Pego otros del mismo link, @papaya
Patricia Llosa anda desde ayer un poco confudida. Desayunó con la exclusiva de ¡Hola! en la que Mario Vargas Llosa, su marido, o exmarido, vaya usted a saber, era pillado con Isabel Preysler «reforzando» su amistad, según la publicación, y le faltó tiempo para lanzar un comunicado con estos términos: «Mis hijos y yo estamos sorprendidos y muy apenados por las fotos que han aparecido en el semanario del corazón. Hace apenas una semana estuvimos con toda la familia en Nueva York celebrando nuestros 50 años de casados y la entrega del doctorado de la Universidad de Princeton. Les rogamos respetar nuestra privacidad».
Una reacción hasta cierto punto normal, porque cualquier aparición de Preysler en ¡Hola! cuenta con la aprobación de la filipina. Por algo es el personaje que más portadas ha copado en los 71 años de historia del semanario, tal como se le reconoció en el número de abril del año pasado, que conmemoraba las siete décadas de la revista, al darle el protagonismo de la portada y una larga entrevista en exclusiva.
Al tratarse de su BOE sentimental, todos entendieron que hay algo más que una simple amistad entre la socialité y el premio Nobel de Literatura. Y eso que las fotos no eran muy explícitas, sin besos ni abrazos que exhibieran la pasión que puede haber entre ambos.
BODAS, BAUTIZOS Y SEPARACIONES / Pero el hecho de que apareciera en esta revista servía de oficialización de su amistad, que comenzó en 1986 y que se ha intensificado desde que Miguel Boyer murió en septiembre del año pasado (Vargas Llosa estuvo en la capilla ardiente del economista). Porque en ¡Hola! da fe de sus andanzas sentimentales: bodas, bautizos y separaciones. Comenzó cuando se casó con Julio Iglesias, y a partir de entonces no ha dejado de salir.
A veces era para posar con su prole (Chabeli, Julio José y Enrique) o para asegurar que su amor con Carlos Falcó iba como la seda pese a los rumores de crisis e infidelidades. «Todo es una falsedad y, por tanto, una calumnia», proclamaban antes de anunciar la ruptura, también en la glamurosa publicación, poco después. En las mismas páginas donde dio la noticia de que se había casado con Boyer y que estaba embarazada de su hija Ana, comunicó la recuperación del ictus que había sufrido el exministro. Y ahora llega la noticia del «reforzamiento» de la amistad con Vargas Llosa. Normal que Patricia Llosa siga confundida.
Ha habido revuelo mediático, pero también familiar en casa de los Vargas Llosa, tras la publicación por sorpresa del reportaje de'¡Hola!'que levantaba acta del «reforzamiento» de la amistad entre Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler. Solo habían pasado 11 días desde que el clan al completo (el escritor, su mujer, Patricia Llosa, sus tres hijos con sus respectivas parejas y sus nietos) había celebrado las bodas de oro del premio Nobel con su esposa cuando aparecieron las fotografías del peruano y la filipina saliendo de un restaurante de Madrid. Llosa emitió un comunicado expresando su sorpresa y su pena por la exclusiva, y al día siguiente el autor de 'La fiesta del Chivo' confirmó la separación.
Seguirá el revuelo en casa de los Vargas Llosa, porque no parece que vaya a ser un divorcio fácil, tanto por la forma como se ha producido como por lo que tendrán que repartirse, que es mucho. Sobre todo, propiedades por medio mundo, porque el escritor se mueve por su Lima natal, y posee pisos en barrios acomodados en Madrid, Londres, París y Nueva York, todos ellos cerca de amplios y cuidados parques urbanos.
DE MANSIÓN A BLOQUE DE PISOS / En Madrid, según Vanitatis, tiene todos los pisos de la última planta de un edificio en la calle de Flora, cerca del Palacio Real y la Puerta del Sol. Y sus empresas tienen un domicilio fiscal en la calle de Ruiz de Alarcón, junto al Hotel Ritz y el Retiro.
En Lima, convirtió la mansión que tuvo hasta los años 90 en el barrio de Barranco, junto al mar, en un bloque de pisos donde aún conserva uno. Se trata de una zona de lujo, con precios altísimos, de hasta 1.800 euros el metro cuadrado, lejos, eso sí de los 4.000 que se piden por los inmuebles de Brompton Road, en Londres, cerca de Hyde Park. Allí, Vargas Llosa tiene un apartamento frente a los almacenes Harrods.
En Nueva York tiene un piso en la planta 46ª de un edificio de rascacielos en el cruce de la calle 57 con la Octava Avenida, con vistas sobre Central Park y el río Hudson. Está valorado en un millón de euros. Y en París, otra ciudad cara, es propietario de un apartamento en la calle de Saint-Sulpice (10.000 euros el metro cuadrado), cerca de los jardines de Luxemburgo, y cerca también del piso que alquiló la primera vez que fue a vivir a la capital francesa con su primera mujer, su tía Julia Urquidi (Patricia Llosa es prima hermana).
Autor de novelas, ensayos, obras de teatro, memorias, reportajes y cuentos, Vargas Llosa se lleva cada mes un buen pellizco en derechos de autor, además de lo que gana por dar conferencias y escribir artículos.
