Una de las joyas más queridas y preciadas de la soberana británica es precisamente la Tiara Fringe, ya que tiene un significado muy especial para toda la familia.
Creada originalmente en 1830 y confeccionada para la reina Mary en 1919, se trata de una tiara muy simple y elegante, únicamente realizada con diamantes pertenecientes a George III.
Tras haber sido usada por varias reinas consortes, en 1947, la reina Isabel cedía a su hija, la futura Isabel II, la tiara para celebrar su enlace con Felipe de Edimburgo.
Unos de los sucesos más sonado, es que precisamente cuando la princesa se estaba vistiendo en el Palacio de Buckingham, antes de partir hacia la Abadía de Westminster, la tiara se quebró.
Afortunadamente, el joyero de la corte estaba disponible para un caso de emergencia y urgentemente fue arreglada a tiempo.
Cuando la entonces princesa se preparaba para la boda, al colocar la tiara sobre la cabeza de la novia se rompió tuvo ue ser reparada por un joyero de Garrad.
En las fotos de primer plano de la novia, puede verse el pequeño espacio entre la franja central y la espiga inmediatamente a la derecha, el espacio es el resultado de la reparación apresurada del marco
Esta tiara de flecos de diamantes está montada en oro y en plata, en el clásico estilo de flecos ruso. Esta joya es inusual ya que se ensancha a los lados, a diferencia de muchas otras tiaras en estilo kokoshnik, no se desmonta para hacer un collar.
Fue un regalo de boda en 1934 del Lord Mayor y de la ciudad de Londres a la princesa Marina de Grecia y Dinamarca, por su matrimonio con el príncipe George del Reino Unido, duque de Kent.
La princesa Michael de Kent, Marie-Christine von Reibnitz, es la actual dueña de esta tiara. La princesa Michael creó una versión que incorpora un halo de terciopelo negro sobre el que descansa la tiara; en la parte superior hay un reviere de diamantes que fue del rey George V.