Juicio al 'procés' - Referéndum en Cataluña — El conflicto catalán

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A esta España le revientan las costuras


Lo que Cifuentes ha hecho no es otra cosa que aplicar el protocolo habitual en el PP. Negar hasta las más palmarias evidencias y lanzar acusaciones como maniobra de disuasión

La gestión del Procés ha sido una chapuza de dimensiones cósmicas. Y por más que voces sensatas les avisaron, persisten acrecentando el ridículo. Comparte en muchos puntos el esquema habitual de esa red

El alivio de la sensación de impotencia que nos invade no debe enmascarar la realidad. Nos hallamos ante un ejercicio absolutista del poder al que se le han reventado varias costuras y que suele saldarse con la impunidad

Rosa María Artal
06/04/2018 - 21:03h
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Cristina Cifuentes en la Asamblea el miércoles

Nuestro ánimo, el de los ciudadanos decentes, va estos días como un acordeón. Y no porque seamos emocionalmente inestables. De repente, el sistema que venía avisando de graves desajustes, se ha abierto en canal por varios frentes esenciales. Lo ocurrido va más allá, con ser mucho, del máster de Cifuentes o del ridículo internacional en la persecución del Procés catalán. La mugre que ha quedado al aire intoxica.

Todo lo aflorado en este par de semanas trepidantes nos ha situado ante una realidad insoportable que sin embargo se ha sedimentado. La cultura de la apariencia, el gusto por la farsa, la trampa y la mentira. El uso particular de lo público. La cadena de favores y temores clientelares. La amenaza como defensa. La existencia de una tupida red. Lo que Cifuentes ha hecho no es otra cosa que aplicar el protocolo habitual en el PP, con Rajoy de máximo oficiante. Negar hasta las más palmarias evidencias y lanzar acusaciones como maniobra de disuasión. Sembrar la duda por ver si todavía quedan votantes que crean en los cuentos de hadas. Que los hay. Y ahí permanecen aunque las letrinas desbordadas les lleguen a la boca. El modus operandi se aplica con eficiencia en toda eventualidad.

El caso Cifuentes es paradigmático. Durante unos días, desde el 21 de Marzo, fuimos leyendo en eldiarioes un cúmulo de informaciones de estrepitoso escándalo que partían de una bomba para las personas decentes, para los miles de ciudadanos que se esfuerzan en cumplir la legalidad: Cristina Cifuentes obtuvo su título de máster en una universidad pública con notas falsificadas.

Sigue una primera comparecencia exculpatoria de la Rey Juan Carlos. Los vínculos y puestos obtenidos por participantes en el caso. El instituto que opera con fondos públicos y lucro privado dentro de la universidad. Los trasiegos de la amiga cambiando notas con una habilidad mágica. Las presiones buscando coartadas. Las firmas falsas en el tribunal. Las continuas mentiras de Cifuentes.

La comparecencia de toda una presidenta de la Comunidad de Madrid en la Asamblea que le pide cuentas helaba la sangre. Empecinada en la negación, con tono alto y chirriante, plena de arrogancia, esparciendo basura y amenazas, querellas con petición de cárcel a los periodistas Ignacio Escolar y Raquel Ejerique por informar. Sonriendo, despreciando, y dando muestras de la certeza de sus apoyos. Es evidente que no ha actuado sola. Ninguno de ellos lo hace. Y que no está sola aún. Hasta este momento al menos. Ya llegará el "esa persona de la que usted me habla" y, con suerte, una buena colocación en el organigrama.

Argumentan los portavoces de Podemos y el PSOE, regurgita a Cifuentes el del PP, y llega Ignacio Aguado de Ciudadanos y anuncia: “Hablaré con PSOE y Podemos para que esta misma tarde… Pongamos en marcha una comisión de investigación”. ¡Una comisión de investigación! La sensación de impotencia, de tristeza, invadió a muchos ciudadanos. Se convirtió en tema de conversación hasta con desconocidos. Y ahí se mantienen: Ciudadanos no ha cambiado su negativa a secundar la moción de censura que ha presentado el PSOE y apoya Podemos.

