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Adriana Lastra: "Que Bildu apoye las cuentas es normalidad democrática y que la izquierda abertzale esté en las instituciones, un éxito"​

  • La portavoz del PSOE advierte a Casado de que no van a retrasar "sine die" la renovación del Poder Judicial y le da de margen hasta mediados de diciembre para llegar a un acuerdo antes de reactivar la proposición de ley con la que el Gobierno pretende sortear su bloqueo
Adriana Lastra, portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados Nando Ochando
Irene Castro

14 de noviembre de 2020 22:02h
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@irecr
Adriana Lastra (Ribadesella, 1979) lidera la negociación de todo lo que el Gobierno lleva al Congreso en esa aritmética parlamentaria endiablada que ha dado como resultado la primera coalición de la democracia. Recibe a elDiario.es este viernes en la sala donde precisamente mantiene buena parte de las reuniones con el resto de grupos y en la que se fraguaron los apoyos para la investidura justo cuando Pedro Sánchez se ha anotado la primera victoria en el largo camino hacia los Presupuestos Generales del Estado, que son la clave para la duración de la legislatura y que ya frustraron su gobierno anterior. La portavoz y vicesecretaria general del PSOE, que no da un paso sin que lo sepa el presidente, defiende los acuerdos alcanzados con EH Bildu y la negociación de las cuentas públicas también con la izquierda abertzale. "Que Bildu apoye los Presupuestos, o los apoye Ciudadanos o los apoye ERC forma parte de la normalidad democrática de este país", advierte a quienes en el partido -entre ellos importantes barones como Guillermo Fernández Vara o Emiliano García-Page- han dejado patente su malestar con la entrada de EH Bildu en la ecuación. A pesar de que las aguas se han revuelto en el PSOE, Sánchez tiene claro que seguirá en esa dirección, aunque intenta sumar a Ciudadanos a la foto.

A la portavoz parlamentaria le quedan un par de semanas duras por delante, con la negociación de las enmiendas parciales a las cuentas o la aprobación de la ley educativa, pero asegura que cuando pase el examen de los presupuestos retomará otros asuntos como la comisión de investigación del Caso Kitchen, donde plantea que declare el expresidente Mariano Rajoy, la anterior secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Niega que se haya retrasado su puesta en marcha por la negociación con los de Pablo Casado de la renovación del Poder Judicial y fija el plazo temporal para llegar a un entendimiento: mediados de diciembre. Si no hay acuerdo para entonces, el PSOE retomará la proposición de ley para sortear el bloqueo del PP.

A lo largo de la entrevista manda algún mensaje a Pablo Iglesias: " El Partido Socialista no va a vetar a nadie que quiera apoyar estas cuentas y lo que espero es que el resto de fuerzas políticas tampoco lo hagan". Y otro para la ministra de Economía, Nadia Calviño, a quien recuerda que la promesa de revertir la reforma laboral del PP para que los convenios sectoriales prevalezcan sobre los de empresa no solo está en el acuerdo de gobierno de la coalición sino también en el programa electoral del PSOE.

Han tenido esta semana una importante victoria al derrotar las enmiendas a la totalidad a los Presupuestos, pero varios de los grupos que apoyaron al Gobierno advierten de que son incompatibles entre sí. ¿Ve viable que estén ERC, Ciudadanos y Bildu en la misma ecuación?

La verdad es que esta semana fue un éxito muy importante porque ha habido 198 apoyos para que se inicie la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado. De la misma forma que 198 diputados de distintos grupos parlamentarios tanto ideológica como geográficamente, han apoyado la tramitación de esos Presupuestos, espero que vuelvan a coincidir en la votación para sacarlos definitivamente adelante. En una situación como la actual, excepcional, lo normal es que hagamos lo que nos pide la ciudadanía, que nos unamos y que seamos capaces de dar respuesta desde la política a lo que estamos afrontando: a la situación sanitaria, pero también a la crisis económica y social. ¿Cuándo lo vamos a hacer si no es ahora? Son unos Presupuestos necesarios, que son progresistas, expansivos, afrontan la recuperación y sobre todo que no son unos Presupuestos de partido sino de país y ahí podemos unir a mucha gente y yo espero sinceramente poder hacerlo más allá de la política de vetos y bloqueos que unos y otros se lanzan a la cabeza en el Congreso de los Diputados.

Si esa tónica de vetos cruzados se mantiene, ¿priorizarán a los socios de la investidura antes que sumar a Ciudadanos?

Lo que espero es sacar los presupuestos del Estado adelante. Hemos dado el primer paso, que es tumbar las enmiendas a la totalidad, y ahora lo que queda es la negociación de las enmiendas parciales. Se está avanzando bien con el resto de grupos parlamentarios, con los que ya ha habido reuniones por parte del Ministerio de Hacienda, y ahora empezaremos a negociar esas partidas. Desde luego, el Partido Socialista no va a vetar a nadie que quiera apoyar estas cuentas y lo que espero es que el resto de fuerzas políticas tampoco lo hagan.

La AIReF y el Banco de España han puesto pegas a las previsiones económicas de las que parten las cuentas. Creen que son demasiado optimistas y que los ingresos no van a cuadrar.

La AIReF daba una horquilla y es verdad que nosotros estamos en la parte optimista, pero tenemos que ser optimistas, porque hemos conseguido un buen acuerdo en la Unión Europea y porque sabemos que, en cuanto salga la vacuna adelante, la economía repuntará. Esta es una situación de incertidumbre para los mercados, para las economías públicas, para la Hacienda pública y, por lo tanto, entiendo que algunos organismos puedan tener dudas. No solo le pasa a España, sino que le pasa a todos los países. Y también hay que recordar que en todos los presupuestos anteriores, los del Partido Popular, siempre ha habido una desviación de ingresos. Es normal que ahora con lo que está sucediendo no podamos ser más estrictos a la hora de poner las cuentas encima de la mesa; pero eso lo han entendido desde el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Comisión Europea, la propia AIRef... Es decir, que es algo que estaba pasando a nivel global.

Inés Arrimadas ha ido subiendo el precio de su respaldo a los presupuestos, ¿a qué atribuye ese alejamiento que ha mostrado en las últimas semanas?

