ANTROPOLOGIA

En la ruta de la cocaína



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En Panamá, en 2008 en el archipiélago de San Blas, los Kuna Yala que alquilaban sus vacíos islotes paradisiacos a los turistas tenían un problema nuevo: "Tenemos el asunto de la adicción a la cocaína de los más jóvenes", me dicen. Por allí pasaban las lanchas rápidas cargadas con fardos de cocaína de Colombia.

En ocasiones, cuando les perseguían las fuerzas de seguridad, los narcos arrojaban al mar la carga y las olas las llevaban hasta las paradisiacas islas. Los jóvenes empezaron a consumirla y los más viejos dieron la alerta. Es metafórico que un pueblo indígena acabe teniendo problemas con las drogas por estar en medio de la ruta que lleva la cocaína a EEUU.

El futuro de los pueblos indígenas es una incógnita en este siglo XXI donde los masáis conducen motocicletas, los himbas van a un internet café y los nubios de Sudán van a Axum a comprar aire acondicionado y placas solares para sus casas. El indigenismo sufre de problemas de clasismos y racismos como el resto de sociedades.

En Etiopía, en la zona de los konso, una tribu pagana singular, llegó un grupo de la tribu mesolítica de los samai. Los samai tienen un aspecto neolítico impactante y alrededor de ellos empezaron a congregarse los konso, algo más desarrollados, que les miraban con curiosidad y se burlaban de ellos. "Ellos son muy extraños", me susurra en inglés un konso. El "ellos" de aquel konso sobre los samai lo dice todo.




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El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, mandó hace unas semanas una carta al Rey de España y al Papa exigiendo que pidieran perdón a los pueblos originarios. Los estudios científicos cifran hasta en un 95% la población indígena muerta en todo el continente americano tras la llegada de los europeos. La mayoría de investigadores actuales apuntan a la introducción de enfermedades como principal causa de ese impactante deceso demográfico. Otros estudios anteriores denunciaban un genocidio programado.

Lo fuera o no, no es algo sólo achacable a los españoles que conquistaron a los incas o los ya estadounidenses que peleaban con los pieles rojas, es algo que ha ocurrido en los siglos XIX y XX, y sigue ocurriendo en la actualidad, con gobiernos ya independientes que usaban el mundo prehispánico como bandera. "Nos quisieron exterminar hace pocos años", denuncia Martín, un maya de Chichicastenango, Guatemala, paseando por su tradicional mercado. Habla del intento de genocidio de los mayas guatemaltecos perpetrado por el Gobierno del presidente Ríos Montt en la década de los 80. "Nos mataron a cien mil hermanos", asegura.


Las cifras oficiales de la masacre no son exactas y el baile de muertos y desaparecidos va desde los 20.000 hasta los 200.000. Los yaquis en México, los selk'nam o mapuches en Chile, los qom y mocoví en Argentina, los indígenas del Amazonas en Brasil o los awá en Colombia son sólo algunos ejemplos de pueblos originarios que podrían exigir disculpas no al Rey de España o al Papa, sino a sus conciudadanos independientes que los han intentado exterminar en el último siglo.

El problema sería delimitar quiénes son los pueblos originarios. Los kalinago no eran originarios del Caribe sino de las actuales Colombia y Venezuela. Fueron poco a poco conquistando islas y masacrando a los tainos, el verdadero pueblo originario y pacífico del Caribe que no conocía las armas. Sin embargo, su jefe reclamaba aquellas islas como suyas y comparaba la conquista europea con el exterminio nazi.

Los aztecas o mexicas tampoco eran del Valle de México, sino una tribu guerrera que viene de las tierras del actual sur de Estados Unidos y que creó Tenochtitlán en torno al año 1325 (los españoles llegaron a la ciudad en 1519). Sometieron por la fuerza a todas las tribus del entorno, algo que aprovechó el español Hernán Cortés para liderar un ejército de mayoría indígena, toltecas y tlaxcaltecas principalmente, e imponer una nueva conquista también por la fuerza. ¿Se tiene más derecho de conquista si se llegaba a pie que en barcos?

Los pueblos indígenas se sienten relegados, antes y ahora. Ellos no forman parte en muchos casos de países que se han creado a sus espaldas, en sus tierras, con ellos dentro, pero sin formar parte del proceso. "Yo soy tonga", se identificaban a ambos lados del río Zambeze en la zona del sur de Zambia y el norte de Zimbabue. Nunca escuché a ninguno decirme que era zambiano o zimbabuense.




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"Los españoles son los dueños de la tienda de pan. Los españoles tienen tumbas normales. Mira, esto es de una familia española", son todas frases del profesor universitario Lázaro Hilario Tuz paseando por el pueblo de Pomuch, en Campeche, durante la visita a un cementerio maya en el que los cráneos y huesos están en cajas al aire libre. Una tradición de entierro maya que ya sólo se practica en esta localidad porque el Gobierno mexicano las ha ido prohibiendo.

Se salvó Pomuch porque justo antes de decretar su cierre comenzaron a llegar cientos de turistas a ver el extraño cementerio y alguien entendió que el panteón era rentable. Lazaro, y algunos otros pobladores mayas de la zona, llaman españoles a todos los hoy mexicanos que no son indígenas.

Mujeres colgadas de los árboles
"Los jóvenes hoy no están interesados en su cultura ni sus tradiciones, sólo piensan en tener un buen celular y ropa linda", dice Armando, un wixarika o huichol en idioma español. La conversación se produce a 3.800 metros de altura, en el Cerro del Quemado o Wirikuta, la montaña sagrada de los huicholes, mientras dos jóvenes occidentales disfrazados de indígenas rezan bajo el efecto del peyote en la capilla sagrada esparciendo chocolate sobre al altar de forma compulsiva. Los chicos han pagado al guarda de la capilla un dinero para dejarles ocupar el espacio. Detrás hay cuatro huicholes verdaderos que les miran atónitos y que esperan a que dos blancos acaben de imitar los ritos de su pueblo.

Esa es muchas veces la frontera entre el mundo indígena, con otras reglas y pensamientos, y el mundo occidental u oriental más avanzado. Un mexicano o namibio urbano y escolarizado tiene más en común con un finlandés o un canadiense que con la mayoría de sus compatriotas indígenas.


"Dios hizo a los rarámuris y el diablo a los chabochis (blancos)", dice un mito rarámuri, un pueblo con un altísimo grado de suicidios. El mismo problema tienen comunidades indígenas de Colombia, Brasil o Argentina, por mencionar otros casos famosos. "Las mujeres se cuelgan de los árboles o se tiran por un barranco cuando hay una mala cosecha y no tienen para dar de comer a sus hijos", explica la gobernadora rarámuri de Guachochi, Margarita González, ante la epidemia de suicidios de su pueblo por abandono familiar y soledad.

"Los jóvenes bajan a la ciudad y regresan cambiados. Luego no se adaptan a esta vida", señala Alejandro Hernández, jefe rarámuri de la comunidad de Papajichi. ¿Qué pueden hacer para que haya menos suicidios? "No podemos hacer nada. Debemos respetar a los chabochis y que ellos nos respeten. Haciendo yúmari (danzas) alargamos nuestras vidas porque hacemos que Dios esté contento con nosotros".

https://blogs.elconfidencial.com/mu...s-indigenas-500-millones-de-victimas_2166043/
 
HACIA UN MUNDO SECULARIZADO
Así serán los funerales del futuro: ya lo hacen en Suecia
En el país nórdico es cada vez más frecuente no realizar ningún ritual funerario cuando una persona muere. ¿Se trata de un reflejo de hacia dónde se dirige la sociedad occidental?



