Asturias: paraíso natural, tierra de inconquistables

VISITA AL CASTRO "CHAO SAN MARTIN", EN GRANDAS DE SALIME, ASTURIAS.-

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Descripción
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Localización
Las ruinas del Chao Samartín se localizan en el extremo suroccidental de la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias, inmediato a la población de Castro que dista unos 6 Km de Grandas de Salime, capital del concejo. Catalogado como castro desde 1967, la excavación sistemática del yacimiento dió comienzo en 1990. Su extraordinaria secuencia estratigráfica ha posibilitado la revisión y actualización de la investigación sobre el desarrollo de la Cultura Castreña en Asturias. El Museo del Castro Chao Samartín es de visita obligada para enterder la estructura y evolución del castro.

Descubrimiento e inicio de las excavaciones
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Aunque la existencia de antiguas fortificaciones en el lugar era recogida en los diccionarios geográficos elaborados durante los siglos XVIII y XIX, el Chao Samartín fue reconocido como castro en 1967 por José Manuel González, tras la visita realizada en compañía y por indicación de José Lombardía Zardaín.

Una década después tuvo lugar el acontecimiento que habría de determinar el inicio de las excavaciones arqueológicas y la revisión de lo hasta entonces conocido del mundo castreño en el occidente de Asturias.

El protagonista de aquellos hechos, José María Navieras Escanlar, “Pepe el Ferreiro”, describió el acontecimiento en la prensa regional con todo tipo de detalles.

Su relato apasionado resume el descubrimiento casual de una cabaña bajo las, por entonces, tierras de labor del Chao que se convirtió durante meses en entretenimiento arqueológico de un grupo de voluntariosos vecinos.

La preocupación del señor Naveiras hizo posible la conservación de aquel extraordinario material y el conocimiento de su existencia por los investigadores universitarios.

Las excavaciones arqueológicas dieron comienzo en 1990 como consecuencia de la revisión, durante la elaboración del inventario arqueológico del concejo, de aquellas piezas custodiados con encomiables mimo por D. José María Navieras Escanlar, en el Museo Etnográfico de Grandas de Salime.

Las campañas de excavación se sucedieron con regularidad hasta 2009, como parte del Plan Arqueológico Director de la Cuenca del Navia, bajo la tutela y patrocinio del Principado de Asturias, de la Asociación de Amigos del Parque Histórico del Navia y la colaboración del Ayuntamiento de Grandas de Salime.

Hasta 1994 las excavaciones fueron dirigidas por Elías Carrocera Fernández, profesor de la Universidad de Oviedo, y a partir de 1995 por el equipo de técnicos coordinados por Ángel Villa Valdés.

Historia del asentamiento castreño
El origen del Chao Samartín como asentamiento estable se remonta a la Edad del Bronce, cuando en torno al año 800 a. C., se estableció sobre su explanada superior un primer recinto fortificado.

Durante la Edad del Hierro las defensas fueron renovadas en varias ocasiones para dar protección a un poblado en el que, a partir del siglo IV a.C., están presentes los rasgos más característicos del hábitat castreño: fosos, murallas de módulos, cabañas de planta simple para uso doméstico o de grandes dimensiones para el servicio comunitario. También se construye en esta época la primera sauna y se atestiguan talleres metalúrgicos relacionados con la transformación del oro, la plata y el bronce.

Bajo dominio romano, el castro se transforma en una próspera capital administrativa bajo el control del ejército imperial. Fue destruida por un terremoto durante el siglo II d.C.

Sobre sus ruinas, ya en tiempos altomedievales, se instaló una necrópolis vigente en tiempos de la monarquía asturiana.

La conservación de las ruinas
Las tierras altas del valle del Navia disfrutan un clima de tendencia continental en el que, durante los meses de estío las temperaturas alcanzan valores propios de regiones meseteñas mientras que el frío, la lluvia, el hielo y la nieve protagonizan un invierno largo y crudo.

Desde que dieran comienzo las excavaciones en el Chao Samartín, la preocupación por reducir, en lo posible, los efectos negativos que tanto la excavación como los agentes meteóricos producen sobre las ruinas condicionó sustancialmente la actuación arqueológica y, en buena medida, la imagen que el yacimiento ofrece al visitante, muy diferente a la de asentamientos castreños emblemáticos como Coaña, Pendia o San Chuis.

La mayor parte de las construcciones exhumadas del Chao Samartín fueron levantadas con mampostería ordinaria escuadrada y uso predominante de pizarra. Como único aglutinante se utilizó el barro. Esto significa que una vez destruida parcialmente la pared y desprovista de todos sus elementos portantes y protectores lo que resta de la estructura se enfrenta al lavado continuo de sus materiales.

Un proceso acelerado por la continua exfoliación del material pizarroso que, en alguno de los edificios, ha significado la desintegración de varias hiladas descubiertas en buen estado de conservación pocos meses antes. Al igual que el azucarillo sumergido en el café, su desaparición integral es, tan sólo, cuestión de tiempo.

