La pesadilla de Charlène de Mónaco continúa: Carolina de Mónaco la quiere fuera de la Casa Real

Ahora dicen que el rumor fue en el día de su boda. No creo que se lleven tan mal, solo un poco.

El día de la boda hubo un error de protocolo y pusieron a la izquierda del novio a la madre de Charlene en vez de a Carolina. El protocolo dictaminaba que, en el banquete, a la derecha de la novia debía sentarse su padre (como así hizo) y a la izquierda del novio la mujer más relevante del principado, Carolina de Mónaco. Pero en vez de la primogénita de Grace Kelly y Rainieiro ese asiento fue ocupado por Lynette Humberstone Wittstock, la madre de Charlène.

El escritor Philippe Delorme, que ha publicado varios libros sobre los Grimaldi, afirmó en Madame Figaro que mucha gente pensó que estaba asistiendo a un matrimonio arreglado, como una Grace kelly 2
«Él eligió una esposa que se parecía a su madre, y Charlène claramente se sintió muy incómoda en este papel de Grace Kelly que querían que interpretara», afirma este autor. Entre los que estaban molestos por el intento de pulir a la nadadora e intentar convertirla en una versión descafeinada y reinante de la princesa Gracia estaría la princesa Carolina.

Cuándo y cómo nació el rumor de que Carolina de Mónaco y la princesa Charlène se odiaban (spoiler: el día de su boda)​

Carolina de Mónaco y la princesa Charlène parecen no tener la mejor de las relaciones y ahora sabemos cuándo se confirmó (de forma pública) su enemistad.​

Carolina de Mónaco, su hermano el príncipe Alberto y la princesa Charlène en una edición antigua del Baile de la Rosa./getty images

Carolina de Mónaco, su hermano el príncipe Alberto y la princesa Charlène en una edición antigua del Baile de la Rosa. / GETTY IMAGES
SILVIA VIVAS Jueves, 27 octubre 2022, 14:11
La tan cacareada enemistad entre Carolina de Mónaco y la princesa Charlène podría ser el «invent» del siglo en el mundo del cotilleo royal o una realidad jamás confirmada por los implicados, pero algo sí hay de cierto en toda esta historia: contra más detalles se conocen de las interacciones entre estas dos cuñadas de la realeza más huele todo a chamusquina.
Educación, hobbies, responsabilidades y fe: todo lo que separa a Carolina de Mónaco y la princesa Charlène
La última piedra de la leyenda del duelo Grimaldi-Wittstock la ha colocado, paradójicamente, alguien nada sospechoso de querer entrar en polémicas: Françoise Dumas, que es algo así como la mujer que maneja los hilos de todas las fiestas de postín que se celebran en Francia y Mónaco, la boda de Alberto II y Charlène incluida.

Cómo era la relación de Charlène y Carolina de Mónaco antes de la boda​

Aunque ahora nos parezca imposible de reconciliar esa imagen con las que se producen en la actualidad en los eventos monegascos, hubo un tiempo en el que Charlène y Carolina se fotografiaban juntas, sonrientes e incluso con alguna copa de más.

Un hecho tranquilizador para Alberto de Mónaco, que siempre tuvo «miedo» sobre cómo tratarían sus hermanas a la persona que escogiera para liderar a su lado el principado. Y donde dice «hermanas» en realidad habla de Carolina de Mónaco, la perfecta primera dama no oficial del principado, la primogénita que sabía manejar todos los hilos de palacio desde la muerte de Grace Kelly y la que controlaba al dedillo (y aprobaba o no) los idilios de sus hermanos menores.

En ese marco pocos podían reconciliar a la glamourosa Carolina de Hannover, más princesa que su propio hermano, con la muy plebeya, atlética y fuera de lugar Charlène Wittstock. Pero la magia entre cuñadas sobrevivió a los largos años de noviazgo entre Alberto y Charlène. Eso sí, hasta que se fijó la fecha de la boda.

Qué sucedió en la boda de Alberto de Mónaco y Charlène que lo cambió todo​

No sabemos si tras coincidir juntas en tantas ocasiones Carolina advirtió las dificultades que Charlène tenía para adaptarse al principado y concluyó que su hermano pequeño se había equivocado al elegir, pero que las relaciones entre ambas mujeres llegaron gélidas al día de su boda fue algo evidente para todo el mundo.

