Entrevista al ex novio de Pilar Baeza.

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“No entiendo qué necesidad ha tenido Pilar de meterse en política con el pasado que tiene... Yo siempre me arrepentí de lo que hice. Él se me sigue apareciendo en sueños. En la cárcel intenté suicidarme dos veces, pero fui un cobarde
Manuel García Gutiérrez acude puntual a la cita, aquejado de una fuerte tos y abrigado hasta el cuello con una cazadora de lana. En casa ha dejado la botella de oxígeno que necesita a diario por la enfermedad pulmonar que padece. Le tiemblan las manos y está enfadado. Quiere contar la verdad. Su verdad oculta que ha decidido desvelar 34 años después.

—¿Usted fue el novio de Pilar Baeza [candidata de Podemos a la alcaldía de Ávila] que asesinó, junto a Juan Carlos Torres, a Manolo López en 1985?

—Así es. Pero la historia no fue como aparece en el sumario. Mentimos en la declaración para salvar a Pilar.

—¿Salvarla? [Pilar, Manuel y Juan Carlos fueron condenados a 30 años de prisión por homicidio premeditado, aunque la sentencia especifica que los ejecutores fueron los dos hombres y que Pilar no participó directamente en el asesinato. Ella, que argumentó como motivo del crimen la venganza porque Manolo López la había violado —aunque no lo denunció—, facilitó el arma homicida que robó de la armería de Leganés que regentaban sus padres].

—Esa fue la versión que pactamos con el abogado de la familia de Pilar: que estuvimos en una discoteca Manolo, Juan Carlos y yo y que al salir fuimos a un descampado, sacamos la escopeta del maletero, le pegamos cuatro tiros a Manolo, dos cada uno, y lo tiramos a un pozo. Pero en verdad lo llevamos al chalet de los padres de Pilar, en Chapinería, para aclarar lo de la violación. Allí estaban ella y sus padres. Manolo y yo nos empezamos a pegar y ella (Pilar) fue la que disparó primero, dos tiros. Después yo cogí la escopeta y lo rematé porque aún estaba vivo. Y Juan Carlos le metió el cuarto tiro. Después, el padre, Diego Baeza, nos dijo que había un pozo que conocía donde podíamos tirar el cuerpo…

Es jueves, media tarde, y el viento empieza a pegar con fuerza en la puerta de una cafetería de un pueblo de Madrid donde vive Manuel, que pide que no desvelemos la ubicación por su seguridad. Es la condición que ha puesto después de varias conversaciones por teléfono durante toda la semana para conceder una entrevista en persona. «Ya no puedo más. Mi hija de 10 años me ha llamado para preguntarme si yo había matado a ese hombre. Se ha enterado de todo por los programas de televisión», protesta. «No entiendo qué necesidad ha tenido Pilar de meterse en política con el pasado que tiene. Está claro que sabía que esto iba a salir».

Esta es una historia que mira a un crimen pasado, de 1985, y que aporta una nueva versión, la del asesino, que cambiaría la que aparece en la sentencia. Según Manuel García, su ex novia, la ahora política Pilar Baeza, no sólo fue la «instigadora» del crimen. «Ella disparó primero», cuenta Manuel 34 años después. Un nuevo relato que podría causar mucho dolor. Si no que se lo pregunten a la familia de Manolo López. «Él no violó a Pilar como se ha dicho, eso es mentira. No se puede pronunciar la palabra violador en el momento en el que hay una sentencia que dice que no fue así. Tuvieron mucho tiempo para buscar una estrategia y soltar eso como motivo», manifiesta Juan Carlos, el hermano mayor de Manolo. Porque los asesinos tardaron tres meses en confesar el crimen. El mismo tiempo que la policía tardó en encontrar el cadáver al fondo de un pozo junto a unas casas en ruinas a la altura del kilómetro 29 de la carretera C-501.

Horas antes del encuentro con Crónica, Manuel estaba pegado al televisor de su casa viendo una entrevista en Telecinco a Manuela, la madre de Manolo López. «Mi hijo no violó a Pilar y ninguno nos ha pedido perdón», reiteró la anciana. Sus hijos llevan toda la semana defendiendo en los platós de televisión el honor de su hermano Manolo. «Siempre me he arrepentido de lo que pasó. Poca pena de prisión he cumplido por lo que he hecho. He pensado mil veces en llamar a su madre y pedirle perdón. Pero no quería mover más la mierda», cuenta Manuel, que cumplió 16 años (entró con 24) de condena en la prisión de Carabanchel. Curiosamente, en 1999, fue la ahora alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena (entonces jueza de vigilancia penitenciaria) la que le concedió el tercer grado. «Yo era su ordenanza, su preso de confianza», asegura Manuel, que salió en libertad definitivamente en 2003. De su socio en el crimen, Juan Carlos Torres (que entonces tenía 19 años), dice no saber nada. Preguntando por Juan Carlos en Leganés, la localidad madrileña donde crecieron los tres asesinos, algunos vecinos que lo conocían cuentan que murió por sobredosis de heroína al salir de prisión. Otros dicen que está viviendo y trabajando en Cáceres.