Patricia Llosa anda desde ayer un poco confudida. Desayunó con la exclusiva de ¡Hola! en la que Mario Vargas Llosa, su marido, o exmarido, vaya usted a saber, era pillado con Isabel Preysler «reforzando» su amistad, según la publicación, y le faltó tiempo para lanzar un comunicado con estos términos: «Mis hijos y yo estamos sorprendidos y muy apenados por las fotos que han aparecido en el semanario del corazón. Hace apenas una semana estuvimos con toda la familia en Nueva York celebrando nuestros 50 años de casados y la entrega del doctorado de la Universidad de Princeton. Les rogamos respetar nuestra privacidad».
Una reacción hasta cierto punto normal, porque cualquier aparición de Preysler en ¡Hola! cuenta con la aprobación de la filipina. Por algo es el personaje que más portadas ha copado en los 71 años de historia del semanario, tal como se le reconoció en el número de abril del año pasado, que conmemoraba las siete décadas de la revista, al darle el protagonismo de la portada y una larga entrevista en exclusiva.
Al tratarse de su BOE sentimental, todos entendieron que hay algo más que una simple amistad entre la socialité y el premio Nobel de Literatura. Y eso que las fotos no eran muy explícitas, sin besos ni abrazos que exhibieran la pasión que puede haber entre ambos.
BODAS, BAUTIZOS Y SEPARACIONES / Pero el hecho de que apareciera en esta revista servía de oficialización de su amistad, que comenzó en 1986 y que se ha intensificado desde que Miguel Boyer murió en septiembre del año pasado (Vargas Llosa estuvo en la capilla ardiente del economista). Porque en ¡Hola! da fe de sus andanzas sentimentales: bodas, bautizos y separaciones. Comenzó cuando se casó con Julio Iglesias, y a partir de entonces no ha dejado de salir.
A veces era para posar con su prole (Chabeli, Julio José y Enrique) o para asegurar que su amor con Carlos Falcó iba como la seda pese a los rumores de crisis e infidelidades. «Todo es una falsedad y, por tanto, una calumnia», proclamaban antes de anunciar la ruptura, también en la glamurosa publicación, poco después. En las mismas páginas donde dio la noticia de que se había casado con Boyer y que estaba embarazada de su hija Ana, comunicó la recuperación del ictus que había sufrido el exministro. Y ahora llega la noticia del «reforzamiento» de la amistad con Vargas Llosa. Normal que Patricia Llosa siga confundida.
Ha habido revuelo mediático, pero también familiar en casa de los Vargas Llosa, tras la publicación por sorpresa del reportaje de'¡Hola!'que levantaba acta del «reforzamiento» de la amistad entre Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler. Solo habían pasado 11 días desde que el clan al completo (el escritor, su mujer, Patricia Llosa, sus tres hijos con sus respectivas parejas y sus nietos) había celebrado las bodas de oro del premio Nobel con su esposa cuando aparecieron las fotografías del peruano y la filipina saliendo de un restaurante de Madrid. Llosa emitió un comunicado expresando su sorpresa y su pena por la exclusiva, y al día siguiente el autor de 'La fiesta del Chivo' confirmó la separación.
Seguirá el revuelo en casa de los Vargas Llosa, porque no parece que vaya a ser un divorcio fácil, tanto por la forma como se ha producido como por lo que tendrán que repartirse, que es mucho. Sobre todo, propiedades por medio mundo, porque el escritor se mueve por su Lima natal, y posee pisos en barrios acomodados en Madrid, Londres, París y Nueva York, todos ellos cerca de amplios y cuidados parques urbanos.
DE MANSIÓN A BLOQUE DE PISOS / En Madrid, según Vanitatis, tiene todos los pisos de la última planta de un edificio en la calle de Flora, cerca del Palacio Real y la Puerta del Sol. Y sus empresas tienen un domicilio fiscal en la calle de Ruiz de Alarcón, junto al Hotel Ritz y el Retiro.
En Lima, convirtió la mansión que tuvo hasta los años 90 en el barrio de Barranco, junto al mar, en un bloque de pisos donde aún conserva uno. Se trata de una zona de lujo, con precios altísimos, de hasta 1.800 euros el metro cuadrado, lejos, eso sí de los 4.000 que se piden por los inmuebles de Brompton Road, en Londres, cerca de Hyde Park. Allí, Vargas Llosa tiene un apartamento frente a los almacenes Harrods.
En Nueva York tiene un piso en la planta 46ª de un edificio de rascacielos en el cruce de la calle 57 con la Octava Avenida, con vistas sobre Central Park y el río Hudson. Está valorado en un millón de euros. Y en París, otra ciudad cara, es propietario de un apartamento en la calle de Saint-Sulpice (10.000 euros el metro cuadrado), cerca de los jardines de Luxemburgo, y cerca también del piso que alquiló la primera vez que fue a vivir a la capital francesa con su primera mujer, su tía Julia Urquidi (Patricia Llosa es prima hermana).
Autor de novelas, ensayos, obras de teatro, memorias, reportajes y cuentos, Vargas Llosa se lleva cada mes un buen pellizco en derechos de autor, además de lo que gana por dar conferencias y escribir artículos.
