La tuitera Cassandra, condenada a 1 año de prisión por humillar a las víctimas

Parece mentira que una vez que la eta ha decidido dejar de matar a gente inocente ¡¡Al fin !! se este hablando más de ella que nunca,eso me hace preguntarme que razones ocultas hay detrás de esto.
La desproporción de un castigo por faltas elevándolas a penales, es desconcertante.Los derechos de los niños se vulneran desde sus colegios,desde el acoso escolar,cuando quien tiene que educarlos, (que no adoctrinarlos,miran para otro lado) la ped*filia que está ejerciendo el sacerdocio que tiene que dar ejemplo de fe cristiana y pervierten a niños inocentes,esto que es terrible por que arruinan la vida de esas criaturas,parece que no importa y nadie se rasga las vestiduras.Esa doble moral es dañina para una sociedad sana,que no está dispuesta a ser engañada,ni sacrificada`por dictadores de tres al cuarto.Hay muchas cosas en la vida que merece la pena luchar.Menos delincuentes de guante blanco,menos corruptelas,menos deseos de venganza,menos deseos de revanchas absurdas y mayor coniencia social,sea cual sea el estatus social de cada un@.
Parece que la ped*filia sólo se da en la iglesia católica, y que sólo los curas tienen que dar ejemplo. Un poco más sectaria y revientas.
 
No, los derechos no son absolutos, el derecho a la vida tampoco. Existe el derecho a la auto-defensa, la guerra justa, los ataques preventivos, el derecho al aborto, al su***dio asistido (y puede que en un futuro el Estado te suicide directamente cuando dejes de ser productiva para la sociedad y que a una "mayoría moral" le parezca una idea estupenda). Los derechos no son absolutos, ni sus límites son inamovibles o fijos en el tiempo. La libertad de expresión idem. La calumnia, las injurias y amenazas repetidas, la publicación de datos e imágenes privados, la suplantación de la personalidad, la publicidad engañosa, la protección de la infancia, de las mujeres y las personas vulnerables limitan lo que se puede decir / publicar.


Sancionar NO equivale a ENCARCELAR. La que quizás no entiendas el "concepto de derecho" eres tú. Existen los procedimientos civiles y los procedimientos penales, y dentro de los procedimientos penales existen los delitos graves y las faltas. Puede que no hayas entendido nada de lo que he dicho, pero es así.

Las palabras gruesas forman parte de la libertad de expresión en una democracia. Que puedas ir a la cárcel por aplicárselas a un político es lo que ocurre en los Estados totalitarios. Se llaman prisioneros políticos. En Cuba encarcelaron a un grafitero por llamar cerdo a Castro y gente como tu montasteis un pollo. Dicatadura! Libertad! bla bla bla. Pues resulta que aquí también te pueden mandar a la cárcel por llamar gilipollas al rey.


Ser una amargada no es motivo suficiente para que te metan dos años de cárcel (aunque no cumplas la pena, no es el tema). Nadie debería ser encarcelado en una democracia por hacer chistes o comentarios odiosos sobre este personaje o el otro o esta circunstancia o la otra. En este caso con hacer un unfollow es suficiente. Para mi está claro que la motivación principal de Cassandra era hacerse la graciosa (que lo haya conseguido o no es otra historia), no humillar a las victimas de ETA (que es por lo que le ha condenado el juez), eso en todo caso ha sido una consecuencia no deseada o buscada. Si las victimas de ETA se han sentido ofendidas por sus tuits, pedir perdón estaría en orden. Si no lo hace el juez siempre le puede pedir a Twitter que le suspenda la cuenta una temporada o se le puede mandar a hablar con Irene Villa, por ejemplo, para que le explique que se siente cuando te ponen un bombazo de esos que te hacen volar por los aires, o le puede imponer echar una mano en una asociación durante unos meses o que se yo, se me ocurren mil cosas. Como si no pide perdón, en su derecho está. Que pague una multa proporcional a sus ingresos y a correr.

Por supuesto que no estoy diciendo que mi opinión es la correcta. No hay opiniones correctas e incorrectas sino mas convincentes o menos convincentes. Yo soy de la opinión que el derecho a ofender forma parte de la libertad de expresión. No tienes por qué estar de acuerdo, ni lo pretendo, faltaría más. Simplemente tus argumento no me convencen, eso es todo.