Ciudadanos es una fuerza política que quiere ser relevante en el espacio político español. Siempre es bienvenido que las fuerzas políticas quieran sentarse a negociar, quieran participar de la política, quieran aportar lo mejor de ellos mismos y de sus organizaciones para arrimar el hombro y salir cuanto antes de esta de esta crisis. Pero también creo que eso tiene un coste interno para ellos. Escuchaba al exlíder de Ciudadanos en días pasados y a otra gente del equipo anterior cuestionar la estrategia de la señora Arrimadas y del actual equipo de Ciudadanos y creo que responde en buena medida a esas críticas internas. Yo entiendo que el actual equipo, la señora Arrimadas y Edmundo Bal y los demás, tienen esa voluntad de ser relevantes en la política española. Yo les doy la bienvenida a esa utilidad de la política y lo que espero es que sigamos sentándonos a negociar, como lo hicimos en el estado de alarma, como lo estamos haciendo para los presupuestos y en otras leyes.

Respecto a las condiciones de Ciudadanos para los Presupuestos, una de ellas que dejen por escrito que rechazan un referéndum en Catalunya. ¿Por qué no aceptan esa condición? Pedro Sánchez llegó a plantear prohibir la convocatoria de referéndums ilegales en el Código Penal.

Nosotros somos el Partido Socialista Obrero Español, que llevamos 141 años defendiendo los derechos de los trabajadores, la justicia social, la legalidad... Llevamos 42 años defendiendo la Constitución española. A mí me parece una ofensa -lo digo a título personal- que a mí un partido político me diga: "Firmen ustedes esto por escrito". Nosotros defendemos nuestro ordenamiento jurídico, defendemos la Constitución española y, por supuesto, no tenemos nada que demostrarle a nadie, y tampoco a Ciudadanos.

Y respecto a la ley educativa, ¿en qué cambia retirar el castellano como lengua vehicular respecto a la redacción que han pactado ustedes con ERC?

Pregúnteselo a Ciudadanos, que dice que desaparece el castellano de Catalunya, de Galicia y de Euskadi. No desaparecen ni muchísimo menos. Lo que decimos es que las lenguas oficiales tienen que estudiarse en los colegios. Lo decimos nosotros, pero lo dice la Constitución y los estatutos de autonomía. Por lo tanto, no cambia nada. Desaparece una palabra del Partido Popular y nada más.

Desde luego, los niños van a seguir estudiando en catalán y en castellano. Es más, creo que nadie puede decir a día de hoy que en España no se estudia en ambos idiomas. Es absurdo y Ciudadanos y la derecha lo saben. Aquí lo que subyace es un ataque de la derecha organizada, política, económica y mediática para intentar paralizar una ley que viene a derogar la ley Wert, que fue nefasta para nuestra educación, muy contestada por el sector educativo. Lo que estamos haciendo con muchas otras fuerzas políticas es poner en pie una ley educativa que responda a los anhelos del sector, pero también las necesidades de nuestros jóvenes y también lo que queremos que sea España en el futuro.
ERC sí que apoya al Gobierno en todas las iniciativas legislativas, en los Reales Decretos... en lo que viene a ser la política diaria aquí. Es una organización política con la que nosotros tenemos mucha relación y colaboramos y hablamos diariamente.
Salvar a Ciudadanos, darle un espacio político propio, ¿les abre un camino de futuros pactos electorales al margen de Unidas Podemos?

No está en mi previsión salvar a ninguna fuerza política de nadie y mucho menos de sí misma. No está eso en nuestra nuestra cabeza ni en nuestra estrategia como organización política. Lo que queremos es darle estabilidad al Gobierno y, sobre todo, darle horizonte de futuro al país en una situación crítica como la actual.

El PNV no da por cerrado todavía su apoyo a los Presupuestos y uno de los desencuentros que tiene es por el impuesto al diésel, ¿van a dar marcha atrás en esa propuesta?

El PNV no es un socio más, es un socio prioritario, porque es un socio leal con el que trabajamos a gusto y bien, con quien gobernamos en Euskadi y, por lo tanto, las dificultades que se hayan podido dar con el impuesto al diésel creo que la ministra fue muy clara en el debate en respuestas a la portavoz del PNV. Vamos a llegar a un acuerdo sin ninguna duda.

¿Pero priorizarán el acuerdo pasando por encima de ese impuesto que también era una de los objetivos del Gobierno: tasar al diésel dentro de la política verde?

Lo que vamos a hacer es ir dando pasos en esa política fiscal verde. Es uno de los ejes de nuestro plan de recuperación y resiliencia. Pero también lo que vamos a hacer es cumplir nuestros compromisos con nuestros socios y sobre todo con nuestro socio prioritario. Vamos a sentarnos con el PNV y acordar lo relativo al impuesto al diésel.

¿Hay dos estrategias dentro del Gobierno? Pablo Iglesias no quiere saber nada de sumar a Ciudadanos mientras ustedes lo están intentando...

Sacamos adelante los estados de alarma en este país hace unos meses por el apoyo de Ciudadanos. No creo que nadie deba cerrarse las puertas a la hora de conseguir los objetivos. El objetivo del Gobierno, al menos del PSOE, es sacar las cuentas públicas adelante, seguir transformando la sociedad, sacar día a día todas esas iniciativas legislativas que vienen del Gobierno al Congreso de los Diputados y para eso se necesita, como diría Zapatero, geometría variable y para eso hay que hablar con mucha gente.

Ha hablado de que Ciudadanos se convirtió en un socio durante el estado de alarma y en cambio ERC se bajó de ese apoyo. ¿Vuelve a ser un socio fiable para el Gobierno?

Las organizaciones políticas y sus relaciones son cambiantes. Depende de los asuntos que estemos hablando. Depende de la situación política general y del país. Era muy difícil -o así se nos trasladaba por parte de ERC- a partir del tercer o cuarto estado de alarma de la primavera apoyar ese estado de alarma con un mando único. Es cierto que ellos no apoyaron algunos de los estados de alarma, pero también es cierto que luego, en el día a día del Congreso de los Diputados, ellos sí que apoyan al Gobierno en todas las iniciativas legislativas, en los Reales Decretos... en lo que viene a ser la política diaria aquí. Es una organización política con la que nosotros tenemos mucha relación y colaboramos y hablamos diariamente.

