Décimo aniversario de bodas de los Duques de Cambridge abril 2021

es cierto
no es que sea alta y delgada sólo...es que va impecable y es educadisima y agradable en su trato con los demás...lo que se ve desde fuera claro
menuda suerte han tenido con ella

En definitiva, es lo importante.
Ella, como todo ser humano, tendrá sus cosas positivas y negativas, y sus momentos buenos y malos, pero es indiscutible que su papel lo desempeña a la perfección, aunque a algunas les parezca rancia, o muy delgada, u otras cosas que no sé, sinceramente, de dónde las sacan.
 
En definitiva, es lo importante.
Ella, como todo ser humano, tendrá sus cosas positivas y negativas, y sus momentos buenos y malos, pero es indiscutible que su papel lo desempeña a la perfección, aunque a algunas les parezca rancia, o muy delgada, u otras cosas que no sé, sinceramente, de dónde las sacan.
A mi me parece que tiene un carisma increíble.
No me parece sosa o rancia,siempre sonríe y va con ropa adecuada.
 
Artículo en The Telegraph respecto al video de los Cambridge y los antecedentes en la RF de este tipo de mensajes.


William y Kate: la construcción de una monarquía millennial

Cuando los Cambridge lanzaron el video que los muestra como una relajada y feliz familia, estaban siguiendo un sendero royal bien marcado.

Por Matthew Dennison
1 de mayo de 2021 – 6:00 am


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William y Kate: un matrimonio notablemente exitoso y equitativo

“Dicen que no hubo nunca un soberano más amado que yo”, escribió una deleitada Reina Victoria en 1844, “y es por nuestra vida doméstica, el buen ejemplo que presenta”. A los 25, Victoria había estado casada con su primo, el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo y Gotha, por cuatro años, y tenía cuatro hijos. La primera fase de construcción de su nueva casa de playa, Osborne House en la Isla de Wight, incluía baños para los niños con –por primera vez en alguna casa real- agua fría y caliente.

Dos siglos atrás, Victoria y Alberto promovieron la monarquía como un asunto familiar, con acogedora domesticidad, humanizando y democratizando la elevada institución.
Con aprobación, el Leeds Mercury describió el comportamiento de marido y mujer como parecido a “la mayoría de amorosas parejas de la clase media de la sociedad”.
Para Victoria y Alberto, su feliz matrimonio forjó un vínculo con la mayoría de los súbditos de Victoria. La Reina como esposa y madre fue accesible de una manera en que Victoria como soberana jamás lo habría sido. El Illustrated London News la aclamó simultáneamente como “la gran Reina y estadista en el hermoso palacio” y “la joven, amorosa y virtuosa madre en la pura felicidad de la tranquilidad doméstica”.

Algo muy similar ocurrió esta semana.
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El jueves, el Duque y la Duquesa de Cambridge lanzaron un corto video en ocasión de su 10º aniversario. Fue filmado en Norfolk, parcialmente en la casa de la pareja, Anmer Hall, e incluyó un paseo familiar a una playa próxima. Como tantos días fuera de temporada en la costa, el viento estaba revoltoso, la luz del sol era moderada, el cielo pálido como una acuarela descolorida, el mar color peltre bañando la playa casi vacía. Pero una tibieza de variedad diferente emergía del breve montaje.

El clip de 40 segundos celebraba un matrimonio notablemente exitoso y aparentemente equitativo, y, con la inclusión de los tres hijos de la pareja, una feliz vida familiar. Aquí, para que todos lo vieran, estaban “la pura alegría de la tranquilidad doméstica” y la cariñosa cercanía de un marido y una esposa que en efecto representan a “la mayoría de las amorosas parejas de la clase media de la sociedad”, salvo que los Cambridge parecían más impecables y menos agotados que la mayoría de sus futuros súbditos de clase media.

Publicitando su feliz vida familiar, William y Kate siguen un bien marcado sendero real. Hace casi un siglo, siendo una joven esposa, la bisabuela de William, más tarde la Reina Elizabeth, la Reina Madre, promovía asiduamente una amable visión de su feliz matrimonio con el futuro George VI. Empleó a los fotógrafos Marcus Adams y Lisa Sheridan y una aristocrática biógrafa, Lady Cynthia Asquith, para documentar la cariñosa adoración entre esposo y esposa y, en su momento, con sus dos hijas, Elizabeth y Margaret.

