Curiosidades.

¿Sueñan los pulpos cuando se quedan dormidos?
Una grabación muestra a uno de estos animales durmiendo y cambiando de color, como si estuviera reaccionando a algún tipo de ensoñación. En realidad, se desconoce si los pulpos sueñan
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@abc_ciencia
MADRID
Actualizado:12/03/2019 19:41h
1El pulpo, la especie indomable que se resiste a ser domesticada

Los platos de los chiringuitos de verano están llenos de criaturas inteligentes que han acabado rebozadas o cocidas. Los pulpos, por ejemplo, son animales famosos por su inteligencia y versatilidad. Tienen un cerebro proporcionalmente tan grande como el de mamíferos y aves y un par de ojos muy similares a los humanos, con pupila, iris, lentes y retina. Además, se sospecha que tienen personalidad y se sabe que son expertos en camuflaje y que tienen una capacidad considerable para resolver problemas. Siempre y cuando su problema no sea quedar convertidos en una ración de pulpo a la gallega.

Un vídeo que se ha publicado recientemente ha mostrado otra faceta quizás poco conocida de los pulpos. Unas imágenes captadas en octubre de 2017 en el Butterfly Pavilion, un zoo sin ánimo de lucro de invertebrados situado en Colorado (EE.UU.), muestran a un pulpo de la especie Octopus hummelincki echándose un sueñecito. Lo curioso es que, de repente, la piel del animal comienza a cambiar de color, por acción de unas células especializadas con las que cuenta, como quien se remueve en medio de una pesadilla. ¿Significa eso que el pulpo está soñando?

cromatóforosen su piel, células contráctiles llenas de pigmentos que se contraen y dilatan a voluntad del animal, y que les permiten cambiar su color. ¿Cómo lo hacen? En el interior de estas células hay tres pigmentos distribuidos en bandas. Cuando estas bandas se relajan, el color se concentra en un punto y se hace más visible que cuando dichas bandas están estiradas. Gracias a esto, pueden cambiar de color con gran soltura. Además, otras células les permiten modificar su textura, para asemejarla a la de la arena o a la de un coral.

Además de esto, los pulpos cuentan con unas células conocidas como iridóforos y leucóforos, que son esenciales para adoptar una pigmentación similar a la del entorno. Esto es fundamental, dado que la visión de los pulpos es dicromática (en blanco y negro). ¿De qué serviría cambiar de color sin ningún control?

«El proceso exacto por el cual hacen coincidir sus colores todavía no se comprende del todo, aunque está siendo estudiado con intensidad», ha dicho para LiveScience Sara Stevens, trabajadora en el Butterfly Pavilion.

Cerebro descentralizado
De hecho, se puede decir que los pulpos «son bastante alienígenas», en comparación con los mamíferos. Son moluscos, como los mejillones o los calamares, y se caracterizan por tener un cerebro descentralizado en varias «unidades», distribuidas por sus brazos, precisamente para controlar los cromatóforos.

Cada cromatóforo es controlado de forma independiente por el sistema nervioso de una forma tan eficiente, que el animal puede cambiar su color en menos de un segundo.

Por si esto no basta, los pulpos tienen un as en la manga: la explosión de tinta. Cuentan con un receptáculo de tinta cerca de su sistema digestivo que puede expulsar un chorro y crear una nube negra que puede actuar como señuelo o para oscurecer una vía de escape. Además, la tinta contiene tirosinasa, una enzima que confunde a los depredadores.

¿Tienen personalidad?
Además de esto, hay investigadores que han sugerido que los pulpos podrían tener personalidad. En una serie de experimentos sometieron a 44 pulpos a tres diferentes situaciones durante un periodo de dos semanas. En estas pruebas, los pulpos mostraron 19 comportamientos, clasificados por los investigadores en categorías de actividad, evitación y reactividad.

Resultó que cada uno tenía sus propias preferencias. Por ejemplo, un pulpo llamado Emily Dickinson obtuvo puntuaciones bajas en actividad, altas en evitación y bajas en reactividad porque, aparentemente, se sentía muy confortable en su guarida, pasase lo que pasase. Incluso aunque le amenazasen con convertirle en una ración de pulpo a la gallega.


Reportaje al completo incluyendo material audiovisual, en el siguiente enlace:
https://www.abc.es/ciencia/abci-suenan-pulpos-cuando-quedan-dormidos-201903121941_noticia.html
 
El metro de la ciudad china de Shenzhen permitirá el pago por la cara
La estación de Futian, gracias al despliegue de las redes 5G, está preparada para poner en marcha muy pronto un sistema de reconocimiento facial y pagos móviles desarrollado con los algoritmos de inteligencia artificial de Huawei
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@abc_tecnologia
Actualizado:15/03/2019 01:44h
0Hacia el fin de las contraseñas

Cada día que pasa, es un día menos para empezar a dejar de memorizar las contraseñas. Y es que las claves de autenticación son cada vez menos seguras y no garantizan la seguridad en el acceso a los servicios. Por esta razón, el reconocimiento facial se está abriendo paso.

Aunque este proceso se está llevando a cabo muy lentamente, la tecnología biométrica es ya una realidad. El caso más reciente es el de CaixaBank, que se ha convertido en el primer banco del mundo en usar el reconocimiento facial en sus cajeros. En cuatro oficinas Store de Barcelona, los clientes ya pueden sacr dinero de los cajeros automáticos mediante reconocimiento facial y sin tener que introducir el PIN.

En Reino Unido, el reconocimiento facial está también presente en los supermercados, donde la tecnología controla quien compra alcohol y tabaco para mejorar así la eficiencia en los comercios. En este caso, la tecnología estima la edad de los compradores para que el personal del supermercado no tenga que perder tiempo solicitando al cliente la documentación que acredite la mayoría de edad para poder comprar cerveza o vino.

South China Morning Post», la estación de Futian, gracias al despliegue de las redes 5G, está preparada para poner en marcha muy pronto un sistema de reconocimiento facial y pagos móviles desarrollado con los algoritmos de inteligencia artificial de Huawei Technologies.

La gran ventaja con la que cuenta el gigante chino es que los ciudadanos están muy acostumbrados a convivir de cerca con la tecnología. De hecho, allí se ha implementado elreconocimiento facial para capturar a los delincuentes y también para supervisarposibles infracciones de los conductores de autobuses. En este último caso, la tecnología capta síntomas de cansancio o conductas irregulares o ilegales, como hacer llamadas telefónicas o fumar.