Para evitar estos riesgos fue puesto en práctica un modelo sencillo, reversible, ajeno a la estructura protegida y de fácil manipulación mediante una cubierta ligera y manejable de pizarra local sobre estructura de castaño.

Las ventajas que aporta son evidentes: evita la entrada de aguas y acumulación de humedad en el interior de las paredes, disminuye notablemente el lavado superficial de las mismas e impidió, durante los años de acceso libre, el tránsito de curiosos sobre los muros.

El protagonismo visual excesivo que sin duda toma sobre el conjunto de las ruinas parece un sacrificio más que razonable a la espera de soluciones más atractivas.

Estructura del castro
Durante la visita guiada al castro se pueden observar los siguientes elementos.

Los fosos exteriores
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Hacia el Este, el flanco más vulnerable del asentamiento se extiende una doble línea de trincheras excavadas en la roca, que se prolongan a lo largo de unos 100 m con dirección norte-sur, con el fin de impedir el acceso al recinto amurallado por el itinerario más accesible. Se obligaba de esta forma a practicar la entrada al poblado por su tramo meridional, el más expuesto y donde se concentran, en torno a las puertas del recinto, poderosas fortificaciones renovadas a lo largo de varios siglos.

En los perfiles estratigráficos, que alcanzan los 5 m de profundidad, puede aún apreciarse la prolongada secuencia que ilustra los periodos de vigencia, abandono y revitalización experimentados por estas trincheras a lo largo de varios siglos, desde su instalación, durante la Edad del Hierro, hasta su reutilización militar durante el siglo I d.C., bajo dominio romano.

La muralla
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El descubrimiento de esta fortificación proporcionó la primera evidencia arqueológica de la existencia de un poblado anterior al de época romana.

Posee una larga historia en la que se sucedieron, a lo largo de varios siglos, episodios de ruina, reforma y reconstrucción hasta su inutilización definitiva.

Los tramos de muralla hoy visibles se caracterizan por su compartimentación en unidades yuxtapuestas de acuerdo con un procedimiento común en muchos otros castros asturianos. Son las denominadas murallas de módulos.

Su presencia en castros tan distantes de la región como Moriyón (Villaviciosa), La Campa Torres (Gijón), El Castillo de San Martín (Soto del Barco), Llagú (Oviedo), Castillo Veneiro (Tineo) o Folgosa (Grandas de Salime) señalan esta costumbre defensiva como uno de los rasgos más representativos de los poblados fortificados de Asturias durante la Edad del Hierro, entre los siglos IV-I a.C.

El poblado
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A la sombra de la muralla aún se conservan algunos ejemplos magníficos que ilustran los rasgos más representativos de las cabañas castreñas prerromanas.

A pesar de algunas reformas posteriores, puede comprobarse en su diseño original el uso predominante de la pizarra en el alzado de las paredes y la preferencia por plantas sencillas, circulares o rectangulares pero con esquina de naipe, evitando siempre cualquier tipo de medianería.

En ellas no se observa indicio alguno de compartimentación interna y su cubierta se cerraba mediante urdimbre vegetal.

Fue precisamente el descubrimiento de una de ellas la que desencadenó los acontecimientos que habrían de llevar al inicio de las excavaciones en el castro.

Durante el siglo I d.C. el influjo de Roma provocó el paulatino abandono de las viejas tradiciones constructivas con la adopción de soluciones extrañas que habrían de transformar sustancialmente la arquitectura de los espacios domésticos: subdivisión interior mediante tabiques interiores, plantas ortogonales, yuxtaposición de edificios que se cubren con losa de pizarra y desarrollo en altura.

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La influencia romana en otras construcciones se manifiesta explícitamente con la implantación de edificios de nueva planta inspirados en los contubernia campamentales.

Frente a la puerta principal de acceso al poblado se abre uno de los espacios más singulares de cuantos se han descubierto en el Chao Samartín: un gran edificio abierto, a modo de plaza, que se alza frente a la puerta del poblado.

Construido sobre una extensión de unos 100 m2, se constituye como una gran sala de planta rectangular, totalmente pavimentada mediante losas de pizarra bien escuadradas que se disponen según un ritmo regular.Fue un espacio de uso comunitario concebido como escenario para la reunión y la representación social.

En realidad, nos encontramos ante una interpretación modesta, un tanto rústica, de los monumentales foros que centralizaban la actividad política y comercial de las ciudades.

A mediados del siglo II d.C., entre las construcciones que conformaban la trama edificada del poblado convivían obras de nueva planta junto a cabañas centenarias, más o menos transformadas por reformas que enmascaraban con retranqueos, añadidos, apertura o clausura de vanos su estructura prerromana original.

A la modificación formal de los edificios se añade, a partir de las últimas décadas del siglo I d.C., un proceso por el que se constituyen unidades domésticas complejas por agregación de casas y cabañas hasta entonces independientes.

La existencia de grupos familiares con una posición de privilegio respecto al resto de sus convecinos encuentra refrendo en el registro arqueológico que caracteriza sus hogares, donde las monedas y los adornos personales son frecuentes y las cerámicas de importación se recogen por centenares.