No hay acta, no hay constancia de la presentación del trabajo. El director del presunto máster echa la culpa al Rector. Porque reconoce haber “reconstruido una hipotética acta”. De la nada, con firmas falsas, ante las informaciones de eldiario.es. En tres horas para tapar el chanchullo. Se consensuó la fecha a alegar y hasta la ropa que supuestamente usó Cifuentes. Entramos en terreno delictivo. La Universidad ha llevado el caso a la Fiscalía. Es insultante que siga estando en el cargo y que la apoye su partido –todavía- y Ciudadanos.

El problema es cuántos títulos más están falsificados. El de Javier Maroto, vicesecretario del PP, tampoco era cierto aunque figuraba en la web de su partido. Lo dijo él. Y lo que implica. Buscar el título y no el conocimiento casi es lo de menos, si pensamos en que esta gente tiene a su cargo desde la sanidad y la educación a todas las cuentas públicas, con ese talante. No debemos olvidarlo. Es origen y consecuencia.

Y siguen los fiascos, ya con gran proyección internacional. La gestión del Procés ha sido una chapuza de dimensiones cósmicas. Y por más que voces sensatas les avisaron, persisten acrecentando el ridículo. De alguna manera, comparte en muchos puntos el esquema habitual de esa red, y añade alguno más de extrema gravedad.

En lugar de buscar cauces a sentimientos que no nacieron ayer, ni mucho menos con Puigdemont, se ha buscado la máxima confrontación por intereses políticos destinados a lograr réditos electorales. Se ha usado la fuerza. Se ha exacerbado al máximo la manipulación de instintos primarios en una parte de la sociedad muy proclive a ello. La bandera del “a por ellos” cubrió muchos huecos existenciales en atávicas necesidades de pertenencia. Más simbólica que con contenidos, más en la vuelta a una idea ultraconservadora de España. Una estrategia en la que ha participado Ciudadanos con tanto o más ahínco que el PP. Y con mayor beneficio.

Y como colofón y por encima de todo, el papel de la justicia española con arriesgadas atribuciones de delitos que ha tumbado la europea.

La Audiencia de Schleswig -Holstein, el land alemán donde se detuvo a Carles Puigdemont, le ha puesto en libertad y rechaza que exista delito de rebelión en su caso. Por lo que, en una eventual extradición a España, no podría ser juzgado ya por este supuesto. Sí contempla la malversación de fondos públicos, negada por Montoro. “Unos mismos hechos no pueden ser delictivos en un país y no en otro dentro del ámbito de la Unión Europea”, dice su abogado Gonzalo Boye. Pero España está entrando en la tentación de enquistarse en el error. Anuncian que Lamela anda pensando en recurrir al Tribunal de la UE.

Tengamos en cuenta que la justicia belga ha dejado en libertad sin fianza a los exconsejeros Toni Comín, Lluis Puig y Meritxell Serret. Y ha abierto diligencias por el geolocalizador que Interior puso en el coche de Puigdemont. Y que se decidió actuar en Alemania y no en Finlandia, Suecia o Noruega, a ver si les iba mejor. Estos atajos españoles tan toscos. Que Escocia ha amparado a Clara Ponsatí. Y que el Ministro de Justicia suizo, según VilaWeb, habría dicho: " Falciani no será moneda de cambio por Rovira". El Ministerio del Interior, en otra jugada errática, reactivó este jueves una vieja o rden de detención contra Hervé Falciani reclamado por Suiza y sus bancos, que ha venido colaborando con el Gobierno en la persecución del fraude fiscal.