De hecho, en el KFC de allí se puede pagar pollo frito gracias a su sistema de reconocimiento facial «Smile to Pay», que se introdujo por primera vez en una tienda en Hangzhou en enero de 2017.

En la estación Futian, en lugar de presentar el billete o escanear un código QR a través del «smartphone», «los pasajeros podránescanear sus caras en una pantalla del tamaño de una tableta» situada en los tornos de la estación y, automáticamente, con las cuentas vinculadas, detectar quién eres, qué tipo de billete o tarifa usas. Se trata de proporcionar una mayor eficiencia y calidad en el funcionamiento del metro a un menor coste.

«Para utilizar el billete facial en el futuro, los pasajeros también necesitarán un registro previo de su información facial y vincularán sus métodos de pago a sus cuentas, al igual que lo hacen en el restaurante KFC», declaró un miembro del personal del área de demostración el « South China Morning Post» en la estación Futian en Shenzhen.

La economía del futuro
El sistema de reconocimiento facial se encuentra, de momento, en pruebas, según el diario. «Podría ayudar en el futuro a mejorar la eficiencia en el manejo de hasta 5 millones de viajes por día que se dan en la red de metro de la ciudad», recuerda « South China Morning Post». De momento, Shenzhen Metro no ha dado detalles concretos sobre cuándo se implementará el servicio de pago facial.

La realidad es que China lidera el mundo en la adopción depagos móviles «hasta el punto en que el banco central tuvo que recordar a los comerciantes que no discriminen el efectivo», tal y como recuerda el medio. De hecho, el país forma parte, junto con Suecia, Corea del Sur y Reino Unido, de una de las principales economías del mundo que para 2020 funcionará sin dinero efectivo.

Según el Centro de Información de la Red de Internet de China, las ciudades del país se encuentran entre las más inteligentes y sin dinero en efectivo del mundo. Aproximadamente, 583 millones de personas usan sus «smartphones» para realizar pagos.

La introducción de los servicios de pago y reconocimiento facial en el sistema de transporte público marca otro paso de China hacia la integración del reconocimiento facial y otras tecnologías basadas en inteligencia artificial en la vida cotidiana en la nación más poblada del mundo.
https://www.abc.es/tecnologia/infor...permitira-pago-cara-201903150144_noticia.html
 
Los tatuajes que enorgullecían a Don Juan de Borbón
El capitán de navío Luis Mollá relata en su último libro una anécdota que compartió con el abuelo de Felipe VI
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Mónica Arrizabalaga@arrizabalaga11
Actualizado:19/03/2019 01:31h

Era el mes de junio de 1993. Luis Mollá estaba terminando su curso de piloto naval en la Base de Rota y como tantas mañanas se dirigió con su amigo Eduardo Vila a almorzar a la residencia de oficiales como tantas mañanas, pero aquel día fue muy distinto. «Para nuestra sorpresa, sentados en la barra del bar, encontramos a dos marineros de alto copete enzarzados en animada discusión: Su Alteza Real don Juan de Borbón, abuelo de nuestro rey Felipe, y Cristóbal Colón de Carvajal y Maroto, que acababa de ascender a contraalmirante», relata el capitán de navío de la Armada en su última obra, «Eso no estaba escrito en mi libro de historia de la navegación» (Almuzara, 2019).

Al ver Colón de Carvajal a su amigo Eduardo, a quien había tenido a sus órdenes años antes, cuando era comandante del Buque Escuela Juan Sebastián Elcano, les llamó a ambos a su presencia y les invitó «a una copa, de lo que no tardamos en descubrir que era ginebra pura y dura (costumbre marinera de tiempos antiguos)». Así fue como Mollá entró a participar «como convivado de piedra» en aquel debate entre los dos lobos de mar sobre cuál era el lugar más complicado del mundo para la navegación a vela.

«Mientras el conde de Barcelona defendía que no había zona más hostil a la vela que los alrededores del cabo de Hornos, el duque de Veragua replicaba que el otrora llamado cabo de las Tormentas, hoy de Buena Esperanza, era el sitio donde el diablo más azuzaba los vientos en contra de los marinos», prosigue Mollá. Parecía que la discusión no iba a llegar a ningún puerto, pero Colón de Carvajal «tuvo la mala idea de mencionar, en tono sarcástico, que las pocas o muchas veces que don Juan había cruzado el cabo de Hornos, lo había hecho en el sentido dulce de la marcha, o sea del Pacífico al Atlántico».

entrevista con Pilar Trenas, se tatuó sus dos dragones (uno chino y otro indio) en 1932, durante su formación en la Royal Navy.

El navegante que consumaba la hazaña de doblar Hornos se ganaba además el derecho de lucir un arete en la oreja izquierda (en la derecha si era el cabo de Buena Esperanza y si llevaba dos en la izquierda y uno en la derecha es que se había dado la vuelta al mundo). Don Juan no ostentaba aretes, pero sí podía mostrar que había viajado como tantos hombres valientes a los confines de la tierra y, sobre todo, había logrado regresar.

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«El Cabo de Hornos», por Alf Tutt Madsen - ABC
No como los 644 tripulantes del San Telmo, que no consiguieron doblar el cabo de Hornos en 1819. Mollá recuerda que el 2 de septiembre se cumplirán 200 años del último avistamiento del navío, en 62º Sur y 70º Oeste. Dos meses después, el navegante británico William Smith daba cuenta en Lima del descubrimiento de un continente nuevo y blanco al sur de Hornos. «Era el primero que ponía allí los pies, pero ya había sido avistado por los españoles en 1603», subraya Mollá. Smith encontró en aquel territorio helado los restos de un desarbolado navío español, muy probablemente el San Telmo, pero las autoridades británicas le ordenaron guardar silencio para arrogarse el descubrimiento.

«A los 644 desgraciados del San Telmo les cabría la gloria de haber sido los descubridores de la Antártida», afirma el autor de este compendio de relatos de la historia de la navegación que también reclama que deje de llamarse el paso de Drake al trozo de mar entre el cabo de Hornos y las islas Shetland del Sur. «El primero que lo atravesó fue el español Francisco de Hoces. Por eso en la cartografía española se conoce el lugar como el mar de Hoces. Hay que hacerle justicia porque España estuvo antes», destaca el autor del blog « El sextante del comandante».