No en vano, sus propietarios hicieron uso de las primeras cerraduras y llaves metálicas conocidas en la historia de Asturias. Frente a la densidad de edificios conservados en esta área del poblado, el visitante podrá apreciar un aparente vacío en otras zonas inmediatas. En realidad esto no fue así. La ausencia de paredes se debe al cuidadoso vaciado de los muros durante los siglos VIII y IX de la era, en tiempos de plena expansión de la Monarquía Asturiana.

En aquella época, las ruinas aún visibles del poblado romano fueron parcialmente expoliadas mediante trincheras que, por fortuna, no alteraron los depósitos contenidos contra aquellas paredes ahora desaparecidas.

De esta forma, el trazado y distribución de los edificios ha sido reconocido a partir de las zanjas excavadas para su vaciado.

La acrópolis
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En el año 800 a.C. el Chao Samartín era ya un asentamiento fortificado instalado en la explanada occidental del yacimiento. Al exterior, sobre la meseta oriental, se han identificado las endebles huellas del que debió ser un poblado coetáneo de cabañas y cierres fabricados con materiales perecederos.

En torno a la explanada superior que corona el Chao Samartín se dispusieron monumentales obras de cierre que, además de comprender un gran edificio y un bosquete de robles, facilitaban su identificación en la distancia.

El acceso se realizaba a través de una puerta abierta al mediodía, desde la que un camino ascendía hasta la gran cabaña. Frente a la puerta, en una pequeña caja de piedra con su cobertera al nivel de la calzada, se custodiaba parte de un cráneo humano.

El perímetro del recinto superior se encontraba a finales de la Edad del Bronce delimitado por una poderosa empalizada que alcanzaba probablemente los 4 m de anchura. Por el Este, un foso separaba el recinto del resto del poblado. En el centro de la explanada, frente a una gran roca, se alzaba un edificio construido con robustos postes de madera embutidos en paredes de mampostería.

La Acrópolis no muestra indicio alguno de uso residencial. Los descubrimientos singulares allí producidos más bien revelan un ambiente ritual que la presencia del depósito funerario, los objetos de bronce, la cabaña o la roca -referencia ancestral entre las comunidades precristianas- contribuyen a destacar. Fue, por tanto, un espacio ceremonial segregado de los lugares donde los habitantes del poblado realizaban sus actividades cotidianas.

La Domus romana y la necrópolis medieval
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Sobre la ladera norte del yacimiento se han descubierto recientemente las ruinas de una domus romana construida durante el siglo I d.C.

Aunque su excavación apenas si ha comenzado, puede afirmarse que se trata de una casa de porte señorial, cuyas estancias se distribuyen en torno un atrio con peristilo columnado. Se trata de un edificio genuinamente romano.

Los muros fueron fabricados con mampuestos de talla informe alineados sobre su cara externa y amasados con mortero de cal. Este tipo de paramento que se denominada opus incertum era desconocido en la arquitectura castreña.

Las habitaciones conservan las cargas de mortero que enlucían sus paredes. Sobre ellas se aplicó un sorprendente repertorio ornamental mediante la aplicación de pinturas murales y estucos que realzan vanos y evocan elementos arquitectónicos como pilastras y cornisas. Las pinturas, realizadas al fresco sobre bocetos previamente burilados, representan motivos vegetales, geométricos, simulando en ocasiones la textura de piedras ornamentales como el mármol.

La completa excavación del conjunto requerirá con toda seguridad varios años de trabajo al sumarse, a la complejidad inherente del proceso en una ruina de semejante entidad, la superposición de una necrópolis medieval datada durante los siglos IX y X d.C.


Fuente: Asociación Amigos del Parque Histórico del Navia. www.castrosdeasturias.es
 