Por tanto, es más fácil sacar los presupuestos con ellos.

No, yo no estoy diciendo eso. Yo lo que estoy diciendo es que en la política diaria, ordinaria, nosotros tenemos una relación más fluida con Esquerra Republicana, porque nos unen las políticas de izquierdas y luego es verdad que en otras cuestiones, como por ejemplo el estado de alarma, pues pactamos con Ciudadanos, entre otras cosas porque Esquerra Republicana decidió que no iba a apoyar los estados de alarma y, sin embargo, Ciudadanos siempre tuvo la mano tendida para apoyarlos. No podemos, en este caso, fijarnos en nuestra relación con Esquerra o con Ciudadanos por un momento político concreto o por una votación en concreto, ni siquiera por nueve meses o diez meses que han sido extraordinarios para la política española, sino que tiene que ser algo que se vaya trabajando día a día y eso es lo que estamos intentando desde el Grupo Socialista.

¿Opina, como José Luis Ábalos, que los indultos a los líderes del procés serían un gesto de normalización positivo?

José Luis Ábalos es miembro del Consejo de Ministros. Yo no lo soy. Los indultos tienen un proceso, requieren una serie de pasos a seguir importantes y el último es, en este caso, la decisión del Consejo de Ministros, pero a mí no me compete ni tomar esa decisión, ni siquiera participar de ella.

No le compete tomar la decisión, pero tendrá una opinión. ¿Cree que se les debería indultar?

La tengo, pero es mía.

¿Le gustó la euforia con la que Pablo Iglesias celebró el 'sí' de Bildu a los presupuestos?

No suelo comentar las actitudes personales de mis compañeros de gobierno de coalición. Cuando se van dando pasos en la aprobación de esos Presupuestos Generales del Estado, es lógico que la gente se alegre. Quizá la premura, quizá la escenificación, quizá la hipérbole no ayuda mucho a dar normalidad a algunas cosas. Que Bildu apoye los presupuestos, o los apoye Ciudadanos o los apoye ERC forma parte de la normalidad democrática de este país.

Entiendo que no está de acuerdo con Guillermo Fernández Vara cuando opina que es un fracaso colectivo que sean determinantes para los Presupuestos.

Es un éxito de los demócratas españoles la derrota de ETA. Es un éxito de la democracia española que la izquierda abertzale esté en las instituciones haciendo política.
Que Bildu apoye los presupuestos, o los apoye Ciudadanos o los apoye ERC forma parte de la normalidad democrática de este país.
Ustedes ya han llegado a acuerdos con Bildu. Uno de ellos fue en los debates del estado de alarma la derogación de la reforma laboral, ¿cuándo prevén que se deroguen esos aspectos más lesivos de la reforma laboral?

Sé que está trabajando en ello la ministra de Trabajo, en coordinación y colaboración con los agentes sociales y que se van dando pasos, porque también hemos dicho que todo eso debe hacerse dentro del diálogo social. Ahora estamos inmersos en los Presupuestos Generales del Estado, pero estoy convencida de que más temprano que tarde empezaremos a seguir -porque ya hemos derogado algunos- derogando esos aspectos más lesivos.

El Ministerio de Economía apuesta en su plan de recuperación por mantener la prevalencia de los convenios de empresa sobre los sectoriales en contra de lo que ustedes pactaron en el acuerdo programático y de lo que reclaman los sindicatos. ¿Se va a corregir a Nadia Calviño?

No es solamente que lo pactáramos en el acuerdo de gobierno, sino que es una de las cuestiones que también llevábamos en nuestro programa electoral. Esto forma parte de la negociación que se está tejiendo con los agentes sociales y será en ese marco del diálogo social donde se adopten las decisiones que vaya a tomar el Gobierno en materia laboral.

¿Cuánto van a esperar al PP para la renovación del Poder Judicial antes de reactivar la reforma con la que pretendían sortear su bloqueo?

Aquí quien está bloqueando la reforma del Consejo General del Poder Judicial es el Partido Popular. Nosotros lo que estamos es pidiéndole al Partido Popular que dé pasos en esa renovación, que sea capaz de acordar con nosotros. Es más, es que ya acordamos dos veces, ya hubo dos acuerdos para esa renovación y dos veces que el Partido Popular rompió ese acuerdo. Nosotros le hemos dicho que vamos a paralizar la tramitación de nuestra ley unas semanas para ver si somos capaces de negociarlo y de pactar. Lo que hemos hecho es congelar la tramitación de esa ley y vamos a esperar unas semanas. No tenemos cupo de ley [en los turnos que se establecen en el Congreso] hasta mediados de diciembre, por lo tanto, tendremos cuatro semanas por delante. Eso sí, lo que no vamos a hacer es congelar sine die nuestra reforma del Poder Judicial, porque lo que está haciendo el Partido Popular con este bloqueo es precisamente incumplir la Constitución.

El ministro de Justicia ha puesto una fecha: el 6 de diciembre, la conmemoración de la Constitución.

Es una muy buena fecha.

Usted me dice que no tienen cupo hasta mediados de diciembre. ¿Podemos hablar de que la fecha límite que le dan al PP es mediados de diciembre?

No me gustaba poner límites porque en política todo fluctúa; pero el 6 de diciembre es una buena fecha para hacer público un acuerdo de haberlo. En todo caso, nosotros no vamos a renunciar a desbloquear el órgano constitucional. Si el PP no quiere hacerlo tal y como establecía la ley hasta ahora, tendremos que modificar la ley para poder hacerlo.

¿Y mediados de diciembre es una buena fecha [para reactivar la reforma si no hay acuerdo]?

Es cuando nosotros tenemos cupo legislativo en este caso.

¿Se puede volver a esa proposición de ley que que han criticado casi todas las asociaciones de jueces y fiscales y que incluso Bruselas ha dado un toque de atención?

