AVISO: es un comentario sobre el libro de Montero que he leído. Los que sólo quieran saber de la conzorte pueden saltarlo pues no la menciono. Los que estén pensando en comprarlo lo recomiendo, y el por qué a continuación:
Pues lo acabo de terminar y me ha gustado. Aclararé que su nombre apenas me sonaba cuando entré en este hilo, y compré el libro porque por los extractos y comentarios ‘posteados’ prometía interesante; sólo fue después leyéndolo cuando caí en la cuenta que “!ah, así que fue *él* el que hizo tal o cual foto!” que éstas sí que ví en las revistas años ha, pues me fuí de España antes de que participara en los programas televisivos que menciona, así que ignoro como habla, como se mueve, como ‘entra’ a nivel personal a la gente. Ni siquiera conocía su cara hasta que ví la portada de este libro. No tengo marco subjetivo que tamize lo que leo así que lo he tomado tal cual.
Técnicamente está bien narrado: en orden cronológico, con vocabulario claro, un punto de humor y sin ‘rellenos’; en capítulo mayormente breves, generalmente independientes unos de otros, en los que cuenta algunos episodios de su vida como paparazzo, con las anécdotas que rodearon las tomas de sus fotos más conocidas para darles un escenario.
Es lectura entretenida e informativa, porque a mí la figura de los paparazzi, como imagino que a casi todo el mundo, no inspira simpatía, por sus connotaciones acechantes, perseguidoras y de poco respeto a la intimidad. Pero después de leerlo, caminando a su lado en sus aventuras, soy más tolerante, pues veo las horas e incomodidades detrás de cada foto.
Hay un capítulo diferente, por el contenido, el modo de narrarlo, y la sordidez que emana, no el escritor sino la historia. La ‘supuesta’ historia de quien vive de acostarse con hombres de dinero, con grabaciones y vídeos de por medio. No hay nombres sino motes, así que no sé si se referirá a alguien de la farándula, imagino que sí, pero me han faltado conocimientos para identificarlos.
Después de leerlo hay algo por lo que no sólo respeto a Montero escritor, sino a Montero hombre. Su responsabilidad personal, sin excusas complacientes al lector, que le hace ser brutalmente honesto cuando admite que está en ésto por dinero, porque personalmente le da lo mismo lo que hagan los ‘famosos’ en su intimidad, pero es lo que vende y por tanto es lo que hace. Que lo de ser corresponsal de guerra, sueño de muchos periodistas recién salidos de la Universidad, suena muy bien pero no paga. En mi experiencia son pocos, si alguno, que admitiría ser un mercenario, y por éso tantos que tienen sueldazos mienten diciendo que ‘lo hacen porque les gusta…’ sin acabar la frase, que sería ‘…lo que ganan’.
Además no tiene remilgos de falso modesto en callar lo que le pagaron por las fotos, en millones de pesetas contantes y sonantes, y ni siquiera se excusa diciendo que puede sonar a mucho pero que probablemente sea lo único que cobre en todo el año.
Y por encima de todo no hace juicios, se limita a dar la información al lector, afirmando que tiene las pruebas que la corroboran (y debe ser cierto porque si no ya estaría en chirona por falsedades).
Pues lo acabo de terminar y me ha gustado. Aclararé que su nombre apenas me sonaba cuando entré en este hilo, y compré el libro porque por los extractos y comentarios ‘posteados’ prometía interesante; sólo fue después leyéndolo cuando caí en la cuenta que “!ah, así que fue *él* el que hizo tal o cual foto!” que éstas sí que ví en las revistas años ha, pues me fuí de España antes de que participara en los programas televisivos que menciona, así que ignoro como habla, como se mueve, como ‘entra’ a nivel personal a la gente. Ni siquiera conocía su cara hasta que ví la portada de este libro. No tengo marco subjetivo que tamize lo que leo así que lo he tomado tal cual.
Técnicamente está bien narrado: en orden cronológico, con vocabulario claro, un punto de humor y sin ‘rellenos’; en capítulo mayormente breves, generalmente independientes unos de otros, en los que cuenta algunos episodios de su vida como paparazzo, con las anécdotas que rodearon las tomas de sus fotos más conocidas para darles un escenario.
Es lectura entretenida e informativa, porque a mí la figura de los paparazzi, como imagino que a casi todo el mundo, no inspira simpatía, por sus connotaciones acechantes, perseguidoras y de poco respeto a la intimidad. Pero después de leerlo, caminando a su lado en sus aventuras, soy más tolerante, pues veo las horas e incomodidades detrás de cada foto.
Hay un capítulo diferente, por el contenido, el modo de narrarlo, y la sordidez que emana, no el escritor sino la historia. La ‘supuesta’ historia de quien vive de acostarse con hombres de dinero, con grabaciones y vídeos de por medio. No hay nombres sino motes, así que no sé si se referirá a alguien de la farándula, imagino que sí, pero me han faltado conocimientos para identificarlos.
Después de leerlo hay algo por lo que no sólo respeto a Montero escritor, sino a Montero hombre. Su responsabilidad personal, sin excusas complacientes al lector, que le hace ser brutalmente honesto cuando admite que está en ésto por dinero, porque personalmente le da lo mismo lo que hagan los ‘famosos’ en su intimidad, pero es lo que vende y por tanto es lo que hace. Que lo de ser corresponsal de guerra, sueño de muchos periodistas recién salidos de la Universidad, suena muy bien pero no paga. En mi experiencia son pocos, si alguno, que admitiría ser un mercenario, y por éso tantos que tienen sueldazos mienten diciendo que ‘lo hacen porque les gusta…’ sin acabar la frase, que sería ‘…lo que ganan’.
Además no tiene remilgos de falso modesto en callar lo que le pagaron por las fotos, en millones de pesetas contantes y sonantes, y ni siquiera se excusa diciendo que puede sonar a mucho pero que probablemente sea lo único que cobre en todo el año.
Y por encima de todo no hace juicios, se limita a dar la información al lector, afirmando que tiene las pruebas que la corroboran (y debe ser cierto porque si no ya estaría en chirona por falsedades).