ASTURIAS DE CINE.-
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La costa asturiana es un inmejorable plató para rodar películas. Cineastas y actores han caído rendidos a los encantos de sus escenarios y su luz. Las dieciocho villas marineras, sus puertos, playas, acantilados, faros y casonas se han convertido en protagonistas de lujo del séptimo arte, cautivando incluso a Hollywood.
Penélope Cruz, Javier Bardem, Scarlett Johansson, Fernando Fernán Gómez, Maribel Verdú, Gonzalo Suárez, Amaia Salamanca, Mario Casas, Belén Rueda... Populares actores, algunos incluso con un cotizado Oscar en su casa, han escuchado aquello de ‘Acción’ en parajes de la costa asturiana, a las órdenes de reconocidos cineastas como Woody Allen, José Luis Garci, Gonzalo Suárez, Fernando González Molina o Juan Antonio Bayona.
CLICK TO TWEET: Asturias es un gran plató de cine... ¡Disfruta conociendo los escenarios de famosos filmes!
Todos cuentan que Asturias tiene un encanto especial y unos escenarios privilegiados que podrás conocer de cerca para disfrutar de una jornada cinematográfica. Pasea y fotografíate por los lugares donde se rodó ‘Volver a empezar’, ‘El abuelo’, ‘Vicky Cristina Barcelona’, ‘Fuga de cerebros’, ‘El orfanato’ y ‘El secreto de Marrowbone’, que se estrenó recientemente.
‘El secreto de Marrowbone’ (2017)
Pravia, el valle del Arango, la playa de Frejulfe/Frexulfe (Navia) y la fábrica de armas de Oviedo ambientan ‘El secreto de Marrowbone’, que llegó a los cines este otoño tras un intenso rodaje de diez semanas el verano pasado. Sergio G. Sánchez ha apostado en su primera película por un thriller, una historia siniestra de misterio ambientada en la costa oeste de Estados Unidos en los años sesenta. Cuatro hermanos sobreviven a la muerte de su madre, que entierran a escondidas en el jardín para evitar que los separen, en una granja aislada en la que el terror se cuela por las ventanas.
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En la presentación oficial del rodaje (producido, entre otros, por Juan Antonio Bayona) tanto el director como los actores (Anya Taylor-Joy, Mia Goth, George Mackay y Charlie Heaton) destacaron el privilegio de grabar en Asturias, un escenario perfecto: “Es un cielo incomparable que da mucha riqueza visual”, alabó Sánchez. Además del interés que te despierta una trama muy bien concebida, otros de los pluses de este filme es que tiene un doble toque asturiano, ya que la Orquesta Sinfónica del Principado (OSPA) pone la banda sonora a las órdenes del compositor Fernando Velázquez.
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Y recuerda, como se avanza en el trailer, que “Nada, nadie, nunca nos separará”. De Asturias, tampoco.
‘Fuga de cerebros (2009)
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La Laboral de Gijón no solo presume de ser el edificio más grande de España, sino de haberse transformado en Oxford durante la comedia ‘Fuga de cerebros’, dirigida por Fernando González Molina. Hasta la institución británica se traslada Natalia (interpretada por Amaia Salamanca), a quien un tímido Emilio (Mario Casas), enamorado desde niño, decide seguir sus pasos. No se va solo, convence a sus igualmente patosos y entrañables amigos Corneto, Chuli, Cabra y Ruedas para acompañarle. A partir de ahí, puede pasar cualquier cosa a este grupo de “descerebrados”.
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Durante todo el largometraje, el más taquillero de 2009 en España, se reconocen numerosos escenarios al alcance de cualquier visitante de la majestuosa Universidad Laboral, que también sirvió de plató para una secuencia de ‘Mortadelo y Filemón’ (dirigida por Javier Fesser, en 2003).
‘Vicky Cristina Barcelona’ (2008)
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El faro de San Juan y el parque de Ferrera, en Avilés, y el monte Naranco son algunos de los escenarios elegidos por el mismísimo Woody Allen, premio Príncipe de Asturias, para ambientar los vaivenes amorosos de Penélope Cruz, Scarlett Johansson y Javier Bardem en ‘Vicky Cristina Barcelona’, una comedia romántica rodada en Asturias, Barcelona y Nueva York en 2007 (estrenada al año siguiente) que le valió el Oscar a la actriz española.
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Narra la historia de Vicky (interpretada por Rebecca Hall) y Cristina (Scarlett Johansson) que pasan unas vacaciones en España y se cruzan con Juan Antonio (Javier Bardem), un pintor aún vinculado con su exmujer María Elena (Penélope Cruz). A partir de ahí, comienza el lío amoroso, con numerosos planos rodados en Asturias, una tierra que mantiene enamorado a Allen desde que recogió el Premio Príncipe de Asturias. No solo puedes sacarte un ‘selfie’ con la estatua del director en la calle Milicias Nacionales de Oviedo, sino que podrás recorrer fácilmente sus escenarios.
'El orfanato' (2007)
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¿Quién no reconoce el palacio de Partarriu en la exitosa producción rodada por Juan Antonio Bayona en Llanes? Se ha convertido en un lugar de referencia para los amantes del séptimo arte. Ahí ocurren cosas misteriosas, por lo que la visita hasta sus inmediaciones es prácticamente obligada. Se encuentra a la salida de Llanes y se bautizó con nombre de la gran finca que lo delimita. También se conoce por Villa Parres, apellido de su primer propietario.
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Este filme de terror está protagonizado por Belén Rueda, que decide trasladarse con su marido Carlos (interpretado por el actor Fernando Cayo) y su hijo Simón (Roger Príncep) al lugar donde ella se crió para reabrirlo como residencia de menores con discapacidad mental. Además de la mansión de finales del siglo XIX, en las escenas podrás disfrutar de inmejorables vistas, todas con un aspecto misterioso, de acantilados, bosques, montañas, playas y rutas de Llanes. Como curiosidad, esta misma casona aparece en otras películas como ‘Los jinetes del Alba’, de Vicente Aranda, ‘Mi nombre es sombra’, de Gonzalo Suárez, y ‘La balsa de piedra’, de George Sluizer.
'El abuelo' (1998)
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Con forma de concha, arena dorada y verticales acantilados, la playa de Torimbia (Llanes) no solo es un escenario perfecto para pasar una jornada de sol (es además un referente del nudismo en Asturias), sino que se convirtió en una protagonista más en el rodaje y el estreno, en 1998, de ‘El abuelo’, dirigida por José Luis Garci y con el entrañable Fernando Fernán Gómez como protagonista. Este largometraje, basado en una novela de Galdós y que fue la candidata española a los Oscar.-
 