Cero restricciones a la libertad de expresión. Si te ofende lo que pienso, ignórame.
Decir que en este país existe el derecho al su***dio asistido o que la autodefensa implica la muerte consigue que no me tome en serio tu post ni nada de lo que puedas escribir. Venga, buenas tardes.
 
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El juicio a Cassandra Vera, ¿despropósito o transfobia?
30 DE MARZO DE 2017


Por Violeta Assiego (@vissibles)



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Vista oral a Cassandra Vera / Foto: EFE

¿Quién humilló a quién? Esa es la pregunta que me surge tras ver algunas imágenes del juicio a Cassandra Vera y leer la sentencia que la condena a un año de prisión, siete de inhabilitación y a pagar las costas del juicio por considerarla culpable de un delito de humillación a las víctimas del terrorismo por 13 tuits publicados entre noviembre de 2013 y enero de 2016. Aunque para ser exactos deberíamos decir que le han considerado culpable a él, no a ella. Por cierto, mucha gente no sabía que Cassandra es una mujer trans hasta que en la vista del juicio se ha escuchado a D. Pedro Martínez Torrijos (el Fiscal) y a los tres magistrados dirigirse a ella como si fuera un varón y no como mujer.


Al margen de que se supiera o no que Cassandra es una chica transgénero, lo relevante es que ella no se identifica como varón y ni se nombra como tal ni desea ser reconocida con una identidad masculina. Partiendo de esto, la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional debería haberla tratado como mujer durante la vista oral máxime cuando el eje central de la discusión era la humillación, el menosprecio, el descrédito, la perdida de estima, los amores propios heridos, la actitud irrespetuosa y… la dignidad de las personas.

Al leer la sentencia -además de discrepar con la calificación penal de los hechos- compruebo como en hasta (al menos) medio centenar de veces la Sección 4ª de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional se dirige a Cassandra como el acusado, el declarante, el dicente, el detenido, el autor… Es necesario señalar que este es un documento público, al igual que lo ha sido la vista oral donde en ningún momento se tuvo la consideración de dirigirse a a Cassandra como mujer.

No sería disparatado pensar -teniendo en cuenta que no han pasado ni 25 años desde que se derogó completamente la Ley de Peligrosidad Social- que este tratamiento pudiera responder no solo a la falta de protocolos internos para estos casos o al desconocimiento de las buenas prácticas que se aconsejan para respetar los derechos de las personas trans, sino a algo más. A algunos periodistas y colegas les he escuchado decir que este tratamiento como varón a Cassandra podría haber sido una ‘forma sutil de machacarla’, y yo les reconozco que no lo veo tan sutil pues solo encuentro ofuscación al nombrarla reiteradamente como varón.

Creo que es necesaria alguna explicación, aclaración o disculpa por esta situación, a mi juicio, no aceptable. Es importante un gesto que permita enmarcar, si es que es posible, esa falta de tacto, máxime en estos tiempos donde desde un sector ultraconservador se viene haciendo una campaña feroz contra la comunidad trans con el famoso las niñas tienen vulva y los niños tiene pexx.

De lo contrario me surgirían muchas preguntas tras este proceso, este juicio y esta sentencia como por ejemplo que ¿quién buscaba desacreditar a quién si siendo mujer te nombran como varón?, o ¿quién menosprecia a quién si te juzgan sin reconocerte como eres?, o ¿quién resta valor y estima a quien si te obligan a responder bajo un nombre con el que no te identificas?, o ¿quién hiere el amor propio de quien cuando de forma pública y notoria te señalan como el hombre que no eres?. En definitiva, ¿quién menoscaba la dignidad de quién si en un juicio supuestamente justo te tratan de manera degradante?

Me uno a quienes consideran que la condena a Cassandra es un ataque a la libertad de expresión, pero añado que no solo por sus 13 tuits sino porque se le ha negado la posibilidad de defenderse bajo su verdadera identidad. ¿Quién ha humillado a quién? Para mi no ha quedado demostrado, máxime tras escuchar a la nieta de Carrero Blanco.

http://blogs.20minutos.es/1-de-cada-10/2017/03/30/condena-cassandra-vera/
 
JOAN OLLÉ

Carrero Blanco
"Yo nunca he deseado la muerte a nadie, pero si eso no hubiese ocurrido, hoy no estaríamos los tres aquí", nos dijo Juan Carlos a Ramoneda y a mí en 1999)

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Joan Clos, Joan Ollé, Sofía y Juan Carlos, junto a un futbolín en la exposición sobre los 75 años de la SER, en noviembre de 1999.