Realmente no he visto ningún toque de atención por parte de Bruselas, lo que he visto es una campaña mediática de la derecha diciendo que lo habían hecho. Lo que he visto es a la Comisión Europea diciéndole al Partido Popular que dejen de decir que en España se vulnera el estado de derecho, porque no es así. Y creo que lo que deberían estar haciendo todas estas personas a las que les parecía tan mal esa modificación legislativa es exigirle al PP la renovación de los órganos constitucionales, porque quien está bloqueando la renovación de los órganos constitucionales no es el Partido Socialista, ni es Podemos, ni es el resto de la Cámara, es el Partido Popular y, por lo tanto, tiene que ser el Partido Popular el que desbloquee la situación. Y si no, nos obligará a modificar la ley.

¿Cuándo comenzarán en el Congreso los trabajos de investigación del caso Kitchen? ¿Se ha retrasado la puesta en marcha de esa comisión de investigación precisamente por estas negociaciones que tienen con el PP?

No, para nada. No es que se hayan retrasado, es que hace cinco semanas que se aprobó la comisión de investigación de la Kitchen en el Pleno del Congreso y en estas cinco semanas hemos tenido un debate del estado de alarma, una moción de censura, Presupuestos Generales del Estado, comparecencias de 88 altos cargos para los Presupuestos... No hemos parado, no hemos tenido tiempo material. Por otro lado, se había aprobado también la Constitución de la comisión de investigación del caso Spanair, que había quedado pendiente de elaborar las conclusiones de una legislatura anterior y lo que nos pide la Mesa es que no se constituya antes la Kitchen que la de Spanair, que al menos se constituyan las dos al mismo tiempo.

¿Arrancarán las dos comisiones antes del fin de año?

Espero que sí.

¿Y veremos a Mariano Rajoy en esa comisión de investigación?

Eso es algo que tenemos que decidir entre los grupos parlamentarios. Cuando hablamos de un caso tan grave como es la Kitchen, cuando hablamos del partido del Gobierno utilizando las instituciones para atacar a las propias instituciones y a la Justicia, cuando hablamos de la utilización de la Policía Nacional para impedir investigaciones contra el propio partido del presidente del Gobierno, creo que es importante que vengan todos los responsables de aquel momento del partido.

O sea, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, María Dolores de Cospedal y Jorge Fernández Díaz.

Por ejemplo.

¿Qué opinión le merecen las revelaciones sobre el dinero en paraísos fiscales y los viajes con regalos millonarios de Juan Carlos I?

Me parece preocupante y doloroso para una buena parte de la sociedad española. Creo que hay que dejar trabajar a la justicia, respetar el estado de derecho y, por lo tanto, que la justicia tiene que trabajar.

¿Ustedes serían partidarios de quitarle el título de rey y los honores de Estado en caso de que fuera condenado?

De momento estamos en algo bastante primigenio de la investigación, vamos a ver por dónde deriva y vamos a ver qué es lo que dice la Justicia.

Pero más allá de las responsabilidades penales o judiciales, ¿debería tener algún tipo de depuración de responsabilidades políticas?

Vamos a dejar que trabaje la justicia. No podemos adelantar lo que va a decir la justicia o lo que podría decir la justicia. Y ahí permítanme también que nosotros seamos prudentes, porque somos el principal partido de este país, estamos hablando de la jefatura del Estado, de una persona que fue jefe del Estado, y nosotros no podemos hacer declaraciones al alimón, sino que tenemos que ser incluso más prudentes que otros que sí las pueden hacer.

¿Existe debate dentro del PSOE sobre el modelo de Estado?

No. Se refiere, imagino, a monarquía o república...

El PSOE se define como un partido republicano.

Lo somos.

¿Y cómo casa eso con defender la actual jefatura del Estado?

Porque nosotros hace 42 años llegamos a un pacto constitucional y lo que hacemos es defender ese pacto constitucional. Somos el garante, junto con otra gente, de la defensa de la Constitución y la defensa de ese pacto del 78 que otros tanto denostan, pero que trajo la democracia y la libertad a nuestro país y, por lo tanto, nosotros vamos a seguir defendiendo esa Constitución, esa democracia, esa libertad que conseguimos traer en el año 78. Somos un partido republicano, pero que defendemos ese acuerdo constitucional, entre otras cosas porque tampoco estamos solos en este pedacito de tierra que se llama España. No hay tampoco una pulsión por parte de la ciudadanía para ese cambio de modelo de Estado. Quizá en un futuro, pero ahora mismo estamos en medio de una pandemia, en medio de una crisis económica, en medio de una crisis social, y en lo que estamos todos es en superar esto. Si lo que me pregunta es si nosotros somos un partido republicano, sí; pero defendemos el pacto constitucional y lo vamos a seguir haciendo.

Defienden el pacto constitucional, pero también siempre han sido partidarios de hacer reformas de la Constitución para federalizar el Estado, por ejemplo, ¿por qué no tocar la jefatura del Estado en esa reforma?

Porque estamos hablando de una reforma agravada de la Constitución. No es tan sencillo como cambiar un artículo de la Constitución, sino que eso conllevaría disolución de las Cortes, referéndum, elección de Cortes Generales... Es decir, estamos hablando de algo bastante más complejo. Y, en todo caso, nosotros ahora no vemos la necesidad. Nosotros ahora estamos satisfechos con cómo funciona nuestra Constitución, estamos satisfechos con el actual jefe del Estado y, por lo tanto, seguimos defendiendo ese pacto constitucional.

Ahora se están investigando gastos de la Reina Sofía con tarjetas de crédito opacas al fisco español. Da la sensación de que la asignación que le da a la Casa Real a los reyes no fuera suficiente. ¿Cree que a la Reina Sofía habría que quitarle esa asignación?

No me voy a pronunciar porque es algo que está que se está investigando.

Cuando estás en el Gobierno la realidad se transforma a través del Boletín Oficial del Estado y eso es lo que hacemos los socialistas todos los días.
El CIS recoge que un casi 60% de los españoles ha empeorado su opinión del Gobierno durante la pandemia. ¿Temen el desgaste?

