Estos dos dan bastante vergüenza ajena en general, dentro de unos años se verán y no sabrán dónde meterse, pero Velcro especialmente se debe a un público preadolescente, de ahí esos bailecitos y demás tonterías, y ella lo sabe por mucho que lo niegue. No se si habéis visto la serie de Netflix Miranda canta. Pues bien, esta serie es una parodia de los youtubers que sin tener mérito o cualidades se dedican a cantar y triunfan en cierto modo. Esta serie, salvando las diferencias, me recordó a los croquetos, especialmente a Velcro, una niña mimada, con una visión de la realidad distorsionada, egocéntrica, sin méritos, del montón, que ha pegado el pelotazo y ni ella misma se lo cree. Si no la habéis visto, hacedlo, es muy divertida, y como toda parodia, critica una situación que tiene mucho de verdad. En fin, más médicos e investigadores y menos influencers, en estos días tan negros nos estamos dando cuenta de quiénes son los verdaderamente importantes, no es lógico que un influencer mediocre y vago viva como un rey y un investigador tenga que abandonar su investigación por falta de presupuestos. A ver si esta maldita pandemia, por lo menos, cambia los esquemas y valoramos más ciertas cosas y todos estos se tienen que buscar trabajos de verdad. Pero me temo que no va a ser así.