ABC, con una portada en la que osa acusar a la justicia europea de “dar aire al golpismo”, incluye declaraciones de asociaciones de magistrados. Muy ofendidos, reivindican el derecho a tener una justicia "a la española", diferente a la universal. Uno de ellos dice que «No cumplir una euroorden implica no reconocer la soberanía de un Estado». La soberanía ha de ajustarse a derecho. En los medios, la gradación de insultos, ha llegado a su cenit con el inefable Losantos que incluso ha sugerido atentados. La policía alemana ha dicho haber tomado nota.

La tesitura es seria. Queda fuera de toda lógica juzgar por rebelión a cargos de inferior rango al President pero el entramado que rige en España ha demostrado que es capaz de esas cabriolas. Esperemos que no le caiga toda la culpa al ex Mayor Trapero de los Mossos al que acusan hasta de organización criminal. La cordura que ahora sería necesaria no parece que esté ni se la espere.

No pueden disimular las felonías hasta ese punto. Pero reflexionemos si no será éste nuestro único consuelo porque el desastre que se ha adueñado de nuestro país suele saldarse con cierta impunidad. La red teje su tela como las arañas. Habría que emplearse a fondo para seguir la estela del impulso de justicia que sí se ha producido.

Lo cierto es que nos hallamos en una lucha abismalmente desigual.
 
Eso es falso. Los catalanes no tenían vetado el comercio con América, lo que pasa es que no les interesó participar en el sistema de flotas y galeones, pero los mercaderes y comerciantes, tanto de los reinos de Castilla y Aragón como extranjeros comerciaban sin ningún impedimento en el puerto de Sevilla y después en el de Cádiz. No confundas el monopolio de puertos con el veto a comerciar. Lee los trabajos de investigación de Carlos Martínez Shaw al respecto.
NO

sencilamente NO,

hay documentos directos del siglo XVIII que indican lo contrario, por suyerte los inglees tiene la maldita costrum,bre de guardar en archivos toda la documentación parlamentaria. TODA.,

Así que no. Hay documentos directos del siglo XVIII accesibles que invalidan toda las "revisiones" posteriores.

No necesito leer a Martinez Show, he aprendido hace mucho que en historia de España lo mejor es ir directamente a las fuentes inglesas o francesas de la época y pasar olimpicamente de historiadores del país (incluyendo catalanes), que han "revisado" tantas veces la historia que parece una broma de mal gusto, .

Como he dicho me quedo con las fuentes primarias. Y no, no comerciaban lso extranjeros s de hecho una de las clausulas del tratado de Ultrecht fue precisamente que los ingleses pudieran comerciar con América. Los barcos habían de ser castellano, otra cosa es el personal del barco pero el barco habia de ser castellano. No se si entiendes, los catalanes podian trabajar en dichos barcos pero dichos barcos eran CASTELLANOS, es decir los catalanes podian trabajar en barcos castellanos pero de ninguna manera comerciar ellos con America, ni los catalanes ni los extranjeros, ni el resto de la corona de aragón. .

En este libro está todo sobre el tema, es original del siglo XVIII, editado en el siglo XVIII y recoge las cartas de los ministros ingleses a la Reina y la discusión en la camara de los comunes con respecto al problema catalán así como la opinión de lord Bolingbroke y la compañia de ministros ingleses diciendole a la rena Anna que no entendia porque los catalanes querian los conservar los prvilegios de la bolsa y la espada pudiendo tener los castellanos de comerciar con las Americas, hay también largas discusiones. Por suerte en todo lo relacionado con esta época hay fuentes primarias directas que se pueden estudiar pasando de interpretaciones a posteriori.

https://play.google.com/store/books/details?id=mo9IAQAAMAAJ&rdid=book-mo9IAQAAMAAJ&rdot=1
 
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Archivo de Indias (ahí sí que hay fuentes primarias), porque resulta que aquí también se tiene la "maldita" costumbre de guardar muchísima documentación. La concerniente a los virreinatos y al comercio está en el Archivo de Indias en Sevilla. Y respecto a lo que dices del Tratado de Utrech, los ingleses solo podían mandar una vez al año un navío de permiso de 500 toneladas.