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Foto: iStock.



AUTOR

ADA NUÑO
Contacta al autor
09/09/2019



"Pues no creas que no lo he pensado nunca pero no me importaría montar una funeraria, porque muertos va a haber siempre". Es una broma bastante macabra que quizá hayas oído en boca de un amigo en alguna ocasión o que incluso hayas dicho tú, y no os falta razón. Los ritos funerarios son, al fin y al cabo, una de las cualidades que nos distinguen del resto de animales del mundo. Desde que evolucionamos y tuvimos constancia de nuestra existencia mortal en este planeta, comenzamos a enterrar a nuestros seres queridos.

Mucho han evolucionado los ritos y las tradiciones según las civilizaciones. Los antiguos egipcios enterraban a los suyos con todas sus riquezas, esperando que en el Más Allá sus corazones pesasen menos que plumas. Los vikingos tenían varios rituales, aunque sin duda el más famoso es aquel con el que introducían al difunto en un barco mar adentro y lo incendiaban con flechas en llamas. Y no hay que remontarse tanto, en la actualidad existen distintas maneras de honrar a los muertos para que encuentren su camino a la otra vida. La etnia caviteña, que vive cerca de Manila, entierra a sus muertos en el tronco de un árbol ahuecado, y en Ghana en ataúdes que representan sus trabajos, deseos o alguna pertenencia material apreciada. Desde formas de coches a peces, cualquier idea es posible.


Sin embargo, ¿puede que los ritos funerarios tengan los días contados? Según informa la profesora Anne-Christine Hornborg en 'The Conversation', el número de personas que entierran a sus familiares muertos sin ninguna ceremonia oficial está aumentando rápidamente en Suecia, de menos del 2% hace una década al 8% este año. En muchas ciudades grandes los cuerpos de aproximadamente una de cada diez personas fallecidas son transferidos directamente del hospital a un crematorio, y las cenizas a menudo son dispersadas o enterradas por el personal en parques conmemorativos anónimos.


El problema de la secularización
Una explicación plausible es el hecho de que Suecia es uno de los países más laicos del mundo, y esto parece ser en los últimos tiempos más bien la regla y no la excepción. Europa se seculariza a pasos agigantados, por lo que quizá vivamos en nuestras propias carnes un proceso similar dentro de poco tiempo. Para todos los ateos, los rituales en torno a la muerte probablemente carecen de sentido, igual que las bodas religiosas o los obituarios en forma de cruz. Los funerales están sufriendo un proceso de transformación, propio del cambio de los tiempos. Si bien la mayoría se siguen llevando a cabo en la iglesia, algunos optan por ceremonias no religiosas donde se cantan canciones pop o baladas que gustaban al difunto, en lugar de himnos religiosos tradicionales.

En Suecia han aumentado en la última década los entierros sin ninguna ceremonia, probablemente porque es uno de los países más laicos del mundo

Sociológicamente hablando, hay un problema cuando la civilización se precipita hacia la secularización absoluta. Si un exceso de creencia religiosa conduce al fanatismo, lo cual es muy peligroso, el ateísmo conduce a algo bien diferente pero igual de alarmante: el individualismo. En ausencia de un dios y una vida futura, nosotros mismos y nuestro ahora (carpe diem) se vuelven lo más importante. "Compra este coche ahora. Disfruta de estas vacaciones, ahora o nunca", y la lista sigue. El Antropocentrismo absoluto, que es el mal que aqueja a los países desarrollados frente a los subdesarrollados. No es casualidad que en Corea del Sur, actualmente uno de los países más avanzados de Asia, los suicidios sean tales que se haya inventado una forma de que la gente "mire a las estrellas y considere cuán grande es su problema":fingir su propio funeral para comprobar cuánta gente lo echaría de menos.

Por volver a Suecia, los estudiantes que se gradúan de secundaria están convirtiendo ese momento en un ritual cada vez más importante, al igual que las ceremonias de nombres no religiosos para bebés (¿cómo las llamaríamos? ¿Bautizos civiles?). En 2000, el 72% de los bebés suecos fueron bautizadosen comparación con el 42% en 2010. No es, por tanto, que los rituales hayan desaparecido, pues como seres humanos jamás podremos librarnos de ese espíritu de celebración intrínseco en nosotros, sino más bien que están cambiando.


El futuro de los funerales
Con estos nuevos rituales centrados en la vida actual y no en el Más Allá, no sorprende que muchos suecos sean enterrados sin ninguna ceremonia(generalmente solicitan que sus restos se extiendan por algún lugar con el que, en vida, sentían una conexión especial). En muchos de estos casos, el fallecido solicita tal entierro porque no quiere dar trabajo adicional a sus familiares, se trata de una decisión financiera o incluso puede estar relacionado con el hecho de que Suecia tiene el mayor número de personas que viven solas en el mundo.

En el futuro quizá las prácticas funerarias sean más altruistas, por la importancia que el ecologismo tiene actualmente en nuestras vidas

¿Puede convertirse en una práctica estándar en el resto del mundo? Es pronto para decirlo, pero por ahora es poco probable. Hay que tener en cuenta, por otro lado, la importancia vital que el ecologismo comienza a tener en nuestras vidas. Los entierros orgánicos se barajan en la actualidad como forma de entierro altruista con el planeta frente a tanto individualismo: se trata de las Cápsulas Mundi, una obra de los diseñadores Anna Citelli y Raoul Bretzel que consiste en una cápsula para depositar, de manera biodegradable, los restos del difunto, que se convertirán en nutrientes para un árbol que crecerá en el futuro. Un producto novedoso y que sin duda tendrá éxito en un futuro cercano.


Frente a todo eso, queda otra duda propia de la generación millennial: qué hacer con tus redes sociales (que, al fin y al cabo, son una parte más de ti) cuando falleces. Desde borrarlas por completo para que su existencia termine cuando lo hace tu estancia en este mundo, a conseguir lo que todavía la ciencia no ha hecho: la eternidad, convirtiéndolas en cuentas conmemorativas o espacios para el recuerdo donde podrás publicar tu despedida digital. Todas son maneras de abandonar este mundo mientras esperamos conquistar el último territorio que al hombre le queda pordominar: la muerte.

https://www.elconfidencial.com/alma...9/funerales-futuro-suecia-tecnologia_2211007/
 
SE PODRÁN VER Y ESCUCHAR EN MÁLAGA
"El sonido de la muerte misma": los misteriosos silbatos aztecas llegan a España
A la hora de atacar a un grupo enemigo o de defenderse, hacerlos sonar daba al adversario la sensación de el número de combatientes aztecas era mucho mayor





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EL CONFIDENCIAL
15/11/2019




Con forma de calavera humana, rostro de lagarto o de mono, los antiguos aztecas utilizaban unos silbatos "de la muerte" durante las batallas. ¿Su objetivo? Gracias a una particular estructura interior, estos aparatos —existen de diversos tamaños— 'multiplican' el número de soldados, ya que el sonido que producen se asemeja al de los gritos de los combatientes.
Por ello, a la hora de atacar a un grupo enemigo o de defenderse, hacerlos sonar daba al adversario la sensación de el número de combatientes aztecas era mucho mayor e incluso aturdiendo a los enemigos.