El escritor Philippe Delorme, que ha publicado varios libros sobre los Grimaldi, afirmó en la edición francesa de Madame Figaro que, efectivamente, mucha gente no vio en aquella ceremonia una historia de amor sino que aquel 1 de julio de 2011 pensó que estaba asistiendo a un matrimonio arreglado.
«Él eligió una esposa que se parecía a su madre, y Charlène claramente se sintió muy incómoda en este papel de Grace Kelly que querían que interpretara», afirma este autor. Entre los que estaban molestos por el intento de pulir a la nadadora e intentar convertirla en una versión descafeinada y reinante de la princesa Gracia estaría la princesa Carolina.


El detalle definitivo que marcaría el pistoletazo de salida de esa desaprobación tuvo lugar el mismo día de la boda de la pareja. Tanto la ceremonia religiosa como la recepción posterior en la Ópera de Montecarlo fueron organizadas por Françoise Dumas.
El protocolo dictaminaba que, en el banquete, a la derecha de la novia debía sentarse su padre (como así hizo) y a la izquierda del novio la mujer más relevante del principado, Carolina de Mónaco. Pero en vez de la primogénita de Grace Kelly y Rainieiro ese asiento fue ocupado por Lynette Humberstone Wittstock, la madre de Charlène.

Ahora, una década más tarde, la organizadora del banquete, François Dumas entona un sentido mea culpa por ese error garrafal de protocolo. Pero en su día el detalle de Carolina de Mónaco «depuesta» por la suegra de su hermano no pasó desapercibido y dio el pistoletazo de salida a los rumores de la rivalidad entre las dos princesas.

Si el error fue o no de la organizadora del evento poco importa. El hecho es que ni Carolina de Mónaco ni el chambelán de su hermano ni el jefe de protocolo monegasco quisieron enmendar el error y la princesa prefirió no sentarse junto a su hermano, su cuñada y el resto de los Wittstock. Los cambió por el rey Alberto de Bélgica y el Gran Duque de Luxemburgo.

El tiempo alimentaría la leyenda de esta mala relación a golpe de ausencias, (como las de Charlène del Baile de la Rosa que organiza Carolina de Mónaco) y desplantes en medios, (como el famoso «Mónaco es un lugar poblado de tiburones y víboras» que dijo Charlène en la prensa y todo el mundo interpretó como una pulla a Carolina).

El último encuentro de las dos princesas más importantes de Mónaco fue una perfecta iconografía del desencuentro que escenificaron hace ya 10 años. Ambas fueron al mismo evento y se colocaron en los extremos más distantes de la sala, enfrentadas. No sabemos qué dictaba el protocolo en esta ocasión.
No puede ser cierto eso del protocolo porque antes de la boda se hacen varios ensayos, precisamente para que los familiares no anden perdidos buscando su sitio
Carolina ya se veía como reina madre monegasca porque de no tener hijos Alberto, es sucesor sería alguno de sus tres hijos, no importa cual
La llegada de Charlene alejaba ese objetivo y cual suegra impertinente, trató de relegar a la princesa reinante no cediendo ni un ápice de su puesto provisional de hermana de un monarca reinante a la ahora esposa de ese monarca reinante y no ha parado de molestar continuamente a Charlene.
Nada nuevo bajo el sol de Mónaco, la hermana de Rainiero hizo lo mismo exacto con Grace.
La pobre Carolina, que se cree que es ella y solo ella la que mantiene la popularidad del principado.
Como si a los millonetis que invierten en Mónaco les importara algo la vida social de Carolina...
Grace convirtió Mónaco en una sucursal de lujo de Hollywood, con sus fiestas donde se juntaban todos los grandes de la época dorada de Hollywood y el mundo de enteró de la existencia de un diminuto país en la costa mediterránea.
Y esa época del glamour de Grace, es lo que aún pervive en el recuerdo.
De Carolina se puede recordar
-matrimonio y divorcio en un año con un play boy
-diversos y numerosos amantes
-matrimonio con embarazo con un guapo chico italiano
-retiro a la Provenza con sus hijos al ser viuda. Novio actor francés que se dejaron de mala manera delante de los atónitos fotógrafos
-matrimonio con embarazo con Hannover
-no divorcio con Hannover, tras escándalos variados.

No es una aportación muy glamourosa la de Carolina al principado.
Solo un poco menos extravagante que la de su hermana.
 
