Moción de censura a Rajoy. Pedro Sanchez es el nuevo presidente del Gobierno

Completamente de acuerdo. A lo que llegan algunos con su amor a España, la democracia y la Constitución... pandilla de sinvergüenzas oportunistas. Ya de paso, a ver si antes de lanzarse a la yugular de Sánchez, queda claro cómo funciona la moción de censura en España.

Yo no quiero volver a votar

Cuesta entender el alarmismo o el dramatismo con el que tantos supuestos “constitucionalistas” han recibido el éxito de Sánchez y su moción

Debieran y deben celebrarlo como lo que es, la prueba de fortaleza y resistencia de un sistema parlamentario que sabe cumplir con su responsabilidad de control al poder ejecutivo

Antón Losada (eldiario.es)
03/06/2018 - 22:01h
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Toma de posesión de Pedro Sánchez en el Palacio de la Zarzuela. Casa Real
Ya fui a votar en 2015. Regresé a las urnas en 2016. Las dos veces emití mi voto para elegir un parlamento y que éste, a su vez, escogiese un presidente del Gobierno. El Congreso que salió de las elecciones del 20D no fue capaz de hacer su trabajo y por eso tuvimos que votar de nuevo. En cambio, el hemiciclo conformado tras las comicios de 20J ha resultado capaz de cumplir con ese cometido no en una, sino hasta en dos ocasiones. Ha elegido dos presidentes y, por si había alguna duda, el segundo ha obtenido incluso más votos que el primero. No se echa a la gente por hacer su trabajo, a los políticos tampoco. No sería justo y sería poco democrático.

No deja de resultar paradójico que, los mismos que hace nada se quejaban de lo caras que salen tantas elecciones, se pasen ahora el día reclamando unas que no tocan. Resulta muy inquietante escuchar a tantos autoproclamados “constitucionalistas” defender como legítimo y democrático el uso forzado del mecanismo de moción de censura previsto en la Constitución de 1978, mientras califican de anormal e indeseable su funcionamiento normal. En el sistema político español la moción de censura es constructiva. No se trata solo de remover un gobierno sino, sobre todo, de elegir un nuevo presidente que tenga la confianza de la Cámara, pueda nombrar un ejecutivo y preservar la continuidad de la legislatura.

En nuestro ordenamiento constitucional no existe tal cosa llamada “moción instrumental“, mucho menos un presidente o un gobierno “instrumentales”. Si lo legítimo y lo democrático fuese que, tras una moción ganada, debieran convocarse elecciones, así estaría previsto en nuestra constitución y la moción de censura sería destructiva y rupturista. Pero no, en la Constitución española se establece constructiva y continuista. Lo previsto por el texto del 78, por tanto lo legítimo y lo democrático, es que el nuevo presidente, elegido con mayoría absoluta por la Cámara, gobierne hasta que pierda la mayoría que le apoya o hasta que toque convocar a los ciudadanos.

Cuesta entender el alarmismo o el dramatismo con el que tantos supuestos “constitucionalistas” han recibido el éxito de Sánchez y su moción. Lejos de interpretarlo y presentarlo como una crisis, debieran y deben celebrarlo como lo que es. La prueba de fortaleza y resistencia de un sistema parlamentario que sabe cumplir con su responsabilidad de control al poder ejecutivo y es capaz de reemplazar a un gobierno en crisis por uno nuevo.

Ni los sondeos sustituyen a las elecciones como método para decidir quién gobierna, ni las hipótesis y futuribles sobre qué puede pasar durante la presidencia Sánchez sustituyen a las votaciones perdidas y las decisiones fracasadas. Si el nuevo Gobierno resulta o no viable, si la mayoría que lo sostiene resulta o no estable, se verá a su debido tiempo y se acreditará con hechos y resultados, no con previsiones.

Ninguno podrá decir que el presidente Sánchez le engañó al presentar su moción. Incentivado por la torpeza estratégica de Ciudadanos y el acoso dialéctico de Mariano Rajoy, no le quedó más remedio que resolver la contradicción que lastraba su planteamiento inicial. Entre convocar elecciones o gobernar, eligió gobernar. No pudo ser más claro al defender su candidatura. Se presentó para gobernar con un ejecutivo de inspiración socialista, con un programa de gobierno y con la intención de completar al menos dos presupuestos, éste que se va a tener comer con patatas y uno propio. Eso votaron los 180 diputados que le dieron su confianza. Eso exactamente tiene derecho a intentar Pedro Sánchez. Es lo legítimo y lo democrático. Y todo gracias a las prisas y la falta de visión de Albert Rivera; me encanta la democracia.
 
