Melania Trump. First Lady o Primera Dama.

Pues si yo fuera americana me daría muchísima vergüenza que alguien así me representara. Y ahora dice que se va a dedicar a defender los derechos de las mujeres y los niños. Los derechos de las mujeres y los niños no valen tan poco.

Bueno... ¿ ya sabes quién "defiende y representa" por España los derechos de las mujeres y los niños ?
 
Las fotos por muy eróticas y raras que sean (hay una foto en la que sale abrazada con otra mujer desnuda) no demuestran que haya sido prost*t*ta. Lo siento por los periódicos que estaban deseando sacar el tema pero lo único que demuestra que una mujer se ha dedicado a ese oficio es un vídeo en el que la susodicha salga teniendo relaciones y contando billetes a lo Malena Gracia.

Las fotos nunca son prueba de nada. Por eso ella ha denunciado y ha ganado.

Dicho esto, a mí también me parecen sospechosos sus primeros años en Nueva York, pero argumentos para afirmar que esta mujer ha sido prost*t*ta, creo que nadie tiene.

Si en lugar de eslovena hubiera sido inglesa o alemana, sospecho que estos rumores no habrían salido.

Creo que podrían hacerle más daño los rumores de que estuvo trabajando una temporada sin tener el visado, si llega a probarse, después de todo lo que ha soltado su esposo sobre los inmigrantes ilegales.

Que haya posado demostrando sus extraordinary abilities siendo soltera y luego casada no creo que vaya a escandaliar a nadie. Los rumores de prostit*ción son eso, rumores. A mí me parece peor que plagie discursos y luego se disculpe hablando de "confusión" o que para decir que su marido no es machista suelte la mujer que su marido trata igual a todo el mundo, sea hombre o mujer. Gracias, Melania, ya nos habíamos dado cuenta.
 
Antes de empezar su relación con Melania, según la versión oficial, tenía una relación con la empresaria noruega Celina Midelfart, que era bastante mona pero se ha trumpizado un poco. Tiene 43 años.

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En la boda de la princesa Madeleine de Suecia.

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Melania Trump: un peluquero israelí las 24 horas, su gran secreto

Nuria Hernández
8:49 - 11/11/2016
1 Comentario


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La nueva Primera Dama de los Estados Unidos está dando y dará mucho que hablar. Todo lo que se pone la tercera mujer de Donald Trump es observado con lupa; cada uno de sus vestidos, faldas o camisas se agotan a los pocos minutos de llevarlos ella puestos y sin duda su estilo ha ido sofisticándose con el tiempo.

Pero si algo que nos encanta de Melania Trump es su pelo. La ex modelo eslovena luce una larguísima cabellera semiondulada, castaña con reflejos dorados que es la envidia de millones de mujeres a lo largo y ancho de todo el planeta.

El secreto para tener un pelazo fuerte, brillante y sano tiene su origen en Israel. Y es que de este país procede el que es su peluquero de confianza, Mordechai Alvow. Siempre listo para atusar su cabello, atento a cada evento al que tiene que acudir Melania para que su peinado
sea perfecto.
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El estilista israelí lleva al lado de Melania casi diez años y en los últimos tiempos ha lanzado además una línea de productos para cuidar el cabello llamada Yarok ('verde' en hebreo). Curiosamente, Alvow no es la primera vez que trabaja para la familia Trump, ya que también ha peinado en más de una ocasión a la hija del Presidente, Ivanka, y hasta a su hijo pequeño de 10 años, Barron.

El peluquero comenzó a peinar a modelos hace ya más de una década gracias a su hermano, diseñador de moda, que le encargaba los estilismos capilares para sus desfiles.

Su primer acercamiento a Melania Trump fue gracias a su representante, que le propuso un trabajo para la edición japonesa de Vogue junto a la ahora Primera Dama. Según él mismo cuenta, lo suyo fue 'amor a primera vista', por lo que desde entonces comenzaron a colaborar.
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En aquellos momentos, Melania acababa de lanzar su propia marca de joyas y él la ayudó en las entrevistas y reportajes para estar divina. Desde entonces, no se ha separado de ella y ha sido el encargado de peinarla también durante la campaña que ha llevado a su marido a la Presidencia de EEUU.

Su pelo es fuerte, no lleva extensiones y apuesta siempre por looks naturales. Le encanta llevarlo peinado con raya en medio, algo que afina sus facciones y hace más grandes sus ojos azules. Además, Melania suele llevar la parte superior de la cabeza cardada para dar volumen y ha pasado del color moreno más oscuro a las mechas californianas más marcadas y ahora a otras más suaves y elegantes.

