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En mi modesta opinión, el duque de Cádiz era un lerdo envidioso que solo quería ser ey de algo que no fuera solo su casa. Se las apañó para casarse con la Nietísima, que era una pipiola entonces, a ver si su yayo lo nombraba sucesor. Pero mira por donde, no coló, la MiniFranco acabó por percatarse del tipo de hombre con el que se había casado y, lejos de la "sumisión" que se postulaba oficialmente de la mujer al varón entonces, cogió los bártulos y se largó (dejandole los niños, que eso también es para analizar de la nietecita). Como no había lugar a la corona de España, se inventó o retomó una idea peregrina del padre, y a pedir el trono de Francia (y el de la Baja Navarra no lo pidió porque un pariente ya lo habia unificado). El hijo le sigue el rollo y se ve que veleidades de viejos tiempos le dan de vez en cuando, pero ha sido mas listo para casarse que el padre, pero de aquí a Lima....