Los traidores preocupados por su telita. Lo mínimo que puede hacer el PP es cambiarlos y no facilitarle el Gobierno ilegítimo al PSOE y sus colegas enemigos de España.


Presupuestos 2018
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Excelente.
A Rajoy lo echa la democracia
Jesús Maraña (infoLibre)
Publicada 01/06/2018 a las 06:00 Actualizada 01/06/2018 a las 13:02
Escribámoslo pronto y claro: a Mariano Rajoy lo echan los votos. Es falso que sea víctima de una especie de conspiración encabezada por Pedro Sánchez, a su vez inspirado por Pablo Iglesias, un complot en connivencia con los independentistas para hacerse con el poder poniendo en riesgo la unidad de España. La estrategia de la mentira tiene un límite. Y Rajoy y el PP lo han traspasado con creces. Perdieron el poder en 2004 por mentir sobre el 11-M y ahora lo pierden por instalarse en la posverdad sobre la corrupción.
  • A Rajoy lo echan los votos porque los partidos que deciden apoyar la moción de censura representan casi un millón de votos más que quienes se oponen a ella, según los resultados de las últimas elecciones generales celebradas en junio de 2016. “En democracia gobierna quien gana las elecciones”, ha repetido este jueves Rajoy por enésima vez. Es falso. En una democracia parlamentaria gobierna quien logra mayor respaldo en el Congreso. Así ha sido desde 1978 porque así lo estipula la Constitución.
  • A Rajoy lo echa su propia soberbia política, la prepotencia de considerar que basta con negar la realidad para que esa realidad no exista, o no tenga la menor consecuencia política para quien está en el poder. Lo volvió a demostrar en la mañana del jueves al negar desde la tribuna del Congreso que la sentencia de la Gürtel condene al Partido Popular (sólo según él a “determinados militantes” que ya no lo son y a un par de ayuntamientos). Es falso, y cualquiera que se tome la molestia de leer las páginas que recogen los Hechos Probados de esa sentencia comprobará que el presidente del Gobierno y del PP volvía a faltar a la verdad en sede parlamentaria.
  • A Rajoy lo echa su concepción patrimonialista de la política, que les ha llevado, a él y a su partido, a actuar como si de un cortijo privado se tratara. Tanto desde los gobiernos autonómicos (Madrid y Valencia muy especialmente), podridos de corrupción durante casi tres décadas, como desde una sede central del partido donde circulaban el dinero negro y los sobresueldos como si fueran chuches.
  • A Rajoy lo echa su empeño en identificar las urnas como una especie de lavadoras de las responsabilidades políticas sobre ese “auténtico sistema de defraudación del erario público” que relata esa misma sentencia con todo detalle. Dar por amortizada toda culpa por acción o por omisión sobre graves delitos que llevan a la cárcel al tesorero que él nombró y a decenas de exdirigentes del PP simplemente porque consiguió mantener el poder (gracias por cierto a una abstención “por responsabilidad” del PSOE) era un engaño mayúsculo que ha terminado costándole la mayoría parlamentaria.
  • A Rajoy lo echa el uso y abuso del discurso del miedo y la exageración permanente. La insistencia sin límite racional en ese “nosotros o el caos” contiene el riesgo que advertía aquella genial portada de Ramón en Hermano Lobo (no de El Roto, como por error dijo Sánchez en su discurso): llega un día en que el personal se harta y es capaz de responder “¡el caos, el caos!”. Este mismo jueves ha culpado a Sánchez y su moción de censura de las recientes caídas de la Bolsa y la subida de la prima de riesgo, cuando un simple seguimiento de los datos refleja que la causa fundamental hay que buscarla en Italia. (Al menos hasta ahora). La más grave inestabilidad democrática es precisamente la que provoca un presidente del Gobierno instalado en una realidad paralela.
  • A Rajoy lo echa su excesiva confianza en la influencia de grandes cabeceras mediáticas que llevan una semana despreciando la moción de censura de Sánchez y reclamando editorialmente elecciones anticipadas (las mismas cabeceras, por cierto, que en 2016 presionaron por tierra, mar y aire al PSOE contra la posibilidad de repetir elecciones y también contra cualquier intento de formar un gobierno progresista).
  • A Rajoy lo echa, obviamente, la moción de censura presentada por Pedro Sánchez, quien ha insistido tantas veces este jueves en ofrecer el “decaimiento” de esa moción si el presidente dimitía que casi le ha faltado pedir perdón por presentarla. Era, efectivamente, “una obligación democrática” plantearla ante la ausencia total de respuesta de Rajoy tras la sentencia de la Gürtel, y que salga adelante es un éxito político de Sánchez con el que el PP no contaba en absoluto a la vista de la desorientación y perplejidad que ha mostrado su cúpula en la tarde de este jueves. (Nos quedamos de momento con la duda de si el propio Sánchez contaba de verdad con ganarla, porque a posteriori toda acción política es tan audaz cuando termina en éxito como disparatada si hubiera acabado en fracaso).
Sería absurdo e ingenuo negar la profunda complejidad que tendrá que afrontar Pedro Sánchez para gobernar en los próximos meses. Claro que es difícil hacerlo con 85 diputados y unos Presupuestos que el propio Sánchez definió en su día como "un ataque al Estado del bienestar" y un "chantaje" del PNV. Claro que podría tratarse de un mandato breve (o durar dos años, porque hoy por hoy a ninguno de los partidos unidos contra Rajoy le interesa ir a elecciones). Claro que se pone a prueba si estamos ante un político que galopa a lomos del azar y guiado por una enorme (pero legítima) ambición de poder o ante un político que ha madurado y está sinceramente dispuesto a ofrecer un nuevo modelo de país centrado en poner freno a la desigualdad económica y social y en abrir una vía de solución política al encaje de Cataluña y Euskadi, asunto capital que Rajoy se ha demostrado incapaz de gestionar salvo para utilizarlo con fines electoralistas.