El presidente del Gobierno franquista, Luis Carrero Blanco, delante de Franco.

A finales de 1999, la Cadena SER me invitó a comisariar (la palabra tiene delito) una exposición en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona y luego en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para conmemorar sus primeros 75 años, y de paso darnos un garbeo por los últimos tres cuartos de siglo de nuestra memoria común. La exposición consistía en un itinerario por diversos ámbitos, como habitaciones de una casa o ángulos de un laberinto, cada uno de ellos dedicado a un género radiofónico: las retransmisiones deportivas de todas las épocas se oían desde las porterías de un inmenso futbolín en cuyas barras se alineaban jugadores con camisetas de todos los colores de la Liga; los informativos matinales, en el cuarto de baño donde recibimos las primeras malas noticias del día mientras nos lavamos la cara; los partes del equipo médico habitual de Franco, en una habitación de hospital con una cama vacía, deshecha y meada…

UN PEQUEÑO INSTANTE HISTÓRICO
El día de la inauguración, presidida por Juan Carlos I y Sofía, se nos propuso a Josep Ramoneda, director del Centre, y a mí acompañarles en su visita. Los cuatro abríamos la comitiva, y a una prudente distancia nos seguían Jesús Polanco, Jordi Pujol, Joan Clos y otras primeras o segundas autoridades locales. Además de algunas jugosas anécdotas acaecidas durante el recorrido, en un momento dado accedimos a un cubículo negro, en cuyo centro la escasa luz rojiza que emergía de un cráter abierto en mitad de la sala iluminaba los bajos de un coche oficial estampado contra el techo. El Rey, pillín, me preguntó dónde estábamos, y yo no tuve más remedio que responderle lo que él ya sabía: en la madrileña calle Claudio Coello, a las 9 y 27 de la mañana del 20 de diciembre de 1973. (Era Carrero ministro naval / y era su sueño volar y volar / hasta que un día ETA militar / hizo su sueño realidad / Y voló y voló y voló…) Juan Carlos dio una discretísima orden a su asistente para que nos dejase solos, nos rodeó con sus brazos a Ramoneda y a mí y sentenció a media voz: «Yo nunca he deseado la muerte a nadie, pero si esto no hubiese ocurrido, hoy no estaríamos los tres aquí». Josep y yo nos miramos, con ojos de búho, desde la profunda convicción de haber compartido un pequeño instante histórico.

AGONÍA EN LA JUSTICIA
Cassandra, estudiante de historia de 21 años, ha sido condenada por la Audiencia Nacional a un año de cárcel por enaltecimiento del terrorismo al haber bromeado por Twitter con el espectro del almirante e imposible sucesor del Caudillo. ¿Quién si no una futura historiadora podría invertir tiempo y humor en memoria de un ogro que nunca mereció recuerdo alguno? Yo tampoco deseo la muerte a nadie, pero mucho me temo que algunos aspectos de nuestra justicia están en fase de agonía.

No, si al final va a resultar que la CIA es santa LOL. Deja hacer el mal por un bien mayor: liberar al mundo de la opresión. Bueno, más que “dejar hacer”, echa una manita incluso.

El 11-S, misma historia, solo que en lugar de la ETA ya estaba la yihad.
 
Decir que en este país existe el derecho al su***dio asistido o que la autodefensa implica la muerte consigue que no me tome en serio tu post ni nada de lo que puedas escribir. Venga, buenas tardes.

Estaba hablando en términos generales, no de España. España no es el ombligo del mundo aunque a ti te lo parezca..

Ah, se me pasó la pena de muerte.

¿Ves? el derecho a la vida no es un derecho absoluto. La pena de muerte está vigente en muchos países, incluidas democracias tan avanzadas (o así consideradas) como USA e Israel. En España fue abolida tras la muerte de Franco.

¿Ves de nuevo? Los límites de los derechos no son inamovibles ni fijos en el tiempo. Son DEBATIBLES. Como el derecho a la autodeterminación, que ya no está circunscrito al ámbito colonial. Por eso se le acabará por reconocer el derecho a decidir a los catalanes, como han hecho los canadienses con los quebecois y los brits con los scots. Pero antes los españoles hemos de reformar la Constitución (II Transición). Estamos en ello.