Mollá no ha cruzado nunca el cabo de Hornos, pero si lo hiciera «probablemente también» cumpliría con la tradición y se pondría un tatuaje como don Juan en recuerdo de tan difícil proeza. Las «pelotas de granizo del tamaño de una aceituna» se suman en esas latitudes a un viento endemoniado que arrastra a los barcos de vela al sur. «Por eso don Juan estaba tan orgulloso y por eso nos lo dijo con tanto ímpetu», sostiene.

Misterios del mar
Hablar con este hombre de mar es sumergirse en un sinfín de historias sobre grandes navegantes, buques míticos, tesoros sumergidos y trágicos naufragios, como el del Reina Regente que desapareció durante un fuerte temporal en aguas de Cádiz en 1895 con 372 marinos y 40 jóvenes aprendices de la escuela de artillería. Nunca se ha podido encontrar.

«Es uno de los misterios que engrandecen al mar. Hemos llegado a todas las cimas, a la Luna, a Marte, pero allí abajo Neptuno sigue siendo el rey», afirma Mollá. Él mismo buscó los restos del Reina Regente hace unos años, en un barco que Paul Allen, el cofundador de Microsoft, ofreció a la Armada para tal fin. «En la embocadura del Estrecho hay muchísima corriente», explica mientras relata que solo pudieron confirmar que uno de los tres barcos que yacen en el lugar donde se cree que fue a parar no era el Reina Regente. De aquella desgracia no quedaron testigos, pero sí un superviviente. Un perro fue recogido por un crucero inglés que participó en la búsqueda y en cuanto el barco fondeó en Bonanza saltó al agua para ganar a nado la costa y se presentó en la casa de su dueño, un oficial del Reina Regente.

Para buscar el patrimonio español sumergido en aguas de todo el mundo, Mollá plantea la creación de una flota multiministerial y la puesta en marcha de iniciativas de financiación como la venta de monedas antiguas con certificado de autenticidad para financiar expediciones. «Es una manera de recaudar dinero y de difundir la cultura», a juicio de este marino y escritor, que ya se puso en práctica con las monedas de plata de Stalin rescatadas del buque John Barry, hundido durante la Segunda Guerra Mundial frente a Omán con un secreto en la bodega número dos aún por descubrir. «Ahora tenemos un montón de monedas del caso Odyssey que no sabemos qué hacer con ellas. Guardadas para nada. Se podría cambiar la ley para venderlas con certificado de autenticidad y, además de lograr financiación, sería otra forma de divulgar la cultura», defiende este experto a quien se le abren las carnes al pensar que solo en el litoral atlántico andaluz hay más de mil pecios y empresas de cazatesoros están al acecho.

«El mar ha sido todo para España», un país «que llegó a dominar cuatro mares al mismo tiempo», con un legado cultural y una historia «que por lo menos hay que divulgar» y que no siempre se ha defendido con firmeza, a juicio de Mollá. Como en el caso del galeón San José, hundido por un ataque inglés en aguas que hoy pertenecen a Colombia, en el que «no se está peleando lo suficiente».

En cambio, sobre la supuesta campana de la nao Santa Maríaque tanto dio de qué hablar al salir a subasta en Barcelona en 2002 y ser reclamada por el Gobierno portugués, reconoce albergar «muchas dudas» sobre su autenticidad. «Aunque su historia es fascinante», apostilla, como la del bergantín fantasma Mary Celeste, la de la llave olvidada del Titanic, la del gato Sam o la del hundimiento del Lusitaniay tantas otras que componen «Eso no estaba en mi libro de historia de la navegación».



gesta fuera exclusivamente española, porque de los 265 hombres que partieron en la expedición, un centenar eran extranjeros. «La primera vuelta al mundo fue una idea universal», considera.

El objetivo no era dar la vuelta al mundo, recuerda, sino ir a la especiería. Para ello, la expedición se pone en manos de Fernando de Magallanes porque «ya ha estado allí» y «nos interesa precisamente que sea portugués», según el capitán de navío, porque los portugueses llevaban tiempo navegando a la especiería y tenían experiencia en preparar una expedición tan larga. No así los españoles, muy experimentados en viajes a América, pero no a la especiería. «Magallanes lo hace muy bien, pero una vez que salen a la mar, poco a poco se va haciendo pequeño. Comete cuatro errores graves y el cuarto y último le ocasiona la muerte en Mactán (Filipinas)», relata Mollá. El ocaso de Magallanes, continúa el marino, «es la salida de otro astro que es Elcano, al que la vida le pone en un brete y cumple, navega en unos mares desconocidos y consigue doblar el cabo de las Tormentas en una nave maltrecha, con hombres exhaustos y sin alimentos».

«A Magallanes se le ha atribuido su mérito», continúa el experto recordando el estrecho que lleva su nombre, las Nubes de Magallanes o la sonda Magallanes que orbitó el planeta Venus. «Y Elcano, qué? Nada», subraya Mollá, que reivindica su figura para que «por lo menos los españoles le hagamos los honores, sin detrimento de Magallanes» ya que ambos fueron «suplementarios».
https://www.abc.es/cultura/abci-tatuajes-enorgullecian-juan-borbon-201903190131_noticia.html
 
Las mejores imágenes científicas del año
Los premios Fotciencia demuestran qué hay dentro de un cigarrillo, la belleza de la luz sobre las hojas o el primer plano del embrión de un ratón modificado. Estas son las siete fotografías más impresionantes de 2018 elegidas por El CSIC y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). Una exposición itinerante y un catálogo incluirán 50 de las instantáneas presentadas


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https://www.abc.es/ciencia/abci-mej...icas-302186610626-20190322132434_galeria.html
 
Así es el portaaviones «Juan Carlos I» por dentro
El buque insignia de la Armada española puede desempeñar misiones anfibias, humanitarias o como portaaeronaves

Actualizado:24/03/2019 14:34h

Un auténtico desafío técnico durante su construcción, el LHD Juan Carlos I (L-61) es un buque anfibio portaeronaves con capacidad para transportar a hasta 1.500 personas o 30 aeronaves. Se caracteriza por ser adecuado para cuatro misiones distintas; anfibias, proyección de Fuerzas Armadas, humanitarias y como portaeronaves.