¿Te atreves a escuchar el silbato azteca de la muerte?






A pesar de su antigüedad —al menos, 500 años—, el interés por su estudio comenzó a finales del siglo XX, tras varios descubrimientos de tumbas en el que el cadáver reposaba junto a varios de estos artilugios. De hecho, fue el ingeniero Roberto Velázquez Cabrera quien, tras una exhaustiva investigación sobre estos instrumentos, acuñó el término "silbatos de la muerte".

Uno de los arqueólogos que descubrió el enterramiento —y por tanto, una de las primeras personas en oír el sonido de estos silbatos tras varios siglos— describió este ruido como "el chillido de la muerte misma".

Sin embargo, otras teorías apuntan a un uso ceremonial de estas piezas, para ser utilizadas en sacrificios humanos con los que se rogaban buenas cosechas al dios del viento, Ehécatl, para que provocase la lluvia. Otros expertos se decantan por atribuirles propiedades curativas, empleados para conseguir un estado de 'relajación' al combinarlos con algún tipo de droga alucinógena.

Y ahora, estos 'silbatos aztecas de la muerte' llegan a España gracias a una exposición en el ExpoLab del Museo Interactivo de la Música de Málaga(MIMMA), que estará disponible hasta el 12 de abril de 2020.


 
El templo de Perú que se utilizaba para que las mujeres quedasen embarazadas
Está formado por grandes bloques de piedra de hasta tres toneladas y se encuentra en la norteña región de Lambayeque, a unos 800 kilómetros al norte de Lima




Foto: Foto: EFE.



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A. LÓPEZ
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19/11/2019


Cada cierto tiempo aparecen nuevos restos de civilizaciones precolombinas y a veces es muy difícil diferenciar unas y otras: Anasazi, Misisipiana, Mexica, Tolteca, Teotihuacana, Zapoteca, Olmeca... Arqueólogos peruanos han descubierto en Perú un templo megalítico con 3.000 años de antigüedad dedicado al culto al agua y utilizado para rituales de fertilidad pertenecientes a la Chimu, sucesora a la Mochica.
Su principal administrativa era la gran ciudad de Chan Chan, cerca de Trujillo, (en el norte del país) y estaba compuesta por miles de edificios, un laberinto de calles y cientos de callejones. Fue tal vez el hogar de unas 60.000 personasen su apogeo y una de las ciudades más grandes de América del Sur: la mayor ciudad de adobe en el mundo.

El templo fue fundamental para la vida en el desértico valle de Zaña (a unos 800 kilómetros de Lima), ubicado en el norte del país, tiene 50 metros de largo, 40 de ancho y está formado por grandes bloques de piedra tallada de hasta tres toneladas.
Dentro del monumento, los trabajadores encontraron una plaza con un altar, utilizado probablemente para las ceremonias. Además de la estructura, se han descubierto 21 tumbas en la huaca (santuario) El Toro, en la región de Lambayeque por un equipo dirigido por Walter Ava, el mismo arqueólogo que encontró la tumba del Señor de Sipán en 1987.

Culto al agua
Los investigadores afirman que el templo proviene de una época en que el agua, tan necesaria para la vida, se consideraba divina y se usaba en varios ritos y prácticas religiosas. Pudieron determinar que esta edificación era el hogar de una civilización que veneraba esta materia al estudiar la forma en que el altar estaba colocado.
Daba igual donde excaváramos; siempre encontrábamos un cuerpo sepultado con el rostro vuelto hacia el océano
Unos grandes muros circundan el monumento y una escalera central de 10 metros de ancho y 15 de largo también ha sido descubierta. Se ha identificado también una columna circular donde hay evidencias de sedimentación de lluvias. "Este templo está frente a la montaña, un lugar estrictamente ceremonial por los signos de quema que sucedieron aquí", explica Alva en 'The Daily Mail'. "Este descubrimiento es singular porque es la única arquitectura megalítica que hay en Lambayeque", añade.

227 niños sacrificados
El pasado agosto, otro equipo de arqueólogos encontró los restos de 227 niños de esta cultura precolombina. "Se trata del mayor lugar de sacrificio de personas con edades jóvenes", explicaba Feren Castillo, arqueólogo. Las investigaciones comenzaron en 2018 en Pampa la Cruz, en el balneario de Huanchaco, a unos 700 kilómetros al norte de Lima.
Los pequeños, de entre 4 y 14 años, fueron asesinados según un ritual de ofrenda a los dioses de la civilización Chimu para apaciguar su cólera, al creer que esta era la causa de las catástrofes naturales ligadas al fenómeno climático de El Niño.
El templo proviene de una época en que el agua, tan necesaria para la vida, se consideraba divina y se usaba en varios ritos y prácticas religiosas
Descubrieron, además, pruebas de un episodio de abundantes lluvias en el momento del sacrificio. "Daba igual el lugar donde excaváramos; siempre encontrábamos un cuerpo sepultado con el rostro vuelto hacia el océano", prosigue el responsable de las investigaciones. Algunos todavía conservan piel, pelo y pendientes de plata.

 
RUINAS MAYAS
Un nuevo pasadizo maya aumenta el misterio de las ruinas de Uxmal (México)
Por el momento, los investigadores han conseguido desenterrar un arco —por el momento, tapiado—, dos siglos más antiguo que la estructura palaciega que hay por encima de él



Foto: El pasadizo recién encontrado. (INAH)


El pasadizo recién encontrado. (INAH)


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EL CONFIDENCIAL
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MAYAS
MÉXICO

12/12/2019



Varios especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH), junto al Gobierno del Estado de Yucatán, han dado a conocer la existencia de un pasadizo entre las ruinas de Uxmal, una antigua ciudad maya del periodo clásico y uno de los principales sitios arqueológicos de esta civilización. Las primeras estimaciones datan la construcción de este nuevo hallazgo entre los años 670 y 770 después de Cristo.

Por el momento, los investigadores han conseguido desenterrar un arco —hasta ahora, tapiado—, unos dos siglos más antiguo que la estructura palaciega que hay por encima de él. Se cree que los mayas decidieron cerrar este acceso cuando el Palacio del Gobernador, la edificación superior, se hizo más amplio y este pasillo pasó a ser utilizado como cimiento, por lo que al continuar con las excavaciones, los arqueólogos deben evitar un posible derrumbe de los muros de más arriba.

Este pasadizo tiene unos 25 metros de profundidad y 7 de altura —según han detallado los arqueólogos José Huchim y Lourdes Toscano, encargados, desde hace 20 años, del yacimiento— y, además de cambiar nuestra percepción acerca de la organización del sitio, "es una de las pocas huellas que se tienen en la urbe del estilo arquitectónico Puuc Temprano", que fue cubierto con el paso del tiempo por nuevas construcciones. Por ejemplo, este nuevo hallazgo puede ya ser comparado con el estilo Uxmal Tardío (850-950 d.C.), al que pertenecen las edificaciones de la parte superior.