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La Reina Madre con las princesas Elizabeth y Margaret en Windsor Castle en 1941
CREDITO: Lisa Sheridan/Hulton Royals Collection

La táctica estaba basada en la verdad; también demostraba cierta estrategia. George VI tenía una presencia vacilante en público; como amante padre era sobresaliente. Y la Reina Madre mostraba su comprensión de los tiempos. En esos inciertos, preocupantes años antes de la Segunda Guerra Mundial, con la paz amenazada y altos niveles de desempleo en los comienzos de la depresión, una Familia Real nuclear, apenas levemente mejor vestida que muchos, y jugando con sus perros y armando puzles, tejiendo o trabajando juntos en el jardín, proporcionaba seguridad y algo sólido que admirar. En una sociedad que valoraba el matrimonio tanto como a la monarquía, la Reina Madre fusionó los dos. Dejó el divorcio a su cuñada Mrs. Simpson.

No hubo ningún enfoque suave en el documental tipo “mosca en la pared” de 1969 “Royal Family”, pero el film -criticado posteriormente por reducir la mística de la realeza- tuvo éxito en su propósito primario de renovar el interés del público en la monarquía en un tiempo de marcados cambios sociales. El realizador Richard Cawston se enfocó en la cotidianeidad de los royals: preparando barbacoas, mezclando aderezo para ensaladas, comprando suéteres. Después de la primera exhibición, una encuesta masiva comprobó un salto de 69 a 81% en aquellos que consideraban que la Reina estaba “en contacto con lo que estaba pasando”.

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La Familia Real durante la filmación del documental de TV de 1969
CREDITO: Rolls Press/Popperfoto

El interés del público en William y Kate no requiere un impulso de este tipo; a pesar de su calidez, su video de aniversario mantiene al espectador a la distancia de un brazo, de una manera más típica de las tempranas imágenes de los royals.

El video de “familia feliz” de los Cambridge también apunta a un sentimiento similar por el espíritu de los tiempos. Aunque el número de matrimonios de UK que finalizan en divorcio creció durante la última década, las estadísticas de divorcio son actualmente 30% menores que en 2003 y significativamente más bajas que el alto rango de divorcios registrados en el país en los tempranos 90’.
Se casan menos millennials que en las generaciones de sus padres o abuelos. Entre esos que lo hacen, los datos actuales sugieren un deseo de perseverar en ello.

Las cicatrices de William como hijo de un matrimonio que terminó agriamente hace 30 años son compartidas por otros de su generación. Ellos enfrentan una marcada polaridad: evitar una institución hiriente o ahuyentar los espectros de los conflictos familiares. El Duque y la Duquesa de Cambridge han, exitosamente, resguardado su vida familiar de la intrusión de los medios, a un grado que no fue posible para la abuela de William, la Reina, quien accedió al trono cuando el Príncipe Charles tenía tres años y medio y la Princesa Anne aún no tenía dos.

Las viñetas de su vida “fuera de servicio” que los Cambridge comparten con el público invariablemente los muestran como una pareja afectuosa y devotos padres, vestidos casualmente, sin el aparato de su status real, una nueva encarnación de un concepto que Victoria y Alberto abrazaron con celo hace 200 años y que llevó a Walter Bagehot a su bien conocida reflexión:”Una familia en el trono es una idea interesante. Trae el orgullo de la soberanía al nivel de una vida menor”.

La monarquía en Reino Unido es una institución basada en la familia. Como tal, inevitablemente alterará su apariencia y marca de identidad en cada generación. La presentación que los Cambridge hacen de sí mismos como un quinteto estrechamente vinculado, es un eco, en la familia de William, de la propia niñez de la Reina, cuando su padre describió el grupo del Rey, la Reina y las dos princesas como “nosotros cuatro”.

Forzosamente, después de un siglo de sísmicos cambios sociales, hay diferencias: una cualidad más íntima en el video de esta semana que cualquier noticiero Pathé de la niñez de la Reina, mayor informalidad en el vestir y el comportamiento. Pero también hay similitudes y lecciones de las cuales los Cambridge pueden beneficiarse sabiamente.

