Letizia en la Entrega de los Premios "El Barco de Vapor" y "Gran Angular". Abril 19, 2016

Jaa
Que lio...
Yo cite lo que leí, me he enterado luego. Cite la respuesta, simplemente, como se cita una respuesta. No pude imaginar que el texto que figuraba alli, fuera de otra respuesta.

Saludos.

sin problema kasikasi :)

se cambio un nick por otro asi como por arte de magia y quien mejor que eleonora para ser la afortunada jajaja

Saludos
 
recordando anecdotas durante la pedida de mano de la excelsa otra buena es cuando dice el prometido que tendran entre 3 y 5 hijos que es la idea a lo que ella contesta anda anda, otro detalle finisimo que demuestra de que hechuras estaba hecha lo que a su vez demostro que El no era lo que habian estado mostrando tanto tiempo un ideal de principe culto refinado que anteponia su deber a sus deseos personales que la que fuera su esposa seria la mas adecuada, esto ultimo lo dijo el cuando anuncio su ruptura en un encuentro con periodistas con sannum, toda una farsa que se va desmontando poco a poco aunque aun exista el aborregamiento gente por desgracia que se identifica con ellos.
 
Aprendi a leer a los 3 anios,( aunque que diablos sabia lo que estaba leyendo !) Sin embargo, tal vez fui una creatura muy rara
para haber leido mi favorito:" Hamlet" a los 10 anios. Puede ser porque tenia unos padres a quienes les encantaba leer,
y no habia ni television, ni radio, solo libros.
Ahora, los libros son sumamente caros, los chicos encuentran las respuestas que necesitaran en clase, en lugares del
internet como :"El Rincon del Vago" - "Dejame hacer tu Tarea" y otros sitios similares, donde memorizan las
respuestas; y se necesita un maestro que ha leido lo necesario para saber cuando los estudiantes se han "guayabeado" (memorizado) las respuestas sin estudiar el material.
Asi me ha parecido el discursito en cuestion.

Es que ése es el problema, que no se enseña a aprender sino a memorizar. Alucino con los exámenes de libros de lectura. Vienen ya con unas preguntas al final (las típicas de siempre en los libros dirigidos a estudiantes, para que el tutor o profesor o incluso el propio alumno pueda ver si ha entendido el libro) que son las que les entran en el examen. ÉSAS. ¿Y qué hacen? Buscarlas en "El rincón del vago", memorizarlas y ale. Que digo yo... pon otro tipo de examen en el que tengan que aportar algo PROPIO y evitarás que pase esto. Pero no, todo es estandarizado, por eso es posible tener alumnos de sobresaliente que no pueden mantener una conversación sobre ningún tema porque no tienen ideas propias. Aluciné cuando trabajé para una familia belga. La niña de 12 años llevaba unas conversaciones conmigo alucinantes... que si república vs. monarquía, que si el sistema política, que si la inmigración, que si la educación... una maravilla, en serio.
 
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Vanity Fair
http://m.revistavanityfair.es/reale...ipster-discurso-barco-vapor-intenciones/22225


Todo lo que quiso decir Doña Letizia diciendo la palabra Millennial
Porque a un monarca no se le conoce por sus entrevistas exclusivas, sino por el estudiado subtexto de sus palabras.


Por CLAUDIO M. DE PRADO

21 de abril de 2016 / 16:09

Etiquetas:
Letizia Ortiz
Casa Real

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© Gtresonline

Doña Letizia, en la entrega del premio de Literatura infantil y juvenil 'Barco de vapor'.

No ha sido nunca muy amiga de hablar más de la cuenta. Por eso de haber sido periodista antes que reina, Doña Letizia sabe cómo nos las podemos llegar a gastar los plumillas cuando el verso se nos suelta. Pero que no diga lo que queremos escuchar no significa que no nos cuente nada nuevo en cada una de sus apariciones públicax. Solo hay que estar atentos a los gestos y guiños que pueblan sus discursos. Porque a un monarca no se le conoce por sus entrevistas exclusivas, sino por el estudiado subtexto que esconden cada una de sus palabras.

“León Kamikaze es un libro, como ha dicho Joaquín Reyes, escrito en forma muy 'millennial', si es que me permitís usar esa palabra que no está en el diccionario”.