La tercera protagonista del crimen, Pilar Baeza (que pisó la cárcel con 23 años), salió en 1992, siete años después de ingresar primero en la prisión de mujeres de Yeserías (Madrid) y luego en Brieva (Ávila), pese a tener una condena de 30 años. «Sus padres eran muy influyentes al tener una importante armería (Deportes Baeza). Y eso, más mucho dinero y buenos abogados… ya sabemos cómo funcionaban las cosas en aquella época», asegura Manuel.

—La familia de Manolo reitera una y otra vez que él nunca violó a Pilar y la sentencia (del 16 de julio de 1990) añade que ella «no presentó ninguna prueba para acreditar la realidad de la violación».

—El día que ocurrió yo fui a buscar a Pilar a su casa y estaba hecha polvo y no quiso hablar conmigo. No me contó lo que pasó hasta 15 días después. Me dijo que Manolo la fue a buscar a la armería de sus padres, donde trabajaba, y le dijo que yo me había quedado tirado con el coche en Polvoranca (Madrid). Era mentira. La llevó hasta allí, le sacó una pistola y la violó en medio del campo. La creí porque yo sabía que Manolo iba siempre con una pistola encima, algo que nunca le conté a ella. Pilar quería denunciarlo, pero le dije que como lo hiciera Manolo la iba a matar. Hasta fuimos a hablar con el sargento de la Guardia Civil de la comandancia de Leganés y nos dijo que ya habían pasado 20 días y que no íbamos a poder hacer nada. Entonces decidimos que le íbamos a matar.

—¿Qué pasó después?

—Planificamos su muerte. Yo me fui a comprar una pistola a unos gitanos por 100.000 pesetas. Pero al final acabaron robándome el dinero y se quedaron la pistola. También hablamos con el carnicero, Juan Carlos Torres, que se apuntó a nuestro plan porque Manolo lo tenía atemorizado, le cobraba una especie de impuesto revolucionario bajo amenaza. Pero, al final, su asesinato surgió de manera improvisada.

LIBRO ESCRITO EN PRISIÓN

Manuel explica que cuando estuvo en prisión escribió a mano 600 páginas contando su versión de lo que ocurrió realmente. Se lo entregó a una persona que le dijo que lo iba a convertir en un libro, pero no volvió a saber nada más de él. «Ahora habría sido el momento idóneo para sacar el libro. Cuento mi noviazgo con Pilar, quién disparó primero a Manolo y mi vida en prisión», dice.

—Cuénteme su versión completa de lo que ocurrió realmente el 8 de septiembre de 1985, el día que asesinaron a Manolo López

—Yo estaba por la noche en Leganés con el carnicero Juan Carlos. Entonces trabajaba en un taller pintando coches, y cogí prestado un Chrysler de uno de mis clientes para darnos una vuelta. Parado en un semáforo vimos a Manolo, bajé la ventanilla y le reproché que hubiera violado a mi novia un mes antes. Él me lo negó y decidimos ir a aclararlo con Pilar, que se encontraba con sus padres en el chalet de Chapinería. Al llegar, nos bajamos y empezamos a discutir. Manolo se abalanzó sobre mí y me partió una ceja. Entonces, escuché los primero tiros [según la autopsia, esos disparos le alcanzaron el hemitórax izquierdo]. Era Pilar, que había cogido una escopeta de su padre y se le daba bien disparar porque competía en torneos de tiro al plato. Manolo se levantó y salió corriendo, pero se cayó por las heridas. Le quité la escopeta a Pilar y le disparé en el pecho. Después hizo lo mismo Juan Carlos, que le disparó en la cabeza [el arma homicida nunca apareció]. El padre de Pilar nos indicó dónde estaba el pozo y dijo que no nos preocupáramos, que él se encargaría de comprar ese terreno. Allí fuimos Juan Carlos y yo a tirar el cuerpo. Antes, cogí la pistola que Manolo siempre llevaba atada a su pierna, una 38 milímetros. La llevé al taller, borré su número de serie y tiré el arma al río Manzanares.

Manuel cuenta que cuatro días después del asesinato, los padres de Pilar les llevaron a ver al abogado de la familia, Carlos Walker Mendoza, para pactar una estrategia que no involucrara a Pilar en el crimen. «Si nos pillaban, Walker dijo que Juan Carlos y yo teníamos que decir que habíamos robado la escopeta de la armería de Pilar y que la metimos en el maletero. Esa fue la primera versión. La cubrimos porque nosotros éramos unos chavales e hicimos caso al abogado», cuenta Manuel.