Reportaje al completo, incluyendo video, en el siguiente enlace, gracias:
https://www.abc.es/espana/abci-portaaviones-juan-carlos-dentro-201903241431_video.html
 
El TSJA declara improcedente el despido de un empleado por fotografiarse desnudo en el trabajo
Las imágenes fueron difundidas por las redes sociales con el título «ITV Órgiva»
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Fotografiarse desnudo en el trabajo no es motivo de despido, al menos, si es fuera del horario laboral y se realiza en el ámbito privado. Así lo ha determinado la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, tras la demanda presentada por un trabajador de la ITV de Órgiva, en Granada, que fue despedido tras fotografiarse desnudo en los baños de las instalaciones donde trabajaba. Estas imágenes fueron difundidas por las redes sociales.

Los hechos se remontan al 22 de abril de 2016, cuando un administrativo de la empresa Verificaciones Industriales de Andalucía S.A., fue despedido por «fotografiarse desnudo en las instalaciones del centro de trabajo en fecha indeterminada, imágenes que aparecieron colgadas en una página de Facebook con el título ITV Órgiva», indica la sentencia.

Además, la empresa pública de inspeccion de vehículo alegó que el trabajador no había respetado el manual de procedimiento y operativa habitual para legalizar el enganche de un vehículo.



Al recibir la carta de despido, el afectado llevó el caso ante los Tribunales. Ahora, la Sala de lo Social de Sevilla del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía le dan la razón.

El Tribunal, explica en la sentencia, que los hechos se produjeron en el ámbito privado «al haberse fotografiado desnudo en los baños de su centro de trabajo, pues tal actuación la realizó en un espacio de absoluta privacidad y en el que los derechos fundamentales a la intimidad y a la propia imagen despliegan toda su virtualidad, para su propio y exclusivo uso personal y una vez finalizada la jornada de trabajo». Se entiende, según la resolución, que estos hecho no constituyen «ilícito laboral alguno ni puede ser objeto de sanción por el empresario».

Además, el TSJA determina que el trabajador no tuvo intención de difundir o publicitar las fotografías aparecidas en Facebook. Y añade que «la empresa, antes de comunicarle su despido, tuvo conocimiento tanto de que el trabajador había presentado una denuncia en vía penal por la publicidad dada a las fotografías y el texto insertado en las mismas, como del posible canal por el que se obtuvieron en razón de los datos que figuran en el informe que encargó en una agencia de investigación».
https://www.cotilleando.com/threads/curiosidades.101312/
 
Autobuses a ninguna parte
Publicado por Ángel Villarino
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Roma, Italia, 2007. Fotografía: Pithawat Vachiramon (CC).
En el verano de 2008 un camarero me sacó a escobazos de una discoteca de Changsá, un hormiguero de siete millones de habitantes perdido en el interior de China. Cuando salí a la calle ya era de día, no recordaba dónde estaba mi hotel y no conseguía que nadie me entendiese. Además llovía, así que busqué refugio en una sala de masajes que se anunciaba con unos neones que dibujaban una jirafa en la bruma. Me desperté en calzoncillos, forcejeando con una campesina cincuentona que intentaba introducir su dedo anular por mi agujero del culo. Quizá fuese el dedo índice, la verdad es que no estoy seguro.

En términos de confusión y desconcierto, aquello no fue nada comparado con los cinco años que pasé en Roma abordando autobuses, tranvías, trenes, taxis y esa cosa entrañable que los romanos insisten en llamar metro. Con el tiempo me he convencido de que no es posible encontrar en ningún lugar del planeta la intensidad surrealista que alcanza la capital italiana. Y en los transportes se destilan las esencias porque entran en fricción casi todos los factores del legendario caos romano: los propios romanos (en sus dos categorías básicas: resignados e indignados), los funcionarios, la fisionomía de una ciudad que amontona desordenadamente sus siglos de esplendor, los tiempos del Mediterráneo, su luz festiva, los turistas entregados; y agregados más recientes, como esos grupos de chiquillas rumanas que te roban la cartera.

Quizá Google Maps haya conseguido revolucionar las cosas pero cuando yo llegué muchos nos guiábamos aún por un voluminoso librote lleno de cartografía, números y cuadrantes. Se compraba en los kioscos y mis compañeros de piso lo llamaban respetuosamente la guida. Tardé semanas en aprender a manejar aquel arcano y a menudo me veía obligado a pedir ayuda. Planificábamos los desplazamientos con mucha antelación, gesticulando alrededor de la mesa de la cocina, compitiendo por encontrar la mejor ruta. Nos poníamos muy serios y trazábamos líneas, trayectorias, derivadas… Era inútil porque estábamos intentando predecir el comportamiento de un organismo vivo, que invertía su curso o desaparecía a su antojo y sin previo aviso. Recuerdo que una noche vimos la película The Cube y nos sentimos profundamente identificados con sus protagonistas.

Además, y como sucede prácticamente con todo en Roma, sobre los medios de transporte se cierne constantemente la amenaza de lo sciopero («la huelga»). Es tan sustantivo aprender a entender eso como procesar e interpretar las advertencias cifradas que ofrecen los conductores de los autobuses.

Sí, llevo puesto el 84 pero le he dicho ya que yo hoy hago la ruta del 75.

Mi dispiace, yo hoy no paso por Piazza Repubblica porque hay mucho tráfico.

A usted le conviene bajarse aquí y esperar el siguiente porque, aunque ya he comido, aún tengo que hacer una pausa pranzo.

Que los transportes no están pensados para llevar a nadie a ningún sitio es algo que entienden todos los romanos con dos dedos de frente. El hecho de que haya quien los utilice para desplazarse es secundario, en ocasiones accidental. ¿O es que acaso está ahí el mar para que naveguen los veleros? Las cifras respaldan lo que dicta el sentido común: en Roma solo el 25 % de los desplazamientos se realizan en transporte público, porcentaje que en Barcelona asciende al 67,7 %, en París al 63,6 % y en Londres al 47,7 %. Ocurre que I mezzi existen por motivos más importantes que llegar a tiempo a la oficina o visitar a una abuelita enferma: son una fuente de empleo público, un tema de conversación sobre el que estar invariablemente de acuerdo, un espacio donde resulta socialmente admitido descargar frustraciones personales e incluso una forma de ocio. Ocio que además sale relativamente barato a una minoría y totalmente gratis al resto.