Yo lo que temo es a la pandemia, no al desgaste. Lo que espero es salir pronto de esta situación, porque entiendo la desesperanza de la gente. Es algo que no pasa solo en España, sino que pasa en el resto del mundo. Cuando llevas nueve meses de pandemia sin poder ver a los tuyos, teniendo inseguridades respecto a tu trabajo, a tu futuro, a lo que puede ser de tu vida, pues eso genera un clima de desesperanza general que lo que provoca es que se mire a los responsables políticos y, en este caso, al Gobierno central, pero estoy convencida de que saldremos pronto de esta pandemia; y, segundo, las medidas que está adoptando el Gobierno, el escudo social, toda la ayuda a los autónomos, a los trabajadores, a las empresas... van a aliviar bastante a la población y creo que eso va a ser bien interpretado por la ciudadanía.

Uno de los últimos conflictos con Unidas Podemos es a costa de los desahucios. Firmaron el otro día un manifiesto para que el Gobierno los impida, así como los cortes de suministros eléctricos. ¿Se va a hacer algo en esta dirección?

Hay un Real Decreto en vigor que impide esos desahucios a personas vulnerables. Hay unos Presupuestos Generales del Estado que aumentan la partida destinada a vivienda un 368%, es decir, que el compromiso del Gobierno y del Partido Socialista con la política de vivienda es clara en este sentido. Y Podemos lo sabe. Aparte de que el manifiesto que han firmado, que no es un manifiesto de organizaciones políticas, sino que es un manifiesto de la PAH contiene algunas incorrecciones. En todo caso, nosotros seguimos avanzando, seguimos dando pasos. Cuando estás en el Gobierno la realidad se transforma a través del Boletín Oficial del Estado y eso es lo que hacemos los socialistas todos los días.

¿Es una forma de presionar de Unidas Podemos firmar manifiestos?

No, no. Estamos hablando de nuestro socio de gobierno, con el que hablamos todos los días, con el que tenemos una relación fluida. Yo entiendo que al ser el socio minoritario del Gobierno de vez en cuando también quiera sobresalir un poco. Creo que es normal. No es algo que me moleste, que me preocupe y no me presiona.

¿Han abordado ya con el Ministerio de Igualdad los términos de la ley trans?

No, sé que las diputadas del Grupo Socialista de la Comisión de Igualdad han hablado algunas veces sobre ello con el ministerio, pero no en profundidad. Estamos seguros de que vamos a llegar a un acuerdo, no puede ser de otra manera. El PSOE ha dejado clara su lucha por los derechos de todas las personas no en declaraciones públicas, sino en el Boletín Oficial del Estado y así va a seguir siendo.

Irene Montero apuesta por la autodeterminación de género y que los hombres que se sientan mujeres puedan cambiar su nombre y su s*x* en los documentos oficiales sin ninguna exigencia adicional. ¿Exigirá el PSOE el el requisito de que hayan comenzado, por ejemplo, el proceso de hormonación?

Cuando veamos la ley podré decir algo. De momento no tenemos ni siquiera el borrador. En todo caso, creo que lo que hay es que diferenciar lo que es una teoría universitaria, en este caso es la teoría queer, con la realidad del colectivo trans en nuestro país y en el resto del mundo. Es un colectivo que tiene un 90% de desempleo, que sufren acoso, discriminación, que acaban muchas y muchos de ellos en la prostit*ción precisamente porque no encuentran trabajo y que hay mucho por hacer. Hay que despatologizar en parte esa transición, pero hay muchas cosas de las que hablar y ahí va a estar el PSOE para hablar, para dar seguridad jurídica a todas estas personas y, por supuesto, para seguir avanzando en derechos y libertades en este país, que siempre lo ha hecho de la mano del PSOE.

Adriana Lastra, portavoz del PSOE en el Congreso, posa ante una portada de Libération con Pedro Sánchez Nando Ochando
El Gobierno quiere evitar a toda costa un nuevo confinamiento domiciliario y deja en manos de las comunidades autónomas que puedan hacerlo en base a la Ley de Sanitaria de 1986. Teniendo en cuenta que ustedes hace menos de un mes aprobaron un estado de alarma en el que pretendían darle el paraguas jurídico a las comunidades para que tuvieran todo tipo de respuestas para hacer frente a la segunda ola. ¿Por qué no introducir en el estado de alarma ese mecanismo, para que tengan la posibilidad de confinar a la gente en casa?

En aquel momento no lo veíamos como algo necesario, tampoco actualmente. Sé que hay algunos presidentes autonómicos que para algunas poblaciones en concreto sí lo pueden hacer y eso es lo que te permite la ley del 86. Así se confinaron algunas zonas al principio de la pandemia en Catalunya. Entendíamos que un estado de alarma como el que pedíamos de seis meses lo que no podía era amparar que durante meses se pudiera confinar a la gente en su domicilio.

Pero si quisieran, por ejemplo, confinar en casa a una comunidad autónoma entera porque fuera necesario por la situación epidemiológica, ¿se podría hacer o están dispuestos ustedes a hacerlo a través del estado de alarma?

Lo que esperamos es que no sea necesario y discúlpeme que no me ponga en esa situación, porque bastante mal lo estamos pasando ya como para generar más desesperanza en la ciudadanía, que es lo último que queremos. Nosotros queremos seguir insistiendo en que hay que tomar todas las medidas de prevención necesarias, que sabemos cuales son: la distancia, la mascarilla, el lavado de manos, es decir, la higiene y quedarse en casa lo máximo posible. Pero lo que no queremos es ponernos en una situación de cerrar una comunidad autónoma, entre otras cosas, porque lo que estamos viendo es que por ejemplo, en Madrid, que las medidas se adoptaron antes porque las adoptó el Gobierno central, es que parece que la incidencia acumulada empieza a bajar. Parece que los datos mejoran y lo que esperamos es que la semana que viene los datos en el resto de comunidades autónomas empiecen a mejorar también. No obstante, nosotros vamos a ir tomando medidas según vaya siendo la incidencia de la pandemia.

¿Cree que podrá ir a Asturias a pasar la Navidad con su familia con cierta normalidad?

Yo realmente podría, porque yo soy ciudadana asturiana y mi carné dice que resido en Asturias y tengo allí a toda mi familia. Lo que pasa es que he decidido quedarme en Madrid para proteger también a los míos. Lo que espero es ir. Vamos, voy a ir, porque hace dos meses y pico que no veo a mi familia y tengo ganas de verlos y de abrazar a mi pareja.

¿Cree que podremos hacerlo todos?

