La parte superior de este broche incluye el Cullinan VIII, un diamante con corte esmeralda de 6,8 quilates, que la reina María mandó a montar en un broche de platino similar al Cullinan V.
Fue un regalo que recibió de lady Jardine en 1981 y consiste en una estrella de ocho puntas, separadas por ocho diamantes, que parten de una gema central.
La reina María mandó a montar este diamante, que pesa 18,8 quilates, sobre una fina red de platino que imita una inusual y espectacular forma de corazón