El actual alcalde de la ciudad, Ignazio Marino, cuantifica el agujero por encima de los doscientos cuarenta millones de euros. Hace años que no voy por allí, pero pocos millones me parecen. Aunque se acumulan muchos problemas, hay uno que rebasa al resto: a la hora de pagar, escasean los incentivos. Cuando quedan, los billetes se compran en kioscos, estancos y en unas máquinas que funcionan de manera ocasional y bajo las normas de la devoción mariana. Es imposible reprimir un suspiro de satisfacción (o de alivio, dependiendo de las prisas) cuando se consigue extraer una de esas cartulinas sin incidencias.

Y luego están los revisores, tan escasos que muchos romanos los consideran una leyenda urbana, transmitida de padres a hijos y alimentada por los políticos. Yo estoy en condiciones de asegurar que sí existen porque una vez me enfrenté con uno de ellos en un tranvía. Por inusual, la anécdota solía formar corrillos en las fiestas y tuve que contar mil veces mi encuentro con aquel señor discretamente amable, con el pelo canoso, que no me multó a pesar de que el billete que le entregué estaba caducado desde hacía meses. Me perdonó, creo, por el engorro de sancionar a un extranjero, aunque después hizo una amnistía general con un grupo de adolescentes que eran más romanos que Francesco Totti.

El ATAC, la Azienda per la Mobilità, es la gestora de este portentoso desmadre. Se trata de una institución establecida, que graba sus acrónimos en paredes, columnas y objetos de papelería como si fuese el SPQR. Y cuya autoridad no se cuestiona, como no se cuestiona la Camorra o la Posta Italiana. Entrevisté a alguno de sus responsables para un reportaje sobre el estado de las infraestructuras italianas, uno de esos trabajos periodísticos de los que solo se puede disfrutar cuando ocurren en Italia. Con la grabadora puesta me entretuve un par de mañanas, pero no saqué demasiado en claro. Después, fuera de micrófono, un cargo intermedio me dio unas cuantas pistas para no pagar en el metro. Lo hizo sin dejar de llamarme de usted y en medio de una descripción pormenorizada de su trabajo, que decía tomarse muy en serio. Cada vez que deslizaba algún truco, me guiñaba el ojo.

Mi raccomando, esto se lo digo para que se haga cargo de las dificultades, no para que lo detalle en un artículo.

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Roma, Italia, 2011. Foto: BWphotostreet (CC).
Los romanos se consuelan pensando que en Nápoles las cosas funcionan mucho peor. Algo que resulta probable. Según datos recientes, en toda Campania el 75 % de los pasajeros viaja sin billete. Eso justificaría la ocurrencia de un periódico de la región, creo recordar que Il Mattino, que publicó un reportaje a dos páginas en el que los protagonistas eran gente che paga, personas a quienes el periodista retrataba sin dejar claro si debían ser consideradas ejemplares o auténticos pardillos, en uno de esos ejercicios de ambigüedad tan italianos.

A Nápoles yo iba a menudo a pesar de que mi compañero de piso, un romano criado cerca de Venecia, insistía en que era poco menos que una misión suicida, comparable a internarse en Bagdad tras la invasión americana. En las Navidades de 2005, hice el trayecto en uno de los primeros trenes de alta velocidad que cubrían la ruta. Berlusconi tenía unas elecciones que ganar y forzó la inauguración del juguete antes de cualquier previsión razonable. Para que la cosa trascendiese, repartió cientos de billetes entre los periodistas extranjeros. Se trataba de glosar la gesta. Y lo hicimos. El tren salió con un tremendo retraso, se paró cuarenta minutos a medio camino y no alcanzó nunca los doscientos kilómetros por hora. Tardamos casi el doble que con un tren lento y en el bar se acabó la cerveza y el vino. Fue un viaje inolvidable, donde se citó mucho la famosa frase de Giulio Andreotti.

Hay dos tipos de locos, los que se creen Napoleón y los que se creen que pueden arreglar la red de ferrocarriles del Estado.

Me adapté rápido en la ciudad, adoptando la variante indignada, que es la más divertida. Solía ser muy crítico con todo aquello, disfrutando de las exageraciones y comprendiendo para mis adentros que la experiencia no era comparable a la de i pendolari, esas personas santas que viven en pueblos cercanos y utilizan los trenes de cercanías a diario. En reconocimiento a su valentía, el Corriere della Seraelaboraba todo tipo de cálculos y comparaciones, algunas muy imaginativas, para cuantificar el impacto que los retrasos tenían sobre la economía de la región y sobre la vida de esas pobres gentes. Es un tema serio: a lo largo de los años, muchos perdiendo innumerables meses de vida.

Hasta aquí la Roma que funciona. Ahora va tocando referirse al metro, el transporte menos fiable y más impuntual que existe en el planeta. Hay más probabilidades de llegar a destino en una lancha de piratas somalíes, a lomos de una llama andina con tuberculosis o bajando el Mekong sobre la rueda de un camión. Lo del suburbano de Roma está a medio camino entre el tren de la bruja y el Nautilus. Dentro puede uno mojarse con las goteras, asistir a una propuesta de matrimonio o quedarse a oscuras mientras escucha por megafonía risas histéricas y psicofonías que advierten de la presencia de «carteristas extranjeros». Si cobrase entrada por el espectáculo en lugar de por el trayecto, sería infinitamente más rentable.

Durante buena parte de los años que pasé en Roma, una de las dos líneas dejaba de funcionar horas antes de lo establecido porque había lavori in corso. En respuesta a las tímidas protestas de la ciudadanía, se intentó que i lavori se hiciesen de madrugada, como ocurre en otras tantas capitales. Pero los sindicatos bloquearon la idea exigiendo cifras astronómicas por cada hora extra.

Es justo recordar que se registraron algunos intentos aparentemente honestos de aliviar tanto degrado. La compañía vasca CAF instaló un puñado de trenes que los romanos identificaban como «los españoles» por su aspecto más moderno y porque las paradas se anunciaba en un italiano con acento patrio. La voz femenina que prestó su voz en las grabaciones se delataba especialmente al pasar por la estación de Piazza Repubblica, donde desaparecían la mitad de los pasajeros, una «zeta» y una «be».