Yo creo que sí, claro. Creo que mejorarán los datos, pero para eso tenemos que ser muy estrictos, tenemos que cumplir las normas y tenemos que tener un objetivo, que es vencer al virus. El objetivo no es salir hoy por la noche o quedar mañana a comer con unos amigos; el objetivo tiene que ser vencer al virus y si quiere, cenar en Nochebuena con los tuyos, pero para eso hay que hay que vencer al virus y cumplir las normas.

 

Unos Presupuestos con capucha y una oposición centrada en esperar​

Gobierno y oposición, salvo Vox, han alumbrado unos presupuestos con capucha, hijos políticos de la ETA y Podemos y apadrinados por el PSOE.​


2020-11-15

Gobierno y oposición, salvo Vox, han alumbrado unos presupuestos con capucha, hijos políticos de la ETA y Podemos y apadrinados por el PSOE.


Pedro Sánchez y Pablo Iglesias presentan los PGE de 2021. | Moncloa
Semana a semana, día tras día, la dictadura comunista avanza en España. No puede ser ya una tiranía como las de Lenin, Stalin o Mao, con métodos rudimentarios de expolio y represión, sino al estilo de las de Rusia o China, basadas en una represión episódica pero implacable y en el tácito consentimiento de una mayoría a la que se garantiza tranquilidad y cierta prosperidad económica mientras no ponga en peligro ni discuta la dictadura del partido único y el control absoluto de la información, que incluye los movimientos, la acción y la opinión de todos los súbditos de la tiranía roja. El rojo, no se discute.

El comunismo del Siglo XXI​

El comunismo, es decir, el socialismo real del siglo XXI no es una dictadura tecnocrática, adaptada a una sociedad de creciente inteligencia artificial como pretendieron Daniel Bell y sus discípulos pekineses, sino el culto al marxismo-leninismo como esa “religión práctica” que Bertrand Russell adivinó en su encuentro con Lenin y asemejó perspicazmente al islamismo. Es una ideología religioso-ambiental, difusa y profusa, pero que inspira todas las actividades genuinamente políticas: expresión, reunión y manifestación. Todas toleradas, no legalizadas, si no cuestionan al Estado, que en realidad es el Gobierno, que en realidad es el Partido Comunista.
Putin y Xi venden esta mercancía como necesaria para que sus países sean potencias universales. Tal vez, después de cuatro generaciones bajo el comunismo, lo sea temporalmente, pero, por si acaso, nadie puede dudar de su perennidad. Así los regímenes comunistas, relegitimados, presumen de ser más eficaces que las democracias en la lucha contra el covid-19, aunque Taiwán y Corea del Sur desmientan a Pekín y nadie haya imitado a la hija de Putin cuando se puso la vacuna rusa, ni Maduro y su cartel se pongan la cubana, lástima.


Pero, como en los años 30, están ganando de forma abrumadora la batalla de la propaganda. El totalitarismo leninista, disfrazado de coaching emocional se recupera del descrédito tras la visión de los escombros que dejó la caída del Muro de Berlín. Y en lo que llamábamos Occidente, el descrédito de la democracia liberal crece de tal modo que, a cambio de la cáscara de un comunitarismo sentimental, el huevo de la libertad, que es el fuero, la yema de la Ley, se desprecia porque engorda. La emocracia de Ayan Hirsi Ali usa los medios de la democracia para acabar con su razón de ser: la libertad individual. Nunca los medios han sido tan de masas. Nunca las masas han sido tan de medios. Nunca fueron tan mediatizadas y tan demediadas, tan aduladas y nulificadas, tan cultivadas y hacinadas, tan fotografiadas y archivadas en la nube de la nada. Nunca tanto sirvió de tan poco.

Unos presupuestos etarras, comunistas y kirchnerianos​

España, siempre singular, no sigue la evolución habitual en las dictaduras de izquierdas, que tras tomar el poder por la fuerza se apropian de los que Gramsci, Althusser y otros llamaron “aparatos de Estado” o “superestructura”: la Justicia, la Educación o los medios de comunicación. Gramsci ya teorizó la conquista de la “hegemonía” como un paso alternativo al golpe de Estado leninista, sobre todo por la complejidad de las sociedades occidentales salvo que hubiera alguna “excepcionalidad” que acelerase o invirtiera los términos del proceso. El comunismo gramsciano seguía la tradición secular, a menudo masónica, de los maestros concebidos como apóstoles de la Ilustración, a los que rebautizó como “ingenieros de almas”. En el fondo, se trataba de extirpar la religión como molde ideológico, que, en el llamado “socialismo científico”, incluía también la “moral burguesa”. Desde Washington a Madrid, vivimos el apogeo de esa liquidación de una moral por imposición de otra, con una ferocidad sin precedentes en ninguna democracia.
La Izquierda, gramsciana antes de Gramsci, se hizo en la segunda parte del XIX con buena parte del control de la Educación, sobre todo a través de la Educación Pública que, según el modelo francés, no sólo era laica sino rabiosamente anticatólica. No obstante, el catolicismo siguió manteniendo o creando instituciones que mantenían la continuidad de la tradición del dogma y un alto nivel cultural. Los jesuitas fueron el símbolo de ese prestigio y del odio que suscitaba. Sin embargo, el carácter ultracatólico del carlismo, la influencia masónica en una institución tan liberal en España como el Ejército y el laicismo en la escuela, cuya versión superior fue la Institución Libre de Enseñanza, fueron arrinconando el prestigio popular de la religión y crearon en la derecha los famosos y perniciosos complejos ante la Izquierda que duran hasta hoy.
Aunque agravados en la Transición por el miedo de la derecha a ser tachada de franquista por los hijos de Lenin y de Negrín, que tiene delito, esos complejos eran visibles ya en la Restauración, sobre todo tras la crisis del 98 y el antipatriótico regeneracionismo de los nuevos sacerdotes, los intelectuales, que tanta responsabilidad tuvieron en el descrédito de lo nacional, unos coqueteando con el terrorismo y casi todos en la llegada de la II República, estúpidamente presentada como remedio para todos los males de España, y que en 1931 el monarquismo suicida les regaló. Ortega, el más importante, nunca hizo el balance moral de su responsabilidad en ese proceso. Tampoco Unamuno. Pero entonces había una altura intelectual desde la que caer. Ahora, ni eso. A la Agrupación al Servicio de la República, “la masa encefálica” de las Cortes republicanas, le suceden hoy bandas de descerebrados y una banda de descerebradores, los etarras, admitidos por los socialistas como una banda más.
Así las cosas, estas Cortes ilegítimamente cerradas por Gobierno y oposición, salvo Vox, han alumbrado unos presupuestos con capucha, hijos políticos de la ETA y Podemos y apadrinados por el PSOE. Para Domingo Soriano, son técnicamente argentinos, o, más precisamente, kirchnerianos. naturalmente, son una chapuza, como producto de incompetentes que aspiran a gastar lo que no se tiene y a no pagar lo que se debe. Toda la inversión real dependerá del dinero que llegue de la UE. Pero el efecto en la economía, al subir ferozmente los impuestos ante la mayor crisis económica de nuestra historia, será hundir por mucho tiempo, acaso para siempre, la empresa privada.
Quedarán, como en Argentina, las grandes empresas cotizadas, siempre al socaire del Gobierno, totalmente ecosostenibles y con puertas giratorias velocísimas, para fingir que se mantiene la propiedad, pero, en realidad, los propietarios serán cada vez menos y más pobres, los autónomos y pequeños empresarios irán desapareciendo, y el sector público e improductivo se irá convirtiendo en la ventanilla única de las nóminas de cada mes. Con menos propiedad y cercada por el Fisco, habrá menos autonomía personal y mucha menos libertad.