El Palacio del Gobernador, la estructura sobre el pasadizo. (Wikimedia Commons)


El Palacio del Gobernador, la estructura sobre el pasadizo. (Wikimedia Commons)



Como explican los investigadores en un comunicados, "los mayas, al igual que otros pueblos mesoamericanos, no demolían los edificios cuando dejaban de usarlos, pues eran consideradas 'moradas del linaje', por lo que los utilizaban para cimentar otras nuevas estructuras o como tumbas". Y es gracias a esta tradición que los estudiosos van a seguir pudiendo estudiar las costumbres arquitectónicas de esta civilización y analizar la evolución de su vida y sus construcciones.

 
Historiadores contra genetistas
La ausencia de huella genética musulmana en los andaluces actuales reedita la tirantez entre la historia y la ciencia



JAVIER SAMPEDRO
Madrid 8 JUN 2019





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Tumba de una mujer local y un hombre con ascendencia de las estepas en Castillejo del Bonete (Ciudad Real) L. BENÍTEZ DE LUGO Y J. L. FUENTES / OPPIDA





Materia presenta esta semana un estudio genético de resultados chocantes. Tras ocho siglos de dominación musulmana que empezaron y acabaron por el sur de la península Ibérica, cabría esperar que los genes de origen árabe y norteafricano hubieran dejado su huella en los actuales habitantes del sur mucho más que en los del norte. Y la investigación de la Universidad de Granada no ha encontrado la menor evidencia de ello. Los andaluces actuales son tan parecidos al resto de los españoles, y de hecho al resto de los europeos, que un genetista marciano que no supiera nada de historia habría pasado por alto la ocupación árabe de la península. El estrecho de Gibraltar, según estos resultados, sería tanto una frontera genética como lo es geográfica, una línea roja que ha impedido el mestizaje entre su norte y su sur durante cerca de un milenio. Algunos historiadores ya han expresado quejas contra esta investigación. Y no es la primera vez que esto ocurre. Ni será la última.

Un centenar de científicos internacionales publicaron hace tres meses en Science las (aplastantes) evidencias genómicas, obtenidas de 400 muestras de ADN antiguo, de que una población llegada de las estepas rusas hace 4.500 años reemplazó al 40% de la población ibérica anterior, incluidos casi todos los hombres de la península. Se llamaban los yamnaya, y seguramente inventaron la rueda de radios, y con ella los carros tirados por caballos que les permitieron conquistar media Europa. Una tumba verdaderamente ilustrativa de hace 3.800 años, hallada en Castillejo del Bonete, Ciudad Real, exhibe a una pareja de la época, obviamente de gama alta, donde la mujer tiene el genoma local, y el hombre el de un yamnaya. Lo típico de la época.

Todo esto es ciencia de primera división, coordinada por uno de los genetistas más brillantes de nuestro tiempo, David Reich, de Harvard y el Instituto Médico Howard Hughes. Pero su publicación estuvo precedida por una tormenta fragorosa que, con la perspectiva del tiempo (unos meses), parece girar en torno al concepto de migración, de invasión, en torno al efecto de la influencia externa en los mitos nacionales de permanencia y arraigo en el territorio. Mientras los genetistas acumulan petabytes de datos que demuestran esos movimientos de población en todo el Viejo Mundo, los arqueólogos, prehistoriadores e historiadores parecen resistirse a esa cascada incesante de realidad armados con unas preconcepciones que resultan no solo débiles, sino también difíciles de introducir en el debate científico.

Uno de los genetistas que ha conocido más de cerca esas renuencias de los prehistoriadores es el propio Reich y, como buen científico, ha examinado a fondo el problema y ha encontrado la clave que lo explica (la expone en su libro recién editado en español Quiénes somos y cómo hemos llegado hasta aquí, Antoni Bosch editor). Haciendo brutalmente corta una larga historia, la idea es la siguiente: como las ideas de una migración desde Europa central hasta India que habría propagado la raza aria y la disciplina germánica fueron utilizadas por Hitler para justificar sus propias migraciones por Polonia o Francia, las ciencias humanas de la segunda mitad del siglo XX decidieron tirar el niño con el agua del baño. Hay un problema entre genetistas e historiadores. ¿Dónde pondrías tu dinero?

https://elpais.com/elpais/2019/06/08/ciencia/1559952581_889529.html
Un 80% de la población de Al andalus era hispanoromana e hispanovisigoda, la mayoría convertidos al islam y eran llamados muladies.
 
EL ÚLTIMO ÉXODO DE LOS MASHCO PIRO
Viaje al corazón de una de las últimas tribus aisladas de la Amazonía
El Gobierno de Perú evita contactar con una de las últimas tribus aisladas del Amazonas, que pide herramientas desde los márgenes del río Madre de Dios y ataca a las comunidades nativas



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Foto: Viaje al corazón de los Mashco Piro, una de las últimas tribus aisladas de la Amazonía

Viaje al corazón de los Mashco Piro, una de las últimas tribus aisladas de la Amazonía




AUTOR
MARTÍN IBARROLA. MADRE DE DIOS (PERÚ)
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PERÚ
05/01/2020



Cuando un grupo de indígenas rastreó a principios de 2018 las profundidades de la selva peruana, descubrió las pisadas ágiles y livianas de dos jóvenes y las huellas torpes y pesadas de un hombre viejo. El rastro narraba la persecución agónica entre dos cazadores y una presa, y todo parecía indicar que la presa era Víctor Zorrilla, el pescador de 72 años que desapareció dos días antes cerca de la comunidad nativa de Diamante. Los jóvenes debieron de seguir al viejo a cierta distancia, mientras éste trastabillaba hacia el interior del bosque, atajaron por la espesura y se colocaron a ambos lados de la víctima.

Las huellas desaparecían y volvían a juntarse un centenar de pasos más adelante, en el mismo punto donde encontraron el cadáver. Tenía una flecha clavada en el pecho, dos heridas por impacto en la cabeza y una capa de insectos negros sobre la piel. Algunos aseguran que sus ojos estaban“picados con una punta de flecha”, aunque la autopsia no pudo confirmar este extremo. Era la tercera persona en morir desde que la tribu aislada de los Mashco Piro apareció en la orilla izquierda del río Alto Madre de Dios. Los testimonios recabados después de navegar en kayak por el límite de este territorio cuestionan las versiones gubernamentales y cuentan la compleja historia de los últimos humanos salvajes que habitan nuestro planeta.

De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, alrededor de 200 pueblos viven ajenos a la civilización en países latinoamericanos como Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Venezuela, además de Papúa Guinea y la isla india de Sentinel. Las cifras son aproximadas, pues no hay ningún censo real y la mayoría de las poblaciones se ocultan en lugares tan remotos y boscosos que ninguna avioneta podría avistarlos. Los Mashco Piro constituirían uno de los once pueblos que habitan la selva peruana y su territorio abarcaría enormes extensiones de bosque, desde las cabeceras del Alto Purus hasta los confines del Parque de Manú.

Antes de aparecer en Madre de Dios, las únicas evidencias de su existencia consistían en avistamientos fugaces y pruebas circunstanciales, como las brasas frías de una fogata, un tapir flechado o las chozas abandonadas en mitad del bosque. Si detectaban que un foráneo había entrado en su territorio, dejaban dos flechas clavadas en el suelo en forma de X, una advertencia anónima que llevaba implícita la amenaza de muerte.