Las 10 mejores cosas que ver y hacer en Cangas del Narcea
Si Robín de los Bosques hubiese conocido Cangas del Narcea no se habría querido ir jamás de Asturias, y es que esta tierra es un verdadero sueño vegetal donde te encuentras una de las manchas boscosas más extensas, cuidadas y representativas del bosque atlántico en Europa.
Pero Cangas del Narcea, que más que un concejo parece un continente en miniatura, no solo es una exquisita mancha forestal por donde viaja el oso pardo cantábrico a sus anchas, sino que es una auténtica reserva de arquitectura medieval, renacentista, barroca o contemporánea; un lugar donde podrás coger gusto a la pólvora y al buen vino, o donde podrás sentirte un peregrino subiendo al Santuario del Acebo.

Donde conocerás pueblos de ensueño, de bucólica presencia, y tradiciones antiguas como la de los ferreiros o la de la cerámica negra de Llamas del Mouro. Donde verás monasterios de imponente historia y arquitectura como el de Corias, o donde podrás pasear por una de las villas históricas y monumentales más notables de toda Asturias como es la de Cangas del Narcea.

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Y es que hay muchas Cangas y todas se caracterizan por la autenticidad y espectacularidad de sus paisajes, y la espontaneidad y bonhomía de sus gentes.
Por eso te proponemos un viaje distinto para que vivas a tu ritmo las 10 mejores cosas que ver y hacer en Cangas del Narcea.
Un tranquilo paseo por una de las villas históricas y monumentales más notables de Asturias
Lo primero que te llegará de la villa de Cangas del Narcea y capital de este concejo inmenso es el animado ambiente que destilan sus calles, a cualquier hora del día e incluso de la noche. Cangas es un lugar acogedor donde los haya donde nunca te sentirás extraño. Pasear por sus calles y descubrir su casco histórico es una auténtica delicia.
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Cangas del Narcea es una de las villas con mayor número de palacios y casas blasonadas en su corazón urbano de toda Asturias, y contemplarlos es contemplar la historia de esta parte del suroccidente asturiano. Verás como las casas principales se alzaban en la parte alta de la villa, mientras en la parte baja iba creciendo el pueblo, y es precisamente en esta zona donde te encontrarás barrios tan antiguos como el de Entrambasaguas - donde se encuentra la capilla del Carmen - o el del Cascarín.
Recorrer la calle Mayor, o la calle la Fuente, la de Arrastraculos o Sol mercáu, la plaza de la Oliva con su Basílica de Santa María Magdalena, y tantos y tantos rincones te dará el verdadero pulso de la vida canguesa, una vida tranquila pero animada donde no se perdona el vermú, o un buen Vino de Cangas, o el café y la tertulia al atardecer, y por supuesto la cena y las copas, sin olvidar el deambular por sus coquetas tiendas en busca de productos de la comarca o de cualquier detalle distinto que se te pueda antojar.
También te encontrarás un Monumento al Minero, que preside una de las animadas plazas de la villa, y que da fe de la actividad minera de la zona, especialmente la minería del carbón en el último siglo, si bien el concejo de Cangas del Narcea también conserva vestigios de la minería del oro en la época romana.
Y, por supuesto, no olvides contemplar sus puentes: casi en un golpe de vista puedes ver seis, de todas las etapas y diseños, y descubrirás así que Cangas es la villa fluvial de Asturias con más puentes y con más curiosidades, porque por ejemplo su puente colgante -obra del arquitecto cangués José Gómez del Collado - fue la primera obra civil donde se utilizó tela de gallinero…
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En definitiva, en tu paseo por Cangas sentirás que propios y foráneos se funden en sus calles en deliciosos e inolvidables momentos…
El Monasterio de Corias, el Escorial asturiano