Uno de aquellos trenes tuvo, por cierto, un accidente que durante las primeras horas se confundió con un atentado terrorista. Eran los años posteriores al 11S y cualquier cosa que estallase o chocase era susceptible de ser reivindicada por Al Qaeda. Me pasé una tarde escribiendo sobre la falsa alarma. Días después del accidente, cuando ya no le importaba a nadie, una fuente fiable me explicó quién había sido el verdadero terrorista: el conductor del tren desmontó a las bravas los sistemas de seguridad y viajaba, sin límite de crucero, a una velocidad muy superior a la permitida.

«Hemos descubierto que han destripado el seguro de casi todos los trenes. Al parecer les dan un incentivo por hacer más viajes, para evitar retrasos», me explicaron los técnicos.

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Roma, Italia, 2010. Fotografía: Ira Smirnova (CC).
Prometí no publicarlo hasta que concluyese la investigación previa y empezase el eventual juicio. Conociendo la justicia italiana es bastante posible que ninguna de las dos cosas haya ocurrido aún y que, al mismo tiempo, el delito ya haya prescrito.

Otra de las características más reconocibles del metro romano es que tiene solo dos líneas, la azul y la roja. La explicación más extendida, fortalecida por aquellas famosas escenas de Fellini, es que resulta complejo y tortuoso perforar el subsuelo por la cantidad de joyas arquitectónicas que aparecen. Y esto es cierto: hasta para cavar un huerto hay que llenar cientos de formularios y permisos por el bendito incordio que supone toparse con un pasado glorioso a todas horas. Es otra de esas cosas que hacen única a la Città Eterna: que se convive con la historia de manera intensa. Para lo bueno, que es mucho. Para lo malo, que puede asfixiar. Y para el resto. Una noche, volviendo a las tantas de una fiesta por el centro de Roma, a dos amigos les entró la urgencia de orinar. Mientras lo hacían, un tercero lanzó un grito de advertencia.

Aooo, ¿os dais cuenta de que estáis meando sobre un Bernini?

Pero ni siquiera la riqueza arqueológica del subsuelo es suficiente para explicar los retrasos de la línea C, la tercera, la que se empezó a planificar en 1990, y que ha costado ya más de cinco mil millones de euros, convirtiéndose en la obra incompleta más cara de Europa. Mientras escribo estas líneas, leo que se prevé que abra sus puertas este mismo otoño. Pero ya les digo yo que eso no va a ocurrir. Llevan veinte años a punto de inaugurar la C y empieza a ser difícil tomárselo en serio. El retraso de las obras ha creado, además, un verdadero género periodístico. Una de las últimas entregas consiste en detallar una compleja complicación técnica que nadie entiende bien pero que provocaría enormes congestiones de pasajeros en hora punta.

A los transportes romanos se puede sobrevivir si se espacian y se abordan de uno en uno, pero al combinarlos y mezclarlos se están corriendo ya demasiados riesgos. En este sentido, fue de profunda gravedad lo ocurrido un sábado de abril de 2005, cuando había quedado con la que entonces era mi novia en su ciudad, en Perugia. Tenía que llegar a la estación Termini antes de las cuatro de la tarde para subirme a un tren que, casi con total seguridad —pensé—, se acabaría retrasando por el camino y me haría perder los nervios. Me equivoqué, pero por optimista, porque el viaje se interrumpió mucho antes, en la estación de metro de Barberini. A oscuras, conseguí abandonar el vagón y me arrastré hasta la calle. Llovía a cántaros frente a la Fuente del Tritón, donde había un mendigo que se burlaba de los conductores casi todos los días. Me entretuve mirándolo los veinticinco minutos que tardé en parar un taxi. Cuando por fin abordé uno, empapado, el taxista percibió que su víctima llegaba debilitada y con prisas. Y decidió alargar la carrera más allá de lo razonable, alegando insólitas confusiones y cálculos disparatados. Se detuvo frente a una de las puertas de la estación de Termini a las cuatro y ocho minutos.

«Seguro que me da tiempo hasta a tomarme un café», pensé.

Pero no, el panel de horarios de la entrada indicaba que por una vez el Roma-Perugia había sido puntual y que yo me quedaba en tierra. Sin salir del coche, intentaba asimilar la derrota cuando el taxista empezó a desplegar la táctica del «no llevo cambio» para quedarse una propina de treinta euros, es decir, el ciento cincuenta por ciento de la carrera. Mientras discutía, cegado por la ira, un macarrilla abrió la puerta del taxi y me exigió que me diese prisa. Es lo último que recuerdo. En el siguiente fotograma estoy ya sobre un charco mientras unas señoras y un guardia de seguridad nos separan. Un camarero me dio la puntilla minutos después, mientras narraba mis aventuras por teléfono a mi novia:

Aooo Rambo, ma il caffè me lo paghi?

Los últimos años los pasé alejado de aquel mundo que me estaba llevando a la locura. Abandoné al 25 % y me traje mi coche de España. Durante un tiempo intenté ponerlo en regla, pero resultó totalmente imposible. Así que me rendí a las comodidades, asumiendo que Roma es extremadamente más generosa con los caraduras. Mi matrícula extranjera me permitía estacionar en cualquier sitio y circular por donde solo unos pocos privilegiados estaban autorizados, centro histórico incluido. Solo tenía una regla: aparcar en lugares a los que no pudiese acceder una grúa, algo relativamente sencillo en la ciudad de las callejuelas y las fuentes. A menudo se amontonaban las multas en el salpicadero, pero en la embajada me confirmaron que no había manera de hacerlas llegar a España, así que iban directamente a la papelera. Fueron un par de años fructíferos en los que aprendí muchas cosas útiles, como dejar el coche en la zona de empleados de Alitalia para no pagar el parking del aeropuerto o visitar talleres de dudosa reputación para sacarle el máximo rendimiento al seguro.