Se llama democracia. Sánchez tiene perfecto derecho a intentarlo, y se trata de una oportunidad (inesperada y quizás irrepetible) de que las opciones de izquierdas demuestren que pueden entenderse y cooperar superando el sectarismo y la desconfianza mutua. (Conviene no olvidar que aquella mítica portada de Hermano Lobo pocos meses antes de morir Franco incluía una tercera frase. Tras escucharse el clamor de "¡el caos, el caos!", el orador respondía: "Es igual, también somos nosotros").
 
Pues ahora mismo el primero que se la puede dar o quitar (la pasta) es el PP ....
Primera estocada a Sánchez: el PP planea ajustes de 5.000 M. en los PGE
GABRIEL SANZ / TERESA LÁZARO 68
Las cuentas se están tramitando en el Senado, donde el PP podría utilizar su mayoría absoluta para introducir los ajustes que reclama Bruselas para cumplir el objetivo de déficit. Los populares adelantaron este domingo la opción de realizar ajustes a los Presupuestos.
 
El primer choque entre PSOE y Podemos: gastar más en 2019 o cumplir con Bruselas
Sánchez tendrá que negociar con Iglesias el nuevo techo de gasto, la antesala de los Presupuestos de 2019. Podemos advierte de que no lo apoyará de forma "acrítica" si se ciñe al déficit pactado con la UE
 
El Grupo Popular pedirá este lunes en la Cámara Alta una prórroga para el periodo de enmiendas parciales y se tomará el tiempo que estime oportuno para preparar una serie de “mejoras” en varias secciones de las cuentas del Estado. La mayoría absoluta del PP en el Senado permite variar el calendario, esperar a que Sánchez nombre a sus ministros y estudiar la ‘reasignación’ de partidas en los distintos ministerios.
 
Que van a poner más ministerios???
Fíjate tu que esto ya me lo veía de venir...
Como les queda poco, pos a ver si metemos más amigachos

Enchufemos, que algo queda :LOL:. Conste que Sánchez, lo que es a nivel de partido, no tiene que pagar muchos favores dado el devenir de los acontecimientos que lo echan y vuelve, etc...
 
Enchufemos, que algo queda :LOL:. Conste que Sánchez, lo que es a nivel de partido, no tiene que pagar muchos favores dado el devenir de los acontecimientos que lo echan y vuelve, etc...
A los grandes Barones del PSOE nunca les ha gustado Pedro Sánchez, le consideran un político con poca "chicha".
 
Espero que los ajustes que haga el PP, los haga con sentido de Estado, de beneficiar a los españoles y no como revancha al PSOE aunque este se lo merezca.

Si es quitando sólo lo del PNV desde aquí les aplaudo.
 
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