—Pero en la sentencia deja claro que Pilar les facilitó el arma y que participó en todo el plan de la ejecución, visitando el pozo incluso antes del asesinato…

—Cuando nos entregamos, Pilar quedó en libertad. Pero su hermana, Rosa, me envió una carta a prisión: «Mis padres no se están portando todo lo bien que deberían contigo después de decir que tuviste acceso a la armería por ayudar a mi hermana». Pero la carta la leyeron los funcionarios de la cárcel y se la entregaron al juez para que la añadiera al sumario. Por ello metieron a Pilar como inductora del crimen.

—¿Por qué no contaron la verdad?

—Yo estaba enamorado de mi novia y Juan Carlos siguió las instrucciones del abogado.

—¿Por qué tardaron tres meses en confesar?

—Qué íbamos a hacer, lo hablamos muchas veces. Pero no tomamos la decisión hasta que Juan Carlos decidió entregarse primero. Pero la policía ya sospechaba porque una persona vio a Manolo montar en el coche con nosotros.

La familia de la víctima acudió a denunciar su desaparición dos días después de su asesinato. «Lo peor es que, durante los tres meses que estuvimos buscándole, Pilar y Manuel vinieron varias veces a mi casa para preguntar si sabíamos algo de él, incluso se quedaron a comer alguna vez y Pilar llegó a jurar a mi madre, sobre una Biblia, que no sabía nada de su hijo», recuerda Juan Carlos, el hermano de Manolo.

Justo antes de entregarse, Manuel y Pilar dieron una entrevista a la revista Interviú para confesar el asesinato (contando la misma versión que dieron a la policía, intentando exculpar a Pilar del asesinato directo). Las fotos se las hicieron delante del pozo donde habían tirado el cadáver de Manolo y desvelaron que, tras la supuesta violación, Pilar se quedó embarazada y fueron a Portugal para abortar. «Lo del aborto es cierto. También que lo maté porque violó a mi novia. Pero dije que salimos de fiesta a una discoteca de Gran Vía, que nos drogamos y que luego fuimos al descampado: eso es mentira. Tampoco es verdad que cuando le tiramos al pozo lanzamos después piedras y escombros», explica Manuel. «Estuvimos en un hotel dos días preparando la entrevista mientras la policía nos buscaba porque Juan Carlos, el carnicero, ya había confesado. Desde Interviú dijeron que nos ponían a los abogados».

Uno de los letrados contactados por la revista para que acompañaran a los asesinos a entregarse a los juzgados de Plaza Castilla fue Marcial Amor. «El chico estaba muy nervioso, dijo que el muerto se le aparecía en sueños y que no podía aguantar más la culpa», recuerda Amor. «El cuerpo de Manolo se me sigue apareciendo en sueños. Lo mismo me pasaba en la cárcel. Por eso me intenté su***dar allí dentro un par de veces, pero al final fui un cobarde», reconoce Manuel, que cuenta que llegó a compartir celda con Rafi Escobedo, el asesino de los marqueses de Urquijo. («Rafi me dijo que él no los mató»).

—¿Cuál era su relación con Manolo antes de asesinarlo?

—Lo conocí cuando me metí a competir en rallis en Leganés. Manolo me dijo que quería que trabajase con él… de conductor en los atracos que realizaba. También abríamos cabinas juntos…

Manuel rehízo su vida al salir de prisión. Tuvo una hija y ha estado trabajando como pintor de coches en diferentes talleres hasta que le golpeó una enfermedad pulmonar. Ahora va a empezar a cobrar una pensión para parados de larga duración. «No he vuelto a saber nada de Pilar salvo por su hermana; que me la encontré un día y me dijo que Pilar estaba en Ávila y que había montado un gimnasio», cuenta. «Me parece indignante que una persona con ese historial se pueda presentar a alcaldesa. Es una mujer con la vida resuelta, con dinero y que por ética no debería presentarse a un cargo público. Eso sólo lo hace una persona muy fría con muchas ansias de poder».

BAJO COEFICIENTE Durante el juicio, la candidata de Podemos llevó un informe psiquiátrico (realizado por el doctor José Antonio García-Andrade, decano de los forenses en España, según Manuel) en el que ponía que era una persona «fácilmente manipulable, con rasgos neuróticos de carácter histérico, con un bajo coeficiente intelectual que se encuentra al límite de la subnormalidad». Algo que a su ex novio y cómplice nunca le ha encajado. «El que he sido manipulado por ella y su familia he sido yo. Pilar siempre ha sido una mujer muy inteligente».

El martes, Pilar Baeza dio una rueda de prensa en Ávila junto al secretario general de Podemos en Castilla y León, Pablo Fernández. «Toda esta trama forma parte de la mafia que hay en la política. He recibido coacciones externas para que abandone la candidatura. Pero yo no acepto chantajes ni me vendo, no es la primera vez que se usa mi pasado para amenazarme», dijo. Su jefe la defendió. «Nosotros tenemos un código ético y ese código se ha cumplido. Esta persona ha pagado con creces su deuda con la sociedad».

