyó el primer pasaje que apareció al azar: "…no deis vuestros miembros, como armas de iniquidad al pecado, sino ofreceos más bien a Dios como quienes, muertos, han vuelto a la vida, y dad vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Porque el pecado no tendrá ya dominio sobre vosotros, pues que no estaís bajo la Ley, sino bajo la gracia" (Rom 13, 13-14). Es entonces cuando Agustín se decide, y sin reserva, se entrega en alma y cuerpo a Dios, siguiendo su ley y explicándola a otros. A los 33 años de edad recibe el santo bautismo en la Pascua del año 387. Su madre que se había trasladado a Italia para estar cerca de él, se llenó de gran gozo.
Agustín, ya convertido, se dispuso volver con su madre a su tierra en África, y juntos se fueron al puerto de Ostia a esperar el barco. Pero Mónica ya había obtenido de Dios lo que más anhelaba en esta vida y podía morir tranquila. Sucedió que estando ahí en una casa junto al mar, por la noche, mientras ambos platicaban debajo de un cielo estrellado de las alegrías que esperaban en el cielo, Mónica exclamó entusiasmada: "¿Y a mí que más me puede amarrar a la tierra? Ya he obtenido mi gran deseo, el verte cristiano católico. Todo lo que deseaba lo he conseguido de Dios". Pocos días después le invadió una fiebre y murió. Murió pidiendo a su hijo "que se acordara de ella en el altar del Señor". Murió en el año 387, a los 55 años de edad.
Obispo y teólogo
Agustín regresó al norte de África y fue ordenado sacerdote el año 391, y consagrado obispo de Hipona (ahora Annaba, Argelia) en el 395, a los 41 años, cargo que ocuparía hasta su muerte. Fue un periodo de gran agitación política y teológica; los bárbaros amenazaban el imperio romano llegando incluso a saquear a Roma en el 410, y el cisma y la herejía amenazaban internamente la unidad de la Iglesia. Agustín emprendió con entusiasmo la batalla teológica y refutó brillantemente los argumentos paganos que culpaban al cristianismo por los males que afectaban a Roma. Combatió la herejía maniqueísta y participó en dos grandes conflictos religiosos, el uno contra los donatistas, secta que sostenía que eran inválidos los sacramentos administrados por eclesiásticos en pecado. El otro, contra las creencias pelagianos, seguidores de un monje británico de la época que negaba la doctrina del pecado original.
Durante este conflicto, que duró por mucho tiempo, Agustín desarrolla sus doctrinas sobre el pecado original y la gracia divina, soberanía divina y predestinación. Sus argumentos sobre la gracia divina, le ganaron el título por el cual también se le conoce, Doctor de la Gracia. La doctrina agustiniana se situaba entre los extremos del pelagianismo y el maniqueísmo. Contra la doctrina de Pelagio mantenía que la desobediencia espiritual del hombre se había producido en un estado de pecado que la naturaleza humana era incapaz de cambiar. En su teología, los hombres y las mujeres son salvos por el Don de la Gracia Divina. Contra el maniqueísmo defendió con energía el papel del libre albedrío en unión con la gracia.
Agustín murió en Hipona el 28 de agosto del año 430.
Obras
La importancia de San Agustín entre los Padres y Doctores de la Iglesia es comparable a la de San Pablo entre los Apóstoles. Como prolífico escritor, apologista y brillante estilista. Su obra más conocida es su autobiografía Confesiones (400), donde narra sus primeros años y su conversión. En su gran obra apologética La Ciudad de Dios (413-426), formula una filosofía teológica de la historia, y compara en ella la ciudad de Dios con la ciudad del hombre. De los veintidós libros de esta obra diez están dedicados a polemizar sobre el panteísmo. Los doce libros restantes se ocupan del origen, destino y progreso de la Iglesia, a la que considera como oportuna sucesora del paganismo. Sus otros escritos incluyen las Epístolas, de las que 270 se encuentran en la edición benedictina, fechadas entre el año 386 y el 429; sus tratados De libero arbitrio (389-395), De doctrina Christiana (397-428), De Baptismo, Contra Donatistas (400-401), De Trinitate (400-416), De natura et gratia (415),Retracciones (428) y homilías sobre diversos libros de la Biblia. (información recopilada de varias fuentes)
San Agustín y el niño
La historia de San Agustín con el niño es por muchos conocida. La misma surge del mucho tiempo que dedicó este gran santo y teólogo a reflexionar sobre el misterio de la Santísima Trinidad, de cómo tres personas diferentes podían constituir un único Dios.
Cuenta la historia que mientras Agustín paseaba un día por la playa, pensando en el misterio de la Trinidad, se encontró a un niño que había hecho un hoyo en la arena y con una concha llenaba el agujero con agua de mar. El niño corría hasta la orilla, llenaba la concha con agua de mar y depositaba el agua en el hoyo que había hecho en la arena. Viendo esto, San Agustín se detuvo y preguntó al niño por qué lo hacía, a lo que el pequeño le dijo que intentaba vaciar toda el agua del mar en el agujero en la arena. Al escucharlo, San Agustín le dijo al niño que eso era imposible, a lo que el niño respondió que si aquello era imposible hacer, más imposible aún era el tratar de descifrar el misterio de la Santísima Trinidad.
Oración
Renueva, Señor, en tu Iglesia el espíritu que infundiste en San Agustín para que, penetrados de ese mismo espíritu, tengamos sed de Tí, fuente de sabiduría, te busquemos como el único amor verdadero y sigamos los pasos de tan gran santo. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Oración por las Vocaciones
Glorioso Padre San Agustín, que abriste un camino de entrega a Dios
al descubrir la hermosura de la vida religiosa; concédeme a mí, que me creo también llamado por Él, a ver claramente mi camino; ayúdame a ser fiel a esa vocación divina; que la estime en todo su valor, que huya de las personas y cosas que me la pueden arrebatar; que sea desde hoy muy generoso para decir sí el día de mi total entrega. Amén.
https://www.ewtn.com/spanish/Saints/Agustín_8_28.htm
¡JESUS, EN TI CONFIO!
Jesús, María, José, os amo, salvad almas”
¡San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!
¡San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!
¡San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!
BENDICIONES !!!