Faltas de respeto de Letizia y Leonor a la Reina Sofia - Malas relaciones entre Letizia y Sofia.

La tonta de la Barneda mejor que no escupa,no vaya a ser que le caiga encima.Fíjate tú eh... va a hablar ella de hablares,ella que es incapaz de pronunciar dos oraciones sin trabarse o modificar palabras inconscientemente.Esta tuvo un amago de llevar a cabo una carrera medio seria haciendo coloquios de política pero como es tan mala periodista ahí la tenéis,de secundona en Gran Hermano porque no da para más,enrollada con una concursante y haciendo el circo con ella constantemente.Supongo que apoyará a la Leti porque se vera representada en su naturalidad y espontaneidad,no son nada sobreactuadas las dos,qué va!!!
 
Si es verdad que a JC le mintieron ayer diciéndole que Letizia no estaba en la visita, ¿se lo habrá contado Elena? ¿Cómo le habrá sentado la visita de las niñas al "abuelito"?
 
Exigente oficio????? que C.....! tienen todos! Que le vayan a preguntar a un minero, por ejemplo, que es un EXIGENTE OFICIO. Prensa manipuladora de M!

Fíjate qué oficio tan exigente: se les exige sonreir, no mearse ni cagarse mientras andan, mover la manita y parir varios retoños. Ah! Y no escupir ni pegar a la gente, especialmente si es familia, mientras haya gente delante. Uf! Solo unos cuantos elegidos serían capaces :meh::meh::meh:
 
Pues yo no estoy de acuerdo. Lo siento.

Para mi, las acciones de los demás hay que respetarlas siempre, aún cuando agredan mis principios. No hay condiciones en eso. Claro está que si me vas a hacer daño físico o una maldad, evidentemente, no puedo permitirme respetar tu acción. Me defenderé. Pero en general, mi libertad termina donde empieza la tuya y mi respeto comienza en mi y necesariamente tiene que llegar a los demás.
El pasado de cada uno tiene importancia, claro es, porque forja tu recorrido vital, y es por eso que el pasado de Letizia es penoso de cara al puesto que ostenta, pero porque es una persona con carencias muy muy graves, no porque abortara o dejara de abortar, que repito, es cosa de ella y solo de ella.

Y respecto a la nena, no me casa mucho tu discurso con lo hablado anteriormente, pero te diré que yo fui una niña maravillosa y en este pais, gracias a Dios, a las niñas maravillosas y listas se nos dan oportunidades. Aunque evidentemente me he tenido que currar mi fututo. Leonor tendrá, con las cartas que la vida le ha dado (que son cuatro gochazos pal mus, la put* verdad) forjarse el suyo. Y como española espero que lo consiga.


Lo mejor de la democracia es espetar la opinion de otros. Yo respeto la tuya aunque no la comparta.
 
Mi padre se ponía malo cuando salían en la tele. Y yo, por lo mismo les cogí un asco que no veas, que es ver al hermano de la reina y ponerme mala.

Constantino cuando huyó de Grecia salió con lo puesto, tanto que les llevaron ropa a un hotel de Roma. Se instalaron en Londres donde después de hacer la carrera de Historia se dedicó a dar clases en la Universidad.
En ese tiempo los mantuvo la familia, pero nunca han tenido ningún lujo, vivían en un piso.
 
POR FIN! Un titular (y digo titular, que no articulo) que se ajusta a la realidad, porque realmente, quien se merece algo asi????? El articulo, en fin...:vomit::vomit::vomit::vomit::vomit:


  • Letizia, la reina que no nos merecemos


    Causa tanta perplejidad como vergüenza la campaña tan barriobajera que se ha desatado contra la Reina por un incidente tan bobo como el de la no foto tras la Misa de Palma. Doña Letizia podrá gustar más o menos;caer más simpática o antipática; merecer más o menos elogios desde que forma parte de la Familia Real. Pero las diatribas furibundas que está recibiendo por una nadería tan insustancial dice muy poco de los españoles como sociedad moderna y democrática. Entre la clase política, quien mejor ha reaccionado ante tamaña zapatiesta ha sido, cómo son las cosas, alguien tan poco sospechoso de ser monárquico como Pablo Iglesias. Enfrente, los muy defensores del sistema dirigentes del Partido Popular, que en su mayoría han optado por la callada, como si el silencio ante la dimensión que ha adquirido este esperpento -mediático- no contribuyera a agigantar el daño a la imagen de la primera institución del Estado.


    No puede ser que los mismos ciudadanos que, según las encuestas, valoran tan positivamente el reinado de Felipe VI y su papel y el de su familia, de pronto por un rifi rafe de pitiminí entre la Reina y la Emérita se declaren a favor de enviar a Doña Letizia a Guantánamo, bajo cadena perpetua revisable.