La “feliz” vida familiar de Alberto y Victoria a menudo era otra cosa excepto eso. Incluso en las paredes del Swiss Cottage en Osborne, la casa de juegos para nueve niños, Alberto no podía resistir el impulso de instruir, y las paredes de madera de la casa estaban escritas con máximas inspiradoras en alemán, incluyendo “Llevarás el peso más fácilmente si agregas paciencia a lo que cargas”.

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Por el contrario, George VI y la Reina Elizabeth encontraban su mayor placer en la vida familiar. La Reina Madre escribiría que ella “había sido siempre una persona “de familia”. Escribiéndole durante su luna de miel en 1947, la Reina (por entonces la Princesa Elizabeth) agradecía a su madre por “la feliz atmósfera de amor y rectitud en la que Margaret y yo hemos crecido”.

Como monarcas en espera, el Duque y la Duquesa de Cambridge tienen oportunidades de compartir tiempo juntos y con sus hijos que les serán negadas cuando, en su momento, accedan al trono. Que ellos disfruten tan evidentemente uno en compañía del otro es un buen augurio para una “feliz atmósfera de amor y firmeza” para las infancias de George, Charlotte y Louis. Su propia presentación como una unidad compacta refleja la de otros reyes o futuros reyes a través de Europa, incluyendo las familias del Rey Felipe de España y del Rey Willem-Alexander de los Países Bajos.

También muestra a los Royals, alentadoramente, como uno más de muchos de su generación.
 
Última edición:

El príncipe Guillermo y Kate Middleton le cambian la vida a un fotógrafo de bodas: su increíble historia​

Los duques de Cambridge celebraron sus diez años de matrimonio con un vídeo que esconde detalles muy significativos para la futura monarquía.​

4 mayo, 2021 01:30

Ane Olabarrieta @Ane_OlaVallejo

El pasado jueves, 29 de abril, el príncipe Guillermo (38 años) y Kate Middleton (39) celebraron su décimo aniversario de boda. Para tal ocasión, compartieron nuevas e idílicas fotografías en las que demuestran que su matrimonio sigue tan fuerte y feliz como tras el 'Sí, quiero'. Pero, aprovechando la fecha clave en su historia personal, los futuribles reyes de Reino Unido han querido mostrar su cara más familiar mediante un vídeo muy especial que no ha pasado desapercibido entre los cuidadanos británicos.
En las imágenes compartidas por los perfiles de Kensington Palace en las diversas redes sociales se puede ver cómo Guillermo y Kate demuestran que son una familia como 'otra cualquiera' que se divierte jugando en el jardín con sus hijos, que hacen picnic en plena naturaleza o que meten sus pies en la arena cuando visitan la playa. Muchos han interpretado este vídeo como toda una declaración de intenciones sobre el cambio que dará la monarquía británica tras la muerte del duque de Edimburgo. La Casa Real parece que intentará centrarse en la figura del príncipe Guillermo y su esposa y así dar voz a unos rostros jóvenes que tienen un estilo informal de vivir la vida.



Pero el vídeo en cuestión esconde mucho más. Concretamente, la persona que lo ha realizado y editado está viviendo un momento único en su vida gracias a haber sido escogido por los duques de Cambridge para llevar a cabo su propuesta más especial. Se trata de Will Warr, un joven fotógrafo londinense especializado en bodas.

A muchos expertos les ha resultado curioso que el matrimonio royal haya escogido a un profesional en captar citas nupciales pese a que no querían un contenido relacionado con bodas. Sin embargo, el propio Warr explica en su web oficial que su trabajo va más allá: "Soy un cineasta autónomo con una perspectiva única que me distingue de lo convencional, lo que me permite ver más allá de lo normal y crear lo extraordinario. Las películas de boda que realizo son una forma sencilla y convincente de capturar su día a través de una narración cinematográfica creativa. Creando un recuerdo precioso para que usted atesore, mis películas están diseñadas para contar la historia de su día".