El Monasterio de Corias, hoy convertido en un emblemático alojamiento de la Red de Paradores Nacionales, es visualmente impactante y poderoso. A escasos tres kilómetros de la villa canguesa, Corias es un lugar que te impresiona por su grandiosidad y por su paz en medio de un valle angosto bañado por el río Narcea.
El llamado popularmente “escorialín asturiano” se encuentra rodeado de viñedos, y la rotundidad de sus proporciones y superficie - tiene veintiséis mil metros cuadrados - le confieren una atmósfera especial, que comprobarás “in situ” cuando visites sus claustros, su iglesia y conozcas su intensa historia a través de las visitas guiadas auspiciadas desde el propio Parador.
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El Monasterio de San Juan Bautista de Corias, desde la Edad Media hasta hoy, ha marcado el devenir de la vida canguesa. Primero los Benedictinos y después los Dominicos hicieron de este cenobio en el corazón del occidente asturiano uno de los centros de cultura y docencia más destacados de España, además de fomentar el cultivo del vino, tan arraigado en la zona por el benigno microclima de esta parte del territorio astur.
En el Parador Monasterio de Corias se percibe claramente el espíritu monacal, y en recintos como la biblioteca se hace palpable, porque el marco y el ambiente resultan envolventes.
Muniellos, el rey de los robledales asturianos
Cangas del Narcea es sinónimo de bosques, no en vano dentro de sus límites se encuentra el mayor robledal de España y uno de los mejor conservados de Europa - Muniellos. 55 km2 de montes, valles, ríos y bosques con mucha historia y solera que, desde 1964, se han mantenido prácticamente vírgenes. Atravesarlo, para acceder a las lagunas del Pico de la Candanosa, es una experiencia -más que recomendable para los amantes del senderismo-restringida a un máximo de 20 personas diarias.
La ruta hacia Muniellos te pondrá en el camino hitos singulares como el puente medieval de Regla de Perandones, o el pueblo de Moal, que luce espléndido al pie del bosque del mismo nombre y por el que transcurre una más que interesante ruta de senderismo.
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A media que avanzas en el camino y la masa boscosa de Muniellos se deja ver, la sensación es de inmensidad vegetal. Y es precisamente esa inmensidad vegetal el mejor ecosistema para la vida del oso pardo cantábrico. Aquí esta especie única tiene su refugio perfecto, y eso hace que Cangas del Narcea sea uno de los espacios oseros más importantes de la cornisa cantábrica.
Para aproximarse a la vida de este plantígrado te recomendamos grandes dosis de paciencia y respeto al medio, y por supuesto acercarse hasta alguno de los miradores oseros dispuestos al efecto para observar la fauna autóctona y más concretamente el oso pardo.
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Así por ejemplo, uno de los más bellos te lo encontrarás en la subida al puerto del Connio, otra de esas rutas panorámicas con las que cuenta Cangas del Narcea. Puede que no veas osos pero la sola contemplación del paisaje es de lo más gratificante.
El Cueto de Arbas, una Reserva Natural fascinante
La naturaleza te envuelve constantemente en Cangas del Narcea, no en vano el municipio forma parte de la Reserva de la Biosfera conocida como Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias.
Son muchos los paisajes de gran pureza que se extienden por su casi infinito territorio y entre ellos destaca el Cueto de Arbas, uno de los montes más emblemáticos de Cangas del Narcea, y a cuya falda se encuentra una laguna de origen glaciar de belleza espectacular.
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La del Cueto de Arbas es una ruta preciosa a la que llegas subiendo por el puerto de Leitariegos - también con vistas bellísimas y donde se encuentra el mirador osero de Brañas D’Arriba -. Antes de llegar cruzas el pueblo de Leitariegos que con sus 1525 metros de altitud es uno de los más altos de Asturias.
Sin duda estarás ante uno de los paisajes más increíbles de todo Cangas del Narcea.
La viticultura heroica más singular de España
Una vuelta por el concejo de Cangas del Narcea te lleva a un descubrimiento que, de buenas a primeras, te resultará chocante teniendo en cuenta que estás en Asturias, y es que donde esperabas encontrar pomaradas verás viñedos.
El benigno microclima del suroccidente asturiano ha propiciado una tradición vitivinícola que hizo que desde tiempo inmemorial en las casas canguesas se hiciera vino en vez de sidra.
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Esta tradición engendró una extendida afición y vocación por las viñas, que hace que Cangas se haya convertido en los últimos veinte años en un emergente destino vitivinícola con su propia DOP Vino de Cangas. Y como no podía ser de otra manera - dado el carácter lúdico y expansivo de los cangueses - esta actividad es la protagonista de la otra gran cita festiva del año: La Vendimia, un festival que este año se celebra del 7 al 9 de Octubre, cuando se inicia la recolección de la uva. Catas de vino, visitas a bodegas y llagares, vendimia infantil y mercado son algunas de las actividades más destacadas que llenan de ambiente no solo la villa, sino las distintas bodegas y viñedos que existen en el entorno de la capital canguesa.
Con el aliciente de que algunas de estas bodegas y viñedos son visitables, y de que en el mismo Cangas tienes un Museo del Vino, con un paseo de dos kilómetros a la vera del río…
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Cuando eches un vistazo al paisaje, tu retina se estremecerá al observar las viñas colgadas de la ladera de la montaña, como si fuesen alpinistas que intentan hacer cumbre. Verás Viñas viejas y viñas nuevas que se proyectan sobre el verde intenso de las montañas. Verás palacios encaramados en riscos, con sus estilizados chopos, como si de un paisaje toscano se tratara. Verás un monasterio con viñedos… Y caerás en la cuenta de la heroicidad de esta viticultura tan singular.
Una sucesión continua de pueblos con encanto
Si la naturaleza es prodigiosa en Cangas del Narcea, sus muchas aldeas no desmerecen en absoluto. En este itinerario te proponemos adentrarte en el Valle del río Cibea, uno de los numerosos valles que conforman el paisaje cangués, y disfrutar con la contemplación de pueblos como Llamera, Sonande o Carballo, por citar algunos ejemplos.