    Pero, claro, en esta época de la posverdad, de lo viral, de las fake news y del juicio perdido irremediablemente, resulta que pesa mucho más que la soberana se equivocara -o no- con un mal gesto hacia su suegra en un momento inoportuno, que el hecho, por ejemplo, de haber sido una de las artífices del Mensaje a la Nación que Felipe VI pronunció en octubre ante la deriva del desafío independentista en Cataluña, y que tantos elogios ha reportado al Monarca.


    Sobre el hecho de marras, que no debiera merecer tanta atención ni tanta especulación malsana, se podrían abrir sin embargo nuevas vías de interpretación. Y, desde luego, una de ellas sería la de situar la carga de la responsabilidad en quien la tuvo, al menos en el origen, que no fue otra que la hoy tan querida Doña Sofía. La Emérita, una vez más, volvió a actuar como una abuelaza; pero desde luego lo que no hizo el pasado domingo en Palma fue comportarse como una reina. Porque la secuencia de los hechos demuestra a las claras que su capricho de hacerse la fotito con sus nietas era inoportuno y rompía el protocolo, que obligaba a los miembros de la Familia Real a salir del templo con mayor ritmo, orden y concierto, para ya en el exterior poder ser todos retratrados como Dios manda por los fotógrafos que allí había. Que a Letizia le pudieron los nervios, su carácter hipercontrolador y vaya usted a saber su irritación por lo que fuera..., de acuerdo, se acepta. Y no estuvo bien. Fue una nadería, pero lo simbólico tiene importancia en la Corona y convendría que no se repitiera. Pero la metepatas fue Doña Sofía. Y eso no lo afea nadie. Si lo que queremos es una familia burguesa cualquiera, en la que la abuela actúe como una octogenaria más, y no una Familia Real, en cuyas apariciones públicas debe regir algo de pompa y de majestad, mejor declaremos la República y que nos representen en la Presidencia el matrimonio Aznar o Belén Esteban y su "Migue".


    Se ha abierto la caja de Pandora y ahora todo son arremetidas contra Letizia por su mal carácter, por sus modales plebeyos... Se la podrá acusar de muchas cosas. Y, de hecho, no faltan voces estos días que se mesan las barbas acusándola de estar a punto de derribar la Monarquía. Pero la realidad es que, mientras se tumbe o no, Doña Letizia si algo ha hecho ha sido apuntalarla. Que aquí sufrimos todos una desmemoria que da gusto.

    Cuando Felipe VI subió al Trono en junio de 2014, la Corona como institución estaba más que de capa caída. Llevaba años suspendiendo en todas las encuestas -la mayoría, no publicadas- y los republicanos se frotaban las manos. ¿Es que es preciso volver a recordar qué había pasado en la institución en los últimos tiempos? Tendrá culpa Doña Letizia de que su cuñada, la Infanta Cristina se hubiera sentado en el banquillo; de que su cuñado político, Iñaki Urdangarin, esté condenado por corrupción a varios años de cárcel y a punto de ingresar en prisión; de que su cuñada, la Infanta Elena, se hubiera divorciado tras protagonizar un final de relación muy tormentosa en el que demostró muy poca humanidad hacia alguien que había sufrido un ictus paralizante; de que su sobrino Froilán no deje de comportarse como un chulángano cualquiera y protagonice un escándalo tras otro, incluidos disparos al pie; de que su suegro, Rey nada menos, apareciera cada día en los papeles por asuntos tan feos como el de tener a su novieta Corinna viviendo en unas instalaciones a escasos metros de su mujer oficial...

    No es fácil reinar en un país como España, donde al menos uno de cada ocho ciudadanos no quiere ser español;y donde, tras 40 años de democracia, seguimos a vueltas con eternos debates identitarios y sin una bandera que se pueda exhibir a gusto de todos. Pero mucho más complicado es aún reinar cuando los propios miembros de la dinastía reinante han tenido comportamientos tan inadecuados que han puesto a la institución en la picota.

    De nada de lo dicho tienen culpa alguna Don Felipe ni su mujer, Doña Letizia. Ah, pero, claro, ella es culpable de haberle arruinado una foto a su suegra y de no tener el carácter risueño de Máxima de Holanda. Qué cosas.
    ¿A alguien puede extrañarle que con todo lo que ha llovido en Zarzuela en la última década y con todo lo que esté pasando en España últimamente, Letizia, por el bien de la institución y por el futuro de sus hijas, se haya refugiado en una coraza hiperprofesional de su rol, e intente refrenar al máximo sus emociones?

