Nosotros hicimos el Camino hace tantos años que no había ni Dios. Empezamos a principios de Septiembre y en las primeras etapas coincidíamos con máximo 20/30 personas al día, casi todos guiris; ya hacia el final, en la última semana, sí que había más gente, pero nunca como para llenarse los albergues, ni mucho menos. También había mucha menos infraestructura que ahora. Pero bares había, doy fe.
Eso sí, al terminar, que llegamos a Finisterre, nos pasamos unos días en La Toja, en plan abuelitas reumáticas pero a todo tren.
Queríamos haber repetido este año, con la prole, pero con la pandemia no nos hemos atrevido. También nos faltaría un miembro de la expedición inicial, que falleció hace unos años. Sola no creo que me atreviese, aunque una amiga hizo varias etapas ella sola el pasado verano y dice que no vio nada “raro”.
Eso sí, al terminar, que llegamos a Finisterre, nos pasamos unos días en La Toja, en plan abuelitas reumáticas pero a todo tren.
Queríamos haber repetido este año, con la prole, pero con la pandemia no nos hemos atrevido. También nos faltaría un miembro de la expedición inicial, que falleció hace unos años. Sola no creo que me atreviese, aunque una amiga hizo varias etapas ella sola el pasado verano y dice que no vio nada “raro”.