Es que nuestro mundo referencial e idiolecto son lo que nos constituye como personas y nos organiza, con lo que es complicadísimo poder salir de ellos para dotar de coherencia a un personaje. Por eso, por más que el mosquito se crea que solo nos deja ver y saber lo que quiere, está poniendo en el recipiente de su personaje más de su propia realidad de la que querría y se imagina.Si te olvidas por un momento de lo que se nos pretende transmitir sobre cómo es el personaje y te fijas en cómo escribe, te darás cuenta de que es alguien como 20 años mayor que el personaje: las referencias y muchas expresiones la traicionan.