Este comportamiento huidizo, sin embargo, no parece responder al tópico de las tribus felices, que buscan la pureza en el interior de la selva, sino más bien a un síntoma de desconfianza heredada hacia los “hombres civilizados”. La biografía de Carlos Fermín Fitzcarrald, el gran cauchero del siglo XIX, menciona una cruenta batalla entre sus secuaces y unos indios llamados “mashcos”. La matanza debió de ser terrible: “Al día siguiente ya no se podía tomar agua en el río, porqué se encontraba sembrado de cadáveres”. Algunos antropólogos proponen que los actuales Mashco Piro provienen de aquellos indios rebeldes, que ya entonces vivían bastante ajenos al mundo civilizado. Al refugiarse en los bosques abandonaron la agricultura y retornaron a un modo de vida nómada.

Desgraciadamente, aquella persecución contra los indígenas continuó a manos de madereros, prospectores de gas, empresas petroleras y narcotraficantes. Las 7.000 páginas del Informe Figuereido detallan el tipo de atrocidades cometidas contra los pueblos amazónicos a mediados el siglo pasado, como envenenar suministros de comida, inyectar viruela en ropas o masacrar tribus enteras. La foto del maderero de Pariamanu atravesado en 2017 por una flecha mashco demuestra que estos enfrentamientos siguen tiñendo la selva de sangre. Los misioneros que trabajaron en el Alto Urumbaba recuerdan el caso de dos hermanos matsigenkas aislados que, al ser contactados, mencionaron los nombres de señores caucheros a los que nunca pudieron conocer, Italiano y Romano, y a los que temían profundamente. Era tal su estado de paranoia persecutoria que cuando caminaban por el bosque pisaban sobre piedras para no dejar huellas.

Desnudos al otro lado del río
Waldire Gómez estaba en la comunidad de Diamante el día en el que un grupo de personas desnudas se asomó por primera vez al linde del bosque, hace ya nueve años. Eran altos y delgados. Los hombres tenían el pexx atado a la cintura y las mujeres vestían una falda de hojas. Los habitantes de Diamante, antiguos navegantes de la cuenca del Urubamba pertenecientes a la etnia yine, son conocidos por su habilidad para el regateo y hospitalidad. También son los únicos capaces de entender a los Mashco Piro, pues comparten ancestros comunes y hablan una misma rama lingüística del Arawaka.

“No saben nadar, así que nos gritaron desde el otro lado del río. Les dijimos que no nos maten y que dejen sus arcos en el monte. Hicieron caso, me acerqué y ahí es cuando me abrazaron, como hermanos. Bailamos y saltamos juntos”, explicaba Gómez. Los encuentros amistosos continuaron y los yines les entregaron instrumentos, ropa y alimentos. “Son curiosos. Te tocan, intentan desnudarte, miran debajo del pantalón para comprobar si eres hombre o mujer, se suben a los barcos...”. Al parecer, conocen a los nativos locales, pero ignoran que Perú sea un país.

Reconocen las avionetas porque las han visto volar, igual que los barcos ‘peque-peque’. Sin embargo no asimilan el funcionamiento de las cámaras de fotos, que alguna vez han confundido con armas. En este sentido, la normalización de los avances tecnológicos es un buen baremo para determinar el grado de aislamiento al que han estado sometidos. Como recogió 'The New York Times' en 2006, alrededor de 80 miembros de una tribu nómada llamada Nukak-Makú emergieron del Amazonas colombiano dispuestos a integrarse al mundo moderno. Cuando hablaron con el intérprete,preguntaron si los aviones se movían sobre carreteras invisibles.

Una gripe devastadora
La Fenamad —la única federación de indígenas de Madre de Dios— y el Ministerio de Cultura frenaron rápidamente los encuentros de Diamante e instauraron una política de no-contacto, temerosos de que se repitiera un episodio como el que ya ocurrió a mediados de los años 80 entre un grupo de madereros y miembros de la población Nahua. Al parecer, después de un breve encontronazo, los indígenas volvieron a su campamento contagiados de gripe, propagaron la epidemia y murió más de la mitad de la comunidad. Lejos de controlar la situación, este cambio derivó en un clima de hostilidad. Los Mashco Piro salían a las playas del río y pedían herramientas, ropa y comida a los barcos que navegaban, incluido los botes de turistas que visitaban la selva. Fue entonces cuando comenzaron los ataques.

El explorador Diego Cortijo pudo observarlos a lo lejos mientras buscaba petroglifos en 2011. “Habíamos contratado a un yine como guía. Se llamaba Nicolás Flores. Él nos explicó que habían aparecido más veces y que le pedían machetes y ollas”, relata a El Confidencial. Pedro Rey, un padre dominico que lleva veinte años en la cercana misión de Shintuya, añade que una semana antes Flores ya había manifestado a los representantes de la Fenamad y el Parque Nacional del Manú su preocupación por un grupo que lo amenazó si no les entregaba herramientas. Las autoridades mantuvieron su política de no-contacto y, dos días después de abandonar la casa de su guía, Cortijo escuchó la conversación que mantenían dos guardias por radio. Habían matado a Nicolás frente a la comunidad de Diamante. La Fenamad prefiere no comentar este caso, aunque sugiere que hay versiones distintas.

En 2015, los habitantes de Shipetiari, la única comunidad que limita por tierra con el territorio de los Mashco Piro, denunció su intrusión en cosechas locales. La presidenta de este poblado de etnia matsigenka, Rufina Rivero, asegura que las autoridades no les creyeron: "Dijeron que estaba ebria y que por eso había visto mal”. Cuando el joven Leonardo Pérez descubrió las huellas de unos pies descalzos, corrió a por la cámara de fotos. Los pies de los indígenas aislados son bastante característicos, pues tienen los dedos pequeños y muy separados, perfectamente adaptados para agarrarse al suelo y aguantar largas caminatas —por eso, aquellos que se incorporan a la vida civilizada rara vez llevan zapatos, ya que la puntera les incomoda—.

Leonardo volvió al lugar con la cámara en mano y una flecha mortal le alcanzó la espalda. Tres años después, la mañana del último sábado de febrero, moría la tercera y última víctima. Víctor Zorrilla salió a pescar a bordo de su pequeña canoa, que dejó anclada frente a la comunidad de Diamante. Encontraron su cuerpo dos días más tarde.

La presidenta de Shipetiari tiene a su cargo 28.000 hectáreas, varios hombres que patrullan el territorio en busca de madereros ilegales y un pequeño centro de salud sin médico ni medicinas. “El accidente con los Mashco Piro nos afectó. Teníamos un albergue cerca del río que funcionaba muy bien. Ahora los visitantes están asustados y no quieren venir”. Las comunidades indígenas viven de la agricultura y la pesca, pero intentan atraer un turismo ecológico y sostenible. Su ‘lodge’ generaba ingresos de hasta 51.000 soles al año (unos 14.000 euros), que ahora se han desplomado por completo.