Son habilidades que olvidé pero que podrían serme útiles si algún día vuelvo a España, un lugar que cada vez me recuerda más a la Italia a la que llegué hace ya más de diez años. El proceso es evidente, con políticos que participan a todas horas en tertulias y programas de chorradas, una ciudadanía curada de espanto, viejas glorias que se agarran a sus poltronas, periodistas que utilizan cada semana un nuevo término económico, servicios públicos al borde del colapso, jóvenes con dos carreras y cinco idiomas que viven de la pensión de un abuelo fontanero y esa sensación generalizada de «sálvese quien pueda». Digo que si nos vamos a sumir en esto, lo hagamos al menos como los romanos: con estilo, originalidad y desde la comedia
https://www.jotdown.es/2019/04/autobuses-a-ninguna-parte/
 
Las razones de los consumidores para elegir entre los cuatro supermercados con más cuota de mercado
Mercadona reforzó su liderazgo en 2018 con un crecimiento basado en el auge de los frescos perecederos -cuya venta se incrementó un 1,4%- y la introducción continua de nuevas referencias
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2Supersol plantea un ERE para 400 personas y cerrar 21 tiendas por pérdidas

El año pasado, solo dos cadenas de distribución y alimentación lograron crecer en España: Mercadona (+0,8%) y Lidl (+0,5%). Del Balance de la Distribución y Gran Consumo 2018 de Kantar Worldpanel se extrae que los súper ya concentran el 60% del gasto frente al 24,2% de los pequeños comercios, el 13,3% de los hipermercados y el 1,6% del comercio por Internet, que solo sube una décima. El reto para las enseñas de distribución reside en ganarse a un consumidor «infiel», que alterna entre cadenas y reparte la cesta de la compra según le convenga.

En esta línea, se estudian los factores que llevan a las familias a elegir un local u otro. En este sentido, se explica que entre los motivos de elección de un establecimiento, los consumidores españoles priman los siguientes por este orden de preferencia: la relación calidad/precio, la proximidad, los buenos productos, la limpieza y el orden del establecimiento, el nivel de los productos frescos, la posibilidad de hacer toda la compra en el mismo sitio, los buenos precios, el número de marcas disponibles, la calidad de la marca propia y si cuenta con aparcamiento para el coche.

Como consecuencia de conjugar muchos de estos factores, Mercadona reforzó su liderazgo con un 24,9% de cuota de mercado y un crecimiento basado en el auge de los frescos perecederos -cuya venta se incrementó un 1,4%- y la introducción continua de nuevas referencias y la fortaleza de su marca blanca, tal y como explicó durante la presentación del informe el responsable del área de distribución en Kantar Worldpanel Iberia, Florencio García. Así, un 71,7% de los consumidores españoles valoraron el hecho de que esta cadena ofrezca «una marca propia de calidad».

el trozo de tarta que pierde DIA «se reparte entre Mercadona, Lidl y los supermercados regionales», ya que son los que «más establecimientos están abriendo cerca» de sus locales, apuntó Florencio García. Sin embargo, DIA conserva muchos puntos fuertes. Entre estos encontramos que es la cadena con mayor número de tiendas (casi 3.500 en suelo español), su marca propia «premium» Delicious (cuenta con 3,5 millones de hogares compradores), su imagen de precios bajos y su exitosa transformación digital, ya que es el tercer operador online en España. Para crecer, DIA cuenta con dos innovaciones introducidas el año pasado: el aumento de la cuota de valor de dos productos preparados como el pollo asado y el zumo recién exprimido y la ampliación de su horario comercial. El experto de Kantar defiende que la recuperación de la compañía pasa por apostar por formatos como La Plaza y DIA & Go frente a otros modelos antiguos y por crecer en ventas a través de internet.

La cuarta cadena en cuota de mercado fue Lidl tras registrar un aumento del 0,5% gracias a la subida de los frescos y a que el 66,5% de los hogares visita al menos una vez al año sus tiendas. Los supermercados alemanes fueron también una referencia en sostenibilidad con un 16,5% de cuota de productos bio y ecológicos. Asimismo, el año pasado Lidl se convirtió en la primera cadena en nuestro país que dejaba de vender huevos de gallinas de jaula y el primer supermercado en eliminar las bolsas de plástico.
https://www.abc.es/economia/abci-ra...s-mas-cuota-mercado-201904060229_noticia.html
 
La ropa diseñada por un ingeniero aeronáutico que crece con los niños


Este ingenioso sistema de la empresa londinense Petit Pli ha sido uno de los premiados con el Global Change Award que busca moda más sostenible

07/04/2019 - 10:47h
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Ropa de la empresa londinense Petit Pli

Imagina que pudieras comprar un traje a un bebé de nueve meses y que éste le durara hasta los cuatro años. Por un lado, supondría un ahorro considerable: un estudio en Reino Unido estima que el gasto en ropa hasta que el niño cumplía cinco años es de unas 3.400 libras (unos 3.900 euros). Pero, además, reduciría el impacto ambiental.

La compañía de ropa londinense Petit Pli acaba de ganar una de las categorías del premio Global Change Award que busca moda más sostenible por un sistema de ropa que crece con los niños y dura mucho más gracias a una tela que se estira.

La idea, del diseñador e ingeniero aeronáutico Ryan Mario Yasin, se basa en los modelos de origami y en los satélites desplegables de nanoestructuras con los que trabajó en la universidad británica Imperial College. Los paneles de fibra de carbono que se requerían para estos sistemas fueron la inspiración para crear un material que se pliega como un acordeón y que, tras su uso, recupera su forma original. Es decir, que el traje se agranda cuando el niño se mete dentro y vuelve a su tamaño más reducido al guardarse para que se pueda adaptar cuando se emplee de nuevo.

Aunque el material, como la mayoría de las fibras resistentes al agua, está compuesto de poliéster, utiliza, según sus creadores, un 100% de telas recicladas y se basa en un compuesto monofibra más fácil de reciclar. “La ‛ropa que crece′ ha sido diseñada para atender las necesidades de los padres, niños, minoristas, fabricantes y del medio ambiente, ofreciendo la oportunidad de hacer que la opción sostenible sea más deseable y se pueda llevar a cabo hoy en día”, asegura Mario Yasin, orgulloso del premio.

Ahora bien, aunque la duración de las prendas sea uno de los principales objetivos que se proponen los que defienden una economía circular, resulta también cuestionable que el solo hecho de crear este tipo de materiales vaya a cambiar la actitud de los consumidores. Según el informe que publicó hace dos años la Fundación Ellen McArthur, la producción de ropa se ha casi duplicado en los últimos 15 años, en parte por el auge de las economías emergentes, pero sobre todo por lo que se ha denominado fast fashion: tendencias que se renuevan más rápidamente, nuevas colecciones que duran menos en el mercado y, en muchas ocasiones, precios muy reducidos.