El profesional no es ningún novato en su sector y sabe cómo debe actuar cuando trabaja en mitad de eventos tan personales, y más aún cuando su cliente es el heredero al trono más antiguo de Europa: "Con siete años en el campo, tengo experiencia para mantener una presencia discreta mientras capturo los momentos más especiales de una manera auténtica y elegante. Estoy bien versado en trabajar en estrecha colaboración con los clientes, haciéndolos sentir cómodos al instante, dando como resultado un producto final hermoso, natural y atemporal", cuenta en su perfil público.
Tal es su buen trato con los demás cuando está trabajando que genera ambientes muy cómodos en los que los protagonistas pueden comportarse con naturalidad. De hecho, muchos han comentado en las redes sociales lo que se oye decir a Kate Middleton en el vídeo. Mientras están disfrutando de la brisa del mar, la duquesa grita "¡William!". Ese instante se ha hecho viral y ha hecho saltar la duda sobre si se dirigía a su marido o al fotógrafo. Una anécdota que quedará por siempre capturada en el book del camarógrafo.


Will Warr también encontró a su propia 'Kate Middleton' en Sarah Mills.

Will Warr también encontró a su propia 'Kate Middleton' en Sarah Mills. RRSS
La exquisitez de Warr a la hora de trabajar es lo que llamó la atención de Kate y Guillermo para contratarlo. Ante la llamada de una pareja tan poderosa y relevante como ellos, Will que tiene siempre la agenda repleta, tuvo que hacerles un hueco y no defraudar al nieto de la reina Isabel II (95). "Acepto solo un número limitado de bodas al año, para asegurarme de tener tiempo para poner mi corazón y mi alma en cada una", detalla en su presentación oficial.

Will Warr invita siempre a los futuros novios y novias a ponerse en contacto con él a través de un formulario de su web, pero el joven nunca pensó que una de esas peticiones llegarían desde la mismísima realeza británica. Así ha sido, y desde que este jueves a las seis de la tarde el perfil de Kensington Royal compartió el vídeo, las consecuencias que ha tenido en su trabajo -y en su vida- son más que evidentes.
El cineasta no para de sumar seguidores a su cuenta de Instagram desde este jueves. Casi 10.000 followers más en las primeras 24 horas tras hacerse público el vídeo de los Mountbatten-Windsor Middleton. Además, decenas de reputados colegas de profesión han compartido su obra y las críticas hacia su trabajo son masivamente positivas, por lo que la repercusión al alza en su número de pedidos a partir de ahora será innevitable.
Tras este boom mundial, Warr ha rediseñado su web, haciéndola más atractiva y dinámica. Pero lo más importante para él, lejos de las cifras monetarias o mediáticas, es que después de siete años construyendo su carrera desde abajo, consiguiendo grandes clientes por sí mismo, ahora puede presumir públicamente de que la familia más importante de su tierra natal, Inglaterra, quiso contar con él para dar forma a su recuerdo más especial e íntimo.
 
Todas las costureras que bordaron los encajes del vestido de Catherine, cada 30 minutos tenían que lavarse las manos para que la tela no se manchase.
Me has recordado un libro que leí el año pasado, "El vestido", de Jennifer Robson. Las protagonistas trabajan en el vestido de bodas de la entonces princesa Elizabeth. El argumento gira en torno a las vidas de las bordadoras, pero se mencionan muchos detalles de la elaboración del vestido, entre ellos el cuidado para no manchar la tela (usando guantes en algunas ocasiones, recubriendo las mesas de trabajo con sábanas, los materiales que utilizaron). Todas las participantes en la confección del vestido (más de 300) fueron las primeras personas del público en ver a la novia, pues las invitaron a un espacio reservado en las afueras del palacio de Buckingham.
 
Me has recordado un libro que leí el año pasado, "El vestido", de Jennifer Robson. Las protagonistas trabajan en el vestido de bodas de la entonces princesa Elizabeth. El argumento gira en torno a las vidas de las bordadoras, pero se mencionan muchos detalles de la elaboración del vestido, entre ellos el cuidado para no manchar la tela (usando guantes en algunas ocasiones, recubriendo las mesas de trabajo con sábanas, los materiales que utilizaron). Todas las participantes en la confección del vestido (más de 300) fueron las primeras personas del público en ver a la novia, pues las invitaron a un espacio reservado en las afueras del palacio de Buckingham.

Una de mis abuelas era bordadora..........recuerdo de niño verla bordar y bordar sin cansancio hasta casi los 90 años en que falleció. Lo meticulosas que son, cuidadosas con la labor, esas puntadas perfectas e imperfectas, los dibujos del patrón y lo gratificante que era verle la cara de felicidad por concluir un trabajo de bordado que los más complicados le podían llevar mínimo un mes de trabajo.......

Ya pocas deben quedar.....
 
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