Aunque haya sido doña Sofía la que le ha dado un tirón, eso no justifica el gesto de la niña. Si estuviera encantada con la abuela, querría estar pegada a ella, sobre todo porque la ve poquito. ¿Acaso Letizia no le ha dado empejones para colocarla y la ha agarrado en más de una ocasión de mala manera? Y la niña no ha rechazado el tosco brazo de su madre. Aún recuerdo a esta criatura pedirle perdón a su progenitora por achicharrarse viva con la sopa, que manda narices.