Inés votó con los encapuchados​

Que un Gobierno socialcomunista que llegó al Poder con la moción de censura a Rajoy y gracias al apoyo de etarras, separatistas y golpistas, haga unos presupuestos para destruir la propiedad privada y el Estado es natural. Que un partido que se proclama liberal y aún se llama Ciudadanos vote lo mismo que los etarras, porque sólo a los etarras se les puede dar el pésame como hizo Sánchez por el su***dio en la cárcel de uno de los suyos, muestra el descerebramiento total de la oposición ante los descerebradores.
Inés Arrimadas, cuyas luces teóricas son todavía inferiores a las de Rivera aunque puede componer la figura y vender humo tanto como él, se inventó para la prensa bidenita o enajenada, un centro dizque liberal que se sitúa “entre los socialdemócratas del PSOE y los conservadores del PP”. La tercera fuerza nacional, Vox, ya no existe: la mató Casado en el discurso de Caín Berialejos. No sé en qué se basará ahora el poder territorial del PP y del propio partido de Arrimadas, ayer naranja y ahora ámbar, ese color del semáforo que invitaba a la prudencia pero que, con los nuevos y poderosos coches, invita sobre todo a la duda: a pasar o no pasar, a frenar o acelerar, a jugársela y, por audaz, pegársela; o que por cauto, te la peguen por detrás.
Lo peor del centrismo, aparte de la repelente superioridad moral que exhiben los ni-ni que habitan esa entelequia geométrica y que no son ni socialistas ni conservadores, ni radicales en un sentido ni en el otro, gente finísima, de más calidad que unos y que otros (dígase “hunos y hotros”) es que forzosamente polarizan la vida política, porque para que el centro sea necesario deben existir una derecha y una izquierda incapaces de coexistir. Eso contradice la lucha contra los males del bipartidismo que ayer vendían. El bipartidismo era malo porque no estaban ellos para evitar la corrupción, sobre todo la peor, la judicial, pero cuando se presentan los presupuestos del PSOE, la ETA y Podemos, Ciudadanos ha votado junto a ellos el no a las enmiendas a la totalidad. Y unos presupuestos con capucha hay que enmendarlos por completo, negarlos del todo, condenarlos en su totalidad.

Casado: tras el puñal, la espera​

Creo que lo peor en esta deriva hacia el comunismo por la andrajosa senda kirchneriana es la espera, política a la que el PP se ha abonado por tres años. Ojalá al su***dio de Casado eligiendo luchar por el centro en vez de aliarse con la derecha no responda Abascal rompiendo los pactos con el PP y Cs. Si derriba la Junta de Andalucía, además de los andaluces, la gran víctima sería Vox, que en vez de heredar al PP, lo rescataría de su traición, igual que Casado rescató a Vox del error de la moción con su vil puñalada.
Pero la puñalada estaba lista antes de la moción, que sólo aceleró los plazos. El análisis detrás de esa traición personal y política es que no hay nada que hacer, o que el PP no debe hacer nada ante el Gobierno socialcomunista, etarra y golpista hasta las próximas elecciones. En esa espera basa su esperanza. Pasteleando jueces y rompiendo con Vox para acercarse a Bildu cree Casado que formará gobierno en tres años. Para entonces, no quedarán Gobierno, Estado, propiedad ni libertad. Y del PP, los escombros.
 
Hagamos memoria. Porque si no, tantos videos en lo que se afirma no traspasar la linea roja??eh??




HDLGP.Estos estan en el gobierno. Este video dice mucho de que clase de personas son estos democráticos. Que lo que realmente han odiado siempre es la Democracia.




Se abandonó la lucha armada simplemente porque por esa vía no se conseguían los resultados que pretendían.


Idolo,tienes un serio problema.
 

Una reflexión personal sobre el apoyo de Bildu a los PGE​


Biblioteca de Bidebarrieta
Biblioteca de Bidebarrieta
Unai Sordo

UNAI SORDO
15 DE NOVIEMBRE DE 2020, 11:36

Desde junio de 2017 soy secretario general de CCOO. Antes, lo fui durante 8 años de las CCOO de Euskadi. Sé por tanto que cuando asumes según qué responsabilidades tus palabras ya no son tuyas, y el margen de expresar opiniones personales está limitado por la responsabilidad que ejerces, y que te ha cedido temporalmente mucha gente. Mucha y buena gente que además tiene un pensamiento diverso porque Comisiones Obreras es una organización confederada y plural. Y hay temas, que obviamente no son cómodos.