[...Estos mercaderes de fines del XVll nos permiten introducirnos en otro terreno: el terreno de los hechos. En efecto, si los argumentos del derecho pueden ser objeto de controversia, en razón de la complicada casuística propia del Antiguo Régimen, no puede rebatirse por el contrario una realidad bien documentada: los catalanes estuvieron siempre presentes en los barcos de la Carrera de lndias como pasajeros, como tripulantes o como sobrecargos al cuidado de sus propias mercancías. En efecto, si nos atenemos solamente al paso a las tierras recién descubiertas, los fondos documentales sevillanos nos revelan la temprana travesía del comerciante Gabriel Forn, "mercader tratante" de Ulldecona, que se embarca con destino a América en el año 1510. Su ejemplo fue seguido por otros muchos compatriotas y por otros naturales de la Corona de Aragón: así sabemos que entre 1509 y 1534 el número total de éstos se elevó a la cifra de 121, contando a aragoneses (46), valencianos (26), mallorquines (11) y catalanes (38). Número exiguo en relación a los 2.245 andaluces embarcados entre las mismas fechas, pero superior a los 48 naturales del reino de Murcia y a los 23 de Navarra.

Del mismo modo, la marina catalana se coloca muy pronto al servicio de la nueva ruta transoceánica. Así, y aunque no se haya elaborado todavía un inventario completo de las naves del Principado que emprendieron la travesía al Nuevo Mundo con anterioridad al siglo XVIII, son frecuentes las referencias a expediciones marítimas en barcos cuya fábrica, dueño y maestre son indudablemente catalanes. Entre las primeras de que tenemos noticias podemos mencionar la travesía de la nave del maestre Cristofol Besós, en 1513 ó 1514, o la del Sancti Spiritu del maestre Cosme Esteve (o Esteban) en 1519. En el momento de las medidas liberalizadoras de Carlos V, en torno a 1525, al menos otros tres barcos servían la ruta de Indias: el San Jerónimo del maestre Miquel Ferrer, la Santa María de la Concepción del maestre Jaume Soler y la Santa María de la Antigua del maestre Lluís Rupit, propiedad al parecer, primero de Ginés de Carrión y del mercader Jaume Trías, y más tarde del citado maestre y del comerciante Jaume Planes. Por último, convendría hablar de los comerciantes catalanes entregados a la explotación de las oportunidades de la ruta americana. Antes de la raya señalada por las disposiciones de 1524-1526, sabemos ya de varios mercaderes que comercian abiertamente y sin trabas con América. Así, Damia Morell (que está establecido en Sevilla al menos desde 1508) mantiene tratos con Santo Domingo, mientras Joan de la Font (miembro de una familia de "mercaderes catalanes ennoblecidos" con implantación en Cádiz, Jerez de la Frontera y las Canarias) recibe remesas de América al menos desde 1521.

Pasajeros, marinos, comerciantes catalanes en los años posteriores al descubrimientos en relación directa con la Carrera de Indias. Es un dato irrebatible, pero que no constituye un argumento definitivo, sino en la medida en que la presencia de los naturales del Principado no fue debida a una concesión especial que les dispensase de la consideración de extranjería. En este caso, las pruebas han de ser por omisión, por la falta de documentos que acrediten trato desigual, prácticas discriminatorias, requisitos diferentes. Ahora bien, si, como hemos visto, Solórzano negaba haber advertido actitudes de este tipo frente a los aragoneses, el examen de las cartas de naturaleza otorgadas a los extranjeros para el comercio con las Indias demuestran la inexistencia de cualquier clase de expediente relativo a los súbditos de la Corona de Aragón en general y a los catalanes en particular. Así nos encontramos con naturalezas concedidas a irlandeses, flamencos, portugueses, genoveses, franceses, holandeses, corsos, florentinos, sicilianos, milaneses, ingleses, alemanes, raguseos, venecianos, liorneses y griegos, pero no tenemos el menor indicio de que estos documentos hayan sido necesarios nunca a los comerciantes del Principado dedicados al comercio con América. Los mercaderes catalanes figuran en la Carrera de Indias desde fecha temprana. Sin embargo, han de efectuar sus tratos necesariamente desde Sevilla o la había de Cádiz. Por ello F. Soldevila ha podido dedicar unas palabras apasionadas a la marginación de Barcelona del libre comercio con las Indias:
"Pero la més trista de totes les exclusions que la política dels Reis Catolics va perpetuar i la més funesta per a Catalunya I també per a Espanya fou la que va impossibilitar de relacionarse i comerciar directament amb el Nou Món els pobles peninsular més ben dotats per a les empreses marítimes i mercantils, els que ja tenien una tradició i una experiencia, els que podrien haver bastit un imperi comercial com I'havia bastit Catalunya a I'Edat Mitjana".

