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La tira de Fontdevila: El perdón
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EL DESARME DE ETA
Los obispos vascos y navarros piden perdón por sus “complicidades” con el terrorismo de ETA
Los prelados solicitan el acercamiento de presos pero "de forma que las víctimas del terrorismo no se sientan humilladas"
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JUAN G. BEDOYA
20 ABR 2018 - 23:35 CEST
José María Gil Tamayo en una rueda de prensa, en una foto de archivo. JAVIER LIZÓN EFE
Los obispos del País Vasco, el arzobispo de Navarra, y el prelado de Bayona (Francia) impusieron su voz respecto a la posición oficial expresada dos horas antes, en conferencia de prensa, por el portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo. “Somos conscientes de que se han dado entre nosotros complicidades y omisiones por las que pedimos sinceramente perdón”, dijeron. La declaración causó desolación entre varios prelados.
ETA lamenta el daño causado y pide “perdón” a parte de las víctimas
Apenas cuatro horas después de que se conociera el comunicado de ETA, los tres prelados del País Vasco español (Bilbao, Vitoria y San Sebastián), más los dos de Navarra y el de Bayona emitían un largo comunicado, que muchos de sus compañeros reconocieron más tarde desconocer pese a que todos ellos asistían desde el lunes pasado a una asamblea plenaria en Madrid. Ni siquiera se esperaba el comunicado, lamentó uno de los presentes.
Lo cierto es que los obispos españoles han vuelto a hablar con sensibilidades distintas ante el problema del terrorismo etarra. Media hora antes del mediodía, el portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, abandonó el plenario para afirmar, en primer lugar, la alegría por la anunciada disolución de ETA, con la severa advertencia de que toda “petición de perdón exige un compromiso de reparación”.
Apenas una hora más tarde irrumpió el largo comunicado firmado por el arzobispo de Navarra, Francisco Pérez González, los tres obispos del País Vasco (Mario Iceta, de Bilbao; José Ignacio Munilla, de San Sebastián; Juan Carlos Elizalde, de Vitoria), además de Marc Aillet, prelado de Bayona (Francia), y el obispo auxiliar de Pamplona, Juan Antonio Aznárez. “A lo largo de todos estos años, muchos de los hombres y mujeres que conforman la Iglesia han dado lo mejor de sí mismos en esta tarea, algunos de forma heroica. Pero somos conscientes de que también se han dado entre nosotros complicidades, ambigüedades, omisiones, por las que pedimos sinceramente perdón”, señalaron.
Inmediatamente, la posición oficial del episcopado pasó a segundo término y el foco se centró en ese párrafo. La disolución de ETA “es la victoria de la democracia y de toda la sociedad española”, había afirmado el portavoz de la CEE. “La gran tarea que queda es la reconciliación; es el trabajo más difícil, más costoso y que lleva más tiempo, el que exige más generosidad. La Iglesia ha ayudado y seguirá ayudando para que sea posible un clima de entendimiento y convivencia pacífica del pueblo vasco y la sociedad española. El sufrimiento no termina con una declaración de que ha acabado la pesadilla horrible, de sangre, de utilización de una violencia siempre maligna”, añadió.
Por su parte, los prelados del País Vasco, Navarra y Bayona consideran que la “deseada” disolución de ETA “ofrece nuevas posibilidades para la normalización” y defienden que es el momento de “atender las peticiones de los familiares de los presos inmersos en diversas necesidades humanitarias”. Recalcan también la importancia de que el “retorno de los excarcelados a sus lugares de origen se realice de forma que las víctimas del terrorismo no se sientan humilladas”, en referencia a los homenajes que ha organizado la izquierda abertzale para recibir a presos excarcelados.Los obispos vascos también muestran su solidaridad con todas las víctimas de la violencia y con sus familiares y, “de un modo especial”, con aquellos cuyos atentados no han podido todavía ser esclarecidos.
Las discrepancias del grueso del episcopado español frente a los prelados vascos viene de lejos, pero tuvieron su momento más delicado cuando en 2002 emitieron una pastoral advirtiendo contra la ilegalización de Batasuna. El entonces presidente Aznar calificó de inmoral la posición del episcopado, sin distinción, un conflicto que la CEE se vio obligada a zanjar haciendo su propia pastoral. Hasta el nuncio del Vaticano en Madrid terció en la disputa. No llegó a condenar la pastoral vasca, pero sí dijo que tenía “aspectos de inoportunidad”.
https://politica.elpais.com/politica/2018/04/20/actualidad/1524221922_964336.html
Es sabido la complicidad de la curia vasca con el tema de ETA, pero ningún sacerdote ha pisado la cárcel, quiero decir que muchos de ellos inculcaban pensamientos e ideas afines a la ideología de ETA por decirlo suavemente, pero sus púlpitos los protegían de los jóvenes que con lavados de cerebros de ciertos prelados se metían en esa organización y acaban con sus huesos en la prisión.
Por favor...¡Hipocresías no!