No acostumbra a llevar el pelo completamente liso, sino que prefiere las ondas deshechas tan de moda y que le añaden sofisticación a sus looks. No es habitual verla con recogidos, salvo en algún que otro evento de gala, y ahí es donde apuesta por la exageración con moños altos y cardados desproporcionados que tal vez ahora que es la mujer del hombre más poderoso del mundo deje de lado.

Alvow comenta además que nunca ha peinado a Donald Trump y que jamás ha hablado con él de su famoso pelo, objeto de miles de bromas en televisión o las redes sociales. "Él tiene su personalidad y le importa muy poco lo que digan", explica.

En España la mujer del jefe del Estado, Reina en lugar de 'primera dama', comparte con la sucesora de su amiga Michelle la virtud de llevar el pelo perfecto siempre. Su secreto es muy parecido: la responsable del aspecto de Letizia es María Luz Valero Reneses, su peluquera de cámara de Doña Letizia. Casi a diario, esta conquense llega a eso de las seis de la mañana a Zarzuela para atender las necesidades capilares y estilisticas de nuestra 'primera dama'.
 
Melania Trump: luces y sombras de la Primera Dama más sexy y menos popular

Informalia
10/11/2016 - 19:37
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La ex modelo de origen esloveno, de 46 años, tiene mucho por hacer, dado que solo cuenta con un 28% de opiniones favorables frente a un 32% en contra, las peores cifras para una futura primera dama desde los años 80, según Gallup. Su antecesora la recibió este jueves en el salón amarillo de la Casa Blanca. Michelle Obama, de 52 años, primera First Lady afroamericana de la historia y abogada por Harvard, deja la el Ala Oeste con unos niveles de popularidad altísimos: cuenta con un 79% de opiniones favorables, según la misma firma. Es más popular incluso que su marido. Detrás de la cordialidad protocolaria del encuentro entre ambas, está el recuerdo de los ataques de la señora de Obama al magnate, que por ejemplo calificó de "aterradoras" durante sus mítines de apoyo a Hillary Clinton en campaña. Tampoco se olvidará que la futura primera dama pronunció un discurso plagiado de otro que dio la que ha sido su educada anfitriona. Pero ahora el tono institucional se impone y toca sonreír: "A Melania le ha gustado la señora Obama",dijo el presidente electo para resumir el encuentro entre la autora del speechoriginal y su mujer, la que hizo el ridículo con la copia.


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No obstante, Melania puede apuntarse éxitos también: después del asunto del plagio y de haber sido pillada mintiendo en su currículo (dijo que era arquitecta y no acabó ni el primer año), compareció en Pensilvania para prometer que se implicaría en causas sociales si llegaba a primera dama. Utilizó su origen como inmigrante para defender a su marido de los críticos que le tachan de xenófobo. Lo cierto es que el estado en el que ella intervino ha sido crucial en la batalla final de los republicanos.



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Tras ese atractivo de nivel profesional que solo otorga el haber sido modelo, la Primera Dama 'electa' de Estados Unidos lleva consigo a la Casa Blanca un pasado de inmigrante y luchadora. No nació rica, como el hombre que le da su apellido. Tampoco es persona que se caracterice por disfrutar de una vida social notable; más bien es una madre abnegada. Al menos ella no para de repetirlo en entrevisas como la concedió a la CNN en donde dijo que podía cambiar el tono.

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Melania Knauss nació en 1970 en la Yugoslavia de Tito, en una zona que hoy sería Eslovenia. El estado desapareció como tal y se dividió tras la caída del muro de Berlín, cuando ella contaba apenas 21 años. Su padre pertenecía al Partido Comunista y educó a sus hijas en de acuerdo con sus convicciones y creencias. Ella habla maravillas de su familia: "Mi hermana y yo crecimos con unos padres maravillosos. Mi elegante madre me introdujo en el mundo de la moda y la belleza y mi padre Viktor me inspiró la pasión por los negocios y los viajes". Pero Melania voló muy pronto. Aquello resultaba pequeño para ella: era muy guapa, alta y sobre toda una soñadora que se apasionaba viendo las revistas de moda que podía conseguir y en las que pronto saldría retratada.

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Aquella niña comunista será Primera Dama de los Estados Unidos a finales de enero y a partir de ese momento, o tal vez antes, es probable que se convierta en una de mujeres más influyentes del mundo. Michelle Obama lo es.