    Tiempo habrá para caer mejor, para relajarse un poco..., si es que España sigue existiendo... Ya decíamos que somos desmemoriados. Tampoco Doña Sofía era tan querida como ahora se dice cuando era mucho más joven. En la Transición, la mitad al menos de los españoles identificaba la Corona con el franquismo, y no sentía mucho aprecio que digamos por "la griega". Pues no tuvo que esperar tiempo Doña Sofía para que se empezara a valorar su labor y su servicio a España. Y, en el camino, siempre las críticas malintencionadas y los bulos engordados... Que si no se ha esforzado por aprender el castellano después de tantos años, que si no pasaba en nuestro país más que días sueltos, porque se iba a Londres medio año a casa de su hermano Constantino...

    No, no ha sido siempre tan querida la hoy Emérita como ahora se pretende... Nunca en la Historia lo han tenido fácil las esposas de nuestros reyes para meterse a los españoles en el bolsillo.

    Y, en todo caso, por más que se merezca Doña Sofía el respeto bien ganado que tiene hoy en día, ni su perfil ni su modelo servirían para estos tiempos. Para empezar, los españoles no aceptarían tener hoy como Reina a una mujer joven como Letizia que soportara vivir en un matrimonio de ficción y para la galería, haciendo ella y el Rey vidas separadas.

    Doña Sofía lleva varios años ejerciendo mucho más de madre y abuela que de reina. Y se le perdona que haya actuado ante el escándalo Nóos como lo ha hecho, porque su tiempo histórico ya es otro, y eso le ha permitido mantener un vínculo bien ostentoso con la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, que a Don Felipe y Doña Letizia no se les hubiera perdonado. Entonces, mejor no establezcamos comparaciones odiosas ni mezclemos churras con merinas.

    Sea más o menos difícil su carácter, la Reina no ha cometido aún ningún tropiezo de verdad. Y está encarnando una institución tan difícil con mucha más dignidad y profesionalidad que muchos de los que nacieron ya con la sangre azul. Le falta mucha proyección, mucha agenda institucional y mucho peso internacional, cuestiones de las que no se le pueden culpar a ella, sino a los responsables de la institución, empezando por su marido, el Rey, y al Gobierno, que en última instancia marca la actividad de la Corona.

    Pero, en el espacio que le dejan, Doña Letizia lo está haciendo bien. Y su papel en apoyo de Don Felipe es fundamental. No vale decir que qué bien lo está haciendo el Rey, y no reconocerle a ella parte sustancial del mérito. Empezando por una cuestión tan importante hoy en día como la oratoria. Qué poco se acuerdan algunos de cómo hablaba en público Don Felipe. ¿Qué diríamos hoy de un Rey que se expresara ante los medios y los auditorios con tanto balbuceo, con tan poca convicción, con tan poca presencia escénica?

    Gracias a Doña Letizia, el Rey de España es en la actualidad, entre todos los monarcas europeos, no sólo uno de los más preparados, sino también uno de los que más aplomo y seguridad ofrece en sus intervenciones. Y sus discursos no son sólo contundentes en cuestión de imagen. Están cargados de enorme contenido. Ytambién ahí la Reina juega un papel clave, en la sombra, silencioso, entre bambalinas, como le corresponde.

    Pero, en fin, echemos en la hoguera a Doña Letizia. Porque lo importante es que su rictus no se relaja. Los españoles sólo nos merecemos que nos hubiera tocado una Mette Marit.

    http://www.elmundo.es/blogs/elmundo...08/letizia-la-reina-que-no-nos-merecemos.html



Ésto de seguro que lo ha escribido ella con seudónimo
 
Cuando salieron de Grecia la FR griega salió con lo puesto. Se encargaron de ayudarles las FR de Dinamarca y España.
Grecia les indenizo a los tres hermanos con una cantidad de dinero que no recuerdo ahora. Todo esto se puede ver con más detalle en internet.
Hace unos años Grecia les retiro el tratamiento y les permitió volver a Grecia.

Pero para cuando se les indemnizó llevaban tiempo viviendo en Londres y llevando vida de royals. Y eso ya se sabe quién lo pagó, que lo de salir con lo puesto es literalmente cierto, King Tino salió en pijama.
 
Después de mami ahora le toca a Leonor comportarse como Heidi con su abu, preparadle un escenario para que la nena, rectifique, que ya lo dijo JC: me he equivocado, no volverá a ocurrir, al final: "Teatro, la vida es puro teatro... " Si no fuera porque yo también les estoy subvencionando, me importarían una M toda esta gente
Lo siento pero me autocito, ya lo han hecho, jaja, a ver si tengo dotes adivinatorias y todo, me parto toa....Menos mal que había que operar a JC, que sino hubieran tenido que atropellarle para montar el paripé...
En estos momentos, las nenas tienen que tener un cacao mental del tamaño del ego de su mami....
 

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