De acuerdo a este estudio, hoy en día, la industria de la moda estaría emitiendo más gases de efecto invernadero que todo el transporte aéreo y marítimo internacional combinado, vierte alrededor de medio millón de microfibras de plástico en el océano y contribuye en gran medida al problema del derrame de residuos tóxicos.

El premio Global Change Award, otorgado por la Fundación sin ánimo de lucro H&M, parece que constituye un intento plausible para buscar soluciones. Entre algunos de los nuevos diseños que ha recompensado se encuentra una de las primeras membranas resistentes al agua creada a partir de sustancias minerales no tóxicas, un cuero vegetal producido a partir de una fruta exótica o fibras naturales elaboradas a partir de desechos de comida como caña de azúcar, plátanos o piña.

Pero para algunos, como la periodista británica que investiga las condiciones de fabricación de la ropa, Lucy Siegle, también puede suponer una manera de justificar nuestro modelo de consumo. “Nos puede hacer creer que podemos tener toda la moda que queramos sin hablar de recortar la producción o frenar la expansión comercial”, ha comentado al referirse a estos premios.

Sin duda, una ropa que se estira es el sueño de muchos padres, pero quizá solo otro pequeño paso para mejorar la sostenibilidad de una industria que no para de crecer.

https://www.eldiario.es/ballenablan...-ingeniero-aeronautico-crece_0_885761602.html
 
Ella tira la mejor caña de España (hasta hoy)
OTROS PLANES
    • CAROLINA DOMÍNGUEZ
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  • 9 ABR. 2019 02:15
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Davinia Martínez, ganadora del Campeonato Nacional Estrella de Galicia 2018.
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Davinia Martínez es de Orihuela, tiene 35 años y ahsta hace poco no bebía cerveza

Hay que pillarle el truco a la temperatura, la inclinación del vaso y la crema

"Una caña no se toma con espuma, sino con crema, esa es la clave", asegura

Te vienen echando mal la cerveza toda la vida y quizás no lo sabes. Hay un truco, no se trata de improvisación. Una caña puede saber bien o mal y todo depende del camarero de turno. Davinia Martínez lo sabe porque es la ganadora del Campeonato Nacional Estrella de Galicia 2018. Ella revela uno de sus mayores secretos: "Una caña no se toma con espuma, sino con crema, esa es la clave". Pero, ¿cuál es la manera correcta de servirla, entonces?

Lograrlo es fácil. Hay que pillarle el truco a la temperatura, la inclinación del vaso y la crema. El primer paso es limpiar las impurezas de la copa. "Refrescarla, para que la bebida resbale y eso permita crear la efervescencia", explica. La bebida nunca debe pegar un golpe seco. Es como si nos tiráramos por el tobogán de un parque de atracciones, si hay agua, nos deslizaremos bien, sino quedaremos atascados.

Inclinar, aproximadamente, unos 45 grados la copa para que se oxigene y no forme excesiva espuma. Se echa la cerveza, pero se dejan dos centímetros de espacio para la espuma. Y cuando llega el momento de abrir el grifo hay que tener dos ideas presentes: hacerlo lentamente y nunca colocar la copa dentro de esta canilla. "Hay que estrangular la cerveza, conseguir un hilo de crema suave y consistente", dice la hostelera. Porque esa crema es cerveza con otra solidez, como si la batiéramos a la enésima potencia.

Y la coronación llega al presentar la copa al cliente de forma tal que la bebida no se desborde hacia afuera. Cómo saber si fue bien tirada o no, es la cuestión. Eso se sabrá a medida que uno tome la cerveza, porque irán quedando marcados en la copa unos aros en cada sorbo.

Un acto simple, pero que esconde una gran encrucijada. Davinia tiene 35 años y tira más de dos mil litros por mes en su restaurante El Divino de Davinia Martínez en Orihuela, Alicante. No hace falta tener 20 años para ser un buen tirador, sino haber echado miles. Por eso es la campeona.

Y eso que durante años se ha negado a beber cerveza. "No me gustaba", señala. Y explica cómo pasó de rechazarla a amarla con pasión. "La tuve que estudiar porque trajeron una cerveza de bodega a mi restaurante para comercializarla. Necesitaba saber más del producto. Me di cuenta que la misma cerveza bien tirada, puede saber distinto a una mal tirada", explica. Aprendió, la degustó decenas de veces, y hoy, se ha transformado en su bebida de cabecera.

La joven campeona no puede evitar corregir a todas aquellas personas que tiran mal una caña. "Si voy a un sitio y veo que lo están haciendo fatal, con mucho respeto les intento enseñar o explicar los pasos principales. Es algo que no puedo remediar", confiesa. Entiende que detrás de un buen servicio de cerveza debe mantenerse la solemnidad y la precisión, pero principalmente pensar que "lo estás preparando para ti mismo".

PASIÓN POR LA CERVEZA
El consumo de cerveza continúa creciendo en España y el principal canal de venta es la hostelería. Durante 2017 se han tomado casi 40 millones de hectolitros, según el último Informe Socioeconómico publicado por el Sector de la Cerveza en España.

Y como es una de las bebidas más consumidas en el país, se busca a la nueva Davinia Martínez. Otro campeón o campeona de Tiraje de Cerveza. Será este 9 de abril en el Salón de Gourmets de Madrid. Una competición que reunirá a los mejores profesionales hoteleros llegados de distintos puntos de España para medir sus destrezas en el servicio. Superar pruebas y preguntas sobre cultura de esta bebida. El jurado valorará la calidad, la eficacia y la rapidez en el servicio. Los participantes tendrán que dejar los nervios de lado y apelar a sus técnicas personales.

Davinia será miembro el jurado. Tendrá el ojo puesto sobre cada participante para definir a quién la sustituya como número uno. Pero dice que "tendrá calma para elegir al ganador", porque como repite Homero en uno de los capítulos de Los Simpson: "En la vida hay que tomarse todo con calma, menos la cerveza"
https://www.elmundo.es/metropoli/otros-planes/2019/04/09/5cab2e2afdddff5c6b8b4609.html
 
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