En todos ellos contemplarás la vida rural en su expresión más auténtica, además de disfrutar de la hospitalidad de sus gentes, y del importante patrimonio histórico y etnográfico que en forma de palacios y casas blasonadas, de hórreos y paneras, de mazos y fábricas de corriente, o de caserías imponentes caracterizan la fisonomía de la mayoría de las casi trescientas aldeas que tiene el concejo más grande de Asturias.

Besullo, el pueblo literario
A apenas diecisiete kilómetros de la villa de Cangas del Narcea, y en el límite con el concejo de Allande, está Besullo, uno de los pueblos más guapos y carismáticos de la zona.
Besullo conserva intacto su encanto de antaño y la pureza de las construcciones típicas del occidente asturiano. Y también conserva en excelente estado su mazo, donde en otra época elaboraban sus piezas los ferreiros del lugar, dado que en Besullo existió una importante tradición de forja, llegando a contar con veintiséis talleres en activo. Este mazo se ubica en un idílico entorno y lo podrás comprobar si haces la visita guiada.

En definitiva, este coqueto pueblo encaramado en una loma puede presumir de muchas cosas y una de las más notables es la de ser el lugar donde vio la luz el genial y afamado dramaturgo Alejandro Casona.
Casona está omnipresente en el pueblo que le vio nacer, no solo por la devoción generalizada que le profesan sus paisanos, sino porque cuenta con un Centro de Interpretación ubicado en las antiguas escuelas, y porque todo Besullo está lleno de referencias al insigne escritor, desde su casa natal, que luce una inscripción en el exterior, hasta la iglesia parroquial de San Martín de Besullo, que también tiene una placa-homenaje a Casona en su entorno.

La moria del escritor está tan viva que cada año una de sus obras es representada en las calles de su pueblo… Y es que Besullo cuenta con rincones muy especiales, como literarios, como sacados de una de las obras del propio Casona.
Uno de esos rincones es el que nos lleva hasta la capilla de Las Veigas y otro el de la capilla de la Magdalena, que debe ser una de las capillas más encaramadas de toda Asturias, porque se encuentra en lo alto de un peñasco que domina todo el valle.
Un lugar que “huele” a pólvora: El Prau El Molín
En tu deambular cangués no te puedes perder un detenido paseo por el Prau El Molín, el epicentro de la famosa Descarga que se celebra cada año el 16 de julio, festividad de la Virgen del Carmen y que organiza la Sociedad de Artesanos de Cangas del Narcea desde hace más de cien años.
Cuando cae la tarde del Día del Carmen, el cielo de Cangas se transforma en una mancha inmensa de pólvora gracias a la suelta masiva de voladores en honor a la Virgen que ininterrumpidamente se lanzan al cielo durante siete u ocho minutos. Es una fiesta única en España y si te coincide merece mucho la pena disfrutarla con la pasión con la que viven los cangueses esos días y que inunda todos los rincones de la villa, de día y de noche.


Pero, aunque no sean las fiestas del Carmen, el Prau El Molín, con su monumento a los tiradores de la Descarga, y con sus espléndidas vistas a la capilla del Carmen y al Puente Romano, con el susurro de las aguas del Luiña y el Narcea al juntarse allí mismo, y con su verde intenso y su piscina fluvial, te transportará al día mismo de La Descarga, sentirás incluso el olor a pólvora…
La cerámica negra de Llamas del Mouro, una tradición viva
Cangas del Narcea es un territorio donde lo ancestral viene a ti. Las viejas tradiciones se mantienen a veces gracias al esfuerzo y la constancia de unos pocos. Este es el caso de la familia de Jesús Rodríguez, la única que sigue elaborando cerámica negra en Llamas del Mouro.
De esta manera, este pequeño pueblo ubicado a 22 kilómetros de la villa canguesa está en el mapamundi merced a unas piezas cerámicas originales, únicas, resistentes y perfectas para la conservación de los alimentos.

La familia Rodríguez, con taller y tienda en este pueblo, es la artífice de que Llamas del Mouro sea el único pueblo del occidente de Asturias donde se mantiene viva esta tradición.
El sereno influjo del Santuario del Acebo
El Santuario del Acebo es uno de los Santuarios Marianos de Asturias. Por esta razón el goteo de peregrinos es constante durante todo el año, y como cuenta María Alvarez - que lleva más de cincuenta años con su puesto de recuerdos allí – “llegan de todos los sitios de Asturias, especialmente del occidente, y también de otros países de Europa y América”.


La propia María rememora un dicho popular que reza “del Acebu al cielu y un agujeru pa velu”, y es que la paz en este Santuario se respira, y las vistas panorámicas en el Alto del Acebo te dejarán con la boca abierta. Será como tener una visión de 360 grados de todo el concejo de Cangas del Narcea, que impresiona no solo por su belleza sino también por su inmensidad.
La visita al Santuario del Acebo, no muy distante de la villa de Cangas del Narcea, es una agradable excursión que puedes hacer a pie, en coche, en moto o por cualquier otro medio que te resulte placentero…
La tranquilidad del Santuario y su agradable entorno para el paseo, o sencillamente para hacer un alto en el camino y tomar algo te dejan con las ganas de volver. Seguro que El Acebo te quedará grabado como uno de los recuerdos idílicos de tu viaje cangués.
 