Después de que el diario El Español desvelara esta semana el pasado criminal de Pilar, el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, salió en su defensa. «Es un caso de hace 35 años y de una mujer que fue violada», afirmó. Una acusación, la de violación, por la que la familia de Manolo López, el hombre asesinado, demandará al político de la formación morada.

La entrevista con el ex novio de Pilar termina tarde. Durante todo el encuentro Manuel apenas ha dado un par de sorbos a su café con leche. «Mi palabra no vale nada, ni lo que diga va a cambiar las cosas. Pero esta es la verdad, aunque ella lo niegue». Y termina diciendo que quiere volver a escribir el libro sobre lo sucedido realmente en 1985. Lo titulará: Sentimiento de venganza.
 
Que no entiende por que se ha metido en política? Muy fácil por que se vive muy bien sin dar palo al agua con el dinero de otros tanto que le ha compensado que la puedan pillar en su pasado, en fin caso verdaderamente oscuro, creo que la tía es una sicópata de manual que no fue violada, en fin creo que la han apartado de podemos.
 
El pozo de la memoria
El caso de la candidata de Podemos a la Alcaldía de Ávila, que cumplió condena por asesinato, hace salir a la palestra a la familia de la víctima. «No vamos a permitir que nadie ensucie su memoria», dice su hermano a ABC
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Pablo Muñoz@pablomunozabc
MadridActualizado:10/03/2019 03:09h
6 La candidata a la Alcaldía de Ávila de Podemos fue condenada por asesinato

Pilar Baeza, hoy candidata a la Alcaldía de Ávila por Podemos, tenía 24 años cuando la madrugada del 8 de septiembre de 1985 su novio, Manuel González, y un amigo de éste, Juan Carlos Torres, llevaron en el coche del primero a Manuel López, «Lolo», a un descampado situado a la altura del kilómetro 29 de la C-501 (Alcorcón-Plasencia). Sabían que allí había un edificio en ruinas y un pozo, y además estaban seguros de que nadie los sorprendería por tratarse de una zona muy apartada. Al llegar, la víctima fue obligada a bajar del automóvil y segundos después recibió cuatro disparos de escopeta, un arma que les había sido proporcionada por la chica. Luego los asesinos tiraron el cadáver en la oquedad y se marcharon...

Manuel González, el zapatero, y «Lolo» eran amigos de Leganés y, en los tres meses que estuvo desaparecida la víctima, comía en la casa familiar para interesarse por si había novedades en la desaparición. La confianza era tal que en alguna ocasión comió con los padres del chico, a los que tranquilizaba diciéndoles que «se habrá ido con unas mexicanas, pero seguro que vuelve»... El otro autor material, Juan Carlos Torres, carnicero, también pasó por esa casa para sorpresa de la madre, Manoli, que no le conocía: «No duermo, estoy muy nervioso, no sé nada», decía, a lo que la mujer le respondió: «Si no has hecho nada, no te preocupes».

Pilar Baeza también estuvo una vez en la casa, poco antes de las detenciones, y cuando Manoli le preguntó si sabía algo, puso las manos sobre las Sagradas Escrituras y pronunció una frase que aún hoy estremece a la familia López: «Le juro Manuela ante esta biblia que no sé nada de su hijo»...

se entregaron a la Policía aconsejados por sus abogados, sabedores de que antes o después iban a ser detenidos. «Nunca agradeceremos lo suficiente a esos policías de Homicidios cómo se portaron con nosotros. Siempre le decían a mi madre que el asesino de su hijo iba a acabar entre rejas... Desde el primer momento los agentes centraron a los tres, porque un testigo había visto a “Lolo” subir al coche de Manuel González la noche que desapareció».

La resolución del crimen en diciembre debía haber servido no tanto para mitigar el dolor de la familia, que a día de hoy continúa, sino para haber vivido en paz su duelo. No fue así por el testimonio de Pilar Baeza, descrita por los psquiatras que la examinaron como alguien «con escasa dotación intelectual y ciertos rasgos neuróticos de carácter histérico, que la configuran como una persona fácilmente manipulable». Aseguró que su novio había actuado por venganza, ya que el mes de agosto anterior a los hechos le había contado que «Lolo» la había violado a punto de pistola y que se quedó embarazada.

Esa versión trascendió a la prensa, entre otras cosas porque antes de entregarse los novios decidieron contar su historia a Interviú. Incluso, tuvieron la sangre fría de fotografiarse junto al pozo cuando el cadáver de Manuel López aún estaba dentro... Un pozo, por cierto, que los asesinos visitaban cada cierto tiempo para echar tierra y evitar que se pudiese encontrar el cuerpo. Los tres autores fueron condenados a 30 años por asesinato, de los que ella cumplió siete al beneficiarse de redenciones ordinarias y extraordinarias de la pena, comunes por entonces.