Las comunidades indígenas y la cocaína
Una mujer de etnia amarakaeri llamada Victoria desaconseja dormir en ciertas playas del Madre de Dios. “Es zona de narcos. Cuando paséis por ahí, remad rápido y nunca os paréis a dormir”, advierte mientras acaricia un mono amaestrado en el puerto de Shintuya. Según fuentes gubernamentales, en esta región concreta no hay problemas con los madereros y no se han detectado invasiones de otros intrusos en el territorio. El tema del narcotráfico resulta más complicado de valorar, pues las comunidades indígenas guardan una relación difusa con las rutas de la droga.

Este mismo año detuvieron a la presidenta de la comunidad de Diamante por alquilar su pista de aterrizaje a avionetas de contrabando. Y en una de las playas que mencionaba Victoria la policía incautó un aeroplano con 300 kilos de cocaína tras un enfrentamiento armado con los narcotraficantes. ¿Fueron ellos los que ahuyentaron a los Mashco Piro? No se sabe. Algunos expertos apuntan a discusiones internas entre diferentes facciones de su etnia, otros sugieren una reducción de las especies animales que cazan y hay quien piensa que es pura curiosidad por el mundo exterior.

La Fenamad y el Gobierno peruano construyeron un puesto de vigilancia entre las comunidades de Shipetiari y Diamante, al que bautizaron como Nomole (“hermano”), para monitorear los contactos y evitar conflictos. Un equipo formado por antropólogos, intérpretes y guardias yine observa desde las alturas las playas donde aparecen los Mashco Piro. Después de subir unas tambaleantes escaleras de madera, los vigilantes ofrecen un bol de masato a los visitantes. Colgadas en las paredes de su caseta hay flechas rotas, colmillos de pecarí y delicadas artesanías fabricadas con cáscara de cangrejo. Son los regalos que los indigenas han entregado a los antropólogos a cambio de plátanos y yuca.

“Tkotko a Luis”. “Mriri a Harris”. Cada obsequio está clasificado con una pequeña etiqueta que especifica quién lo entregó y quién lo recibió. Durante estos encuentros, los trabajadores de Nomole se desnudan y adoptan apelativos de animales, como muestra de respeto hacia ellos. “Son como niños. Si no obtienen lo que quieren se amargan. Cuando son muchos nos sentimos un poco intimidados, pero la relación que hemos establecido es de tú a tú”, comenta uno de los guardias, a la vez que sorbe el potingue de yuca fermentada.

Los trabajadores de Nomole reconocen que mantienen encuentros casi diarios desde hace ya mucho tiempo con estos grupos, lo cual contradice la versión oficial del Gobierno. Nancy Portugal, directora de Pueblos en Aislamiento y Contacto Inicial del Minsiterio de Cultura, asegura a este medio que “desde mediados del 2016 hasta el 2019 la presencia de indígenas en aislamiento Mashco Piro en las playas y orillas del río alto Madre de Dios menguaron, y ahora es uno solo el sector de avistamiento”.

Portugal, máxima responsable en estos asuntos, evita hablar de los contactos recurrentes de Nomole y añade que Madre de Dios “es un territorio donde disponen de alimentos y hábitat favorable para su modo de vida como pueblo cazador recolector”. Algunas voces críticas sugieren que las autoridades alargan los procesos de sedentarización “por cuestiones de interés económico”, pero la directora insiste en que “el Ministerio de Cultura realiza las acciones de protección en cumplimiento de la normativa nacional” y recuerda que son los propios nómadas quienes deben decidir la forma en la que desean establecer sus relaciones con la sociedad. Por eso mismo, las reservas indígenas Isconahua, Mashco Piro y Murunahua fueron inscritas el pasado 14 de octubre en la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (Sunarp). Ahora, si algún maderero o minero ilegal quiere introducirse en su territorio, el Estado debería sacarlo inmediatamente.

La poca información conseguida nos indica que en Madre de Dios hay al menos dos grandes familias y varios líderes. El más “bravo” es Camotolo, que significa abejorro. Su padre era un hombre con barbas negras que falleció al caer de un árbol mientras perseguía a un mono. Aquellos que lo han conocido calculan que tendrá alrededor de 30 años y sospechan que podría estar detrás de las últimas muertes. Aun así se sabe muy poco sobre sus costumbres, su cultura y su parentesco. Isrrail Aquise, un antropólogo de la Fenamad, explica que “ellos siempre se reservan información sobre dónde andan o cuántos son. En su memoria llevan el enfrentamiento con hombres que disparaban armas de fuego. No se confían. En un corto plazo no creo que se asienten, pero probablemente en diez o quince años los jóvenes que ahora salen querrán quedarse, porque quieren conocer, sienten curiosidad. Nosotros respetaremos esa decisión”.

“Estamos creando museos antropológicos”
El obispo vitoriano de Puerto Maldonado, David Martínez, que ya trabajó durante muchos años con las comunidades matsingenka más aisladas del Alto Urubamba, teme que, en un intento por compensar los errores del pasado, “estamos creando museos antropológicos y olvidando la ayuda humanitaria”. “Aunque forme parte de nuestro imaginario romántico, el aislamiento no es constitutivo de los indígenas amazónicos. Lo auténtico está en la mezcla”. ¿Por qué han venido a la comunidad de Diamante, la única de todo el río que habla su idioma?, se pregunta.

“Es imprescindible que el estado ejerza una protección de estos pueblos, pero también es de justicia que les llegue el mensaje de que somos amigos”. Cuando el obispo preguntaba a los matsigenka ancianos que “vivieron escondidos en la selva” sobre qué creían ellos que habría que hacer con aquellos que todavía mantienen esas costumbres, todos decían los mismo.“Hay que ayudarles, padre”.

El dominico Pedro Rey recuerda que la ley 28736 protege a los indígenas en aislamiento voluntario o contacto inicial, “pero no dice que no se atienda a los indígenas que continuamente están reclamando ayuda. ¿Estamos protegiéndolos o condenándolos al cautiverio? Quienes mejor pueden llevar este contacto son los comuneros de Diamante. Ellos deberían gestionarlo de manera natural. Los Mashco Piro son los legítimos dueños de la selva, la civilización destruyó su casa y ahora que piden ayuda, ¿qué les damos a cambio?¿Plátanos y yuca? Y mientras tanto, ponen garitas de control, guardias, teléfonos satélite, binoculares.... Un vigilante pidió un chaleco antibalas. Parece que estamos en guerra con los mashcos y tengamos que atrincherarnos para defendernos. Hay que tender puentes y no poner muros”.

 
Las imágenes post-mortem fueron particularmente populares en la era victoriana, donde la tasa de mortalidad infantil era muy alta y las fotografías post-mortem eran la única foto que los padres tenían de sus hijos. Los sujetos son en su mayoría retratos como si estuvieran todavía vivos, con los ojos abiertos o pintados, o incluso participan en pequeñas actividades diarias.
Son apoyados a trípodes que en algunas fotos se ven.
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la joven que está parada está muerta
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la hija en el centro está muerta
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la mujer en el centro es la difunta
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ambas están muertas
Me perturba y me atrae a la vez... ¿Cómo podían ponerse al lado de un familiar que acababa de fallecer y salir como si nada? No tienen cara de tristeza, tampoco de alegría obviamente, es como 0 sentimiento o emoción, ni para bien fingiendo que están vivas esas personas, ni para mal por la pena.

Y además parece que estuviesen vivos... Imagino que sería muy poquitas horas después del deceso porque normalmente se nota, por mucho que hayan preparado a la persona y tenga buen aspecto, el rostro está "raro".
 