Nunca se crea cuando alguien le diga que un miembro de una Casa Real ha hecho algo de manera totalmente espontánea. Ese concepto, en una institución que se mueve bajo estrictas leyes protocolaria, simplemente no tiene cabida. Y mucho menos cuando la cabeza de la casa es alguien como Letizia, que antes de convertirse en Doña ya manejaba a la perfección los truquillos de las relaciones públicas.

¿Acaso piensa que fue casualidad que su regalo de compromiso al Príncipe Felipe fuese una edición antigua de El doncel de don Enrique el doliente, novela caballeresca firmada por José Manuel de Larra? Su intención estaba clara: ella iba a ser una reina culta. ¿Y por qué mandó callar a su futuro marido mientras anunciaban su compromiso aquel soleado noviembre de 2003? Porque podía. La mejor manera de callar a los críticos que dudaban de la legitimidad del matrimonio del heredero de la Corona con alguien como ella.

Desde entonces muchos han sido los mensajes velados que Doña Letizia ha lanzado al pueblo para ganarse el cariño y frenar el desplome de la institución en las encuestas de popularidad. La mayoría, de hecho, fuera de los grandes actos en los que sabe de antemano que se van a estudiar a fondo sus palabras. Por eso a la verdadera Letizia no hay que buscarla en la entrega del Cervantes. Tampoco en Oviedo durante la entrega de los premios Princesa de Asturias.

A Letizia, sin Doña, se la encuentra en los actos íntimos donde se siente realmente cómoda. Actos como el anuncio de los premios SM de Literatura infantil y juvenil 'El barco de vapor'. Una ceremonia a la que acudió el pasado martes en Madrid en la que la reina, como puede ver en el vídeo a continuación, hizo algo mucho más trascendente que animar a la lectura y presentar a los ganadores del galardón en un discurso de poco más de tres minutos: certificó la legitimidad de los millennials.




"¿Y qué?", pensará usted harto de ver 'Millenial' escritor en las noticias varias veces al día. Con razón. Pero una cosa es que los medios nos hayamos empeñado en poner ese adjetivo a todo lo que huela a gente menor de 30 años; y otra que una reina lo pronuncie en voz alta haciéndolo verdad desde ese momento exacto. Ese es el poder de las palabras, que convierten lo abstracto en concreto.

Eso sí, Letizia dijo "Millennial" no sin antes pedir perdón por usar un término “que no está en el diccionario”, no se le fueran a enfadar los ya de por sí siempre enfurruñados miembros de la Real Academia de la Lengua, que últimamente andan un poco díscolos. ¿Qué buscaba entonces la reina nombrando a estos chicos y chicas en público cuando nunca ha hecho referencia a otros grupos más afines a ella como los hipster? Muy sencillo: asegurarse el favor de la masa plebeya venidera.

Total, esos modernos adictos a las barbas y a los tatuajes –más burgueses y clasistas de lo que se creen y más cuarentones de lo que su síndrome de Peter Pan les permite reconocer– ya los tiene metidos en el bolsillo. Algunos aseguran que preferirían otro modelo de estado, vale, aunque dejarse caer por festivales indies y pasear por Malasaña ha sido suficiente para seducir al grueso de una generación que creció en un país donde la adoración a la Corona ni se cuestionaba.

Pero para ganarse el cariño de los millennial, más pendientes de su móvil que de las aventuras de la realeza, requiere nuevas estrategias. El orgullo de la experiencia con ellos no funciona y a ego nadie les gana.

Por eso Letizia en su discurso no se conformó con pronunciar la palabra maldita, sino que mostró respeto y humildad a esa generación tan preparada como egoista soltando de manera muy velada que ella, una mujer mayor “ya camino de los 44 años, casi 50”, conoce su existencia. Que ella es la reina de los que “en esa etapa de EGB nos creímos agentes secretos de alguna organización con alguna misión peligrosísima e imposible que cumplir”, pero también quiere serlo de los que, por edad, jugaban a ser hackers “en Primaria”.

En resumen, invitarles a aceptar, como aceptó ella, que todo tiene que cambiar para que todo permanezca.

