Carmen Polo a su lado era una moderna, el olor a naftalina traspasa la pantalla. Ella pensará que es un ejemplo a seguir y es justo lo contrario a no seguir, me produce muchísimo rechazo, ella, su limitado intelecto, su vida de postureo, su integrísimo, su nula preparación intelectual, su matrimonio modelo de la sección femenina, y sus quincallas a precio de oro. Y soy católica.Seguía a esta pija porque es familia de una gran amiga que una vez me enseñó una de las baratijas que le había comprado por compromiso. A veces me entretenía viendo sus mierdecillas en Instagram y escuchando su letanía. Durante su embarazo he pasado por alto su devoción al Sagrado Corazon, sus medallitas, el desfile de curas hasta un día en que se atrevió a promover en varias de sus stories a bitchute, una web de teorías de la conspiración y mensajes de odio.
Detrás de tanto pijerío, religión y cura hay una ideología detestable.