La humanidad surgió en África no de uno, sino de cuatro linajes ancestrales
El ADN de cuatro niños demuestra la compleja historia de nuestros orígenes y desvela un grupo de población hasta ahora desconocido


Judith de Jorge
Judith de Jorge. MADRID Actualizado:22/01/2020




Cuatro niños han desvelado el primer capítulo del intrincado relato de nuestros primeros pasos como especie en África. Un equipo internacional de investigadores, entre ellos varios españoles, ha conseguido reconstruir el genoma antiguo completo de los pequeños, enterrados en un famoso yacimiento de Camerún hace entre 8.000 y 3.000 años. Los restos demuestran que existieron al menos cuatro linajes importantes en la historia de la humanidad -entre ellos una población «fantasma» previamente desconocida-, que vivieron hace entre 200.000 y 300.000 años. La nueva investigación, publicada en la revista «Nature», contradice un estudio reciente que situaba nuestros orígenes en un solo lugar del continente madre. Muy al contrario, concluye, el ser humano moderno, Homo sapiens, es el fruto de grupos muy diferentes y geográficamente separados. Una vez más, todo se complica.

África alberga la mayor diversidad genética humana del mundo. Sin embargo, los estudios de ADN antiguo de yacimientos arqueológicos africanos son escasos, ya que su recuperación en ambientes tropicales es todo un desafío. Por eso, la obtención de los datos genéticos de estos niños, dirigida por científicos de la Escuela de Medicina de Harvard a partir de muestras de huesos petrosos (del oído interno), es por sí un auténtico logro. Se trata de las primeras secuencias genéticas antiguas del oeste y centro africanos.




Vista general de la excavación de Shum Laka en Camerún


Vista general de la excavación de Shum Laka en Camerún - Pierre de Maret




Cuna de lenguas
Los niños, que vivieron durante la transición de la Edad de Piedra a la de Hierro, fueron enterrados en Shum Laka, un refugio rocoso en la región de Grassfields en el noroeste de Camerún, donde una población ancestral vivió durante decenas de miles de años. En el yacimiento, excavado en las décadas de 1980 y 1990 por arqueólogos belgas y africanos, se encontraron 18 individuos (principalmente juveniles) y numerosas herramientas de piedra, alfarería y restos de animales. Se trata del lugar señalado por los lingüistas como la cuna de las lenguas bantúes, un grupo extenso y diverso que hablan más de un tercio de los africanos en la actualidad.

Aunque se cree que la difusión de las lenguas bantúes –y los grupos que las hablaron– en los últimos 4.000 años explica por qué la mayoría de las personas de África central, oriental y meridional están estrechamente relacionadas entre sí y con los africanos occidentales, el ADN de los niños revela una ascendencia muy diferente a la de la mayoría de los hablantes de bantú en la actualidad. En cambio, son más similares a los cazadores-recolectores de África central. «Estos resultados sugieren que los hablantes de bantú que viven hoy en Camerún y en toda África no descienden de la población a la que pertenecían los niños de Shum Laka. Una población anterior, desconocida, habría contribuido en una pequeña proporción al ADN que comparten diferentes grupos africanos», explica Carles Laueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-Universidad Pompeu Fabra).

Grupo fantasma
La investigación, que también incluye el análisis del ADN de antiguos cazadores-recolectores del este y sur de África, así como el de muchos grupos africanos actuales, concluye que el origen del ser humano está relacionado con la existencia de al menos cuatro grandes linajes humanos ancestrales, que habrían divergido entre sí hace entre unos 250.000 y 200.000 años. Estos linajes están formados por los ancestros de los actuales cazadores recolectores de Sudáfrica, los llamados khoisan (antes bosquimanos); los de los pigmeos del África central, y los de los africanos del este y el resto de humanos modernos.

Además, hay un cuarto grupo previamente desconocido que contribuyó con una pequeña cantidad de ascendencia tanto a los africanos del oeste como a los del este. «Es una población 'fantasma' que podría haber estado en la zona del Sahel, pero no se ha hallado ningún individuo ni vivo ni en el pasado que pertenezca a ella», indica el científico a ABC.

Adán y Eva
Los resultados, sustentados en el análisis del genoma nuclear, difieren de los de un estudio anterior basado solamente en el ADN mitocondrial (el que se hereda por línea materna) que había situado en el delta de Okavango, en el sur de África, el origen único de los humanos modernos. Según explicaba el informe, publicado también en «Nature» y que suscitó una controversia considerable, los humanos teníamos una única patria ancestral, un vergel repleto de lagos al sur del río Zambezi, en el norte de lo que hoy es Botsuana, donde según los autores prosperamos durante 70.000 años antes de que el clima cambiara y nos empujara a migrar por el continente.

Sin embargo, el nuevo estudio descarta la idea de un único paraíso perdido. «Es una visión muy simplista, casi de Adán y Eva. Las personas estamos preparadas para entender mensajes sencillos, pero la realidad es mucho más compleja», destaca Lalueza-Fox.

Cromosoma Y
El estudio también ha encontrado en uno de los individuos la rama del cromosoma Y más antigua de la humanidad, entre 200.000 y 300.000 años. Este raro haplogrupo (A00) fue descubierto hace siete años cuando un estadounidense afroamericano, descendiente de esclavos, acudió a una empresa de análisis genéticos y los resultados revelaron una sorpresa inmensa. «En la actualidad, este linaje solo se encuentra en Camerún», señala Iñigo Olalde, investigador del Instituto de Biología Evolutiva. En este punto, Lalueza-Fox ironiza: «Tiene gracia, porque si el linaje masculino más antiguo estaba en Camerún y el linaje femenino en Botsuana (separados por más de 3.500 km), ¡difícilmente se habrían encontrado!».
Cotilleando
VIDEO:
 
LA SELVA DE LOS SIMBOLOS , ASPECTOS DEL RITUAL NDEMBU ( Victor Turner)


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Resumen
A partir de un conjunto de informes etnográficos sobre el ritual de los ndembu, grupo del noroeste de Zambia, Turner logra en este libro una perfecta síntesis entre la reflexión teórica sobre el simbolismo y la brujería y la pura descripción de los aspectos del ritual. Su estudio posee dos virtudes raramente conjugadas. En el plano teórico es riguroso y sugestivo, y en el plano descriptivo resulta minucioso y original.
 
SE TRATA DE LA CULTURA CHACO
La enigmática civilización de mujeres que gobernó hace 1.200 años en EEUU
A día de hoy, se desconoce qué fue lo que provocó exactamente el fin de la cultura chaco, pero los expertos sugieren que su declive pudo venir dado por una sequía




Foto: La enigmática civilización de mujeres que gobernó hace 1.200 años en EEUU. (CC/Wikimedia Commons)


La enigmática civilización de mujeres que gobernó hace 1.200 años en EEUU. (CC/Wikimedia Commons)



AUTOR
RUBÉN RODRÍGUEZ
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ESTADOS UNIDOS (EEUU)
ADN
INVESTIGACIÓN

31/01/2020


Era el año 1896 cuando un grupo de expertos decidió investigar unos restos arqueológicos ubicados en Nuevo México (EEUU). Se trataba de una serie de edificaciones en los que apareció una cripta con el cuerpo de 14 personas. Los estudios pronto revelaron que lo que habían descubierto era, ni más ni menos, que los vestigios que quedaban de la cultura chaco. Pero el caso tenía una vuelta de tuerca: se trataba de la primera sociedad conocida gobernada por mujeres.