El monopolio sevillano se nos aparece así, una vez descartada la exclusión legal, como un obstáculo no menos importante al desarrollo del tráfico de Cataluña con América. Ahora bien, conviene matizar el alcance de este hecho, por otra parte innegable. En primer lugar, hay que señalar que el monopolio no fue un privilegio de Castilla frente a la Corona de Aragón, sino de un puerto de la península, Sevilla, elegido por sus condiciones geográficas y sustituido más adelante por el de Cádiz por los mismos motivos, dentro de una óptica mercantilista que defendía el privilegio, la exclusiva y el control como valores económicos incuestionables. En este sentido, nos siguen pareciendo válidas las palabras de A. Rumeu de Armas: "Porque no hay que confundir la centralización económica, fruto de las doctrinas y las ideas (equivocadas si se quiere) de la época con la exclusión económica y comercial de Aragón como pretenden algunos historiadores interesados en ello, que hacen subsistir dicha exclusión hasta el decreto del Rey Carlos III 1778 que abrió los puertos peninsulares al tráfico y comercio con América. Porque en ese caso habría que hablar de una exclusión gallega, o vasca, o castellana (de la Castilla por antonomasia) o extremeña, y sí sólo apuntar a Sevilla y a la baja Andalucía el beneficio económico de los nuevos territorios."

En segundo lugar, Barcelona aparecía a fines del siglo XV, en el momento del descubrimiento, como una ciudad apagada, en pleno retroceso demográfico y económico, en frente de una Sevilla en plena expansión humana y comercial. La decadencia de Cataluña precedió al auge del tráfico atlántico y no fue en absoluto una consecuencia de la marginación del Principado respecto del comercio americano. En tercer lugar, no se puede presentar el comercio colonial como una insustituible plataforma de desarrollo económico. Al contrario, la actividad mercantil necesita de unas sólidas bases, de unas vigorosas raíces hundidas en la producción para poder perdurar. Así, como es bien sabido, la propia Sevilla entró en el siglo XVII, después de cien años de comercio colonial, en un proceso de decadencia del que nunca llegaría a recuperarse, mientras que, por su parte, como ya señalara P. Vilar, la Cataluña del siglo XVI careció de los capitales y de las fuerzas necesarias para aprovechar la oportunidad del Atlántico: "Renoncons donc a I'image d'une Catalogne étouffée par le centralisme royal, castillan, et I'exclusive coloniale au XVle siecle. Ce n'est pas juridiquement, systématiquement, qu'a été affaiblie son activité. Mais pour tourner les interdictions, pousser les avantages, briser les concurrences, capter les faveurs, elle a manqué de capitaux et de forces, dont regorgeaient la Castille, la Flandre, I'Allemagne, gene.''