Enterada quedo.
 
todo tiene que cambiar para que todo permanezca dijo lety?

se cree imprescindible la elementa

pero que farsa tan farseada es esta

que se vayan ya al carajo que los sustenta

cuanta tonteria hay que aguantar

cuando lo unico que quieren es su supervivencia

aunque para eso tengan que avasallar
 
A mí no me ha disgustado el discurso. Es cierto que se expresa bastante mal (desde siempre ha hecho pausas donde no tocan, cortando las frases por la mitad, y eso choca en alguien cuyo trabajo era comunicar) pero me gusta lo que ha dicho. Yo sí me creo que a esta mujer le gusta leer. En el libro, el primo dice que sólo bestsellers comerciales. Pues bueno, si es lo que le gusta, que lo lea. No creo en las patrullas del conocimiento, ésas que te dicen que hay que leer clásicos e ir a la ópera para considerarse culto. Es como cuando aquí se ataca a Letizia por ir a conciertos de rock y se la llama inculta por no ir a la ópera. Pues oye: si no le gusta, no le gusta. La cultura se supone que nos tiene que hacer más libres, y en el momento en que hay algunos que claman por una uniformidad cultural, la cosa adquiere otros matices. A mí siempre me ha encantado leer, pero reconozco sin pudor alguno que los clásicos que me obligaban a leer en el instituto me parecían un coñazo en su mayoría. ¿Sacrilegio? Probablemente, pero no porque algo sea un clásico tiene que gustar a todo el mundo. Es más: a Shakespeare se le consideraba un mal escritor en su época y Van Gogh nunca vendió un cuadro en vida.

Dicho esto, a tu pregunta "Para quién es tan difícil permanecer con recogimiento y leer? Está rodeada de personas así?" te diré que, por desgracia, ésa es la realidad española. Trabajo con niños y adolescentes y te puedo asegurar que en este país se lee poquísimo. Leen lo que les obligan a leer en el colegio y, a veces, ni eso (ahora, con las nuevas tecnologías, directamente buscan el argumento por Internet, incluso las preguntas contestadas que salen al final del libro y que saben que les entrarán en el examen). Para mí, es un error pretender imponer el hábito de lectura a martillazos. Ya digo que yo, que adoro leer, odié el 99% de libros que me hicieron leer en mi etapa escolar. Pero eso es harina de otro costal: sí, ver a un niño/adolescente recogido, en silencio y leyendo es algo rarísimo. Y vaya si se nota. No te cuento el drama cada vez que tienen que redactar. No saben qué decir. Bueno, es que no tienen nada que decir sobre ningún tema. Y es porque no leen. Este sistema educativo está basado en la memorización, no en el aprendizaje.

Juan Ramón Jiménez decía que cada libro tenía su edad. Quizá los obligatorios del instituto son una lectura temprana para los chicos. Mi profesor de poesía decía que Lorca era una maravilla para los jóvenes, por ejemplo...Que si se entraba de la mano de Lorca a la lectura de poesía más adelante se podía disfrutar muchísimo de otros autores como Cernuda, Alberti, etc...
 
Es que ése es el problema, que no se enseña a aprender sino a memorizar. Alucino con los exámenes de libros de lectura. Vienen ya con unas preguntas al final (las típicas de siempre en los libros dirigidos a estudiantes, para que el tutor o profesor o incluso el propio alumno pueda ver si ha entendido el libro) que son las que les entran en el examen. ÉSAS. ¿Y qué hacen? Buscarlas en "El rincón del vago", memorizarlas y ale. Que digo yo... pon otro tipo de examen en el que tengan que aportar algo PROPIO y evitarás que pase esto. Pero no, todo es estandarizado, por eso es posible tener alumnos de sobresaliente que no pueden mantener una conversación sobre ningún tema porque no tienen ideas propias. Aluciné cuando trabajé para una familia belga. La niña de 12 años llevaba unas conversaciones conmigo alucinantes... que si república vs. monarquía, que si el sistema política, que si la inmigración, que si la educación... una maravilla, en serio.
La cantidad de gente licenciada y entradita en años que te encuentras que solamente sabe hablar de su profesión?Te sales un poco y te encuentras con la nada.
Antes también había zotes.
Dentro de las cosas gratuítas que tiene el ser humano para evolucionar,culturizarse y por ende aprender es la curiosidad.
Recuerdo que me contaba una señora a la que yo considero un pozo de sabiduría que iba con su madre muy pequeña a la ciudad, ya sabía leer y se tragaba todo ,lo que más le sorprendía eran los letreros "prohibido fijar carteles" le parecía mal escrito pero ella cerraba los ojos.
Quizá a día de hoy es una bobada pero en su día me pareció una bonita manera de empezar a aprender y entender.
 
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