No puede ser cierto eso del protocolo porque antes de la boda se hacen varios ensayos, precisamente para que los familiares no anden perdidos buscando su sitio
Carolina ya se veía como reina madre monegasca porque de no tener hijos Alberto, es sucesor sería alguno de sus tres hijos, no importa cual
La llegada de Charlene alejaba ese objetivo y cual suegra impertinente, trató de relegar a la princesa reinante no cediendo ni un ápice de su puesto provisional de hermana de un monarca reinante a la ahora esposa de ese monarca reinante y no ha parado de molestar continuamente a Charlene.
Nada nuevo bajo el sol de Mónaco, la hermana de Rainiero hizo lo mismo exacto con Grace.
La pobre Carolina, que se cree que es ella y solo ella la que mantiene la popularidad del principado.
Como si a los millonetis que invierten en Mónaco les importara algo la vida social de Carolina...
Grace convirtió Mónaco en una sucursal de lujo de Hollywood, con sus fiestas donde se juntaban todos los grandes de la época dorada de Hollywood y el mundo de enteró de la existencia de un diminuto país en la costa mediterránea.
Y esa época del glamour de Grace, es lo que aún pervive en el recuerdo.
De Carolina se puede recordar
-matrimonio y divorcio en un año con un play boy
-diversos y numerosos amantes
-matrimonio con embarazo con un guapo chico italiano
-retiro a la Provenza con sus hijos al ser viuda. Novio actor francés que se dejaron de mala manera delante de los atónitos fotógrafos
-matrimonio con embarazo con Hannover
-no divorcio con Hannover, tras escándalos variados.

No es una aportación muy glamourosa la de Carolina al principado.
Solo un poco menos extravagante que la de su hermana.
Magnífico y certero resumen 👏👏👏, te ha faltado decir que además de un poco menos extravagante que la hermana, también con muchísimas más ínfulas, ella iba de diva, la hermana iba a su bola.
 
No puede ser cierto eso del protocolo porque antes de la boda se hacen varios ensayos, precisamente para que los familiares no anden perdidos buscando su sitio
Carolina ya se veía como reina madre monegasca porque de no tener hijos Alberto, es sucesor sería alguno de sus tres hijos, no importa cual
La llegada de Charlene alejaba ese objetivo y cual suegra impertinente, trató de relegar a la princesa reinante no cediendo ni un ápice de su puesto provisional de hermana de un monarca reinante a la ahora esposa de ese monarca reinante y no ha parado de molestar continuamente a Charlene.
Nada nuevo bajo el sol de Mónaco, la hermana de Rainiero hizo lo mismo exacto con Grace.
La pobre Carolina, que se cree que es ella y solo ella la que mantiene la popularidad del principado.
Como si a los millonetis que invierten en Mónaco les importara algo la vida social de Carolina...
Grace convirtió Mónaco en una sucursal de lujo de Hollywood, con sus fiestas donde se juntaban todos los grandes de la época dorada de Hollywood y el mundo de enteró de la existencia de un diminuto país en la costa mediterránea.
Y esa época del glamour de Grace, es lo que aún pervive en el recuerdo.
De Carolina se puede recordar
-matrimonio y divorcio en un año con un play boy
-diversos y numerosos amantes
-matrimonio con embarazo con un guapo chico italiano
-retiro a la Provenza con sus hijos al ser viuda. Novio actor francés que se dejaron de mala manera delante de los atónitos fotógrafos
-matrimonio con embarazo con Hannover
-no divorcio con Hannover, tras escándalos variados.

No es una aportación muy glamourosa la de Carolina al principado.
Solo un poco menos extravagante que la de su hermana.

No discuto los hechos reales de la vida de Caroline, ni que tampoco ha llevado una agitada vida sentimental, aunque menos que su hermana, y que hubo un tiempo en que también le dio vuelo a la hilacha con singular alegría. Pero eso no tiene que ver con el glamur, e independientemente de sus hazañas en la vida personal, ella si que fue (ya no, honestamente) una aportación glamurosa al principado por definición.

Glamurosa.- Que tiene glamur.
Glamur.- Encanto sensual que fascina.

Incluso Stéphanie de joven era bastante glamurosa, en su propia línea. Y si lo quieres pensar así, que no ha sido una aportación muy glamurosa al principado, está bien, ni falta que hace: le ha currado como ni su hermana ni su cuñada lo han hecho en representación de Mónaco y ha cumplido con creces el papel que se esperaba de ella como princesa (independientemente de su vida personal). En cambio Stéphanie siempre renegó de su título, pero eso sí, sin renunciar a las prerrogativas que como princesa se le presentaban y por supuesto, pasando de las obligaciones, como la niña consentida y caprichosa que siempre fue; ahora, simplemente el paso del tiempo no se puede evitar, y ha madurado. Pero sigue de alguna manera mostrando su rebeldía en los pocos actos a los que se presenta, cuando la mayor parte de las veces no es capaz ni de peinarse. Y aclaro, no me cae mal, de joven la seguía mucho, me parecía guapísima e interesante, pero me parece un poco corta de luces.