La actual inquilina de la Casa Blanca ha luchado por buenas causas durante los dos mandatos de su marido y también ha brillado en la parte más 'celebritie' del Ala Oeste, en fiestas, jugando en casa o fuera, en medios de comunicación o en viajes por todo el mundo, con actores, políticos, científicos, artistas, profesionales... Melania no cuenta con la preparación académica de la docta señora de Obama pero en su papel de anfitriona no pasará desapercibida. Como es lógico también contará con su propia agenda y obligaciones. Para muchos su belleza retocada es necesariamente símbolo de una superficialidad que equiparan a ignorancia pero tal vez sea más justo recordar que supo luchar en la vida, una escuela a veces tan eficaz como las universidades, tal vez más.

Su intervención en la campaña de su marido ha tenido su cara y su cruz. Si bien copiar su discurso a Michelle Obama provocó un pequeño terremoto que acabó con dimisiones en el equipo del candidato republicano, Melania recuperó algo del créditos perdido cuando tuvo que pedir el femenino en Pensilvania, uno de los estados cruciales en los que Trump ha forjado su victoria. "Soy una inmigrante y nadie valora como yo la libertad y las oportunidades que nos otorga América", remarcó en aquella intervención, en la que prometió dedicarse a las causas sociales.



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Suele presentarse, a pesar de su aspecto, como una mujer apegada a los valores familiares: "Me gustaría que nuestra vida siguiese siendo lo más normal posible para mi hijo Barron. Soy una madre a tiempo completo y eso me encanta, por eso he decidido no estar tan presente en la campaña", se justificaba durante la campaña que ha encumbrado a su marido a la Casa Blanca para excusarse por sus escasa actividad como apoyo del candidato. Nadie duda de que es una luchadora que no nació millonaria como su marido.

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Con solo 16 años Melania inició su carrera como modelo gracias al fotógrafo Stane Jerko. Él fue quien la descubrió. Estudió un año de Arquitectura y Diseño (no llegó a uno, después la abandonó, en contra de lo que escribió en un currículo falso).

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Dos años después dejó su país y emigro a Italia. En Milán hizo sus primeros pinitos en una agencia y ya en 1996 saltó al país que ha votado a su marido como presidente. En Nueva York, hace ahora 20 años, trabajó duro para ascender en el escalafón de las profesionales de la pasarela. Durante sus primeros años en Estados Unidos, Melania posó dos veces desnuda para publicaciones masculinas. Llevaba dos años en la Gran Manzana cuando el destino la llevó al Kit Kat Club, donde tenía lugar una fiesta durante la semana de la moda.


Donald Trump, que acababa de dejar a de su segunda esposa, Marla Marples, estaba en el mismo lugar y a la misma hora. No era difícil fijarse en aquella rubia, de 28 años, y el magnate, que ya tenía 52 años, no se ha caracterizado nunca ni por su timidez ni por evitar a las mujeres que le gustan. Donald tardó poco en pedirle su número de teléfono y esto es lo que ella contestó: "No te doy mi número; dame tú el tuyo y ya te llamaré", según la propia Melania contaría años después.

Melania concedería poco más tarde una entrevista a The New York Times y decía que si su marido fuese presidente ella ejercería como una primera dama "muy tradicional, como Betty Ford o Jackie Kennedy". Cuando pronunció estas palabras ni estaba casada con Trump, ni su novio estaba en política ni era futuróloga, que sepamos.

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Después, en 2005, se casó en Florida enfundada en un Dior Haute Coture de más de 100.000 dólares que en España pudimos admirar gracias a Hola, que llevó al entonces millonario y la novia a su portada. Hillary y Bill Clinton, que ya era ex presidente, estuvieron allí. ¿Quién le iba a decir a la entonces ex primera dama que estaba asistiendo a la boda de la persona que le amargaría la vida 11 años después?

El amor y la pasión se instaló en la Torre Trump, residencia del magnate: su primer hijo en común, Barron Trump, apenas tardó un año en llegar. Ahora su amor se instalará en el Ala Oeste de la Casa Blanca.
 
Antes de empezar su relación con Melania, según la versión oficial, tenía una relación con la empresaria noruega Celina Midelfart, que era bastante mona pero se ha trumpizado un poco. Tiene 43 años.

Ver el archivo adjunto 448385


En la boda de la princesa Madeleine de Suecia.

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y tanto que se ha trumpizado, vaya vestido más propio de cabaretera que de boda....
 
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