Ahora bien, si la implantación del monopolio sevillano supuso un poderoso obstáculo para las desmedradas energías de la economía catalana, ello no significó, como hemos probado, la ausencia del comercio del Principado en la Carrera de Indias. Respetando la exclusiva del puerto andaluz, los mercaderes catalanes se instalaron en Andalucía y mantuvieron tratos con América. Así, E. Otte nos ha ofrecido una bien elaborada panorámica de las actividades desarrolladas durante la primera mitad del siglo XVI por la colonia catalana de Sevilla, que estuvo presidida por la figura de Galcerán Desclergue, "vecino estante" y verdadero cónsul oficioso del Principado en la capital andaluza. Del mismo modo, conocemos también, gracias a un trabajo de H. Kellenbenz, a los componentes del núcleo mercantil catalán de Cádiz en 1535, que incluía a Damia Morell (antes instalado en Sevilla), Jaume López, Lluís Castellón, Joan Adal y Lluís Esclergue (o quizás Desclergue, tal vez un familiar del mercader establecido en la ciudad hispalense). Sin embargo, los siglos XVI y XVll no fueron de una intensa actividad ultramarina para el comercio catalán. Esto piensan H. y P. Chaunu, que, al anotar una travesía de la nave Santa Maria de la Antigua en 1526, expresan así su opinión sobre el tema: "Un exemple, assez rare pour etre signalé, de la participation catalane a la Carrera. Rare, parce que sans doute, comme on I'a souvent dit, Barcelone déja en décadence n'a pas, du fait de cette décadence meme, joué un role dans la grande aventure américaine. II faut noter toutefois que, d'apres les archives notariales de Séville, la participation catalane autour de ce premier quart du XVl siecle -cele des marchands surtout- semble plus grande qu'elle ne le sera plus tard". Del mismo modo, E. Giralt, que estudió el comercio marítimo de Barcelona entre 1630 y 1665, puede pronunciarse en términos semejantes: "De todas formas, un hecho claro y terminante se deduce de los documentos de la época y es la escasa participación catalana en este comercio. Ni por el volumen de tráfico, ni por la cuantía de los capitales empleados, ni por el número de personas a él dedicado ocupa este comercio el lugar preferente que por su importancia económica podría merecer."

Este estado de cosas va a alterarse profundamente en el siglo XVlll y aun desde las postrimerías del XVII. Amparado en el crecimiento general de su economía, el comercio catalán va a incrementar de modo acelerado su presencia en las rutas atlánticas. Los mercaderes del Principado procederán primero a la conquista de posiciones sólidas en la plaza de Cádiz para más tarde obtener una serie de innegables privilegios todavía en el marco del monopolio andaluz y finalmente conseguir la ruptura del régimen implantado en 1503 y la habilitación de Barcelona como uno de los puertos autorizados para el ejercicio del libre comercio con América en 1778. Las primeras etapas de este proceso incluyen la instalación masiva de comerciantes catalanes en la bahía de Cádiz, la inscripción de muchos de ellos en la Universidad de Cargadores a lndias (Tomás Prats, Felix Almera, Jaume Campins), la presencia de forma regular de naves catalanas en la Carrera y el envío a América de registros sueltos cargados en el puerto de Barcelona con géneros catalanes. Desde 1756, la Real Compañía de Barcelona es una empresa privilegiada financiada por la burguesía mercantil del Principado con el objetivo de dar salida a la producción catalana hacia los mercados ultramarino. Finalmente, los decretos de 1765 y 1778 significan ya la ruptura del monopolio andaluz y el comienzo de la participación directa de los distintos reinos de la Monarquía en el tráfico colonial. Desde la óptica de Cataluña, el decreto de 1778 se nos aparece así, no como la reparación de una injusticia secular o el instrumento que pone fin a tres siglos de discriminación, sino como la sanción administrativa de las exigencias económicas de los nuevos tiempos. La presión del desarrollo económico del Principado amplió primero las bases de sus relaciones mercantiles con el Nuevo Mundo, venciendo cualquier reticencia sobre la capacidad jurídica de sus mercaderes (solamente contrariada en tiempos de Isabel la Católica por documentos que dejaron un asomo de duda en tratadistas posteriores) y finalmente quebró el privilegio mercantilista de la Baja Andalucía, abriendo las puertas de América a la exportación directa de la producción catalana...]