Te recomiendo que te vayas des-obsesionando con España porque España no es una nación, sino una nación de naciones. Tiempo al tiempo.

Hala, a pasarlo bien.
 
Última edición por un moderador:
El juicio a Cassandra Vera, ¿despropósito o transfobia?
30 DE MARZO DE 2017


Por Violeta Assiego (@vissibles)



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Vista oral a Cassandra Vera / Foto: EFE

¿Quién humilló a quién? Esa es la pregunta que me surge tras ver algunas imágenes del juicio a Cassandra Vera y leer la sentencia que la condena a un año de prisión, siete de inhabilitación y a pagar las costas del juicio por considerarla culpable de un delito de humillación a las víctimas del terrorismo por 13 tuits publicados entre noviembre de 2013 y enero de 2016. Aunque para ser exactos deberíamos decir que le han considerado culpable a él, no a ella. Por cierto, mucha gente no sabía que Cassandra es una mujer trans hasta que en la vista del juicio se ha escuchado a D. Pedro Martínez Torrijos (el Fiscal) y a los tres magistrados dirigirse a ella como si fuera un varón y no como mujer.


Al margen de que se supiera o no que Cassandra es una chica transgénero, lo relevante es que ella no se identifica como varón y ni se nombra como tal ni desea ser reconocida con una identidad masculina. Partiendo de esto, la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional debería haberla tratado como mujer durante la vista oral máxime cuando el eje central de la discusión era la humillación, el menosprecio, el descrédito, la perdida de estima, los amores propios heridos, la actitud irrespetuosa y… la dignidad de las personas.

Al leer la sentencia -además de discrepar con la calificación penal de los hechos- compruebo como en hasta (al menos) medio centenar de veces la Sección 4ª de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional se dirige a Cassandra como el acusado, el declarante, el dicente, el detenido, el autor… Es necesario señalar que este es un documento público, al igual que lo ha sido la vista oral donde en ningún momento se tuvo la consideración de dirigirse a a Cassandra como mujer.

No sería disparatado pensar -teniendo en cuenta que no han pasado ni 25 años desde que se derogó completamente la Ley de Peligrosidad Social- que este tratamiento pudiera responder no solo a la falta de protocolos internos para estos casos o al desconocimiento de las buenas prácticas que se aconsejan para respetar los derechos de las personas trans, sino a algo más. A algunos periodistas y colegas les he escuchado decir que este tratamiento como varón a Cassandra podría haber sido una ‘forma sutil de machacarla’, y yo les reconozco que no lo veo tan sutil pues solo encuentro ofuscación al nombrarla reiteradamente como varón.

Creo que es necesaria alguna explicación, aclaración o disculpa por esta situación, a mi juicio, no aceptable. Es importante un gesto que permita enmarcar, si es que es posible, esa falta de tacto, máxime en estos tiempos donde desde un sector ultraconservador se viene haciendo una campaña feroz contra la comunidad trans con el famoso las niñas tienen vulva y los niños tiene pexx.

De lo contrario me surgirían muchas preguntas tras este proceso, este juicio y esta sentencia como por ejemplo que ¿quién buscaba desacreditar a quién si siendo mujer te nombran como varón?, o ¿quién menosprecia a quién si te juzgan sin reconocerte como eres?, o ¿quién resta valor y estima a quien si te obligan a responder bajo un nombre con el que no te identificas?, o ¿quién hiere el amor propio de quien cuando de forma pública y notoria te señalan como el hombre que no eres?. En definitiva, ¿quién menoscaba la dignidad de quién si en un juicio supuestamente justo te tratan de manera degradante?

Me uno a quienes consideran que la condena a Cassandra es un ataque a la libertad de expresión, pero añado que no solo por sus 13 tuits sino porque se le ha negado la posibilidad de defenderse bajo su verdadera identidad. ¿Quién ha humillado a quién? Para mi no ha quedado demostrado, máxime tras escuchar a la nieta de Carrero Blanco.

http://blogs.20minutos.es/1-de-cada-10/2017/03/30/condena-cassandra-vera/

Ni idea qué ocurrió en la sala así que no opino, pero la sentencia es un documento legal y si el DNI de la acusada pone que Cassandra es un hombre (s*x* masculino) y se llama casimiro nosequé pues asi quedará reflejado en la sentencia. Parece obvio. No veo donde esta la transfobia. Son ganas de sacar las cosas de quicio.
 
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