«Mis padres –cuenta Víctor Manuel López con profunda amargura– vivieron a partir de ese momento con vergüenza, los hundió; fue una lápida que nunca se resarcirá con nada. Mi madre no lo olvida. Nunca pudo defender a su hijo, nadie le dio la oportunidad de hacerlo... Tras el juicio decidieron pasar página en la vida, vivir con la vergüenza por algo que era mentira, mirando siempre a todos lados para ver quién estaba y evitar así escuchar cualquier comentario terrible».

Manoli y su marido, panaderos de profesión, gastaron todos sus ahorros y más en abogados. Tenían preparada una querella contra la revista que había dado pábulo a los asesinos, pero al final decidieron retirarla: «Les parecía que el dinero que pudieran ganar con ese pleito era sucio, como aprovecharse del asesinato de su hijo, y desistieron».

La familia de «Lolo» hubiera querido que todo este terrible asunto hubiera quedado para siempre oculto en el pozo de la historia. Pero Pilar Baeza tomó una decisión que cambió los acontecimientos: presentarse como cabeza de lista de Podemos a la Alcaldía de Ávila. No pasó mucho tiempo hasta que un medio, «El Español», descubriese la historia hace unos días.

Pablo Echenique, secretario de Organización de Podemos, recurrió al brochazo cuando fue preguntado por este asunto y dio por válida la versión de la supuesta violación como móvil del asesinato, en lo que parecía una justificación del mismo. Por supuesto, ni siquiera se había molestado en consultar la sentencia de 4 de julio de 1990 del Tribunal Supremo en la que de forma expresa se dice que «en el caso presente no se ha practicado ninguna prueba que pudiera acreditar la realidad de la violación que Pilar contó a su novio y atribuyó a una persona». Una afirmación que se reitera en otro momento del texto legal.

«Cuando oí a Echenique y vi que los medios de comunicación volvían a hablar de mi hermano como un violador ya no lo dudé y decidí defender públicamente la memoria de mi hermano», asegura Víctor Manuel López, que añade: «No tengo nada contra la reinserción social, y si Pilar Baeza puede legalmente presentarse a unas elecciones que lo haga y ya decidirán los votantes si la apoyan o no; pero no puedo permitir que más de 30 años después se pisotee otra vez la memoria de mi familia. La madre -el padre ha fallecido ya- no lo veía claro al principio, lo mismo que algunos de los hermanos: «A mi hijo no lo voy a volver a ver, no mováis esto», les decía, pero su hijo pequeño estaba convencido de que «es la única forma de dar voz a “Lolo”». Manoli, una mujer discreta, pero fuerte, evolucionó con los días y decidió asistir a un programa de televisión.

Pilar Baeza, la otra protagonista de esta historia, vive los últimos días encerrada en su gimnasio, desde las diez de la mañana hasta las diez y cuarto de la noche. En una breve charla con ABC, con exquisita educación, declinó hacer cualquier comentario sobre el tema porque «ya di una rueda de prensa y respondí a todas las preguntas que se me hicieron». Lamentó además «la presión mediática a la que estoy sometida; trabajo de cara al público y esto afecta a mi empresa... Quizá más tarde sí que acepte hablar con usted, pero comprenda mi situación».

A falta de explicaciones directas de la implicada hay que remitirse aesa rueda de prensa, en la que insistió en la que admitió que en su día no denunció la supuesta violación, dijo haber hecho frente a todas sus responsabilidades e insistió en que esa agresión sexual se produjo realmente. «He asumido todas mis responsabilidades». Además, atribuyó en parte al hecho de «ser mujer» la «campaña de linchamiento» a la que dice estar sometida.

Víctor Manuel López sale al paso también de esas afirmaciones: «Si hizo frente a la parte que le tocaba de la responsabilidad civil fue porque un embargo, aunque prefiero no hablar de ello... El dinero no cura nada. Lo peor es que no ha perdido perdón, ni tenido un mínimo gesto de piedad con mi madre, ni reconocido que mintió cuando dijo que había sido violada por “Lolo”»...

Cada día ve a su madre, con la que convive, mirar la fotografía de su hermano, lanzarle un beso mientras las lágrimas nublan sus ojos... Así durante 34 años. «Hemos sido dos veces víctimas, de quienes lo mataron en 1985 y ahora otra vez con esas acusaciones. Por eso hemos decidido dar un paso adelante. No vamos a permitir que nadie ensucie su memoria, y menos una de sus asesinos».
https://www.abc.es/espana/abci-pozo-memoria-201903100309_noticia.html
 
vaya vaya
O sea que ni siquiera está claro que sufriera agresión sexual
y encima su participación en el crimen pudo ser mayor de lo que la versión oficial dictaminó
 
vaya vaya
O sea que ni siquiera está claro que sufriera agresión sexual
y encima su participación en el crimen pudo ser mayor de lo que la versión oficial dictaminó
Denuncia no consta y pruebas tampoco, solo su palabra y el juez descarta la violacion en su sentencia....vamos que por sentencia judicial este hombre no es un Violador
 
Denuncia no consta y pruebas tampoco, solo su palabra y el juez descarta la violacion en su sentencia....vamos que por sentencia judicial este hombre no es un Violador

El juez la descarta o la da por no probada? Porque es muy distinto...