El Bosque de Muniellos
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Hoy nos vamos hasta el Bosque de Muniellos dentro del Parque de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias (Asturias). Se trata de uno de los bosques más emblemáticos y conocidos de la Cordillera Cantábrica por su belleza y dimensiones. Es una de esas rutas que cualquier senderista o montañero debería hacer al menos una vez en la vida.

Solicitud de permiso de acceso para el Bosque de Muniellos
Antes de nada tendremos que pedir autorización para su visita (y llevar con nosotros el día de la visita). Solo pueden entrar 20 personas cada día.

Pincha aquí para reservar Muniellos


Es totalmente gratuito pero, debido a su gran demanda, habrá que solicitarlo con cierta antelación. Sobre todo si vamos en fin de semana. También debes saber que solo es posible visitar Muniellos una vez al año.

Itinerarios por el Bosque de Muniellos
Existen tres formas de recorrer Muniellos:

  • La ruta circular (20 kms.)
  • La subida y la bajada por el río (13 kms. ida y vuelta)
  • El camino adaptado para personas con movilidad reducida. (1,2 kms. ida y vuelta)
Aquí os vamos a contar el primero de ellos puesto que el segundo y el tercero son coincidentes con la bajada de la ruta circular.

El itinerario de la ruta circular es éste:

Aparcamiento de Muniellos (617 m.) – Valle de la Degollada – Fuenculebrera – Las Tres Cruces (1.238 m.) – Laguna de la Isla (1.313 m.) – Laguna Fonda y Laguna Grande (1.460 m.) – Laguna de la Isla – Las Tres Cruces – Valle del Río de Tablizas o Valle de Piélago – Camino adaptado – Aparcamiento de Muniellos (617 m.)

Además, insistimos en que debe hacerse en este sentido, y no al contrario.

Datos técnicos de la ruta
Ruta Circular Ruta por el río
Distancia
19,34 kms (circular completa) 17,2 kms (subir y bajar por el río)
Desnivel 968 metros 800 metros
Dificultad Media Media
Punto más bajo 617 metros 617 metros
Punto más alto 1.460 metros 1.238 metros
Fecha fotos ruta 08-11-2009 / 23-05-2017 08-11-2009 / 23-05-2017 / 18/11/2018
Se trata de una ruta que no hay que infravalorar. Hablando con el personal del centro, me comentan que viene gente poco preparada para acometer la ruta, tanto en lo que se requiere a las capacidades físicas como al equipo necesario para realizar la ruta. Ese es el peligro que tienen rutas como éstas que son tan conocidas. No hay nada como que se restrinja o prohíba como para que todo el mundo quiera hacerlo (yo incluido).

Aparcar en Muniellos
Para llegar hasta allí hay que ir hasta Ventanueva, luego Moal y finalmente Tablizas. Allí mismo hay suficiente aparcamiento para los visitantes del día. Podéis consultar dónde aparcar y cómo llegar en Google Maps, AQUÍ.

Comenzar a caminar
Presentaremos nuestro permiso en la casa que hay junto al aparcamiento. Tras hacer las comprobaciones necesarias, el amable personal del Bosque de Muniellos nos indicará dónde tomar el itinerario de la ruta escogida.

Las fotos con las que ilustramos este reportaje están recogidas en primavera y en otoño. Iremos alternándolas.

Valle de la Degollada
Se comienza superando un desnivel pronunciado y largo atravesando uno de los más bellos robledales que he visto. 10 kilómetros de bosque donde domina el roble sobre avellanos, acebos, mostajos, arces, hayas y abedules.Es una gozada caminar por este bosque.A ratos los árboles dejan ver el paisaje.Disfrutamos del inmenso valle por el que transitamos. Es bello en cualquier estación.Algo antes de llegar a Fonculebrera hay un pequeño tramo rocoso en el que se han fijado unas cuerdas para asegurar el paso.
 
Conocí una persona de ahí y sus conocidos...gente joven y la mayoría sin educación y las tías unas chonis y hablando como montunos
Y lo de la educación no lo digo por los estudios q algun@s los tienen superiores y de todo .
Mucha caspa parece la españa de los 60
 
Conocí una persona de ahí y sus conocidos...gente joven y la mayoría sin educación y las tías unas chonis y hablando como montunos
Y lo de la educación no lo digo por los estudios q algun@s los tienen superiores y de todo .
Mucha caspa parece la españa de los 60

Gente choni y maleducada la hay en todos lados, Asturias, Madrid, Nueva York o Londres. No es algo característico de Asturias.

Y lo de hablar como montunos, a lo mejor no se te ha ocurrido pensar que hablaban en asturiano, no castellano. De un gallego o un catalán hablando en gallego o catalán no creo que dijeras eso.
 
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