Aquel equipo de expertos de finales del siglo XIX había hallado algo extraño. En una época en la que los registros por escrito escaseaban, consiguieron encontrar una serie de legajos en los que un comerciante, llamado Josiah Gregg, hablaba de la existencia de una localidad llamada Pueblo Bonito, que se correspondía con la localización de los restos arquitectónicos hallados. Ubicada en el cañón del chaco, guardaba una serie de secretos realmente extraños.

Se trataba de un asentamiento nacido entre el año 800 y el 1.250, en el que se encontraron hasta 650 estancias... pero una fuera de lo normal: en ella, había 14 personas enterradas, todas ellas engalanadas con todo tipo de joyas de gran valor. ¿Qué representaban? Tuvo que pasar algo más de un siglo para conseguir hallar la respuesta: se trataba de la estirpe gobernante. Pero era muy diferente a lo conocido hasta el momento: se trataba de una sociedad matrilineal.

Fue en 2017 cuando un equipo de expertos del departamento de antropología del Instituto Smithsonian decidió analizar en profundidad aquel descubrimiento, aplicando las últimas técnicas de análisis de ADN y pronto encontraron un punto en común: todos los cadáveres pertenecían a mujeres y todos ellos descendían de la misma línea materna. Pronto entendieron qué significaba: aquellos 14 cuerpos correspondían a las jerarcas de aquella sociedad.

"Desde hace tiempo teníamos claro que se trataban de personas veneradas basándonos en el trato excepcional que recibieron una vez muertos, ya que la mayoría de los chacos fueron enterrados fuera del asentamiento y nunca con cantidades tan altas de bienes exóticos. Pero antes uno solo podía especular sobre la naturaleza exacta de su relación con los otros", aseguró Adam Watson, del Museo Americano de Historia Natural. Ahora, habían descubierto la verdad.



(CC/Wikimedia Commons)




La investigación demostró que las 14 mujeres poseían ADN mitrocondrial idéntico, algo que solo se puede explicar si tienen el mismo ancestro materno, pues se trata de un material genético que solo se transmite de madre a hijo. Eso sugiere que el liderazgo de la sociedad fue pasando de mujer a mujer, hasta el colapso de la sociedad y la desaparición de la misma, algunas decenas de décadas antes de que los investigadores encontraron los restos de las edificaciones.

A día de hoy, se desconoce qué fue lo que provocó exactamente el fin de la cultura chaco, pero los expertos sugieren que su declive pudo venir dado por una sequía que provocó la necesidad de abandonar el asentamiento. Una de las culturas más desconocidas de todos los tiempos que gobernó en una de las zonas más remotas de Estados Unidos hace más de 1.200 años... y en la que las mujeres ostentaron el poder durante varios siglos.

 
Los rituales caníbales sobrevivieron al mayor cambio cultural de la humanidad
Varios pueblos de Europa manipularon cráneos con intención ritual con técnicas similares durante más de 15.000 años, en los que se pasó de la caza y recolección a la agricultura y el uso del metal


DANIEL MEDIAVILLA

4 FEB 2020


Rituales canibales


Cráneos copa encontrados en la cueva de El Mirador, en Atapuerca, con marcas de manipulaciónPALMIRA SALADIÉ/IPHES



Durante más de 15.000 años, en un periodo de profundas transformaciones, varios grupos humanos en Europa utilizaron cráneos humanos como copas en lo que parecen prácticas rituales que incluían el canibalismo. El análisis de las marcas de corte sobre fragmentos de cráneo encontrados en Gran Dolina y la Cueva de El Mirador en Atapuerca (España), en Gough’s Cave (Reino Unido) en Fontbrégoua (Francia) y Herxheim (Alemania) deja ver grandes similitudes en el tratamiento de esos restos humanos en varias regiones de Europa desde hace 20.000 años hasta hace 4.000.

“Vemos esas prácticas en sociedades del Paleolítico, que vivían como cazadores recolectores, del Neolítico [con la introducción de la agricultura y la ganadería] e incluso en la Edad de Bronce, cuando ya se utilizaban los metales. Son periodos muy amplios y distintos y vemos una conducta que lo atraviesa todo. Y no sabemos por qué”, reconoce Palmira Saladié, investigadora del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) de Tarragona y coordinadora del estudio que ha analizado estos restos y ha publicado sus resultados en la revista Journal of Archaeological Science.

En nuestra cultura, comerse a otros humanos es un gran tabú y se pensaba que esta aversión a la carne de la propia especie podía ser algo frecuente también en las sociedades primitivas. Los españoles tacharon de caníbales a muchos de los pueblos que encontraron cuando llegaron a América para justificar que podían sojuzgarlos, pero los aztecas decían cosas parecidas de sus vecinos. Existe, incluso, una explicación evolutiva para la mala fama del canibalismo. Daniel Carleton Gajdusek descubrió que el kuru, una enfermedad parecida al mal de las vacas locas que afectaba con frecuencia a los fore, un pueblo de Nueva Guinea, estaba relacionado con su costumbre de comer partes de los parientes muertos. Es posible que epidemias de este tipo favoreciesen la supervivencia de grupos que no practicaban el canibalismo, pero el planteamiento es muy especulativo.

Saladié comenta que, aunque el canibalismo se veía como algo excepcional, la acumulación de nuevas pruebas “hace que ahora se considere más frecuente”. Estas prácticas, consideran los autores, son parte de una forma de entender la muerte y suelen asociarse a un intenso componente emotivo. En un comunicado del IPHES, se explica que “algunas sociedades pretéritas consideraron que los cráneos humanos poseían poderes o fuerza de vida, y en ocasiones se recogían como prueba de superioridad y autoridad en confrontaciones violentas”. Saladié, no obstante, reconoce que las incógnitas en torno a estos cráneos copa que aparecen cada vez con más frecuencia en los yacimientos europeos siguen siendo muchas.

Lo que sí han podido determinar los autores del trabajo es que existe un patrón específico en las marcas que se encuentran en zonas concretas de los cráneos. Se trata de estrías hechas con herramientas de piedra que se realizaron principalmente durante la extracción del cuero cabelludo y de la carne, de forma meticulosa y de manera reiterada. Ese tipo de manipulación intensa se encuentra en todos los yacimientos relativamente recientes donde vivieron Homo sapiens, pero no sucede lo mismo en Gran Dolina, donde los restos pertenecen a Homo antecessor, un antepasado humano que vivió en lo que hoy es la provincia de Burgos hace casi un millón de años. Allí, parece que la manipulación de los cráneos solo tuvo como objetivo extraer alimento.

La manipulación de cráneos y el canibalismo no son exclusivos de Europa occidental. Entre algunos pueblos de indios americanos se han identificado prácticas parecidas, y comerse el cuerpo de los enemigos es una costumbre que se ha encontrado en sociedades humanas de todo el planeta. La persistencia de los mismos ritos durante milenios, que sobrevivieron incluso a los mayores cambios culturales y tecnológicos de la historia de la humanidad, muestra la fascinación con un acto que también nos horroriza.


 
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