De momento, el ex-novio dice que SÍ la violó, y que de hecho ella quedó embarazada, por lo que la llevó a Portugal a abortar. Hay que decir que en 1983 denunciar una violación era una pérdida de tiempo, aparte de convertirte en una paria social. Y con esto no quiero defender a quien se toma la justicia por su mano (aunque si de verdad la violó, la embarazó, y tuvo que pasr por un aborto, le tuvo que saber a gloria bendita)

Aparte, la familia diciendo que no van a permitir que nadie ensucie su memoria por lo de la violación, pero según el artículo de El Mundo no le hacía falta, porque entre otras cosas se dedicaba a extorsionar a comerciantes con una especie de impuesto revolucionario, como por ejemplo al carnicero que fue el tercero de sus verdugos. Vamos, que era un angelito.

No soy de Podemos, y cuando ví la foto del ex-novio creí que era el Vaquilla, las fotos parecen sacadas en un pub de Puerto Hurraco, vamos, que no parecen el tipo de gente que a mí me gusta y suelo frecuentar, pero de momento, y según está la ley, la señora (y el señor) han pagado su deuda con la sociedad y presentarse a las elecciones es un derecho que tienen. En manos de la gente está votarles o no.
 
El juez la descarta o la da por no probada? Porque es muy distinto...

De momento, el ex-novio dice que SÍ la violó, y que de hecho ella quedó embarazada, por lo que la llevó a Portugal a abortar. Hay que decir que en 1983 denunciar una violación era una pérdida de tiempo, aparte de convertirte en una paria social. Y con esto no quiero defender a quien se toma la justicia por su mano (aunque si de verdad la violó, la embarazó, y tuvo que pasr por un aborto, le tuvo que saber a gloria bendita)

Aparte, la familia diciendo que no van a permitir que nadie ensucie su memoria por lo de la violación, pero según el artículo de El Mundo no le hacía falta, porque entre otras cosas se dedicaba a extorsionar a comerciantes con una especie de impuesto revolucionario, como por ejemplo al carnicero que fue el tercero de sus verdugos. Vamos, que era un angelito.

No soy de Podemos, y cuando ví la foto del ex-novio creí que era el Vaquilla, las fotos parecen sacadas en un pub de Puerto Hurraco, vamos, que no parecen el tipo de gente que a mí me gusta y suelo frecuentar, pero de momento, y según está la ley, la señora (y el señor) han pagado su deuda con la sociedad y presentarse a las elecciones es un derecho que tienen. En manos de la gente está votarles o no.
Será no probada, como no denunció, si yo al principio estaba con la mujer esta, en el sentido que hace 35 años, nadie denunciaba, pero como salieron otras informaciones y algunos detalles contradictorios, pues no se que pensar
 
Yo, que tengo entre mis amigos y conocidos a muchos VOXeros (y peperos, sociatas, podemitas, anarquistas, pasotas y de todo, tengo de todo oiga!) resulta que andan escandalizadísimos con el caso de la podemita de Ávila. Como suele ser bastante habitual entre los votantes de VOX que yo conozco, oyen campanas y no saben dónde. Han oído que esta mujer mató a alguien y ponen el grito en el cielo. Hasta ahí, todo normal. Pero les preguntas: ¿sabes a quién mató esta mujer? Y la gran mayoría no saben. Saben que mató a un hombre, pero nada más. Así que les explicas que mató a su violador y ahí, mira tú, la cosa cambia, que ya sabemos que a los de VOX lo de tomarse la justicia por su mano les pone. Les explicas que además de violador era delincuente habitual y ya el grito que antes ponían en el cielo lo van poniendo en el cuello de su camisa. Hay algunos que sí que han oído que mató a su violador, pero enseguida te dicen que lo de la violación es mentira, porque claro, como todo el mundo sabe, las mujeres nos inventamos violaciones por hobby, que es muy divertido.

Hace unos días Santiago Abascal, en su infinita sabiduría, dijo que los españoles deberíamos tener derecho a disparar a un ladrón en defensa propia y todos sus flanes venga a aplaudir. Cuando les explicas que el asesinado iba con pistola a todas partes y que no le sirvió para defenderse pero que sin embargo sí le sirvió para violar a una mujer y para perpetrar diversos atracos y tener aterrorizado a más de un infeliz pequeño empresario, pues entonces ya te cambian de conversación rápidamente, porque claro, no van a reconocer que son unos ignorantes y unos hipócritas, líbreles Dios.