Los numeros son los numeros 22,7 en guipuzcua lA MAS BAJA DE TODA ESPAÑA SERA POR E3SA COMPLCIDADPara los curas nacionalistas seria interesante recuperar la hoguera de la inquisición... no tiene pase que hayan defendido y protegido a asesinos de esa calaña, y no lo tiene porque han traicionado a la esencia misma de lo que significa ser cristiano, católico, de lo que implica creer en Dios , dan verguenza y asco incluso más que los terroristas y no entiendo como el PAPA directamente no los expulsa de la iglesia por quinta columna---
La buena noticia es que ETA se terminó, tod@s podemos vivir mas tranquilos.
Y sigamos para bingo:
La mujer y las hijas de Isaias Carrasco, un buen hombre, currante, humilde y concejal del PSOE, contaban llorando, todavía, 10 años después, como una de sus hijas tuvo que irse a estudiar a Barcelona, porque después de asesinar a su padre rematado con 5 tiros en su portal, tenía que escuchar en el instituto, GORA ETA, como amigas de clase dejaron de hablarla, como cuando iba a una discoteca del pueblo la gente le gritaba, tu puto padre bien muerto está... como el hijo pequeño, que tenía 4 años cuando asesinaron a su padre, sufrió bullying en la ikastola, y le decían niños más mayores, GORA ETA ( imagino que lo traian aprendido de casa), como su madre lo cambió de colegio, y como Sandra, la hija mayor, tuvo que aguantar día si día también las pintadas camino de su trabajo, en el mismo pueblo, de apoyo a presos y con la diana de politicos y sus caras pintadas. Da terror verla contar como durante años soñó con su padre muerto con el tiro en la garganta, que fue el que jamás se le borrará de la mente, da escalofrios escucharla contar esta historia de terror, y como han sido valientes de ir con la cara muy alta mirando al futuro.
En su propio pueblo tenian a los amigos de los que siguieron a su padre, al cura que escondía a los etarras en su parroquia ( todo muy cristiano), a los familiares de los presos riéndose en su cara y tomando txikitos en la plaza del pueblo y toda clase de pintadas de GORA ETA que el alcalde batasuno-bilduerre jamás mandó limpiar. Ya sabemos, es un atrezzo muy bonito para cierta gente....
Y asi 900 casos más de familiares + secuestrados + extorsionados + heridos con secuelas de por vida....
Y si eso nombramos a Franco, y todo resuelto.
Conforme te estaba leyendo sentía pena, rabia e impotencia, no entiendo como hay gente que puede justificar a estos seres despreciables. Que asesinen a un ser querido es doloroso pero encima que se burlen de ello me parece deleznable, por estos motivos no acepto su perdón, los asesinos y la gente que les ha dado el visto bueno se merecen el peor de los infiernos ojala sufran en sus carnes todo el sufrimiento que ellos han causado.
Pues ese fue el modus operandi durante muchos muchos años. A partir creo del 2000 en adelante el grito contra ETA fue alto y claro, valiente también por parte de los vascos, pero durante los 80 y 90, ya en democracia, todos o muchos de ellos callaron, quizá fue el miedo, que es un sentimiento irracional y humano, o quizá fue el silencio cómplice a lo que aquellos asesinos perpetraban. Los pueblos y ciudades eran el feudo de los terroristas, todo el entramado civil les apoyaba, asociaciones, herriko tabernas... el malo era el militar y el guardia civil, el policia, el empresario que no se subyugaba a pagar el impuesto revolucionario, el juez y la fiscal que ponía valentía a sus actuaciones, el funcionario de prisiones, el politico.... y de ahi a cualquier ciudadano que pasaba por la calle.
Hay historias tan duras. Recuerdo aquel etarra que al salir de la cárcel por delitos de sangre abrió un negocio justo debajo de la vivienda de la viuda de una de sus victimas. Y el pueblo jaleaba al etarra y escupía a la señora viuda y a sus hijos, hasta que la familia, acosada, huyó del pueblo.
O Yoyes, a la que asesinaron delante de su hijo. Hijo que hoy en día es quimico en USA y que HB intentó atraer de adolescente recibiendo solo su desprecio, jamás recibieron un perdón ni él ni su padre. Imagino que Yoyes tampoco entra en el pack de perdones, fue una traidora por abandonar la violencia.
O el matrimonio del PP asesinado de 5 tiros en Sevilla dejando a 3 hijos huérfanos.
Jamás se me olvidará ver en la tele con 13 años el atentado de Irene Villa y su madre, desmembradas, sin piernas, rodeadas de humo y sangre.
Ni la cuenta atrás del asesinato de Miguel Ángel Blanco y las manifestaciones gigantes en toda España, con los jovenes diciendo " ETA escucha aqui tienes mi nuca"
O el asesinato de Ernest Lluch en su garage, a oscuras, como cobardes, metiendole 3 tiros en la espalda. Recuerdo aquel video suyo diciendo a los etarras" gritad gritad, mientras gritais con la palabra no mataréis". Meses después le asesinaron.
O el niño de 2 años asesinado en el coche de su padre, guardia civil, con una bomba lapa accionada a distancia. Eran muy valientes los etarras.
Y asi 900 asesinatos más, sin contar los extorsionados, secuestrados y heridos.
Valiente escoria hablar de bandos y sufrimiento en ambas partes.