También soy vasco. Una contingencia casual en la vida, que ni quita ni pone mérito y es tan destacable como ser de cualquier otro lugar. He vivido en Bilbao hasta hace tres años y medio cuando vine a Madrid, y aún hoy vuelvo regularmente a mi ciudad y a mi casa, en el barrio en el que viví desde niño, apenas a doscientos metros de “mi cole”.

He convivido con la existencia de la violencia y el terrorismo, la difícil realidad socio-política vasca, toda mi vida. Mi barrio era un barrio obrero, con mucha inmigración sobre todo castellana y gallega. Mi instituto fue un espacio de socialización donde la complejidad sociológica vasca se expresaba en toda su extensión y a veces con toda su crudeza. Posteriores dirigentes de ETA estudiaron allí -al menos uno, muy conocido, coincidió en aquellos años- . No me tiene que explicar nadie el drama del terrorismo, las expresiones de intolerancia, el fanatismo incluso, que profesaron muchos de quienes alimentaron aquella serpiente.

Tampoco lo difícil que fue articular un movimiento de respuesta cívica y ética a lo que sucedía, y los pocos que se atrevían a significarse. Recuerdo las primeras concentraciones de Gesto por la Paz; recuerdo pintura azul arrojada al balcón de alguna impulsora de Gesto en mi barrio, una catequista cuyo nombre no retengo; recuerdo las caras de agresividad en la biblioteca municipal de Bidebarrieta a donde bajaba a estudiar (siempre me he concentrado muy mal en casa) la primera vez que me puse un lazo azul pidiendo la libertad de un empresario secuestrado, lazo que además iba sujeto con una estrella roja; recuerdo la cara de incredulidad de muchos cuando en “el insti” apareció un enorme papel de estraza que condenaba un atentado de ETA (atentado “execrable” decía, y era la primera vez que yo leía esa palabra).

Pese a todo esto, o precisamente por todo esto, contemplo con enojo -me corroe debiera decir- los términos del debate político respecto al apoyo de EH Bildu a los Presupuestos Generales del Estado.

No voy a entrar en la cuestión táctica (apoyo explícito y rápido que aleja la opción de Ciudadanos, y la pugna de estrategias entre buscar el apoyo en el bloque de la investidura, o la idea de incorporar a Ciudadanos como una opción complementaria o alternativa); esta reflexión prescinde de esa cuestión que sé que no es menor.

ETA ha desaparecido hace diez años. Sin obtener -ni remotamente- ninguno de sus objetivos políticos. Ni uno. Ni remotamente. Solo en un país como España a ese escenario -que en inapropiados términos bélicos se denominaría “derrota sin paliativos”- se le puede dar la vuelta para asemejarlo a algo así como que se está cediendo “no se sabe qué” al mundo de ETA. Pensar que el acercamiento de presos de ETA a cárceles vascas o la aplicación de beneficios penitenciarios tiene que ver con objetivos de ETA es ser un indocumentado en grado superlativo. La pregunta en todo caso sería qué pinta, qué sentido tiene a estas alturas, la estrategia de dispersión y alejamiento de presos de una banda, cuando ésta ya no existe desde hace una década…

Durante años escuchamos mil veces aquello de que la violencia era inadmisible y los objetivos políticos respetables. Que EH Bildu pueda apoyar unos PGE sin renunciar a sus objetivos políticos, es una muestra de normalización política que solo los más optimistas podían prever hace diez años, y ni remotamente podíamos soñar hace 15.

Sin embargo en España se ha hablado de claudicación ante el terrorismo, “venta de Navarra”, catalogado como “albaceas de ETA” a parlamentarios que nunca en la vida militaron en Herri Batasuna, Batasuna o Sortu, y que incluso formaron parte activa del rechazo a los atentados. Da igual. Todo vale, incluso agitar el trampantojo de ETA, cuando no hay ETA, con tal de contaminar la vida política y la convivencia no ya en Euskadi (mi tierra vive en otra, en este terreno, y así les va a algunos) sino en el conjunto de nuestro país.

Todavía alguien me tiene que explicar por qué si EH Bildu vota a favor de unos PGE (es decir, junto al Gobierno) se desatan las plagas de Egipto y se subyuga a la patria, mientras que si votase en contra (es decir, junto a la oposición)… no pasaría nada.

Por si alguien tiene dudas al respecto, creo que el proceso de restitución del daño causado por parte de las personas que vienen del mundo de Herri Batasuna (no de Aralar, Eusko Alkartasuna, Alternatiba o personas independientes que también forman parte de la coalición EH Bildu), siendo relevante porque ha habido iniciativas en ese sentido es mejorable. Creo que los recibimientos públicos (los “ongietorris”) a presos con delitos de sangre son un insulto a las víctimas. Soy de los que cree que sí, que hay que decir que aquello estuvo mal en todas las circunstancias, que no estuvo justificado de ningún modo, que el relato recurrente de las muchas violencias no puede amparar el error histórico de la continuidad de ETA tras la amnistía que desgajó a los poli-milis.

Pero también creo que en el país que hemos hecho de nuestra Transición un mito de virtud política (pensando como pienso que efectivamente, aquel juego de correlación de fuerzas -o de debilidades- fue un proceso que a la vista de la historia ha arrojado muchas mas “luces” que “sombras”), no está de más recordar que entre las últimas ejecuciones del franquismo -27 de septiembre del 75- y las primeras elecciones democráticas tras el franquismo -15 de junio del 77-, transcurrieron 626 días. Menos de dos años. Y en aquellas elecciones concurrieron un tal Manuel Fraga -ministro con Franco y que en octubre de ese mismo año 77 presentaba una conferencia de Santiago Carrillo en el Club Siglo XXI– y un tal Arias Navarro, apodado “Carnicerito de Málaga” por su papel en el castigo y ejecución de miles de partidarios del Gobierno de la II República. Ambos en las filas de Alianza Popular. ¿Les suena, no? Y hoy, en 2020, hay en España responsables políticos que no “condenan expresamente el franquismo porque ¿qué es eso de condenar una parte de la historia?”. Y sostienen gobiernos en Andalucía o Madrid.

Concluyo por donde empecé. Sé que esta reflexión no obedece al campo de competencia prioritaria del secretario general de la primera organización de España en este momento. Pero parafraseando a Víctor Manuel “¿cómo voy a olvidarme?”.

 
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