Por otro lado @Damiana Dami, jamás he visto a Caroline con actitudes de diva (y mira que la sigo prácticamente desde que nací, por mi abuela y mi madre). En estricto sentido y asumiendo que te refieres a la segunda acepción de diva, por definición, es ser altiva o engreída. Jamás he visto a Caroline con esas actitudes; siempre me ha parecido que es cordial, amable y sonriente en los actos que ha cubierto como princesa desde la muerte de Grace (de adolescente y un poco más si tenía gestos más adustos). Todo ha sido pura suposición y conjeturas por los chismes que siempre han habido sobre su persona, su papel como princesa, su lugar institucional en el principado y su "supuesta" desmedida ambición por el trono, a pesar de que cada que puede se desaparece de la vida pública de Mónaco por meses, sobre todo desde que su hermano se casó. Creo que por lo único que puede dar esa impresión, es porque en su postura tiende a elevar el mentón, consecuencia de haber sido instruida desde pequeña por su madre (dicho por Grace en su momento y por la propia Caroline), a caminar con un libro en la cabeza y posteriormente, a su gusto y la práctica del ballet y la equitación. Pero para mi su actitud, sobre todo en sus causas humanitarias, siempre la he percibido cercana e interesada en ellas.
 
No discuto los hechos reales de la vida de Caroline, ni que tampoco ha llevado una agitada vida sentimental, aunque menos que su hermana, y que hubo un tiempo en que también le dio vuelo a la hilacha con singular alegría. Pero eso no tiene que ver con el glamur, e independientemente de sus hazañas en la vida personal, ella si que fue (ya no, honestamente) una aportación glamurosa al principado por definición.

Glamurosa.- Que tiene glamur.
Glamur.- Encanto sensual que fascina.

Incluso Stéphanie de joven era bastante glamurosa, en su propia línea. Y si lo quieres pensar así, que no ha sido una aportación muy glamurosa al principado, está bien, ni falta que hace: le ha currado como ni su hermana ni su cuñada lo han hecho en representación de Mónaco y ha cumplido con creces el papel que se esperaba de ella como princesa (independientemente de su vida personal). En cambio Stéphanie siempre renegó de su título, pero eso sí, sin renunciar a las prerrogativas que como princesa se le presentaban y por supuesto, pasando de las obligaciones, como la niña consentida y caprichosa que siempre fue; ahora, simplemente el paso del tiempo no se puede evitar, y ha madurado. Pero sigue de alguna manera mostrando su rebeldía en los pocos actos a los que se presenta, cuando la mayor parte de las veces no es capaz ni de peinarse. Y aclaro, no me cae mal, de joven la seguía mucho, me parecía guapísima e interesante, pero me parece un poco corta de luces.

Por otro lado @Damiana Dami, jamás he visto a Caroline con actitudes de diva (y mira que la sigo prácticamente desde que nací, por mi abuela y mi madre). En estricto sentido y asumiendo que te refieres a la segunda acepción de diva, por definición, es ser altiva o engreída. Jamás he visto a Caroline con esas actitudes; siempre me ha parecido que es cordial, amable y sonriente en los actos que ha cubierto como princesa desde la muerte de Grace (de adolescente y un poco más si tenía gestos más adustos). Todo ha sido pura suposición y conjeturas por los chismes que siempre han habido sobre su persona, su papel como princesa, su lugar institucional en el principado y su "supuesta" desmedida ambición por el trono, a pesar de que cada que puede se desaparece de la vida pública de Mónaco por meses, sobre todo desde que su hermano se casó. Creo que por lo único que puede dar esa impresión, es porque en su postura tiende a elevar el mentón, consecuencia de haber sido instruida desde pequeña por su madre (dicho por Grace en su momento y por la propia Caroline), a caminar con un libro en la cabeza y posteriormente, a su gusto y la práctica del ballet y la equitación. Pero para mi su actitud, sobre todo en sus causas humanitarias, siempre la he percibido cercana e interesada en ellas.
Lo que tú digas, solamente una pregunta ¿qué causas humanitarias?
 