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2937904.pdf
 
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Como ella ha tenido dinero para pagarle a su hija el internado suizo se ve que los demás le importan un reverendo rábano y a los de los colegios públicos (por quienes debería velar una mujer "tan solidaria") los quiere sin ni siquiera la oportunidad de aprender el idioma de su país.
Lo jorobado es que defendáis lo indefendible. Os parece bien que no se pueda estudiar en español como lengua vehicular en España? ¿Os parece bien que se destierre el español de las aulas? El que tenga dinero pagará (como lo hacen los falsos políticos mercenarios independentistas) colegios privados para sus hijos. Al resto (a los más pobres) se les restará un derecho.

Eso no es verdad: simplemente .
 
La de 34 es su hija biológica. La niña rusa que tiene adoptada ¿qué edad tendrá? ¿unos quince?
La adoptó en el 2000 y era una niña pequeña, no un bebé...tendrá entre 19 a 21, creo.
Es sólo está ya joven la que ha ido a famoso internado suizo.
A mi la Rahola viene a caerme como una indigestión, pero no necesito inventar capítulos de su biografía familiar. A parte soy muy pero que muy respetuosa con la gente que gasta su dinero en la educación de sus hijos, aunque sea la Pilar.
Por poco que yo hubiese podido también hubiera enviado a mis hijos unos cursos al extranjero.

Mi prima tiene cuatro hijo y sólo la cuarta ha ido a la Universidad. Y a todos los 8quiere : con uno gastó una fortuna en centros de desintoxicación, el mayor pasó un año en California, en casa de unos familiares, a la tercera, que quedó viuda joven con una hija pues lo que ha hecho falta. Quiero decir con este ejemplo que, usualmente, los padres damos a nuestros hijo lo mejor y eso " mejor" no tiene que ser lo mismo para todos ellos.
 
Descuida, que por esos motivos no moverán el culo jamás. El problema es Puigdemont, y no hay más que rascar. A-L-U-C-I-N-A-N-T-E.
Ayer en la mani de la plataforma #madrileños por el derecho a decidir#hacia el M.de Justicia no más 6 ultras empezaron a gritar viva España y algunos les contestaron.Cual de ellas?? Hay más de una.Debo decir que ahí la poli se comportó con mucha profesionalidad poniéndose delante de esos exaltados.Por la Gran Vía, gente que estaban en las aceras mirando, aplaudieron con el lema,¡¡¡Libertad a los presos políticos!!
 
Como ella ha tenido dinero para pagarle a su hija el internado suizo se ve que los demás le importan un reverendo rábano y a los de los colegios públicos (por quienes debería velar una mujer "tan solidaria") los quiere sin ni siquiera la oportunidad de aprender el idioma de su país.
Lo jorobado es que defendáis lo indefendible. Os parece bien que no se pueda estudiar en español como lengua vehicular en España? ¿Os parece bien que se destierre el español de las aulas? El que tenga dinero pagará (como lo hacen los falsos políticos mercenarios independentistas) colegios privados para sus hijos. Al resto (a los más pobres) se les restará un derecho.
Eso no es verdad: simplemente .
¿Qué no es verdad?
Es tan bochornoso lo que está pasando y tan hipócritas y miserables los personajes a los que defendéis que encima pretendéis tapar el sol con un dedo. No podéis creer ni vosotros mismos que sea verdad.
Pilar Rahola y demás patulea infecta de políticos mercenarios golpistas independentistas aplican la "Ley del embudo": Lo ancho para mí y lo estrecho para los demás.
Los hijos de los pobres serán los que sufran las consecuencias, como siempre pasa. Se les pretende negar algo básico, aprender la lengua de su país, que hablan millones de habitantes y aprenden en múltiples lugares del mundo.
Penoso.
 
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