Entrevista en la radio sobre la tiara rota a nuestro ilustre forero y maestro joyero, Pablo Milstein

¡¡¡¡lastima!!! no esta rota, si mirais la primera foto de las que he puesto se ve la misma discontinuidad y eso es porque es desmontable la Flor de lis y se puede usar como broche

la diadema es desmontable y se puede lucir en distintos tamaños y configuraciones. Depende de la base sobre la que la montes -- puede ser de mayor o menor tamaño, más abierta o más cerrada. La base de la corona que lleva Letizia está partida / abierta en el centro, es evidente.
 
jeje ¿y qué iba a decir Ansorena? Pues que la diadema es así. De lo que se trata es de salvarles el trasero a la bruta de la peluquera real o a la bruta de la reina consorte que han forzado la pieza para ajustarla al "look" deseado y la han partido en el intento.

O se les ha caído al suelo o lo que sea, a saber, lo mismo venía con defecto de fábrica y el paso del tiempo ha hecho el resto. O puede que la haya montado Ansorena especialmente para la cena y lo hayan hecho mal, dejando ese punto estratégico sin cerrar/reforzar adecuadamente.

Nada que no pueda reparar un buen joyero, imagino. No soy experta en estos lides pero el que la corona tenga una bisagra en ese punto clama contra el sentido común.

Las cosas se rompen con el uso, tampoco es un drama, pero sea el que sea el origen del fallo, es toda una alegoría como dice @Obsy .

La reina y su corona rota. Además le queda grande y no puede con el peso.

ERROR GORDÍSIMO....!!!!

Puede que no se la volvamos a ver puesta -- al menos no en su tamaño original. Más que nada porque le queda tremenda la corona esa.
 
La de Valdebernardo ha trepado mucho pero que no cante aun victoria, el horno no esta para bollos y ella no es nada, bueno si una chica del monton que dio un braguetazo , de esas las hay a miles.
 
¡¡¡¡lastima!!! no esta rota, si mirais la primera foto de las que he puesto se ve la misma discontinuidad y eso es porque es desmontable la Flor de lis y se puede usar como broche

Creo que no es desmontable, es adaptable para ponerse cerrada. Pero la flor de lis central de la tiara creo que no es desmontable.
La que es desmontable es la cutre tiara que le regaló el segundo a Lety que esa sí puede ponerse como broche la flor de lis que lleva en el centro.
 
María Porcel Hazte fan
Periodista, El Huffington Post
Lo que la corona de Letizia grita
Publicado: 23/02/2017 13:46 CET Actualizado: 23/02/2017 13:46 CET

Una corona es una corona: un poco de metal (normalmente noble) con unas cuantas piedras (normalmente nobles) y, quizá, algo de tela (normalmente noble también). Un símbolo de estatus, de poder, de altura e importancia, de distinción y de superioridad. En fin: un símbolo. Cargado de significado, que para eso están los símbolos. Pero no: los reyes de hoy no llevan coronas. A veces llevan bandas o collares, pero no coronas.

Pero Letizia el miércoles se plantó la corona. Ahora se llama tiara, sí, pero para ella fue toda una corona. Un poco de metal, platino, con unas cuantas muchas piedras tan nobles como lo pueden ser los diamantes. Un mucho de símbolo. Letizia se colocó sobre la cabeza, por primera vez en sus casi tres años como reina, una joya de pasar, de las que pertenecen a las reinas y solo a las reinas. A las infantas, si eso, se les presta. Pero, hasta que viva, esas joyas son de ella. Y, quizá, en un futuro, de su hija.

Mil días. Mil días se cumplirán el domingo 26 de febrero desde que Juan Carlos I anunció que se bajaba del trono para que subieran los siguientes, el 2 de junio de 2014. Mil días ha tardado Letizia en meter la llave y abrir el joyero de las reinas, y en plantarse tres piezas históricas: un par de pendientes, otro par de pulseras y una corona, perdón, tiara, la de la Flor de Lis. La más importante que puede llevar una reina de España. La más simbólica. La más grande. La que está remachada con las flores de los Borbones. La que llevó Victoria Eugenia desde su boda hasta la de su hija mayor (la lució en la gala previa al enlace de la infanta Pilar, un año antes de morir, en una de sus últimas grandes apariciones). La que María de las Mercedes, madre de Juan Carlos, se plantó para la coronación de Isabel II de Inglaterra. La que la reina Sofía no lució hasta 1983 y que se puso, por última vez, en la última cena de su esposo como rey. La tiara grande. La corona.

La excusa era la visita del presidente argentino, la primera gran cena de gala desde 2015. Pero no. Se la pudo haber puesto en el 75º cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca, pero ahí optó por algo más discreto (la situación económica tampoco daba para grandes fastos) y personal: estrenar la que le regaló Felipe, que llevaba seis años en un cajón, por su quinto aniversario de casados. Pero ahora el momento era, ya sí, apto para algo así. De hecho, era el adecuado.

Algunos dicen que quería eclipsar a Juliana Awada, la estilosa esposa de Mauricio Macri. Cualquier puñado de brillantes lo hubiera conseguido. Probablemente el poder del símbolo de esa tiara, un poder que la reina sabe manejar a la perfección y con el que manda callados y jamás confirmados mensajes, fue más allá. España, quizá, salga del bache. Pero la etapa más oscura de la monarquía ha pasado, estamos bien, ya podemos sonreír, lucirnos, ser reyes con corona parece querer contarnos Letizia. Que su cuñado el innombrable está condenado. Que la justicia manda, que ella es la reina y su marido, el rey. Que la cárcel, al menos el martes por la noche, es una opción, aunque la alegría ha tardado poco en desvanecerse. Esa tiara, ese símbolo que está para contarnos todo con la boca bien cerrada, quería gritar que se acabó. O, más bien, que todo acaba de empezar.


Qué vergüenza ajena provoca el Huffington Post.

No hay más que ver y oír a su directora, Pau Dominguez, en el programa de Ana Rosa por las mañanas......es la voz de su amo, defiende el neoliberalismo y las doctrinas peperas con más ardor que la propia Ana Rosa, si cabe.

Da vergüenza oír a la MariPau...y leer su periódico también.
 

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