En cuanto a Pilar Baeza, yo no sé qué ganas tiene de presentarse a nada sabiendo que se iba a montar este follón. Y si no lo sabía es que entonces no es muy espabilada, razón suficiente para no votarla. Ávila es una ciudad pequeña y supongo que todo el mundo se conoce y sabrán de sobra cuál es la historia de esta mujer. Y si sale elegida, pues oye mira, los abulenses sabrán lo que votan para su ciudad. Pero si la gente fuera de verdad coherente con sus ideas, los que la votarían serían los de VOX.
 
Me imagino que Pilar Baeza sabía de sobra que su pasado podría salir a la luz al presentarse a unas elecciones municipales. Lamentable todo lo pasado y repugnantes esas fotos junto al pozo publicadas en Interviu.

Puedo creerme que hubiera una agresión sexual (no denunciada en su momento y, por lo tanto, difícil de probar después de muerto el presunto agresor) y, al mismo tiempo, creo intuir que, tras esa muerte había algo más que una venganza "por honra". Intuyo que fue un ajuste de cuentas por un motivo mucho más materialista (cantidad de dinero no repartida tras algún golpe, menudeo de drogas, etc...), ya que ni el asesinado ni los autores materiales condenados andaban en buenos pasos. En la entrevista del ex de Baeza en El Mundo son bastante más comedidos que en otra que dio a El Español (donde se puede leer hasta el lugar de residencia del ex).

https://www.elespanol.com/reportaje...pilar-baeza-asesinato-tirado/381712899_0.html


Pero lejos de esa imagen de hombre tranquilo y apartado que lleva ahora, los 80 fueron años movidos para muchos, también para Lolo. “Eran tiempos de chorizillos de barrio”, cuenta David, un antiguo amigo del asesino, que ha participado en algunos palos con él y que ha pedido que se le ponga un nombre falso para proteger su intimidad.

“Sabe hacer el teatro de persona dulce y tranquila, pero vas a poder encontrar a poca gente que quiera hablar de él porque la gente tiene miedo porque está suelto”, dice David sobre 'Lolo'. Es cierto, este diario se ha puesto en contacto con distintas personas que conocen de aquella época a Lolo y a Pilar Baeza y la respuesta generalizada ha sido el silencio por temor.

“Yo iba con él y en la entrada de San Nicasio de Leganés paraban muchos camiones. Él llevaba un par de garrafas e iba a robarle la gasolina a los camiones”, dice David. “No le he vuelto a ver desde el asesinato, pero tenía la sangre fría y la cara dura”, añade.

Miedo al hablar del pasado de 'Lolo' y Pilar Baeza

Lolo habla con voz tranquila. No sólo por la edad sino porque tiene un epoc pulmonar que le tiene enganchado a una máquina de oxígeno. En todo este tiempo le dio tiempo a casarse, a divorciarse, y tiene una hija que le va a visitar los fines de semana a su casa, donde él vive con su madre.

En Chozas de Canales, donde muchos le conocen por los veranos que Lolo pasa ahí y donde también vive su hermana, le recuerdan muy delgado, enfermo. “Es una persona muy extraña, eso sí”, matiza una vecina. “Siempre va con la cabeza baja y no hace amigos con nadie”, añade.

Pero lejos de esa imagen de hombre tranquilo y apartado que lleva ahora, los 80 fueron años movidos para muchos, también para Lolo. “Eran tiempos de chorizillos de barrio”, cuenta David, un antiguo amigo del asesino, que ha participado en algunos palos con él y que ha pedido que se le ponga un nombre falso para proteger su intimidad.

“Sabe hacer el teatro de persona dulce y tranquila, pero vas a poder encontrar a poca gente que quiera hablar de él porque la gente tiene miedo porque está suelto”, dice David sobre 'Lolo'. Es cierto, este diario se ha puesto en contacto con distintas personas que conocen de aquella época a Lolo y a Pilar Baeza y la respuesta generalizada ha sido el silencio por temor.

“Yo iba con él y en la entrada de San Nicasio de Leganés paraban muchos camiones. Él llevaba un par de garrafas e iba a robarle la gasolina a los camiones”, dice David. “No le he vuelto a ver desde el asesinato, pero tenía la sangre fría y la cara dura”, añade.

David también cuenta que Lolo y Manuel López eran amigos, compinches, antes de que el primero matara al segundo. Entre las fechorías que hacían juntos, David dice que habían robado una llave a un técnico de cabinas telefónicas y que las trucaban. Ambos iban por las mañanas, las abrían y hacían que el dinero, en vez de caer en la hucha de abajo, se quedara en la parte superior. Las máquinas estaban preparadas para ello ya que se solía hacer cuando la hucha se llenaba de dinero. Después hacían una ruta por la noche recogiendo el botín antes de que lo hicieran los de Telefónica.

“La llave la consiguieron en Alicante. Yo fui alguna vez con Lolo. Me decía que le acompañara a hacer una serie de recados y que me invitaba a cenar y al final invitaban las cabinas”, relata David. “También lo hacían en Benidorm, porque ahí al haber turistas, el dinero en las cabinas era mayor”, añade.