La verdad es que la manera en que los sentaron fue extraña, como si Albert no tuviese familia, a los novios los rodearon los padres de Charlene.

hqdefault.jpg


Igualmente en la foto de la escalera los padres de Charlene tienen preponderancia.
screenshot3.png
 
La verdad es que la manera en que los sentaron fue extraña, como si Albert no tuviese familia, a los novios los rodearon los padres de Charlene.

hqdefault.jpg


Igualmente en la foto de la escalera los padres de Charlene tienen preponderancia.
screenshot3.png
Siempre prevalecen los padres de uno sobre los hermanos del otro, es lógico. Y en la foto grupal está el padrino y como madrina no hubo...
 
Hemos visto que en Mónaco los de protocolo hacen de las suyas cambiando de opinión según sopla el viento. Y no dudo que ese viento sople según quién le hable al oido del soberano.

En los días Nacionales hemos visto formaciones diferentes, como ver a Albert con su consorte, rodeado de su propia familia (con sus consortes, cuando existen).
La-princesse-Charlene-et-le-prince-Albert-II-de-Monaco-avec-les-membres-de-la-famille-princiere-a-Monaco-le-19-novembre-2015.jpg
louis-ducruetprincess-stephanie-of-monaco-princess-alexandra-of-of-picture-id626057594


Un buen día (2017) excluyeron a la familia extendida de la parte de abajo, disminuyeron los participantes y los subieron al balcón
andrea-casiraghitatiana-casiraghi-charlotte-casiraghi-pierre-of-picture-id876215244


Y un año más tarde (2018) la familia de Charlene estaba con los extendidos, igualados a los sobrinos y a las consortes de los sobrinos de Albert las hicieron pararse en segunda fila (lo que me pareció de llorar)
6372616-6405301-image-a-21_1542621910309.jpg


Algo debe haber haber pasado que para 2019 los sobrinos siguen en el balcón, pero en posición prederencial respecto a la familia de Charlene y esta vez a las consortes no las relegaron detrás de sus esposos. Por cierto que me gustó la decoración navideña del balcón.
gettyimages-1188679363.jpg


En 2020 la pandemia obligó a que estuviesen más separados y los cambiaron de lugar. Ya estuvieron presentes los mellizos con sus padres y de nuevo los sobrinos del monarca estuvieron con preferencia respecto a la familia de la consorte. Y retornaron los primos de Albert.

18-fete-nationale-2020-25-site-copy-michael-alesi-direction-de-la-communication.jpg


Así que sí me creo que la posición en la que sentaron a los padres de Charlene pueda haber causado roces en el principado, al ver al monarca rodeado por la familia de la consorte y no de al menos un representante de su propia familia. Y cuando digo "roces en el principado" no me refiero solo a Caroline, sino a los propios habitantes del lugar.
 
Siempre prevalecen los padres de uno sobre los hermanos del otro, es lógico. Y en la foto grupal está el padrino y como madrina no hubo...

Lo normal es que los consortes tengan a su familia a su lado, incluso cuando sus padres ya no estén.
Un ejemplo es esta foto de la boda de Charles y Camilla. Sin importar la jerarquía de la Queen y de Charles, los Windsor no rodearon a los novios.
Cada novio tuvo a su familia a su lado.
royal-wedding-marriage-of-prince-charles-and-camilla-parker-bowles-G82HG1.jpg
 
Pero no cuando el novio es el jefe del estado, igual que no tuvo madrina, en otras celebraciones ya no sé pero en la boda sí que fue como digo, no porque lo diga yo ¿eh?.
Charles y Camille están rodeados por sus hijos y los padres sentaditos delante, pero ni rastro de hermanos.
 
Pero no cuando el novio es el jefe del estado, igual que no tuvo madrina, en otras celebraciones ya no sé pero en la boda sí que fue como digo, no porque lo diga yo ¿eh?.
Charles y Camille están rodeados por sus hijos y los padres sentaditos delante, pero ni rastro de hermanos.


Claro, porque no se trata de que tienen que ser los hermanos, sino un representante de la familia de ese novio, o en su defecto incluso un amigo. Y cuando ese novio es el monarca, pues con más razón.
Como dices, tampoco es porque lo diga yo, pero ver esa manera en que los sentaron es como si Albert estuviese solo en el mundo y no es así.

Estoy pensando en bodas de algún royal moderno que haya sido huérfano de padre y madre para el momento de su boda, a ver si se ve el "sitting arrangement", pero no se me ocurre ninguno.
 
Back