Asesino y asesinado, compinches
Lolo reconoce que sí tuvo un pasado de delincuente de barrio y que El panadero y él eran compinches. Pero siempre echa balones fuera y apunta a Manuel López como ideólogo de todo. “Sí, una vez fuimos a Benidorm 15 días y nos pagamos las vacaciones con las cabinas”, reconoce Lolo. “En lo de las cabinas ha participado medio Leganés y era él el que me llamaba para hacerlo”, se defiende.

Pero su relato no concuerda con el resto de la gente que le conocía en aquella época. David cuenta que muchas veces los palos los dio con Lolo, solos. El amigo llega a afirmar que Lolo y otros aliados de él participaron en una extorsión a un empresario. Según el relato de David, la víctima fue el dueño de una zapatería en el centro de Madrid en la que trabajaba Lolo, de ahí su mote, por despedirle de manera irregular.

Presuntamente, Lolo llegó a retener contra su voluntad a un familiar del dueño de la tienda y le llamó para demostrar que podía hacerlo y pedir dinero a cambio. Aunque la fuente ha acertado en los numerosos datos que ha dado y su discurso aparenta realista, Lolo por su parte ha desmentido que esto sucediera así.

“Yo a El panadero lo conocí en un rally de coches que se celebró en Leganés”, relata Lolo sobre la primera vez que vio al hombre que más tarde asesinaría. “A mí se me daba bien conducir y lo gané. Después se me acercó y me empezó a amenazar y a pedir que condujera para él en robos”, añade. “Me llevó a una tahona que tenía y me puso una pistola en el pecho y me dijo que yo haría lo que él me dijera”, dice.

Su relato siempre pone a Manuel López como el malo de la película. Dice que le tenía miedo, que todo el mundo en Leganés se lo tenía. Esta es la versión que trasladaron a la revista Interviú cuando les hizo el reportaje. Lolo asegura que Manuel le hacía robar coches para él, aunque no recuerda cuántos robaron.

“Una vez dimos un palo en la calle Fuencarral, en una tienda que había que se llamaba Stock”, asegura. “Yo robé un Seat 131 y Manolo y otros dos llevaron a cabo el atraco mientras yo esperaba en el coche para huir”, añade. “En otra ocasión, estuvimos los dos detenidos en Málaga, por entrar en un garaje para robar una radio que había en un Mercedes”, dice.

Esto, por supuesto, es su versión, y la de nadie más. “A El panadero yo lo recuerdo como un muchacho trabajador”, dice David. “Los padres estaban con la tahona y él se dedicaba a repartir el pan en una furgoneta. Era alto y guapo y era muy simpático”, añade. “Por supuesto que tenía sus cosas y los dos hacían pirulas juntos, pero Lolo era un Oliver Twist, siempre en la calle y no tenía ningún límite”, cuenta.

“He pensado mil veces en pedir perdón”
Pero Lolo ya vive alejado de todo esto. “La cárcel no rehabilita nada por que lo mío fue un fallo y no lo he vuelto a cometer”, dice. “A mí me han estafado varias veces y no he ido a matar al tío”, comenta sobre su cambio. Y asegura que se siente extraño, que está siendo duro ver su fotografía en la que aparece junto a Pilar en la televisión. También dice que siente lástima por Manuela, la madre del chaval al que asesinó y que ha aparecido en una cadena contando toda la historia.

“Estoy arrepentido de lo que pasó, pero no he pedido perdón por no revolver el pasado”, dice. “Estoy angustiado por ella, por Manuela, el revuelo ha sido demasiado. He pensado mil veces en llamarla y pedirle perdón. El otro día, cuando estaba en la televisión, estuve a punto, pero no encontré el teléfono de Telecinco para pedirle perdón en directo”, añade.

Antes de que volviera a la luz el suceso que truncó la vida de todos los que tocó, después de que EL ESPAÑOL lo rescatara, Lolo había escrito un libro sobre su vida. En él recapitulaba y contaba todo: su juventud en Leganés, el asesinato de Manuel López, sus 18 años en prisión y todo lo que vino después. Así rellenó 600 páginas.

Pero lo perdió, le entraron a robar y se llevaron el ordenador en el que estaba todo. Ahora, con todo el revuelo mediático que se ha montado alrededor planea volver a hacerlo. Además porque todavía le quedan muchas cosas que se guarda en el tintero. Insinua que Baeza estuvo más implicada de lo que aparece en la sentencia, que Manuel López no era el santo que todos dicen, que en la cárcel le amenazaron de muerte si contaba toda la verdad.

También dice que si asumió las culpas fue por el consejo de los abogados que pagó la familia de Pilar y que él no pegó los cuatro disparos que dice en la sentencia, que había alguien más. No quiere decir más, pero lo escribirá en su libro. Y todo esto por la gran incógnita que les ha devuelto el pasado: “Yo no sé por qué Pili se ha metido en todo esto”, remata Lolo.


 
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